viernes, abril 28, 2006

¿LA CONDENA?

BATASUNA se disculpa:

En estas últimas 48 horas se han producido dos hechos muy graves, el caso de Barañáin y, posteriormente, el caso de Getxo. Batasuna quiere dejar patente que hace suya la nota de la plataforma Barañaingo Irrintzia . Esperamos que no se reproduzcan, como tampoco las detenciones y la violencia por parte de los Estados que niegan al pueblo vasco el derecho a decidir.

EL PADRE lo lamenta:

Contaba Gila que en su pueblo eran muy amigos de las bromas. Y le dijeron al Indalecio que los nuevos cables de alta tensión eran para colgar la ropa. Y así, el Indalecio murió electrocutado y convertido en cenizas. Pero, como se trataba de una broma y hay que ser buen paisano, el padre del fallecido comentó:

- Me habéis dejao sin hijo, pero me he reído…

miércoles, abril 26, 2006

LA REPUBLICA Y EL MITO COMO LEGITIMACION

Hay dos tipos de legitimación de las teorías políticas: aquella que se basa en el pensamiento mismo por una cadena de demostraciones y teorías; y aquella que apela a principios externos como la historia, la naturaleza o cualquier otro hecho presunto, casi siempre, o real. Las primeras suelen ser teorías revolucionarias que pretenden transformar radicalmente la realidad; las segunda, sin embargo, son teorías conservadoras o directamente reaccionarias que a través de la aceptación de lo que ya es (o ha sido) pretenden perpetuarse en el presente.

Así, la reciente soflama de la autodenominada izquierda -esos panegíricos en los que se mezclaban a partes iguales la ignorancia, la mitificación y la mentira- sobre la II República nos da la pista para analizar su actual pensamiento. Y todo porque tiene que ver con lo anterior.

En efecto, la izquierda a medida que ha ido restando contenido ideológico ha ido perdiendo su racionalidad y con ella, lógicamente, su legitimación a través del pensamiento Así, se desliza hacia el mito. De esta forma, desaparecidas sus ideas, aparecen dos elementos claves: por un lado, la aparición de un lenguaje mistificado cuyas palabras no tienen significado real sino una presencia santa indiscutible; por otro, la búsqueda de la legitimación no en el pensamiento enfrentado a lo real -las ideas ya abandonadas- sino en la propia realidad dada. Se trata, en definitiva, de lograr una armonía suave entre el presente y la ideología. De esta forma, desaparece la diferencia entre Razón y realidad, clave de la idea de progreso, y todo se reduce a lo que ya hay.

El lenguaje mistificado -palabras nunca definidas ni analizadas sino admitidas por su uso redundante en los medios: izquierda, progresista, solidaridad, pueblo, y tantas otras incluyendo ahora realidad nacional- aparece así como la formación del discurso. Este desaparece como construcción racional y solo se convierte en consigna. Es la repetición sistemática del tranta da la identidad y quien no lo mantiene es arrojado a las miserias exteriores: es de derechas o, siendo bondadosos con él, hace el juego a la derecha.

Pero el hombre es un animal extraño y busca no solo la comodidad sino también el fundamento. Y es ahí donde surge el segundo tema. Una fundamentación intelectual es ya incompatible con un lenguaje mistificado: con la consigna y el discurso totalitario. Por eso, la fundamentación racional, que busca criticar, investigar y no asentir, no sirve. Y hay que buscar una fundamentación mítica. Y la izquierda actual la ha encontrado en la historia. De hecho, la unión de izquierda y nacionalismo, uno de los errores que se pagará muy caro, o la defensa de los irracionales derechos histórico dan idea de hasta qué punto la izquierda ha asumido la estructura ideológica del tradicionalismo: el pasado legitima el presente.

Y es aquí donde entra el bochornoso y ridículo, a partes iguales, espectáculo de la república. De la forma más cursi posible, con ese aire ñoño que nunca abandonó a la autoproclamada izquierda y que la une directamente con la parroquia de la esquina, se busca tender un puente entre pasado y presente con el fin, precisamente, de legitimizar el pesente por el pasado. La izquierda huérfana de de ideas y de proyectos más allá del discurso parroquial (ahí están Zapatero y Llamazares para demostrarlo) mira la foto del abuelito y, como las mejores familias burguesas, la cuelga en el salón para asegurarse un futuro a través de la representación de un pasado falsificado. Una república sin tacha, un mundo de la abeja Maya irreal y falso, se abre así como garantía de un futuro que ya no existe. Con la ideología de mínimos de la nueva izquierda -una socialdemocracia finiquitada, una tercera vía fracasada y una tontería surgida por nuestro presidente: ser demócrata social, optimismo antropológico, ética práctica y alianza de civilizaciones- la fundamentación de su teoría resulta conservadora pues su cosmovisión no es sino la propia visión del mundo liberal. Así, la comprensión del mundo, la filosofía de la política, es la gestión. Y, por lo tanto, la única diferencia posible ya, pues no está en el análisis del presente, es en el pasado: no en aquello de cómo debe ser el mundo, pues este ya se considera definitivamente formado, sino en cómo fue. Así, el rito, en cuanto a la consagración de un tiempo que ya carece de proyección futura y que sólo se fija en el presente perpetuo, surge con fuerza. Y el mito, en España, se llama República.

Pero, como ya lo dijo alguien con más acierto de lo que lo podríamos decir nosotros será mejor utilizar sus palabras:
Hegel dice en alguna parte que todos los grandes hechos y personajes de la historia universal aparecen, como si dijéramos, dos veces. Pero se olvidó de agregar: una vez como tragedia y la otra como farsa.
Karl Marx, El dieciocho brumario de Luis Bonaparte

ZIDANE



Dijo el cuervo
- Nunca más


Edgar Allan Poe, El cuervo

jueves, abril 20, 2006

ARISTÓTELES, JOSÉ BLANCO Y YO

Uno:
Aristóteles, filósofo griego del siglo IV a. C., creía en el orden del mundo. Y pensaba, de forma genial aunque seguramente equivocada, que este orden pertenecía a la propia naturaleza. Así, dio su teoría de las categorías, de aquello que se podía predicar de todos los seres. Es decir: cualquier ser del mundo, por el mero hecho de ser algo, debía cumplir una serie de características. Según Aristóteles eran diez. Por ejemplo, todo ser por el hecho de ser está en un lugar y en un tiempo y, también, tiene una cantidad.

