jueves, febrero 25, 2010

CUBA COMO DICTADURA

Hay veces que la demostración de una dictadura no surge por el dificultoso desenmascaramiento sino por la absoluta evidencia.

Constitución cubana:

artículo 5º.- El Partido Comunista de Cuba, martiano y marxista-leninista, vanguardia organizada de la nación cubana, es la fuerza dirigente superior de la sociedad y del Estado, que organiza y orienta los esfuerzos comunes hacia los altos fines de la construcción del socialismo y el avance hacia la sociedad comunista.

artículo 6º.- La Unión de Jóvenes Comunistas, organización de la juventud cubana de avanzada, cuenta con el reconocimiento y el estímulo del Estado en su función primordial de promover la participación activa de las masas juveniles en las tareas de la edificación socialista y de preparar adecuadamente a los jóvenes como ciudadanos conscientes y capaces de asumir responsabilidades cada día mayores en beneficio de nuestra sociedad.

Pues eso. Cuba es
- como la España de Franco,
el Chile de Pinochet,
Arabia Saudí
O China -
una dictadura.
Y, por supuesto, hay más. Pero eso no la hace mejor.


miércoles, febrero 24, 2010

MÁS SOBRE PENSIONES (dedicado a D. Guapo)

Este artículo surge de la necesidad de contestar el, como siempre, interesante comentario de D. Guapo sobre el anterior escrito publicado en este blog en relación a las pensiones. En ese artículo se señalaba que la llamada de alerta sobre la previsible quiebra del sistema de pensiones, y en el que basa la propuesta de trabajar hasta los sesenta y siete años, no respondía a una realidad técnica sino al intento de favorecer a las entidades financieras privadas. Efectivamente, se argumentaba en contra de tal medida, en España se podía aumentar el número de cotizantes a las pensiones disminuyendo el número de parados -de un 20% actual- el de trabajadores en la economía sumergida -que ocupa seguramente otro 20% del Producto Interior Bruto- y, por último, el de mujeres, cuya población activa está por debajo de la media europea y muy por debajo de, por ejemplo, los países del norte del continente por motivos relacionados, además, con el escaso gasto público español. Pero había algo más, pues actualmente el dinero de las pensiones se saca solo de las cotizaciones sociales cosa que era factible de cambiar haciendo que dicho presupuesto fuera también enriquecido vía impuestos.

En definitiva, en el artículo se pretendía demostrar que generar inquietud sobre la viabilidad de las pensiones públicas no era sino una estrategia que buscaba favorecer a las entidades financieras privadas con el fin de generar una doble vía, pública y privada, tal y como ya se ha hecho en educación y sanidad. No era tanto privatizar, nunca se pretendió eso, como repartir el negocio.

Tras este brillante, cuando menos, análisis vinieron los comentarios. Todos ellos resultaban muy interesantes, pero había uno radical, en cuanto a que venía a criticar la raíz del artículo y era el firmado por D. Guapo. Decía así:

Sólo acierta en la primera parte de la exposición.En lo demás, no. La razón del anuncio era propagandística, y los destinatarios, los mercados.No se pueden crear nuevos impuestos para cubrir el déficit del sistema de pensiones porque está prohibido. Y no se pueden incrementar los que existen porque drenarían la demanda y afectarían a la competitividad.Cambiar el destino de los existentes (acabar con las CCAA, como insinúa) es un brindis al sol, ya que éstas gastan casi todo en sanidad, educación y servicios sociales, y el aparato administrativo que gestiona se gasto, no es fácil de reducir.El sistema de reparto funciona bien, y el pacto de Toledo (tanto se ingresa, tanto se gasta) es su garantía.El impuesto que significan las cotizaciones (30% del salario para las empresas y 7% para los trabajadores) es finalista y bien gestionado por la TGSS. Lo único que se hace es adecuar el cálculo (que es lo que se hará) aumentando el prorrateo de años. Se hizo en 1985 y en 1995, pasando de 2 a 8 años, en el primer caso y hasta 15 en la actualidad.Perder parte de la pensión es un efecto intrínseco de cualquier sistema de reparto, ya que siempre estará sometido a los avatares demográficos y económicos.Lo del si trabajaran más mujeres... si no hubiera economía sumergida...etc es desconocer cómo se forma el minuendo que, como le dije, es el que es, y siempre lo ha sido así en cualquier época y en cualquier sociedad.Por cierto, la patronal que agrupa a los gestores de fondos de pensiones, ya se manifestó en contra de la reforma fiscal que limitó la deducción en IRPF por aportaciones a fondos y planes de pensiones. Fue una reforma absurda, pues esos instrumentos de ahorro capitalizado, ilíquidos y conservadores, son un fabuloso instrumento de inversión. En el futuro, sólo significará más carga para el sistema público.En los temas económicos de carácter estructural, como el de las pensiones, utilizar el futuro pluscuamperfecto del subjuntivo y llegar a conclusiones filo conspirativas, es una equivocación.
De verdad.


