jueves, noviembre 27, 2025

LA PALABRA CÁNCER, LA INGENIERÍA SOCIAL Y LA NUEVA SUBJETIVIDAD DEL CAPITALISMO

Fíjense ustedes, toda la vida pensando que era acuario y al final resultó que era cáncer. Así fue como me presenté en el trabajo tras mi baja por cáncer. A mí, personalmente, me parece harto ingeniosa. A usted, igual, le parece de muy mal gusto. Y lo importante es que los dos estamos en nuestro derecho de considerar cada opción. Y hasta ahí la cosa tendría sentido, pues el buen o el mal gusto es una percepción subjetiva.

Recientemente ha sido aprobada por el Congreso de los Diputados una Proposición no de Ley para que no se permita el uso de la palabra cáncer con un sentido despectivo e impedir que se use de determinada manera.

El poder legislativo en una sociedad democrática no está para limitar la libertad de los ciudadanos, sino precisamente para desarrollarla. La idea de que el poder legislativo, o el poder ejecutivo, es decir: el gobierno, puedan limitar la forma en la cual se utiliza el lenguaje es, sin duda alguna, una idea contraria a la propia democracia. La democracia, es verdad, tampoco trata de una libertad individual ilimitada, sino del desarrollo de una libertad personal dentro del bien común. Pero la pretensión de dominar sobre el significado de las palabras no es sino primer síntoma de un posible ambiente dictatorial, tal y como ya señaló Klemperer al analizar el lenguaje del Tercer Reich.

Dejando a un lado la ñoñería que implica creer que un grupo de diputados puedan regular efectivamente sobre el resto de la población lo que debe querer decir una palabra u otra, lo interesante aquí es el interés político que demuestra esta regulación. Puede ser que la iniciativa tenga buena intención, pero el problema es que de buenas intenciones, dice refrán antes que lo prohíban, está empedrado el infierno.

El impulso legislativo para que la palabra cáncer, tal y como señala la Proposición no de Ley, sólo pueda tener los significados marcados por los prohombres, y las promujeres de la patria , dentro de ese contexto, por cierto, bastante cursi y emotivo característico de los últimos tiempos, no hace sino advertirnos de que el desarrollo de la sociedad actual no camina hacia la máxima libertad de los individuos, ideal del progreso ilustrado, sino precisamente hacia su máxima constricción: incluso señalar qué lenguaje debemos usar y cuál no: la neolengua de 1984.

Porque efectivamente, el problema aquí no es tanto señalarnos el significado concreto de una palabra, que podría tener todavía cierto sentido cultural aunque nunca coercitivo si la estuviéramos utilizando mal, como señalarnos el significado metafórico que podemos usar. En el fondo, lo que se nos está indicando en esta Proposición no de Ley es la prohibición de utilizar una palabra con una determinada metáfora, lo cual sin duda alguna es un ataque directo a la libertad individual y es, además, un ataque directo a la creación propia del lenguaje al señalar implícitamente que la lenguale pertenece a determinadas instituciones de poder y no a su propio desarrollo. Y, por supuesto, esto no quiere decir que cualquier significado de una palabra valga, yo mismo corrijo a mis alumnos, pero sí quiere decir que cualquier metáfora sobre una palabra puede tener el derecho a ser dicha y otra cosa es que sea afortunada o no. Por lo tanto, es deseable democráticamente, en aras de la libertad de expresión, que ningún proceso legislativo puede determinar a priori cómo se utilizan las metáforas y mucho menos si su significado es correcto o no de acuerdo a la sensibilidad de determinados individuos.

Y es que aquí surge otro tema interesante y fundamental, que es la idea de la sensibilidad individual. Hay un montón de gente que se siente permanentemente dolida, ofendida e incluso muestran sus lágrimas en público por cualquier cosa que ocurra en la esfera pública. Así tenemos dos hechos: uno, la sensibilidad extrema de esta gente, que raya en cierta medida con una concepción infantiloide y cursi; y, la segunda, que es la sustitución progresiva de la racionalidad por discursos emocionales puramente reaccionarios.

La idea clave de la Proposición no de Ley es que un montón de gente, aunque no sabemos cuánta y que probablemente no represente en absoluto a todos los que hemos sido enfermos de cáncer, ha decidido que una palabra solo se puede utilizar en el sentido que ellos decidan porque si no sufren mucho. Se trata de una imposición dictatorial sobre el resto de la población. Y aquí da igual que esta gente haya sufrido o no cáncer, porque el hecho de tener una experiencia personal no implica necesariamente tener más conocimiento sobre dicha realidad que el hecho de no haberla tenido: yo no tengo más razón aquí por haber tenido cáncer, sino por mis argumentos. Nos encontramos, por lo tanto, con un proceso de dominación social desde un colectivo que se siente legitimado para determinar lo que todo el resto de la población debe pensar sobre determinado tema incluso en el empleo de sus metáforas y que exige imponerlo por ley.