Dos:
José Blanco, portavoz del PSOE en el siglo XXI d. C, ha seguido investigando. Y ha llegado a una conclusión. Hay una categoría más: legalidad. Y así, para algo ser existente debe ser legal. Y, por consiguiente, como en los viejos silogismos, lo ilegal no existe. Y llevada la teoría al terreno de lo que el presidente del gobierno, otro pensador, definió como ética práctica, Ibarretxe se ha entrevistado con Otegi pero no con Batasuna. Porque Batasuna está ilegalizada, y lo ilegal, según Blanco el pensador, no existe.
Pero hay más en esta nueva teoría de la Categorías. Porque la de tiempo está ahora también en disputa.
Pues repasando la hemeroteca vemos que cuando Ibarretexe hizo eso mismo en 2005, el diario El País (independiente de la mañana cuando igual todavía todo ser para existir, según Aristóteles, debía estar en un tiempo) señalaba en un titular del 4 de mayo de 2005 que El Gobierno asegura que la entrevista de Ibarretxe con Otegi choca con la ley.
Y además ahora sabemos que el hecho de que el matasellos de las cartas buscando extorsionar a los empresarios navarros lleve fecha posterior a la tregua no significa ya nada. Aunque el tiempo unicamente, curioso pero superable por la mentira, vaya hacia delante.

Tres:
Yo estaba en COU, curso que se correspondía al actual 2º de Bachillerato. Y otros estaban, claro, conmigo. Y decidimos, de forma falsa pues lo que seguramente deseábamos era la integración absoluta, automarginarnos. Y en un juego, mitad broma mitad rabia, inventamos un conjuro: cham, no existes. Y el objeto de nuestro de nuestro malestar desaparecía. Pero, así y todo, sabíamos que era falso. Porque la realidad, tozuda, permanecía no sólo a nuestro alrededor sino, también, sobre nosotros. Pero, tal vez, nosotros, incluso en nuestro ridículo, pretendíamos algo más que permanecer como éramos.
Tal vez algo más que mantenernos en el poder.

lunes, abril 17, 2006

A FAVOR: MANIFIESTO DE EUSTON

Pues estaba yo leyendo ese blog irrenunciable que es el de Arcadi Espada y me encontré con esto. Lo leí y lo apoyo, con ciertas discrepancias típicas de un marxista, seguro, pero no hay nada mejor ante la estupidez actual de la autollamada izquierda. Un poco de luz, que ya hacía falta.

MANIFIESTO DE EUSTON (traducción de Ana Nuño tomada de Arcadi Espada)