El comentario -por cierto y volvemos a repetir, muy brillante- presentaba desde nuestro punto de vista dos ideas fundamentales. La primera era una serie de hechos particulares en contra de nuestras ideas. La segunda, y de ahí su radicalidad antes enunciada, iba a más pues pretendía señalar que el problema concreto, como otros económicos, escapaba a la interpretación política y se trataba exclusivamente, y ahí esta palabra es clave, de una cuestión técnica. Y es esta parte la, sin duda, más interesante por ir más allá de un tema que, creo que ahí estamos ambos de acuerdo, no se va realmente plantear en, por lo menos, esta legislatura fuera de proclamas propagandísticas.

Empecemos por la parte más técnica. Siendo de letras, entre otras cosas porque una mayoría de pésimos profesores de matemáticas y física nunca me enseñaron a admirar la ciencia como ahora la admiro y lamento no saber más, la idea de minuendo, la primera cifra de una resta, al principio me desconcertó. Imagino que D. Guapo, y con él todo el elenco que defiende dicha medida, se refiere al número de cotizantes que pueden contribuir y al que se le restaría el sustraendo, esto es: los pensionistas. Bueno, según D. Guapo este número es fijo, pero, y para eso se puede volver al artículo, la idea es falsa pues precisamente en España, donde la población activa no es estructural en cuanto a que se mantenga constante, este número varía obviamente. Así, en el artículo se señalaba cómo precisamente se podía aumentar dicho minuendo a través no del coito reproductivo sino de la ampliación de la propia población activa, mujeres y parados, de carácter legal, economía sumergida. Es decir, el minuendo no era permanente.

Pero, cubriendo posibilidades, tal vez D. Guapo se refiera con el minuendo precisamente a lo contrario: el número de pensionistas, que al aumentar generan, restando como sustraendo, o sea la cifra de abajo, tal diferencia que resultaría inviable el sistema. Para ejemplificarlo: un número muy alto de pensionistas llevaría al traste el reparto pues no habría suficiente dinero para hacerlo. Pero también esto es una falacia. Y lo es porque olvida tres cosas: la producción de riqueza, Producto Interior Bruto, la posibilidad de generar más dinero al fondo con otros impuestos, y no solo cotizaciones, y el escaso gasto social de España en comparación con la UE. Efectivamente, si el problema ya no es el número de cotizantes sino de pensionistas, es decir: demográfico, lo importante no es el número de personas que cotizan sino el total de dicha cotización: cuanto dinero se consigue. Ahí es donde entran los tres factores citados anteriormente.

En primer lugar, al aumentar el número de cotizantes aumentaría el dinero de las cotizaciones, como ya se ha señalado.

