domingo, diciembre 30, 2007

LIBERTY VALANCE: CON LAS FAMILIAS CRISTIANAS

Liberty Valance, al igual que Helios Guevara Castro, se ha hecho colaborador de nuestras páginas. ¿Pero quién es Liberty Valance? Ante todo un español. Y ustedes estarán pensando que al definirse así será de derechas. Porque si se hubiera descrito como ante todo un catalán, ante todo un vasco, ante todo un gallego o de cualquier otro pueblo o tribu sería de izquierdas, pero siendo ante todo español… Pues sí, Liberty Valance es un liberal en lo económico y en lo político: o sea, de derechas. Y ahora que vuelve la memoria histórica Liberty Valance es un fiel defensor de la misma:¡¡Rojos a Moscú!!.

Nuestro pastor nos ilumina.
Aquí, en medio de centenares, qué digo centenares, miles, qué digo miles, centenares de miles, qué digo centenares de miles, millones de personas, pero de personas buenas y cristianas y no de las otras, disfruto de la jornada por la familia cristiana.
Y transmitido claro por Telemadrid.
¡Ah, la familia cristiana! Un padre, una madre, unos hijos, muchos hijos: una sola idea para todos. Y esa niña ahí, tan escotada. Y esa falda tan corta…

Nuestro pastor nos ilumina.
Venía yo para acá con unos amigos. Viriles todos, de la amistad auténtica y masculina: ni un roce, unos eructos (aprovechando que no había señoritas de las de verdad), unas cervezas. En el camino nos cruzamos con una chica de unos quince años y minifalda.
¡Será guarra!
Provocando, siempre provocando. Y claro, el mástil arriba. Y de pronto que veo que uno que pasa por la calle disimulando y no la mira.
Pues maricón.
Entre todos lo cogimos y le dimos una paliza. Desecho social. Para que aprenda. Por él.
Y ahora eructo otra vez.
¡Joder con la niña esta que se acerca! Me está poniendo…

Nuestro pastor nos ilumina.
Aquí con todas las familias. En unión. ¡Qué ejemplo! Allí arriba los pastores, aquí abajo el rebaño. Escuchar y obedecer. Como debe ser. Si parece un mitin y todo. ¿O son los mítines los que se parecen a una misa? Ya no lo sé. Los designios del Señor son inescrutables pero solo para casi todos: ellos los conocen. Mírales, tan lejos.
Y sin embargo esta niña tan cerca. Y con la gente que hay pues nos tocamos. La avalancha.
Y claro, uno no es de piedra.
Y claro, eso provoca.
¡Guarra! Seguro que lo disfruta. Estoy de buen ver todavía. Y ella lo desea. Seguro. Su fantasía: alguien como yo…
Verás como se despisten sus padres…

jueves, diciembre 27, 2007

ALGO SOBRE EL ABORTO

Las recientes actuaciones policiales sobre ciertas clínicas donde se realizan abortos ha destapado un problema siempre presente. No tratamos aquí del problema legal sino otro algo más extraño. Nos vamos a hacer una pregunta sencilla: ¿es moral el aborto?

Analicemos primero la cuestión para no hacer trampas. Cuando nos preguntamos por la moralidad de algo nos preguntamos por dos cosas: primero, si es posible ejercitar un juicio moral sobre ese hecho, es decir calificarlo moralmente de bueno o malo –por ejemplo, no es un asunto moral tener los ojos azules o marrones pero sí lo es matar ancianas aunque a veces todos hayamos tenido ganas de hacerlo-; segundo, y al hilo de lo anterior, nos preguntaremos, una vez que admitiéramos que el tema del aborto sí es un problema moral, si es moralmente aceptable, esto es: si es un acto bueno o malo moralmente.

Ya sabemos lo que alguno podría estar pensando: este tío es un reaccionario. Pero antes de juzgar es mejor siempre esperar a los argumentos.