Por una renovación de la política progresista
A. Preámbulo
Somos demócratas y progresistas, y proponemos un nuevo alineamiento político. Muchos pertenecemos a la izquierda, pero los principios que propugnamos no provienen exclusivamente de este ámbito. De hecho, abarcamos desde la izquierda socialista hasta los liberales igualitarios y otros comprometidos de manera clara con la democracia. En realidad, la reconfiguración del pensamiento progresista a la que aspiramos implica el trazado de una frontera entre las fuerzas de izquierdas que permanecen fieles a sus valores auténticos y otras corrientes que últimamente han manifestado una excesiva flexibilidad respecto de esos valores. Supone hacer frente común con los demócratas de verdad, sean o no socialistas. Nuestra iniciativa hunde sus raíces en Internet, especialmente en la “blogosfera”, a través del cual ha hallado su base de simpatizantes. Somos conscientes, sin embargo, de que esta base política está infrarrepresentada en otros ámbitos, como los medios de comunicación y otros foros de la vida política contemporánea.A continuación exponemos nuestra declaración de intenciones, resumida en principios básicos que suscribimos. Con ella inauguramos un nuevo sitio en la Web que brindará apoyo a la corriente de opinión que aspiramos a representar y que acogerá diversos blogs fundacionales y otros sitios en la Web que se asocian a este llamamiento por una nueva configuración progresista.
B. Declaración de principios
1. Por la democracia
Manifestamos nuestro compromiso con las normas democráticas, sus procedimientos e instituciones, entre las que destacamos la libertad de opinión y reunión, los comicios libres, la separación de los poderes legislativo, ejecutivo y judicial y la del Estado y la religión. Apreciamos las tradiciones e instituciones y el legado de buen gobierno de aquellos países en los que ha arraigado la democracia pluralista y liberal.
2. Contra la apología de la tiranía
Nos negamos a justificar o a manifestar nuestra indulgente “comprensión” de los regímenes y movimientos reaccionarios para los cuales la democracia es un enemigo detestado; unos regímenes que oprimen a sus propios pueblos y unos movimientos que aspiran a poder hacerlo. Trazamos con mano firme una frontera entre nosotros y quienes desde posturas progresistas de izquierdas se apresuran actualmente a brindar razones exculpatorias a estas fuerzas políticas.
3. Derechos humanos para todos
Consideramos que los derechos humanos fundamentales inscritos en la Declaración Universal son precisamente universales y que son obligatorios para todos los Estados y movimientos políticos y, de hecho, para todos los seres humanos. Las violaciones de estos derechos deben ser condenadas, con independencia de quiénes sean sus responsables y de cuál sea su contexto cultural. Rechazamos el doble rasero que actualmente aplica buena parte de la autoproclamada opinión progresista, para la que las violaciones de los derechos humanos más benignas (aunque desgraciadamente existentes) cometidas cerca de casa o a manos de gobiernos desfavorecidos son siempre más denunciables que otras violaciones flagrantemente más graves. Rechazamos asimismo el relativismo cultural en virtud del cual es posible sostener que estos derechos humanos básicos no son aplicables a determinadas naciones o pueblos.
4. Igualdad
Abrazamos los principios de una política igualitaria universal. Aspiramos al progreso en las relaciones entre los sexos (hasta lograr la igualdad de género plena), entre diferentes comunidades étnicas, entre los seguidores de las diversas religiones y quienes no tienen afiliación religiosa y entre personas de distintas orientaciones sexuales, así como a la igualdad social y económica más amplia en todos los ámbitos. Por manifestarse entre nosotros diferencias de apreciación al respecto, dejamos abierta la definición de las mejores formas económicas de lograr esta igualdad generalizada, pero apoyamos los intereses de los trabajadores en todo lugar y su derecho a organizarse para defenderlos. Los sindicatos democráticos son las organizaciones de base en la defensa de los intereses de los trabajadores y una de las más importantes fuentes de los derechos humanos, la promoción de la democracia y el internacionalismo igualitario. Los derechos laborales son derechos humanos. Consideramos una prioridad la adopción universal de las Convenciones Internacionales de Regulación del Trabajo, en la actualidad sistemáticamente ignoradas por los gobiernos de todo el planeta. Estamos comprometidos en la defensa de los derechos de la infancia y en la protección de las personas contra la esclavitud sexual y cualquier forma de malos tratos institucionalizados.
5. Desarrollo para la libertad
Defendemos el desarrollo económico global para la libertad y contra la opresión económica estructural y la degradación del medio ambiente. La expansión actual de los mercados globales y la libertad de comercio no deben servir los limitados intereses de una pequeña elite corporativa del mundo desarrollado y sus asociados en los países en desarrollo. Los beneficios del desarrollo a gran escala a través de la expansión del comercio global deben distribuirse los más ampliamente posible a fin de servir los intereses económicos y sociales de los trabajadores, agricultores y consumidores de todos los países. La globalización debe aspirar a una integración social global y al compromiso con la justicia social. Apoyamos una reforma radical de las principales instituciones encargadas del gobierno global de la economía (Organización Internacional de Comercio, Fondo Monetario Internacional, Banco Mundial) para que lleven a cabo estas políticas, y apoyamos asimismo el comercio justo, el incremento de las ayudas, la cancelación de la deuda y la campaña “Make Poverty History”. El desarrollo puede garantizar el incremento de la esperanza de vida y la mejora de su disfrute, mediante la atenuación de los trabajos más pesados y la disminución de la jornada laboral. También puede aportar una mayor libertad a los jóvenes, posibilidades de nuevas actividades para los adultos y seguridad para los ancianos. Incrementa las perspectivas y oportunidades de viajar y contribuye a que los extraños se hagan amigos. El desarrollo global debe implementarse de manera que garantice un crecimiento sostenible para el medio ambiente.
6. Oposición al antiamericanismo
Rechazamos con la mayor firmeza el antiamericanismo que actualmente infecta una parte importante del pensamiento progresista de izquierdas y parte del conservador. No se trata de postular a EE.UU. como modelo de sociedad, de cuyos problemas y defectos somos conscientes. Pero éstos forman parte también, en mayor o menor medida, de todo el mundo desarrollado. Estados Unidos de América es un gran país y una gran nación, que alberga una democracia consolidada con una noble tradición a sus espaldas y logros sociales y constitucionales duraderos alcanzados en su nombre. Sus gentes han producido una cultura llena de vida que procura placer, conocimiento y envidia a millones de personas. El hecho de que la política exterior de EE.UU. con frecuencia haya luchado contra gobiernos y movimientos progresistas y apoyado a algunos que son autoritarios y regresivos no puede justificar un prejuicio generalizado contra ese país y sus gentes.