Y es este tema de la ingeniería social uno de los temas fundamentales del desarrollo del Nuevo Capitalismo. Efectivamente, hay que crear un nuevo sujeto social, y aquí volvemos a lo de siempre, para lograr que el capitalismo se desarrolle satisfactoriamente. Y este nuevo sujeto social tiene dos condiciones que la Proposición no de Ley presenta, seguramente de forma involuntaria, de una manera clara. Por un lado, tiene el tema de lo emocional como elemento fundamental: desechemos la razón y la argumentación racional. Y, por otro, tiene el tema de la coacción social hacia aquel que puede situar lo racional como elemento básico del discurso: quien piensa racionalmente no tiene empatía ni bondad y debe ser perseguido. De lo que se trata es precisamente de negar que la racionalidad deba ser la guía de todo discurso, sino que debe ser la emoción, debe ser la experiencia personal: haber sufrido cáncer lo que marque la característica de cómo se debe emplear la palabra. El triunfo definitivo del Yo y su experiencia personal como comprensión del mundo.

En 2020 fui operado de cáncer. Desde entonces, no sé en el futuro, estoy sano. No estoy sano porque se prohibiera la palabra ni por los buenos sentimientos de la medicina. Estoy sano porque en occidente hubo una vez un movimiento, llamado Ilustración, que situó la racionalidad y su libre desarrollo como clave del progreso. El Capitalismo se aprovechó de ello para prosperar y hoy, por avatares históricos, la razón se ha convertido en su enemigo. Por tanto, hay que acabar con ella y dejar libres a las emociones cursis. Y ello implica, claro, limitar la libertad intelectual de los individuos, porque  en la ignorancia se creará la idea de que si desaparece la palabra cáncer con ella, ¡chan, no existes!,  desaparecerá la enfermedad.


jueves, noviembre 20, 2025

Y AHORA EN RADIOSOFÍA/172: EL FRANQUISMO Y LA EDUCACIÓN

#20N: celebrando la muerte del dictador (y está escrito con toda propiedad).
Y hablamos del adoctrinamiento e ignorancia que sustituyó al modelo educativo republicano hasta la ley de 1970.
Como siempre en #RadioSofia y en Radio Municipal de Casares.
#EPMesaConFrancoVivíamosPeor


martes, noviembre 18, 2025

Y AHORA EN RADIOSOFÍA/171: ¿LEER NOS HACE MEJORES PERSONAS?

Yo ya leo de corrido, en breve incluso lo comprendo. Pero, ¿eso me haría mejor persona necesariamente? O, ¿lo que me hace es ser persona?
En #RadioSofía, en Radio Municipal de Casares.
#EPMesaMiMamáMeMima

lunes, noviembre 17, 2025

LA APFM MUESTRA SU RECHAZO A LA INCLUSIÓN DE TEXTOS DE OTRO AUTOR MÁS EN LA PRUEBA PAU DE 2025-2026.

La Asociación de Profesores de Filosofía de Madrid (APFM) rechaza el aumento de textos en la PAU 2025-2026 y pide a la Comisión de Madrid de Historia de la Filosofía que presente unos contenidos acordes a las tres horas lectivas semanales de nuestra materia.

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AQUÍ LO PUEDE LEER



lunes, noviembre 10, 2025

Y AHORA EN RADIOSOFÍA/170: PENSAR LA MUERTE

"Morir, dormir. Tal vez, soñar" Qué les voy a contar yo...
Pues se lo cuento, que para eso estoy aquí.
"La muerte y la Filosofía", si hasta da miedo (o tedio)
En #RadioSofía en Radio Municipal de Casares.
#EPMesaGóticoORománico
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martes, noviembre 04, 2025

Y AHORA EN RADIOSOFÍA/169: GENOCIDIO EN GAZA

El genocidio de Gaza es importante en Filosofía, como lo han sido otros genocidios, y porque la justicia debe prevalecer ante la barbarie. Y de ello hablamos en #RadioSofía, en Radio Municipal de Casares.
#EPMesaNoSeCansa


miércoles, octubre 29, 2025

AYUSO, ABORTO, INSTITUCIONES DEL ESTADO Y EL FIN DE LA DEMOCRACIA

Las guardias en educación son una obligación de los profesores: si algún compañero tiene una ausencia, se cubre su clase vigilando -uy, he dicho vigilando y no conviviendo-.

Pues que un día, estaba yo de guardia y un compañero faltó a bachillerato. Total, fui a la clase y les hice sentarse y mantener el orden -que sí, el orden y no convivencia-. De pronto, una alumna, que tenía su fama de autoproclamada progresista, levantó la mano y me preguntó que por qué no podían irse. Y yo le dije que porque esa no era su hora de salida. Entonces ella me dijo que no tenía sentido estar en un aula si el profesor no estaba allí, a lo que yo le aduje que ese era un tema que en ese momento no resultaba procedente, puesto que ahí yo no estaba como ciudadano particular, que como tal podía tener mi opinión particular y entrar en debate, sino como funcionario del Estado y por lo tanto mi obligación era cumplir las leyes. Entonces, ella contestó, con buena argumentación, que yo estaba defendiendo negar la libertad personal y, con ello,  incumpliendo la norma fundamental de la filosofía de pensar y actuar como una persona autónoma. Y yo entonces repliqué, que había un peligro terrible en pedirle a los representantes del estado, cuando actuaban como tales, que obraran de acuerdo a sus ideas personales, puesto que entonces un policía podría detener a alguien por algo que no estuviera en el código penal, pero que, sin embargo, a él le pareciera mal. Y que eso incumpliría precisamente un principio fundamental de la democracia: el imperio de la ley debe estar por encima del gobierno o de la conciencia particular de los funcionarios públicos para evitar, precisamente, la dictadura.

