Al eliminar la filosofía de los centros educativos, también desaparece su existencia para la vida cotidiana de los alumnos. Y lo peor es que la desaparición de la filosofía lleva aparejada la desaparición de personas como Ud. y su pensamiento crítico del entorno y proximidad de los alumnos.
Si quedaba alguna posibilidad de regeneración del conocimiento y la mentalidad social, cada vez más infantilizada, sin la filosofía desaparece. Los referentes seguirán siendo famosos de las pantallas y no intelectuales.
Aunque la asignatura haya servido, para algunos, para adoctrinar y condicionar ideológicamente a los alumnos, la sola presencia de la asignatura ofrece otras lógicas, otros razonamientos diferentes que pueden contradecir a los que te están inculcando.
Muy bonito el texto.
ResponderEliminarAl eliminar la filosofía de los centros educativos, también desaparece su existencia para la vida cotidiana de los alumnos. Y lo peor es que la desaparición de la filosofía lleva aparejada la desaparición de personas como Ud. y su pensamiento crítico del entorno y proximidad de los alumnos.
Si quedaba alguna posibilidad de regeneración del conocimiento y la mentalidad social, cada vez más infantilizada, sin la filosofía desaparece. Los referentes seguirán siendo famosos de las pantallas y no intelectuales.
Aunque la asignatura haya servido, para algunos, para adoctrinar y condicionar ideológicamente a los alumnos, la sola presencia de la asignatura ofrece otras lógicas, otros razonamientos diferentes que pueden contradecir a los que te están inculcando.
Un Oyente de Federico