7. Por la solución de los dos estados
Reconocemos el derecho tanto del pueblo israelí como del palestino a la autodeterminación, en el marco de dos estados distintos. La subordinación o eliminación de los legítimos derechos e intereses de una de las dos partes del conflicto no puede constituir una solución razonable del mismo.
8. Contra el racismo
Para los progresistas y la izquierda el antirracismo es un axioma de base. Nos oponemos a cualquier forma de prejuicios y comportamientos racistas, trátese del racismo antiinmigrantes de la extrema derecha; del racismo interétnico y tribal; del racismo contra personas originarias de países musulmanes y sus descendientes, especialmente en el marco de la Guerra contra el Terrorismo. La reciente reaparición de otra forma ancestral de racismo, el antisemitismo, no ha sido aún convenientemente reconocida en ambientes progresistas y de izquierda. Algunos explotan los legítimos agravios del pueblo palestino sometido a la ocupación israelí para enmascarar sus prejuicios contra el pueblo judío detrás del eslogan del “antisionismo”. De más está decir que también nos oponemos a este tipo de racismo.
9. Unidos contra el terror
Nos oponemos a todas las formas de terrorismo. El asesinato deliberado de civiles es un crimen reconocido por las leyes internacionales y todos los códigos de conducta bélica, y no puede ser justificado con el argumento de que se realiza en nombre de una causa justa. El terrorismo de inspiración islamista es hoy una realidad generalizada. Constituye una amenaza a los valores democráticos y la libertad de las personas en numerosos países. Ello no debe servir de justificación para los prejuicios contra los musulmanes, que son sus principales víctimas y entre los que se encuentran algunos de sus más valientes opositores. Pero como todo terrorismo, éste constituye una amenaza que ha de ser combatida y no justificada.
10. Un nuevo internacionalismo
Apoyamos una política internacionalista y la reforma de las leyes internacionales en pro de la democratización y el desarrollo globales. Las intervenciones humanitarias, cuando son necesarias, no son un desprecio de la soberanía sino su conveniente aplicación a la “vida en común” de las personas. Sólo los Estados que protegen mínimamente la vida en común de sus gentes (porque no torturan, asesinan o masacran a sus propios civiles y cubren sus necesidades vitales básicas) merecen que su soberanía sea respetada. Pero si el mismo Estado viola la vida en común de manera flagrante, su derecho a la soberanía queda revocado, y la comunidad internacional tiene la obligación de intervenir humanitariamente. Cada vez que se traspasa el límite de la inhumanidad, se impone la “responsabilidad de proteger”.
11. Apertura crítica
Basándonos en la desastrosa experiencia de las justificaciones de los crímenes del estalinismo y el maoísmo avaladas por la izquierda, así como en más recientes ejemplos de esta conducta (algunas reacciones a los crímenes del 11-S, la búsqueda de excusas para el terrorismo suicida, la reciente y vergonzosa colaboración entre el movimiento del “no a la guerra” y los teócratas dogmáticos), rechazamos la idea de que no puede haber enemigos en la izquierda. Del mismo modo, rechazamos la idea de que no pueden tenderse puentes a ideas y personas situadas a nuestra derecha. Los izquierdistas que hacen causa común con. o hallan excusas para, las fuerzas antidemocráticas deben ser criticados de la manera más clara y contundente. A la inversa, prestamos atención a voces e ideas liberales y conservadoras que contribuyen al fortalecimiento de las normas y prácticas democráticas y a la lucha por el progreso de la humanidad.
12. La verdad histórica
En sintonía con los presupuestos humanistas de base del movimiento a favor del progreso de la humanidad, manifestamos enfáticamente el deber de los genuinos demócratas de respetar la verdad histórica. No sólo los fascistas, los negacionistas y otros de esta especie han intentado borrar las huellas de la historia. Una de las tragedias de la izquierda es que su misma reputación se vio masivamente comprometida por el movimiento comunista internacional, y algunos de sus miembros aún no han aprendido la lección que se impone. La honradez política y la franqueza son para nosotros una obligación fundamental.
13. Libertad de pensamiento
Defendemos la tradicional libertad de pensamiento liberal. Más que nunca, hoy es necesario afirmar que, con las normales limitaciones contra la difamación, el insulto y la incitación a la violencia, se debe defender el derecho a criticar ideas (incluso sistemas de ideas) suscritas por otros. Esto incluye la libertad de criticar las religiones, tanto los credos específicos como la religión en general. El respecto debido a los otros no supone el silenciar las propias creencias cuando se constata que están siendo relegadas.
14. Código abierto
En el marco del libre intercambio de ideas, y con el fin de fomentar las iniciativas intelectuales conjuntas, apoyamos el desarrollo sin trabas del software y otras herramientas creativas y nos oponemos al registro de genes, algoritmos y fenómenos de la naturaleza. Nos oponemos a la aplicación retroactiva de las leyes de propiedad intelectual en beneficio de los intereses corporativos de los propietarios de derechos de autor. El modelo “open source” (código abierto) es colectivo y competitivo, colaborativo y meritocrático. No es un ideal teórico sino una realidad comprobada que ha generado un conjunto de bienes comunes cuya solidez y fortaleza se ha consolidado durante décadas. De hecho, la colaboración en el marco del código abierto se desprende de los ideales colegiados de la comunidad de investigadores científicos, que han sido la fuente del progreso del hombre a lo largo de los siglos.
15. Una herencia que hay que proteger
Rechazamos el miedo a la modernidad, el miedo a la libertad, el irracionalismo, la subordinación de las mujeres. Y reafirmamos las ideas que inspiraron los grandes llamamientos colectivos de las revoluciones democráticas del siglo XVIII: libertad, igualdad y solidaridad, derechos humanos, búsqueda de la felicidad. Estas ideas seminales se convirtieron en nuestra herencia gracias a las transformaciones socialdemócratas, igualitarias, feministas y anticolonialistas de los siglos XIX y XX, que aspiraron a la búsqueda de la justicia social, el estado del bienestar, la hermandad y sororidad de todos los hombres y mujeres. Nadie puede verse excluido, nadie debe quedar marginado. Somos partidarios de estos valores. Pero no somos fanáticos, y por ello abrazamos igualmente los valores del libre cuestionamiento, el diálogo abierto y la duda creativa, del juicio ponderado y la conciencia de los límites impuestos por la realidad. Nos oponemos con el mayor vigor a la imposición de una verdad total, incuestionable y acrítica.