En segundo lugar, si se recogiera este dinero, el de las pensiones, además de las cotizaciones de los impuestos se podría aumentar sin duda su contenido. Sin embargo, esto D. Guapo lo evita señalando dos cosas: es ilegal y, segunda, provocaría una caída de la actividad económica. Al argumentar lo primero D. Guapo, por primera vez, reconoce que el tema ya no es estrictamente técnico sino político: es ilegal. Aquí, y ahora viene un ejemplo con cierta trampa, D. Guapo se desenmascara: dice es ilegal, pero no dice es imposible. Nadie señalaría que es ilegal que los objetos no cumplan la ley de la gravedad pues enunciaríamos, sin duda, que es imposible. Pero al señalar su ilegalidad no se señala su imposibilidad sino que se reconoce que es motivo de elección. Y tal vez presuponiendo esto, como D. Guapo es sin duda un adversario muy inteligente, señala algo: eso implicaría subir los impuestos pues no hay de donde recortar. Dos cosas sin embargo: sí hay donde recortar -por ejemplo, y es la guinda y se reconoce, en altos cargos-; pero, segundo y más importante, cabe negar la mayor. Efectivamente, la carga impositiva en España es baja en comparación con la UE. Pero hay más. Resulta que, al contrario que lo que mantiene D. Guapo, las cargas impositivas altas van parejas a mayor nivel de vida y de libertad política.
Así, cuando no se quieren utilizar los impuestos para garantizar el gasto de pensiones no es por motivo estrictamente técnico sino político.
Pero queda el tercer punto: el gasto social. El gasto social español es más bajo que la media de la UE. Y al tiempo, frente a lo que pueda creerse, el salario real medio no ha aumentado en los últimos años. Además, la media salarial es ínfima. Así las cosas, un español necesita un alto salario neto, es decir, una baja carga impositiva porque no es un salario real alto, para vivir pero al tiempo, y esto es la clave, para que el estado ahorre dinero y lo pueda gastar en otras cosas, sin duda imprescindibles, como estatutos a provincias leales o altos cargos. Ello conlleva que ni el salario neto ni las pensiones puedan ver aumentadas, o creadas, una carga impositiva pues significaría la pérdida de la supervivencia. Es decir, si hubiera un mayor gasto social el sueldo neto se podría reducir aún con ganancias para el individuo, pero al no haberlo se necesita hasta el último céntimo. ¿Problema técnico?, no, problema político.

Así, vemos como el primer punto, el problema técnico, nos muestra el camino para el segundo: el problema radical de la realción entre política y accion técnica. Efectivamente, el problema de las pensiones no es algo puramente estructural y técnico sino político. Esto quiere decir que en él no rige la necesidad, como en la gravedad antes citada, sino la contingencia: se puede asumir desde una perspectiva u otra. Sin embargo, y ya tal vez extrapolando, creemos que la idea de D. Guapo iría más allá y sería, y repetimos que extrapolamos y quizás no recojamos su pensamiento, señalar que hay ciertas cuestiones que no deberían ser políticas, sujetas para enterdernos al pensamiento ideológico, sino solamente técnicas. Sin embargo, las consecuencias a extraer de esto son tantas que ya rendidos, y ustedes si han llegado hasta aquí sin duda aburridos nos lo agradecerán, las dejamos para otra ocasión.

jueves, febrero 18, 2010

AZNAR, DEMOCRACIA Y CONFERENCIA

Usted va a dar una conferencia -¿llamar a la gente de usted será fascismo?-. Y van unos individuos y le montan un boicot para que no pueda expresar sus ideas. Pues resulta al final que usted es un fascista -volvemos otra vez: aquí todo el mundo es un fascista incluyendo los marxistas-leninistas de ETA- y los que le han reventado el acto se autoproclaman como la izquierda real.
Y lo mejor: resulta que el malo, aquí y en concreto, es usted.
¡Cómo se atreve a expresar sus ideas!
¡Será fascista!

Pero tranquilo. Si eso pasara usted encontraría de inmediato la solidaridad, aquí se emplea bien la palabra, de todo el mundo. Porque usted no es Aznar. Y porque él, por lo visto, sí que no puede hablar. Porque al fin y al cabo debe ser que en la universidad solo pueden hablar quienes decidan los estudiantes que se autoconstituyen en sus dueños. Es la nueva democracia.