¿Es el aborto un tema moral? Si analizamos el acto en sí mismo abortar significa cortar un proceso que acabaría, excepto en caso de accidente, en una vida humana. No pretendemos aquí prejuzgar ya el hecho, decir si está bien o mal, sino sólo plantear si ante esto podemos dotar al problema de categoría moral, de situarlo en un valor de bueno o malo por su importancia en relación a los seres humanos. Bien, parece que viendo la importancia de lo que trata, un hecho relacionado con la existencia misma humana, podemos calificarlo de problema moral. Y por eso mismo resulta absurda la pretensión de que el aborto es un asunto femenino como simplificaba aquel ridículo lema de nosotras parimos, nosotras decidimos. Daba cierta vergüenza ajena, aunque los políticos profesionales seguramente sean ya incapaces de sentirla, ver el otro día en el congreso debatir sobre el aborto sólo a mujeres e imaginamos que si algún día se trata algo sobre racismo tendrán que salir negros (o, como en cabalgata de reyes, algún prócer de la patria disfrazado de Baltasar) y si sobre derechos de los animales, tal vez, castores u ornitorrincos – aunque en el congreso quizás sería mejor un tunicado. Si el aborto es un problema moral, algo que vaya más allá de arrancarse las espinillas, el aborto es un tema universal e implica igual a hombres y mujeres pues es problema humano y un problema de primer orden.

Así, pues, ahora la pregunta, y es una gran pregunta, es si el aborto en sí mismo, otra cosa sería cada caso y cada mujer que abortase donde siempre habría ciertos condicionantes, es bueno o malo moralmente. Es decir: el aborto como problemática moral. Y se trata de un problema moral no reducible a una cuestión técnica sobre cuándo empieza la vida humana sino a algo de mayor calado: responder a la pregunta de qué es un ser humano. Quienes defienden el aborto como un derecho universal, dejado a la voluntad de la madre y no limitado a ciertos casos, señalan que el feto no es un ser humano. Así, se describe al ser humano como una entidad positivista: ser un ser humano es cumplir una serie de características concretas en un tiempo presente y actual. El problema de este sentido es enfrentarlo a ciertas enfermedades, como el alzheimer o los estados de coma, donde los característicos del ser humano, por ejemplo la autoconciencia y la idea del yo, desaparecen. Así, de seguir con rigor y coherencia estas ideas nos enfrentaríamos a una especie de eugenesia en la que aquellos sujetos que no cumplieran ciertas condiciones del sistema nervioso propias de la especie humana en el momento actual, e incluso con más razón cuando su pérdida es irreversible, no cumplirían precisamente ese ser humanos centrados en la visión positivista. Por ello, la vieja idea, y de carácter acientífico, que pretende a través de la comparación entre un adulto ideal, e inexistente, y un feto determinar su humanidad o no debe quedar desterrada. Un ser humano no puede medirse solo por su actualidad, por su presente.

Pero, igualmente, se debe rechazar la teoría reaccionaria de la adquisición de la humanidad por una entidad espiritual ajena al cuerpo físico. Admitirla sería precisamente negar la dignidad humana que se basa en la capacidad de ser sujeto, es decir: de actuar de forma autónoma. Al admitir el alma y que la persona lo es por poseerla, se sitúa al humano ante una realidad de esas que se denominan trascendentes y que significan que en verdad su ser procede de otro: el buen, es un decir, Dios. El ser humano es en esta visión humano por otro ser superior a él, al cual, en coherencia, debe rendir culto y sumisión: la dignidad humana se convierte en subsidaria de otro ser que concede o no las cosas a capricho y a quien en última instancia la propia vida individual le pertenece. Además, cuando se critica el aborto con razones espirituales relativas a la persona como ser con alma debería surgir la sonrisa ante el primitivo mito: ¿alma?, demuéstrelo. Porque una superstición que se repite incansable no por ello deja de serlo.