C. Elaboraciones
Defendemos las democracias pluralistas y liberales contra quienes ignoran las diferencias entre ellas y los totalitarismos y otros regímenes tiránicos. Pero las democracias tienen sus propios defectos y limitaciones. La lucha por el desarrollo de instituciones y actuaciones más democráticas, y a favor del acceso al poder de quienes carecen de influencia, voz o recursos políticos, es un aspecto vigente para cualquier programa de izquierdas.Las bases económicas y sociales en las que las democracias liberales se asientan están marcadas por profundas desigualdades de riqueza y salarios y por la pervivencia de privilegios inmerecidos. A su vez, las desigualdades globales son objeto de escándalo para la conciencia moral de la humanidad. Millones de seres humanos viven en la más terrible pobreza. Cada semana, decenas de miles de personas (sobre todo niños) mueren de enfermedades curables. La desigual fortuna, entre individuos y entre países, reparte arbitrariamente entre los hombres la posibilidad de sobrevivir.Este estado de cosas es un reproche permanente a la comunidad internacional. Nosotros, personas de izquierdas, respetando nuestras tradiciones, luchamos por la justicia y una vida digna para todos. En nombre de esas mismas tradiciones, también hemos de luchar contra las poderosas fuerzas de tiranías de corte totalitario que han vuelto a ponerse de manifiesto. Tenemos que librar estas dos batallas simultáneamente. No es posible sacrificar ninguna.Repudiamos el modo de pensamiento según el cual los sucesos del 11 de septiembre de 2001 fueron la moneda justamente devuelta a Estados Unidos, y que son “comprensibles” a la luz de los legítimos agravios generados por la política exterior de este país. Ese día se perpetró un asesinato masivo, inspirado por odiosas creencias fundamentalistas, que nada puede redimir. Ninguna formulación evasiva es capaz de ocultar este hecho.Los impulsores fundacionales de este manifiesto adoptaron posturas diferentes ante la intervención militar en Irak, unos a favor y otros en contra. Reconocemos que era posible disentir razonablemente de las justificaciones de dicha intervención, la manera en que fue llevada a cabo, la planificación (o falta de planificación) del período posterior y las posibilidades reales de una implementación exitosa del cambio democrático en ese país. No obstante, todos coincidimos en la valoración del carácter reaccionario, semifascista y asesino del régimen baasista iraquí, y reconocemos en su derrocamiento la liberación del pueblo iraquí. También nos reúne la opinión de que, desde ese día, la primordial preocupación de los auténticos progresistas e izquierdistas debió de ser la lucha por lograr la implantación en Irak de un orden político democrático y la reconstrucción de las infraestructuras del país, así como la creación, después de décadas de la más brutal opresión, de un marco de vida para los iraquíes condigno con el que quienes viven en países democráticos dan por supuesto, en lugar de escarbar entre las ruinas de Irak en busca de argumentos sobre la intervención.Esta actitud nos opone no solamente a quienes en la izquierda se han manifestado abiertamente a favor de las bandas de criminales djihadistas y baasistas de la mal llamada resistencia iraquí, sino también a quienes han buscado la manera de situarse entre estas fuerzas y los grupos que luchan por instaurar en ese país nuevas formas de vida democrática. Tampoco somos de la cuerda de quienes con la boca pequeña se declaran a favor de estos fines, mientras dedican la mayor parte de sus energías a criticar a sus adversarios políticos en casa (supuestamente responsables de todas las dificultades encontradas en Irak) y mantienen un silencio táctico casi total sobre las impresentables fuerzas de la “insurgencia” iraquí. Los numerosos opositores de izquierdas a un cambio de régimen en Irak que han sido incapaces de comprender los motivos que han conducido a otros miembros de la izquierda a apoyar ese proceso y que se dedican a decretar su anatema y excomunión, llegando recientemente a exigirles que hagan acto de contrición y se arrepientan, delatan con claridad meridiana los valores democráticos en los que creen. Las agresiones vandálicas contra sinagogas y cementerios judíos y los ataques a las personas judías están incrementándose en toda Europa. El “antisionismo” ha crecido hasta el punto de que supuestas organizaciones de izquierdas aplauden y apoyan a oradores abiertamente antisemitas y forman alianzas con grupos antisemitas. Entre personas cultas y acaudaladas se hallan individuos que no tienen empacho en afirmar que la guerra de Irak se hizo para defender intereses judíos o que elaboran otras sutiles y “educadas” insinuaciones acerca de la influencia de los judíos en la política nacional e internacional; unas insinuaciones que durante más de cincuenta años, y a consecuencia del Holocausto, nadie se hubiese atrevido a hacer públicamente sin correr el riesgo de deshonrarse. Nos oponemos firmemente a cualquier manifestación de este tipo de intolerancia.La violación de derechos humanos básicos en Abu Graib y en Guantánamo y la práctica de la “rendición” deben ser vigorosamente condenadas por lo que son: una desviación de los principios universales de cuya histórica adopción los mismos países democráticos, y principalmente Estados Unidos, son mayoritariamente responsables. Pero rechazamos el doble rasero que hoy permite a la mayor parte de la izquierda calificar de máximas violaciones de los derechos humanos las perpetradas por las democracias, mientras silencian o callan infracciones que las superan con creces. Esta tendencia ha alcanzado un grado tal que miembros oficiales de Amnistía Internacional, una organización que se ha ganado un enorme respeto en todo el mundo por su invalorable labor de décadas, puede ahora permitirse elaborar grotescas comparaciones entre Guantánamo y el Gulag, y afirmar que las leyes adoptadas por EE.UU. y otras democracias liberales en su Guerra contra el Terrorismo constituyen el mayor ataque contra los principios de los derechos humanos de los últimos 50 años, mientras voces progresistas y de izquierdas los aplauden por ello.
D. Conclusión
Es de vital importancia para el futuro de las políticas progresistas que las personas de sensibilidad liberal, igualitaria e internacionalista alcen hoy su voz con claridad. Debemos definirnos en contra de todos aquellos para quienes las políticas democráticas y progresistas han quedado subordinadas a un simplista y elemental “antiimperialismo” y/o a la hostilidad hacia la actual administración estadounidense. Los valores y objetivos que realmente constituyen esas políticas –los valores de la democracia, los derechos humanos, la batalla permanente contra el poder y los privilegios injustificados, la solidaridad con los pueblos que luchan contra la tiranía y la opresión– son los que más duraderamente definen los contornos de cualquier izquierda a la que valga la pena pertenecer.