Y como tal vez alguno de esos estudiantes llegue a leer esto y seguramente no entienda la ironía lo diremos claro.
Aznar tiene derecho absoluto a expresar sus ideas.
Los estudiantes que hoy han boicoteado su acto son un ejemplo claro de conducta, pues de pensamiento sería tal vez mucho pedir, totalitaria.
Y desde aquí, que estamos realmente en sus antípodas ideológicas, queremos mostrar nuestra solidaridad ante este hecho con José María Aznar.
Y algo más. Yo soy marxista y es, precisamente, por ello por lo que pongo todo esto.


miércoles, febrero 17, 2010

VIDA INTERIOR/45: Y MIÉRCOLES DE CENIZA.

¿Quién de nosotros no tiene una vida interior muy grande? ¿Y qué poeta no nos la cuenta una y otra vez? En esta sección mi alma se desnudará. Incluso he comprado una nueva para tenerla más grande. Porque, en el fondo, yo también quiero ser feliz.

Soy.

martes, febrero 16, 2010

VIDA INTERIOR/44: MARTES DE CARNAVAL

¿Quién de nosotros no tiene una vida interior muy grande? ¿Y qué poeta no nos la cuenta una y otra vez? En esta sección mi alma se desnudará. Incluso he comprado una nueva para tenerla más grande. Porque, en el fondo, yo también quiero ser feliz.

Soy una persona.


lunes, febrero 15, 2010

VIDA INTERIOR/43: LUNES DE CARNAVAL

¿Quién de nosotros no tiene una vida interior muy grande? ¿Y qué poeta no nos la cuenta una y otra vez? En esta sección mi alma se desnudará. Incluso he comprado una nueva para tenerla más grande. Porque, en el fondo, yo también quiero ser feliz.

Soy una persona feliz.

domingo, febrero 14, 2010

VIDA INTERIOR/42: DOMINGO DE CARNAVAL

¿Quién de nosotros no tiene una vida interior muy grande? ¿Y qué poeta no nos la cuenta una y otra vez? En esta sección mi alma se desnudará. Incluso he comprado una nueva para tenerla más grande. Porque, en el fondo, yo también quiero ser feliz.

Soy una persona feliz y con mucha vida.

sábado, febrero 13, 2010

VIDA INTERIOR/41: SÁBADO DE CARNAVAL

¿Quién de nosotros no tiene una vida interior muy grande? ¿Y qué poeta no nos la cuenta una y otra vez? En esta sección mi alma se desnudará. Incluso he comprado una nueva para tenerla más grande. Porque, en el fondo, yo también quiero ser feliz.

Soy una persona feliz y con mucha vida interior.

miércoles, febrero 10, 2010

(sentirse como teniendo media) PENSIÓN

La voz de alarma sobre la imposibilidad de mantener el actual sistema de pensiones ha partido esta vez, en un ejercicio de responsabilidad al que sin duda ya nos tiene acostumbrado, del propio gobierno. Tras ella han surgido, como feroces carroñeros, la mayoría de los contertulios, ya sea con conocimiento o sin él de lo que decían, y la opinión publicada. Pero, tal vez, lo más interesante, es que se ha pretendido que la defensa de la propuesta de modificación regresiva del sistema de pensiones, porque es a peor para el trabajador, no se hacía desde una determinada visión política sino desde la incontestable realidad: era necesaria. Así, se presentaba a la reforma a peor de las pensiones, la degradación efectiva del servicio, como un hecho inevitable y avalado por el conocimiento científico neutral: es economía. Y, por consiguiente, nadie, excepto los ignorantes, parecía poder oponerse. Y debíamos creer a los expertos.

Sin embargo, este artículo, dentro de nuestras posibilidades y nuestra ignorancia, pretende, en primer lugar, rebatir los argumentos empleados para señalar la necesidad e inevitabilidad de dicha reforma, tal y como se proclama, y defender la hipótesis de que nuestra sistema de pensiones es viable. Pero no queremos quedarnos ahí sino que pretendemos –como siempre pretenciosos- analizar porqué, si nuestra hipótesis es cierta, se quiere sin embargo, y lejos de la verdad científica, presentar el sistema público de pensiones español como condenado técnicamente al fracaso. Es decir, mostrar qué interés está detrás de ese análisis que se autoproclama neutral y técnico.

