lunes, junio 25, 2007

LA DIGNIDAD Y LA VERGÜENZA

D. Filo tiene una hija. No lo sabía. Y la niña le preguntó un día qué es la dignidad. Tiene cuatro años y no lo sabe. Hay gente mayor que ella y tampoco. Según Piaget la niña está en una etapa de pensamiento intuitivo: no razona como un adulto. Por ello, le viene bien el ejemplo. Tal vez no sirva, tal vez sí. Pero con el ejemplo va el homenaje: solo, por supuesto, a unos pocos.

LA DIGNIDAD: D. GERMÁN LÓPEZ COBOS

Hay gente de toda condición. Hay ideas políticas para todos los gustos. Sinceramente, yo soy marxista y creo que quien no piense como yo está equivocado (la verdad existe y uno es coherente). Pero el ejemplo que están dando todos los concejales del PP y muchos, la mayoría a pesar de su propio partido, del PSOE en el País Vasco es fuente de dignidad. Frente al totalitarismo -ojo no fascista, que son marxistaleninistas- de ETA, sus secuaces, aquí se lee ANV permitida por el gobierno, sus cómplices y aquellos que por mantener el poder están dispuestos a cualquier cosa, esos políticos, sí: políticos, están presentado un ejemplo de dignidad.

Hoy presentamos un caso concreto: D. Germán López Cobos. Otros se esconden, tienen miedo como yo lo tendría. D. Germán por supuesto tiene miedo, pero también tiene dignidad. Y le escuché por la radio decir algo: D. Germán tiene familia en Ondarroa pero no puede ir a verla. Es la democracia en el País Vasco. Es el terror instaurado y mantenido por, entre otros, aquél que fue denominado por el presidente del gobierno hombre de paz. Es el gobierno nacionalista vasco y de IU (que nunca, salvo allí, pactará con la derecha) quien no impone la ley.

Desde aquí, nuestro respeto a D. Germán López Cobos y a esos concejales heroicos.



Y LA VERGÜENZA: IÑAKI GARCÍA

Hay gente de toda condición. Hay ideas políticas para todos los gustos. Hay gente buena y hay gente miserable.

Iñaki García sería concejal de Ondarroa por EB (IU)-Aralar-Berdeak. Ponemos sería porque nunca fue a recoger su acta de concejal. ¿Miedo? No, el miedo es demasiado digno para que algunos individuos lo tengan. No la recogió porque dice en una entrevista de hoy domingo en El País, que no merecía la pena ir al Ayuntamiento para enfadarte con amigos (¿los etarras son amigo?), compañeros (¡¿los etarras son compañeros?!) y ciudadanos (aquí lo mejor porque luego leerán algo).
Y añade
El único (¡el único!) culpable es la Ley de Partidos, que no aporta nada a la pacificación y crea crispación (¡ay, la manía de la gente de querer pensar en libertad!) y enfrentamiento en los pueblos, y en particular en éste (¿vasco-vasco?).

Y propone
que renunciemos todos (¿todos?), PNV, EA y EB-Aralar (ahora se entiende: todos, incluyendo a los etarras y a sus cómplices, son ciudadanos, los del PP, no), y no ir a una junta gestora, que sólo va a soliviantar (siempre incordiando la democracia), sino que vayamos todos (¿todos? no, sólo los miserables) al Ayuntamiento, electos e impugnados (¿no hay diferencias? Ya no hay diferencias), y trabajemos juntos (¿juntos? ¿Resucitarán a los muertos? ¿Traerán a los exiliados?). Y que en las comisiones domine lo que dicen los más votados, es decir ANV (que mande ETA: fin)

Este individuo, imagino, no tendrá problemas en visitar a su familia en Ondarroa. Tiene allí amigos, compañeros y ciudadanos (sic). Y lo que ha quedado claro es quiénes son sus amigos y sus compañeros. Y a quiénes no considera ciudadanos.


Y UN FINAL

Hay una escena en Cabaret que describe a la perfección la sociedad vasca. En ella un niñato de ojos azules, rubio y nazi, lo que sería un vasco-vasco para nuestro ejemplo, se levanta y canta un himno: el mañana me pertenece (tomorrow belongs to me). Y poco a poco, la inmensa mayoría de los presentes entonan la canción, pero con excepciones. La sociedad vasca es , como antaño lo fue la alemana, moralmente repugnante pero en ella hay, tal vez solo todavía -unos asesinados, otros exiliados, otros aún allí- un ejemplo de dignidad. Vaya nuestra admiración para ellos. Y vaya también decirles que si alguna vez alguien que ahora es una niña comprende lo que es la dignidad algo habrá tenido que ver su labor.

3 comentarios:

Un Oyente de Federico dijo...

Usted me lo podrá aclarar, pero creo que filosóficamente, no puede ligarse el Nacionalismo y la Lucha de Clases.
Y filosóficamente, no puede haber Marxismo sin Lucha de Clases

Entendiendo Nación como lo entiende ETA/Batasuna: denominación de un grupo étnico o cultural. Y con el objetivo de trazar fronteras, crear leyes y gobierno fundamentado el la genética que les caracteriza y les diferencia de sus vecinos.

Si a su socialismo le sumáramos un nacionalismo que defina un sujeto jurídico-político en el que reside la soberanía de un estado y le restáramos la Lucha de Clases. le podíamos denominar: fascismo

Pero no es el caso.

Si a su socialismo le sumamos su nacionalismo étnico y le descontamos, por incompatibilidad, la Lucha de Clases, tenemos claramente un nazismo de manual.

ETA/Batasuna, no puede ser marxista-leninista y tampoco fascista, pero tiene todos los componentes del nazismo incluido el antisemitismo/judio.

RicardoRVM dijo...

Bonita y vibrante lección llena de tópicos, verdades a medias e interpretaciones sin duda mal intencionadas y su totalitarismo latente que no tolera a quien no piensa como piensa el PP.

Es una pena que no podamos -como todas las suyas- verla puesta en práctica, oiga.

Juan Luis Nepomuceno González dijo...

Gracias por la explicación y la suscribiría, aunque no piense como el P.P. como dice D. Ricardo.
En el País Vasco la violencia está enquistada y es curioso que siempre el que tiene la culpa de todo es el que no comparte el filonacionalismo. Y claro, no compartirlo te convierte en correligionario del PP.
Resulta D. Enrique que usted es totalitario y quien acojona al resto es demócrata y hay que defender sus derechos.
Hay que pactar con ANV por que son "izquierda", una "izquierda" manifiestamente contaminada, y digo contaminada porque el fascismo batasuno es contaminación.
De todas formas prefiero que mi hija, de momento, ignore ciertas cosas y que aprenda lo que es la dignidad por sí misma, sin escandalizarse por las aberraciones que aceptamos en este país.