EL EVANGELIO DE JUDAS

De todos los personajes que aparecen en los evangelios uno siente cierto interés, incluso mucho, por tres en especial: Judas, Pilatos y S. Pablo. Jesús, a nuestro entender, es demasiado lineal, demasiado bondadoso. Y resulta aburrido, aunque tenga, todo hay que decirlo, la que seguramente sea la mejor escena de toda la literatura religiosa, y tal vez también laica, cuando crucificado el propio hijo de Dios, según la religión, exclama: ¿Dios mío, Dios mío, por qué me has abandonado?
Recientemente ha aparecido el denominado evangelio de Judas. Y como siempre, la prensa lo ha presentado de forma entre ridícula e ignorante, aunque esta vez, todo hay que decirlo, apoyada por la propia organización de National Geographic. ¿Qué es el evangelio de Judas? Pues ni más ni menos que un evangelio de los denominados apócrifos. ¿Y qué significa esto? Pues sencillamente relatos sobre la vida de Jesús que la Iglesia nunca reconoció como "auténticos". Así, los evangelios apócrifos, de los cuales surgieron multitud de historias admitidas luego en la tradición como que los reyes magos eran tres o el buey y la mula en el portal de Belén, eran relatos de la vida de Jesús que, sin embargo, no pasaron la prueba del algodón del dogma. ¿Quiere eso decir que eran falsos? Pues teniendo en cuenta al poder, que normalmente es quien decide lo falso de lo verdadero, sí. Pero si tenemos en cuenta que muy poco, o casi nada, sabemos realmente de la vida de Jesús, pues no podemos decir gran cosa (excepto negar aquello que, sea en el evangelio que sea, vaya más allá de lo puramente racional). Es decir, que bajo un punto de vista no cristiano tan falso, o verdadero, es un evangelio como otro fuera de aquellos datos históricos ya admitidos (que Jesús existió realmente y que murió, seguramente, en la cruz). Por eso, no se entiende muy bien el revuelo organizado, que se apagará rápido, sobre el llamado evangelio de Judas. Y no se entiende en dos direcciones.
En primer lugar, porque lo que se ha descubierto no es nuevo exactamente sino que ya aparecía citado en los primeros escritos de los pensadores cristianos. O dicho de otro modo: su existencia se conocía y lo que faltaba era el texto. Por lo tanto resulta muy difícil que esto traiga ninguna revolución al cristianismo. Además, y para más inri (observen que ocurrente), parece que dicho evangelio pertenecía a la corriente gnóstica que resultaba bastante más reaccionaria, como toda la mística por otra parte, que la iglesia oficial. Y ello porque los gnósticos creían en los iniciados frente a la corriente católica (universal) que precisamente defendían la salvación de los sencillos (los simples). Así, el hecho de que no ganaran los gnósticos en el cristianismo permitió que el mensaje cristiano, que en un tiempo, hasta la Modernidad, fue un mensaje de emancipación y clave en la propio desarrollo de occidente, se expandieran como buena nueva para todos los hombres.
Pero, y segundo, lo más idiota de toda esta historia es la idea que cierto sector está generando sobre que nos encontramos con un texto revolucionario e incluso progresista porque reivindica a una figura excluida del cristianismo. Efectivamente, el argumento, representado el otro día en uno de los artículos más idiotas que uno ha tenido la desdicha de leer escrito por la progre oficial Fanny Rubio, es que este texto servirá para reivindicar la figura de Judas y, con ello, cambiar el cristianismo. Pero el argumento es ridículo. Y lo es por tres motivos: en primer lugar, porque para defenderlo habría primero que admitir que Judas existió realmente, es decir, habría que admitir el propio evangelio y además, encima, habría que dar mayor verosimilitud a uno en concreto y no a los otros. En segundo lugar, porque habría que admitir la parte fuerte de la argumentación: Judas, cual Guerra de las Galaxias, con todos nuestros respetos a las tres primeras películas y no al tostón posterior, cumplió una misión. Y, aquí está el tercero y la clave, al admitir este nuevo evangelio negaríamos aquello por lo que Judas nos resulta atractivo: su traición. Porque en la historia literaria, pues no sabemos si fue real o no, hay pocos personajes tan interesantes como Judas. Y el nuevo evangelio no hace sino simplificarle: como en lo peor de la saga de la galáctica, al final Judas cumplía una misión.
Y es precisamente la mística ñoña la que nos ha llevado a este punto. Pues es el propio miedo a reconocer el ateismo como la única forma posible del pensamiento sobre la religión lo que lleva a tratar siempre de salvar el fenómeno. En vez de reconocer que es el ateísmo la única respuesta posible actual a la religión ya definitivamente convertida en barbarie, aunque no siempre lo fuera, se busca el subterfugio de la reforma. Sin darse cuenta de que la religión más progresiva, y no por ello menos falsa ya, fue el cristianismo tal y como se dio y que de los que se trata no es de cambiarla sino, sencillamente, de superarlo. Pues lo verdadero que aún pervive, su anhelo de justicia, ya no la pertenece.

lunes, abril 10, 2006

CAMBIO DE GOBIERNO

La cosa va de mal en peor. Analizando los cambios de gobierno podemos ver como el perfil derechista no solo se mantiene sino que, incluso, aumenta. Pero, ¿qué entendemos por perfil derechista? Pues sencillo: primero, un perfil dominado por la idea de gestión: segundo, la satisfacción hacia el status quo empresarial y económico actualmente vigente en España; por otro, mantener buenas relaciones con el nacionalismo y su política paleta; y, cuarto, la definitiva renuncia ante cualquier ideal: se trata de llegar a acuerdos como sea y ganar, así, las siguientes elecciones para continuar con la política conservadora.

Analicemos.

En primer lugar sorprende que el cambio de carteras se produzca en tres áreas: defensa, interior y educación. Así, los ministerios más importantes socialmente, excepto educación que ya analizaremos, no cambian. ¿Y por qué? Pues sencillamente, porque no se debe cambiar la política social de derechas que se está llevando. Al fin y al cabo, analizando los diversos ministerios podemos ver la diferencia entre los que no cambian y lo que cambian.

Entre los que no cambian.
No cambia Industria ya que la OPA debe solucionarse a favor de quien estaba prescrita políticamente y que no es otra que Gas Natural y la oligarquía catalana (pagando el pacto y el alquiler por el poder). No cambia Economía, ya que la reforma fiscal de derechas –como siempre- debe seguir e incluso, ya lo ha señalado CIU, continuar con más medidas. No cambia Trabajo, pues la próxima reforma laboral, con menos derechos para los trabajadores, debe continuarse. No cambia Cultura, ¿sirve para algo?, ni Sanidad, la hizo un publirreportaje El País el otro día (manda quien manda), ni el resto de los ministerios a pesar de sus múltiples éxitos (impresionante acción en Vivienda -30 metros cuadrados-, increíble actuación en Exteriores –aquella frase del acuerdo de la cumbre de Barcelona que “sea como sea”-, sensata acción en Medioambiente –no ha hecho nada-…)

Pero, ¿por qué cambian los que cambian?

Empecemos por Bono. Lo analizaremos desde el punto de vista del propio ex ministro y el de Zapatero. La única forma de que Bono llegue a ser candidato electoral por el PSOE es que Zapatero fracase. Pero si Zapatero fracasa, ya lo ha hecho con el estatuto de Cataluña o con la LOE, y Bono desea presentarse como reemplazo no debe estar en el gobierno pues sino el fracaso del presidente sería el suyo. Así, lo mejor es estar fuera. Pero ahora, Zapatero ha dado un golpe de mano con el tema de ETA -de hecho Zapatero sabe, las encuestas lo afirman, que eso le podría hacer ganar las elecciones- y Bono solo puede esperar que salga mal para conseguir su elección. No se trata de sentimientos personales sino de carrera profesional. No es que Bono desee que salga mal o Zapatero desee que salga bien sino que, independientemente de su propia idea, en ello se juegan su futuro. Es un problema de profesionalidad. Y así, Bono debe dimitir para buscar su momento.