Vayamos, primero, con la parte estrictamente económica. Para empezar una aclaración no tramposa: efectivamente, el sistema de pensiones español es un sistema de reparto y no de capitalizacion. Esto quiere decir, grosso modo, que aquello que está usted pagando ahora no es una inversión para su futura pensión sino el dinero con que se pagan las actuales pensiones: se gasta, para entendernos, en los pensionistas actuales. Efectivamente, usted paga las pensiones actuales y las generaciones futuras, mis alumnos entre otros, pagarán, presumiblemente, la suya. Y la mía. Esto es así, una razón, porque al iniciarse el sistema, que antes no existía, era la única manera racional y justa de hacerlo: los que se iban a jubilar no habían cotizado su propia pensión y por tanto un sistema de capitalización hubiera sido imposible para ellos: no había inversión personal. Pero también es así porque se trata no de un sistema solidario, repugnante palabra, sino de justicia social: si uno ha trabajado toda su vida, y en cierta medida eso es también contribuir al bienestar social, merece unas condiciones dignas de retiro que no tengan que ver, necesariamente, con su base de cotización. Así, el sistema de reparto era una opción política frente a otras.

Ahora bien, se asegura, y este es el quid de la cuestión, que este sistema es inviable tal y como está. Y se señalan para realizar dicha afirmación una serie de hechos: primero, un asunto demográfico pues cada vez hay más viejos en detrimento de población trabajando; y, segundo, que la economía, como consecuencia lógica, no podría mantenerlo.

Empecemos por el primer argumento: la demografía demuestra, se nos dice, que habrá un mayor número de viejos que de jóvenes y, por tanto, de no cotizantes pensionistas frente a trabajadores cotizantes. Obsérvese un primer dato: en esta interpretación interesada, población y cotizantes son idénticos. Así, se puede hacer la falacia de extrapolar los datos actuales de cotizantes al futuro solo haciendo la regla de tres. Por ejemplo, si actualmente hay un 60%, número elegido al azar pues luego daremos cifras exactas, de población cotizante, al disminuir el número total de población en edad de trabajar y mantenerse el de cotizantes este disminuirá lógicamente pues ese 60% lo será sobre menos número (del mismo modo como un 10% de la población china es más que un 10% de la española). Así, el número de cotizantes es invariable respecto al de población. Y bajo esta falacia se presenta todo el desarrollo posterior. Pero, la falacia es solo falacia. Porque los cotizantes no son el núcleo de la población en edad de trabajar sino sólo los que efectivamente trabajan. Y en España son pocos en relación al porcentaje –y no, precisamente, porque aquí haya más vago-.

Efectivamente, en España los cotizantes son ciertamente bajos fundamentalmente por tres factores: el paro, la escasa presencia de la mujer en el mercado de trabajo y la economía sumergida. Cuando un trabajador cobra un salario de forma legal, cotiza a la Seguridad Social y por tanto alimenta el fondo de pensiones. Sin embargo, si alguien está en edad de trabajar y no lo hace no cotiza y, por consiguiente, no genera ingresos en el fondo para las pensiones futuras. En España hay más de cuatro millones de parados que no cotizan para las pensiones. Ello implica, aproximadamente, un 20% de la población activa que si cotizaran, al menos en su mayor parte, los fondos económicos para las pensiones públicas se multiplicarían extraordinariamente. Es decir, el futuro de las pensiones tiene que ver con reducir el paro, en primer lugar.