El aborto es indudablemente un tema moral controvertido y del que yo creo que resulta muy difícil tener una opinión categórica y absoluta al respecto. De hecho, cuando tanto los favorables al mismo como los detractores lo presentan como un tema fácil de dilucidar, con lemas simplones, podemos considerar que están mostrando más que nada su dogmatismo. Además, es cierto que en el tema del aborto hay un problema no solamente moral sino también social. Por eso, es muy distinto ser partidario del aborto de ser partidario de la legalización del aborto. Es decir, uno puede estar en contra moralmente de algo, en este caso concreto el aborto, pero sin embargo estar a favor de su legalización, como todo dentro de ciertos límites. Esto, por ejemplo, se puede aplicar tanto al aborto como a la eutanasia o a la prostitución. Uno puede distinguir entre la moral y la ley e incluso uno debe hacerlo si lo que quiere es que la sociedad no sea el lugar idílico que uno piensa, para lo cual sin duda habría que imponer una dictadura donde no cupieran los que piensan diferente, sino un lugar de convivencia para el bien común y donde haya, eso sí, unos mínimos garantizados de moralidad social compartida.

Pero lo que debe quedar claro en cualquier caso es que tanto los funcionarios públicos como los dirigentes políticos con responsabilidad administrativa, como el presidente de una comunidad autónoma, pueden tener ideas personales propias sobre cualquier tema, incluso Díaz Ayuso ojalá llegara a ello, pero siempre deben estar obligados a cumplir la ley. Si no, es decir, si se impone la voluntad personal del dirigente político en la administración pública, lo que deberíamos decir es que se trata de una actitud dictatorial y una negación de la democracia. 

Hace algunos años, y no conviene olvidarlo, los dirigentes catalanes decidieron incumplir la ley para favorecer a su burguesía con sus políticas nacionalistas, es decir: de derechas. Recientemente, Isabel Díaz Ayuso, presidenta de la Comunidad de Madrid y ex transcriptora de las ocurrencias del perro de su antigua jefa, ha dicho públicamente en relación al tema del aborto y en sede parlamentaria que ella no va a cumplir la ley. La similitud es apoteósica e interesante. Pero aquí surge otro problema, ¿por qué estas dos formas políticas, aparentemente tan diferentes, sin embargo coinciden en este aspecto? ¿Qué tienen ambas posturas en común?  Ya acabamos.

Estamos en una época absolutamente novedosa. Y su novedad no la determinan los hechos concretos que ocurren, fácilmente intercambiables con los de otras épocas en su mera descripción, sino la causa de los mismos: los hechos aparentemente semejantes ocurridos en el pasado ya no son comparables con los actuales porque su causa y consecuencia, en la nueva realidad, resultan radicalmente diferentes. Con el auge del Nuevo Capitalismo, la presencia de los estatal disminuye y cada vez más surge con fuerza otros actores impositivos, que van desde instituciones internacionales sin representación democrática hasta corporaciones privadas que no responden a ninguna soberanía popular.  El fin último de la política a favor del Nuevo Capitalismo, donde están conscientemente Ayuso y la burguesía catalana e inconscientemente la autoproclamada izquierda, es acabar con la democracia destruyendo sus instituciones políticas y el poder del estado como representante de la soberanía popular. Se trata de destruir el único elemento de control que podría detener el triunfo absoluto del totalitarismo económico y del Mercado. Y que esto nadie lo entienda como nacionalismo reaccionario: la lucha de izquierdas debe ser para que Europa sea un único estado y país.

La lucha entre el mercado y el estado democrático, que es lo que verdaderamente se esconde bajo las concreciones accidentales, es la clave de todo el problema.
Ayuso, quiere acabar con la sanidad pública, el aborto es otro ariete, y ganar mercado para el grupo Quirón porque su enemigo, en el desarrollo neoliberal, es el estado. Por eso, la rebeldía antisistema de la derecha esconde la sumisión. Pero, igual que ella, actuó la burguesía catalana y también la autoproclamada izquierda antisistema que grita en las calles contra las instituciones democráticas como tales sin comprender, mucho pedir, que su destrucción es abrir la apoteosis del Capitalismo y de la barbarie.

Y yo, mientras tanto, sigo dando clase y haciendo guardias en una escuela pública que se hunde para abrir el paso a la privatización. Esperando poder jubilarme si es que, nueva campaña contra la democracia, la ola reaccionaria de enfrentamiento entre generaciones no acaba, su fin último, con el sistema público de pensiones. Pero eso es otra (y la misma) historia.