Hay cierta tendencia últimamente a ser un niñato. El niñato es un elemento social que se caracteriza por el capricho, la ausencia de responsabilidad, la demagogia, la falta de sacrificio y la capacidad permanente de una pseudocrítica parecida al bebé que llora: eso no me gusta. Es la rebeldía cómoda del pijo (que puede ser punki, macarra, heavy, rapero y demás: todos pijos) ante las personas normales y sensatas.
Guti, niñato, ha dicho:
“Sabemos que el equipo no ha estado a la altura, pero me duele, como madridista, que tu propia afición aplauda a nuestro gran rival».
Yo soy socio del Madrid desde hace treinta años. Y, me imagino, soy madridista. Pero soy madridista de los que pagan y Guti quizá lo sea, pero él cobra. Llevo treinta años pagando y yendo al fútbol y sólo a un niñato malcriado que no es nadie se le puede ocurrir, después de hacer el ridículo una vez más, criticar que yo, que pago mi entrada, aplauda a quien mejor juega al fútbol. Porque, Guti no lo entenderá ya que quizás no gasta su dinero en libros, yo voy al campo a ver jugar al fútbol y no a ver a un conjunto de estrellitas mirar pasar el balón y poner luego carita de “madridistas” mientras critican al socio y al aficionado que primero lo es, o lo debe ser, al fútbol y luego, a su club. Seguramente Guti, y como él otras estrellitas sobrevaloradas por un prensa deportiva que no sabe nada de fútbol y que se dedica a calentar, día tras día, la competición para vender basura que hace pasar por periódicos, crea que debo rendirme a su melenita y sus aires pijos. Y, seguramente, prefiera a los descerebrados de los ultras: sur, boixos nois o del frente.
Pero lo que el niñato Guti y los que son como como él nunca comprenderán es que el otro día los aficionados del Madrid, y podrían haber sido los del Barça, pues yo ya lo he visto. o los del Atleti, no hicimos algo heroico o extraordinario, sino normal como es aplaudir a quien hizo aquello por lo que fuimos, y vamos, al campo: jugar de verdad al fútbol. Y, por lo tanto, aplaudimos al Barcelona.
Guti, niñato pretencioso, repetimos que no lo entenderá. Pero al menos, y por una vez, he podido utilizar un campo de fútbol en clase como ejemplo de racionalidad.
Algo es algo.
Guti, niñato, ha dicho:
“Sabemos que el equipo no ha estado a la altura, pero me duele, como madridista, que tu propia afición aplauda a nuestro gran rival».
Yo soy socio del Madrid desde hace treinta años. Y, me imagino, soy madridista. Pero soy madridista de los que pagan y Guti quizá lo sea, pero él cobra. Llevo treinta años pagando y yendo al fútbol y sólo a un niñato malcriado que no es nadie se le puede ocurrir, después de hacer el ridículo una vez más, criticar que yo, que pago mi entrada, aplauda a quien mejor juega al fútbol. Porque, Guti no lo entenderá ya que quizás no gasta su dinero en libros, yo voy al campo a ver jugar al fútbol y no a ver a un conjunto de estrellitas mirar pasar el balón y poner luego carita de “madridistas” mientras critican al socio y al aficionado que primero lo es, o lo debe ser, al fútbol y luego, a su club. Seguramente Guti, y como él otras estrellitas sobrevaloradas por un prensa deportiva que no sabe nada de fútbol y que se dedica a calentar, día tras día, la competición para vender basura que hace pasar por periódicos, crea que debo rendirme a su melenita y sus aires pijos. Y, seguramente, prefiera a los descerebrados de los ultras: sur, boixos nois o del frente.
Pero lo que el niñato Guti y los que son como como él nunca comprenderán es que el otro día los aficionados del Madrid, y podrían haber sido los del Barça, pues yo ya lo he visto. o los del Atleti, no hicimos algo heroico o extraordinario, sino normal como es aplaudir a quien hizo aquello por lo que fuimos, y vamos, al campo: jugar de verdad al fútbol. Y, por lo tanto, aplaudimos al Barcelona.
Guti, niñato pretencioso, repetimos que no lo entenderá. Pero al menos, y por una vez, he podido utilizar un campo de fútbol en clase como ejemplo de racionalidad.
Algo es algo.
Vaya, no me gustaría ser victima de su descarga, pero bien, le ha dejado en su sitio. Podría Guti pasarse por aquí y leerlo.
ResponderEliminarOlé y que bien dicho
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