Pero, en segundo lugar, nuestra tasa de empleo femenino es bajísima en comparación a la UE. Efectivamente, estamos por debajo de la media, y vaya países que tiene la media, y estamos, por ejemplo, 20 puntos por debajo de Dinamarca (73% entre los nórdicos frente a un 53% para España) o 14 puntos por debajo de Holanda. Pero, ¿eso quiere decir que las mujeres españolas son vagas y no trabajan? ¿Por qué los distintos gobiernos no lo incentivan? Pues es sencillo, como España está por debajo de la Unión Europea en gasto social, son, precisamente, las mujeres quienes en gran parte realizan esa indispensable labor y por ello, aunque realmente trabajan, no cotizan. Y que conste que aquí no pedimos que a las mujeres se les pagara por esto, pues sería reaccionario al condenar a las mujeres de clase baja a su ambiente para siempre, sino que sencillamente los gobiernos no fomentan la incorporación de la mujer al trabajo en España porque en realidad es una forma de ahorra gasto social –a costa, explico, de negar derechos a esas mismas mujeres-.

Y, tercero, queda algo. En España la economía sumergida alcanza, como mínimo, un 20% del Producto Interior Bruto. Y con ella hay toda una mano de obra que trabaja pero no cotiza. Ya sé que usted, amable lector de derechas, conoce a un amigo que conoce a un vecino que a su vez leyó en internet que hay un fontanero que es un golfo. Pero desengáñese: la inmensa mayoría de los trabajadores en economía sumergida lo son porque no pueden ganar dinero de otra forma. Y, adivinen, tampoco cotizan.

Así, el argumento demográfico es falaz porque no tiene en cuenta que la economía española presenta elementos de cotización propios que si se solucionaran incluyendo a los sectores arriba indicados añadirían a un altísimo número de cotizantes con la misma población y por tanto sin necesidad de extender la cópula reproductiva. Pero hay más. Porque efectivamente las pensiones españolas solo se nutren de las cotizaciones específicas pero no del resto de impuestos. Y esto sí es una decisión política. Sería fácil, puesto que sería un derecho ciudadano, que el fondo de pensiones recibiera también dinero de los impuestos, tanto directos como indirectos, que, por ejemplo, con tanta gracia nos ha subido el gobierno presuntamente izquierdista de Zapatero –nota: ¿alguien de esa presunta izquierda que nos acusaba de derechistas por desenmascar hace ya tiempo al presidente del gobierno nos va a pedir perdón alguna vez?-. Si hay dinero para financiar los reinos de taifas en que se han convertido las autonomías con los impuestos, auténtico agujero negro de la economía nacional, ¿no lo hay para financiar las pensiones? Es, por eso, la financiación de las pensiones no solo un asunto técnico, ya desmontado, sino político: hay cosas que interesan y cosas que no. Y la financiación autonómica es mantener una élite política, por eso interesa y aunque se vote en contra se coge el dinero y se corre, y las pensiones no.

Pero, ¿por qué no? ¿Acaso subirá la edad de jubilación a los 67 años? Desengáñense y respiren tranquilos: no. O al menos no en mucho tiempo. En realidad la propuesta es un globo sonda que tiene otra finalidad –repetida varias veces-: generar una inquietud que active una respuesta en fondos privados. Efectivamente, en España los servicios públicos van poco a poco privatizándose en una vía subsidiaria: se mantiene la oferta pública pero se financia, con dinero público, la privada. Esto ya se ha hecho en educación, la concertada, se desarrolla en sanidad, siendo Madrid un buen ejemplo, y se pretende ahora generar en pensiones. El sector financiero español es, seguramente, la parte de la economía nacional más poderosa y, curiosamente, la única que, exceptuando ese engendro que es la caja de ahorros, no ha recibido aún la prebenda de la financiación de un servicio público. Generar incertidumbre en la clase media sobre sus pensiones, incertidumbre cierta sin duda visto nuestro parlamento, implica generar un estado de opinión favorable a los fondos privados de pensiones. Garantizar luego que estos fondos ya no sean individuales sino, favoreciéndoles por ley, de empresa o sector en detrimento del público es un siguiente paso –que por cierto ya se empieza a hacer en ciertos sectores-. El negocio financiero, inmenso, está servido: un alto número de españoles cada mes cotizarán pública y privadamente. Y el nivel de inversión en las finanzas privadas promete mucho. Un gran negocio es, ¿cómo se llama?, una decisión técnica económica y política. Y además, aquí sí, inevitable: porque beneficia a unos a favor de otros. Pero, no crean, eso no es explotación capitalista, que es más serio que todo esto, sino solo rapiña.

martes, febrero 09, 2010

¡BASTA DE DEMAGOGIA!