Pero, ¿por qué Zapatero acepta ahora, si fue hace tres meses, la dimisión? Pues por el mismo marketing. Se elimina a alguien discordante, ya se hizo con Rosa Díez, se da ejemplo a los díscolos y se presenta al propio ZP como un ejemplo de progreso para la ñoña crítica de la autodenominada izquierda frente a Bono. Pero además, eso permite un sutil cambio: situar a Alonso en Defensa (es decir: quitarle de Interior justo cuando la tregua de ETA debería ser llevada a cabo) y poner a Rubalcaba. ¿Y por qué defenestrar a Alonso? Desde luego Alonso no se ha caracterizado por tener una opinión distinta a Zapatero (ahí está Conde Pumpido como perrito faldero) pero con él hay un problema: podría tener ideas propias. En defensa cumplirá bien: va de progre y ya no hay nada que hacer ahí (es un cargo meramente técnico). Sin embargo, poner a Rubalcaba sí era importante. Alguien que carece de la mínima ideología y que se distingue por negociar lo que sea debe estar presente en la tregua de ETA. Al fin y al cabo es un aviso: nombro al que carece de pensamiento propio, al negociador capaz de todo porque las elecciones son importantes. Y el poder también. Así, la idea de gobierno de Zapatero se desvela en Rubalcaba.

¿Y educación? El desastre de la LOE tiene un precio. Pero no por la misma ley, tan mala como otras y aún peor, sino por algo doble: por un lado, la abstención de CiU ha resultado dolorosa pues implica a un futuro socio; por otro, ya ha empezado Andalucía, cada comunidad se prepara para tener su propia ley y el criterio del marketing político, qué consigues-qué consigo, debe prevalecer. Es hora de los negociadores. Así, se nombra a una ministra presentada como progre y cuyas primeras declaraciones ya han demostrado que no sabe de qué va la cosa, dejando en manos de los comerciantes la negociación con las autonomías para conseguir nuevos pactos, y más después del fracaso de San Segundo con CiU. A su vez, se hace un guiño a la universidad, auténtico poder fáctico en cuanto a su capacidad de hegemonización de la opinión pública, situando a uno de los nuestros en un alto cargo y señalando el camino futuro para otros (y justo cuando se tiene que negociar la reforma universitaria y, con ella, la necesaria reducción de caciques y cuotas de poder).

De esta forma, el cambio de gobierno solo trae la peor versión de Zapatero: marketing político puro y duro En realidad es este el gobierno en el que puede verse, por fin, su perfil político: la pura supervivencia en el poder.

miércoles, abril 05, 2006

PAN Y TOROS O DEL INTERÉS GENERAL


En el siglo XVIII, un autor español ilustrado, León Arroyal, escribió una obra: Oración apologética en defensa del estado floreciente de España. En realidad, una crítica sobre la situación que, por su contenido y de forma muy descriptiva, pasó a conocerse como Pan y toros.

En nuestros tiempos hay una huelga en RTVE. No vamos a entrar aquí quién tiene o no razón en ella, si el gobierno, que pretende un recorte de plantilla, o los sindicatos, que se niegan. Posiblemente ninguno la tenga. Pero sí que ha pasado, con el tema, algo interesante. Y es que el gobierno ha fijado por decreto los servicios mínimos (¿servicios mínimos en una televisión?). Y entre otras cosas ha señalado los informativos y los asuntos de interés general.

Y averigüen ustedes cuál es un asunto de interés general…
Pues, sí.
EL FÚTBOL.

Otra vez, la Memoria Histórica.

martes, abril 04, 2006

DE ESTATUAS Y RECUERDOS

Por lo visto, Rosa Regàs, nombrada a dedo por el gobierno para el cargo de director de la Biblioteca Nacional y premio Planeta -lo cual demuestra ya un currículo impresionante en aras de la emancipación- ha decidido retirar la estatua de D. Marcelino Menéndez Pelayo del vestíbulo de la Biblioteca Nacional. No sabemos el motivo de esta decisión, imaginamos que alguien que se presenta al Planeta siendo ya escritora publicada debe tener una causa emancipatoria para ello, pero la cosa sorprende. Y sorprende porque la cultura española, en concreto la cultura española de investigación científica sobre las humanidades, no sobra en nombres propios. Y si hay un nombre que brilla con fuerza ese es Menéndez Pelayo. Y es nombre propio independientemente de sus ideas políticas o sociales. Y esto no es tolerancia, ñoña, sino justicia.

Rosa Regàs, nombrada a dedo por el gobierno y habiendo ganado un premio Planeta, no se sabe si también a dedo, no creo que pase a la historia, aunque quizá lo haga a dedo. D. Marcelino Menéndez Pelayo, con su monumental obra, ya está en ella.

Y todo esto lo pienso mientras me acuerdo que volviendo de mi trabajo me encuentro a diario una estatua dedicada a Dolores Ibarruri, La Pasionaria, quien calló con Stalin, y mis alumnos van a un sitio que el ayuntamiento ha denominado Che Guevara (juro que es cierto). Y ambos sin condena de retirada sino orgullosamente expuestos.

lunes, abril 03, 2006

Y AHORA UNA DISCULPA

D. Judas, en su respuesta a nuestra última nota, creo que tiene razón. Porque me ha hecho caer en la cuenta de algo . Y es que puedo haber ofendido personalmente a gente que no se lo merece. Ustedes dirán, ¿pero D. Ricardo? Es distinto por motivos de conocimiento y viejas disputas que hemos tenido sin que nunca pasara nada. Pero cuando D. Judas ha respondido, sí que he podido notar que seguramente he resultado insultante.
Hay ciertas cosas que son de personalidad. Cada uno tiene la suya y, por motivos que ahora no vienen al caso, yo tengo una un poco, digamos, rara. Casi nada me ofende personalmente porque hay cosas que ya no me interesan, pero eso no quiere decir que nada de lo que se diga no sea ofensivo. Y lo que yo dije, pues ha ofendido a personas inteligentes, lo era. Así que pido disculpas si resulté ofensor pues esa no era mi intención en absoluto. Buscamos el debate y no el insulto.
Perdonen todos aquellos que se sintieron insultando.

domingo, abril 02, 2006

“PROGRES” Y VERDUGOS. UNA NOTA, UN ARTÍCULO Y UN AVISO. / Y 3.

Aunque tarde por motivos técnicos, y disculpándome por ello, contesto.