Tras cuarenta y ocho días de vacaciones, los diputados vuelven a trabajar.

¡Ya esta bien!
¡Basta de demagogia!

Es cierto.
Tras cuarenta y ocho días de vacaciones, los diputados vuelven.

viernes, febrero 05, 2010

UNA PREGUNTA (social) SOBRE LA REFORMA LABORAL

Estaba yo, que soy así, leyéndome el documento que el gobierno ha dado a sindicatos y empresarios (ahora creo que les llaman empleadores) sobre la reforma laboral que propone y de pronto -en II,1- me encuentro con esto:

Está comúnmente admitido que la contratación temporal ha sido, desde hace ya veinticinco años, la fórmula mayoritariamente utilizada por las empresas españolas para obtener flexibilidad. De hecho, el recurso excesivo a la temporalidad ha impregnado nuestro sistema de tal forma que ha reemplazado la utilización normalizada de múltiples instituciones laborales tales como los períodos de prueba al inicio de las contrataciones indefinidas, la contratación a tiempo parcial, los contratos formativos o las medidas de flexibilidad interna que, como es fácilmente constatable, son empleadas en nuestro país de forma significativamente más reducida que en los países de nuestro entorno europeo.

O sea, que las empresas han estado realizando un, por ser suaves, fraude de ley. ¿ Y qué ha hecho durante veinticinco años la inspección de trabajo? -esto es la pregunta-

Y otra cosa más -esto es una adenda-. Si resulta que es cierta la hipótesis que presenta el mismo gobierno y efectivamente la patronal ha abusado de la contratación temporal para negar derechos, ¿qué podemos esperar si Díaz Ferrán, un tipo cuando menos no recomendable, dice salir contento?

Pero hay una tranquilidad: tenemos sindicatos independientes.

jueves, febrero 04, 2010

¡DIOS MÍO! (bueno, más bien suyo)

Estaba yo preparando un sesudo artículo sobre el último desliz de Aguirre y estudiando sobre pensiones para otro, cuando veo que Intereconomía ha convocado a rezar un padrenuestro por España. Y no sé yo si convocar, bajo la misma perspectiva profundamente racional, a realizar un sacrificio de palomas -de papel, que las otras da no se qué matarlas por tan poco-, para que Zeus, u Osiris, ayuden a nuestro país. Quizás, directamente, poner perejil a S. Pancracio, que llevo un décimo de lotería. O incluso, ponerme hacia la Meca -no piensen eso, por Dios- y pedir a Alá que nos ayude. Aunque lo último queda descartado porque si lo hago sería un fanático.

Pero, el asunto es más serio de lo que parece. Porque detrás de esto hay una idea sobre la supuesta superioridad moral y profunda de los espiritual, y con ella de la religión, sobre lo material. Y dicha idea, que una vez tuvo sin duda un carácter emancipatorio, ha llegado ya a ser falsa. Y por eso, tal vez una chanza no haga toda la justicia. Aunque quizás también, bien mirado, la propia chanza suprema sobre el cristianismo -que también una vez, hasta la Modernidad, fue fuente de progreso- sea su triste agonía.


martes, febrero 02, 2010

UN POCO DE VISCERALIDAD

No es bueno. Pero de vez en cuando, y a la espera de una necesaria explicación, resulta importante decir simplemente que no. Incluso, aunque a mí no me guste, con una expresión malsonante. Porque las expresiones malsonantes, precisamente, están para estas oportunidades. En fin, que me acabo de hacer del grupo de Facebook Va a trabajar tu puta madre hasta los 67 años.
Aunque no sé, mirando ciertos comentarios parece intereconomía. Y uno, aún, elige hasta con quien dice tacos. Que vaya, no sé si invitarles. Seguiremos informando.