LA NOTA

El enfado de D. Ricardo, desmesurado a nuestro parecer, no puede sin embargo dejarnos indiferentes. Y no puede porque tiene razón en una cosa: hemos caído en un error. Efectivamente, si estamos en contra de lo que estamos no deberíamos haber caído en la contradicción de haber puesto que en unos momentos en que ser progresista, miren lo que pasa en España, es estar con los verdugos. Y claro, D. Ricardo ha montado en cólera. Y con derecho porque no debemos hacer afirmaciones sin explicarlas y, por tanto, sin dar la oportunidad a los afectados de defenderse racionalmente.
Así que debemos pedir disculpas. Y las pedimos.

EL ARTÍCULO

Una vez que D. Ricardo cogió el toro por los cuernos, de forma equivocada como pretendemos demostrar, se abrió la caja de los truenos. Y surgieron una serie de respuestas que, debido a estar muy ocupados, no pudimos atender como correspondería a un buen anfitrión. Sin embargo ahora queremos contestar, en líneas generales, a ellas. Y para ello, nos parece conveniente recoger la misma respuesta que nos dio D. Ricardo a nuestras preguntas. Porque, creemos, resume muy bien un estado de opinión que podríamos calificar de hegemónico en la autodenominada izquierda.

En primer lugar, nos interesa analizar la utilización del lenguaje, incluso su filosofía. Empezaré con un ejemplo. Durante la invasión de Irak varias páginas web, incluida la de D. Ricardo y la mía (El Piquete Digital), presentamos a Aznar como asesino o, mínimo, cómplice de asesinato. De hecho, hablo de memoria, hubo creo un juicio sobre una página web por ello y a muchos nos pareció absurdo pues considerábamos que el lenguaje en política tenía un registro diferente a el lenguaje legal. Es decir, admitíamos la idea, correcta, de que el lenguaje no era una isomorfía, a cada palabra un único significado, sino algo más rico. Sin embargo, D. Ricardo ya no lo cree así -aunque luego lo volverá a creer cuando hablemos del Sr. Llamazares-, pues él mismo, sin preguntar, decide que estar significa que yo [en cuanto progresista] ayudo a los asesinos a cometer sus asesinatos, que yo proporciono escondites a los etarras, que les busco armamento y material, porque eso –y no otra cosa- es estar con los verdugos.
Es decir, D. Ricardo decide lo que significan las palabras. Y lo decide literalmente. ¿Siempre? Pues no. Porque ante las declaraciones del señor Llamazares sobre que es medieval negar la política y sustituirla por la moral, D. Ricardo sí admite, curiosamente, la polisemia. Y así, al final y de forma mágica, el líder de IU quiso decir, cito textualmente: es que es antidemocrático que ciertas asociaciones de víctimas y el PP pretendan imponer una forma de pensar que es minoritaria a la mayoría. O sea, todo un ejercicio, permítanme la pedantería, de hermenéutica. Y de doble vara de medir. Porque el criterio sobre la utilización del lenguaje no es el mismo según el interés. Se produce así una perversión del lenguaje y este significa unas cosas según quién las diga. El lenguaje pierde así, y la opiniones con él, el componente objetivo y se transforma en instrumento de manipulación consciente o inconsciente. Hay un lenguaje siempre interpretable y otro literal. Viejo truco de la religión. Pero, y es grave, ahora copiado por la autodenominada izquierda.

En segundo lugar, aparece otro elemento fundamental: la pérdida del contenido político. Efectivamente, si ustedes revisan las respuestas a mi artículo o la de D. Ricardo verán que todas ellas se basan en dos principios formales: la legalidad y la legitimidad. Pero, curiosamente, nadie parece dispuesto en decir cuál es su opinión concreta sobre el tema. Así, la gente se preocupa de recordarme, como si no lo supiera, que es legítimo gobernar con la derecha (es decir: el PNV), acercarse a los terroristas (esa frase de Zapatero sobre Otegi) o no votar una propuesta que señala que tiene que haber vencedores y vencidos. Pero nadie señala, o casi nadie y desde luego D. Ricardo, como síntoma, no, si eso les parece bien o mal. Y eso, interesante para huir de la anécdota, ha ocurrido igual con ese miserable estatuto catalán cuyo debate era sólo si era constitucional o no. Así, los autodenominados progresistas han eliminado la justicia y la moral, Llamazares dixit (e incluso Pixie), y el análisis racional. Todo es ya pura gestión legalista. Y lo que no es así, reducido al pael legal, es reducido a la caridad cristiana y el viejo ser buenos: la solidaridad sustituye a la justicia. Y la idea clave de todo es un ansia infinita de paz, el amor al bien y el mejoramiento social de los humildes. Ñoñería.

Y , en tercer lugar, y cuando ya se ha llegado a ese relativismo ñoño, surge la idea de quien no es así, en el fondo quien no es un totalitario que manipula el lenguaje y sigue al jefe, es un dogmático. Y claro que uno lo es en esos términos pues ser dogmático, para ellos, es tener ideas propias y considerar que se tienen con razón: ser ilustrado. Pero al tiempo, ellos son capaces de señalar buenos y malos sin dogmatismo. Y haber, en la vieja terminología gramsciana, hegemoneizado a la sociedad. Así, la hegemonía de la ideología progre, lejos de la liberación que aún latía en Gramsci, pretende acallar las voces discordantes.

¿Qué hemos hecho con la política? ¿Cuándo desapareció la filosofía y la moral de ella? Anclados en sus marcas los distintos grupos autoindentificativos parece que la gente que opina se encuentra encantada de haberse conocido. Y de haber renunciado a ser libres. ¿Somos libres nosotros? Desde luego sería ridículo pretender que sí a priori. Pero al menos lo intentamos.

Y UN AVISO

Al fin y al cabo debían volver. Porque nunca se fueron del todo. Así que les hemos fichado después de su exitosa carrera en El Piquete Digital: Liberty Valance y Helios Guevara Castro. Fieles exponentes de somos de derechas y somos de izquierda. Todo sea por el éxito.

PROBLEMAS TÉCNICOS (Y GRAVES) / Y 2

¿Solucionados? Creemos que no. Pero lo suficiente para volver.