Pero, ¿qué es entonces un ser humano? Eliminemos la teoría supersticiosa definitivamente y volvamos un momento a la positivista: ¿es un feto de tres meses, o de dos, un ser humano? No, claro que no. Aún no lo es, pero lo sería. Es precisamente en la admisión de lo temporal donde el conflicto se vence. El tiempo, la temporalidad tal vez mejor dicho, es la clave del ser humano. Este se describe precisamente por esa característica: del mismo modo que el enfermo de Alzheimer es humano porque podría ser, hipotéticamente aún pero seguramente cierto en un futuro, curado y vuelto a su temporalidad, el feto es humano porque de dejarle ser llegaría a ser humano. La clave pues no está en sustancia espiritual alguna ni en la madre que decide sobre el hijo, pues eso sería tomar al sujeto como un medio para la biografía de ella y su propiedad privada, sino en que ese ser es humano porque podría serlo en el tiempo. Y esa es una diferencia muy grande con, por ejemplo, los embriones congelados utilizados en la experimentación de células madres, pues al ser algo que se iba a destruir implicaba que su finalidad era, ya antes de descubrirse la capacidad de estudio, su muerte. Y precisamente al utilizarles en el estudio de las células madres es la humanidad la tomada como fin y no como medio en el ideal de investigación.
¿Es moral el aborto? No, no lo es. Lógicamente, en ciertos casos, y los supuestos de violación, malformación y riesgo para la madre lo son, sería perfectamente asumible moralmente pero no puede serlo nunca el supuesto del aborto libre, como si la vida humana que es el feto fuera propiedad de la madre en la exacerbación de la propiedad privada. El feto es humano y por tanto es un fin en sí mismo no sujeto a la decisión de la madre. Y es humano porque su temporalidad es serlo, a diferencia de cualquier otro ser que exista en la naturaleza.

Estamos pues en contra del aborto libre porque es inmoral al tomar a un ser humano como un medio para conseguir un fin: el bienestar de la madre. Y lo estamos no porque creamos en la santidad, qué palabra, de la persona humana ni en su trascendencia sino por precisamente lo contrario: porque frente a quienes sitúan la dignidad en la eternidad o en lo actual nosotros la presentamos en lo temporal, en, en una palabra, el deber ser. Y esos fetos deberían ser niños.

viernes, diciembre 21, 2007

IDEA DE ESTADO/2: ESPERANZA AGUIRRE

Ya hemos analizado aquí la idea de estado de Zapatero. Toca ahora irnos al supuesto espectro contrario de Esperanza Aguirre. Pero, en primer lugar, ¿por qué Aguirre y no Rajoy? Bueno, pues porque Aguirre es en realidad el futuro del PP como se verá en marzo cuando Rajoy, merced entre otras cosas al impagable trabajo de zapa de Acebes y Zaplana, pierda la elecciones.
La idea tradicional de estado liberal es el estado mínimo. El acuerdo alcanzado entre los ciudadanos busca un garante de fuerza y ese garante es el estado (la aportación de Hobbes), pero, a la vez, dicho estado está por debajo del pacto, no es actor del mismo sino sólo vigilante arrmado, y por tanto no puede limitar la libertad de dicho pacto (la aportación de Locke que contradice al poder omnímodo del Leviatán). Independientemente de su carácter ideológico, en cuanto a falsa conciencia, el liberalismo presenta así un estado con una clara función: es guardián del pacto intersubjetivo, pero no puede intervenir en él. El auténtico liberal señala así que el estado es árbitro de acuerdo al reglamento del pacto que los propios individuos se han dado y cualquier intervención en otro sentido sería una intromisión en contra de la libertad de los individuos: el estado no es actor y el drama se desarrolla entre los sujetos. El estado liberal es, como se puede concluir, un estado mínimo que no puede interferir en la libre concurrencia (social, política y, especialmente, económica de los individuos) porque ello implicaría la limitación de la libertad personal.

En 1961, en su discurso de despedida, el presidente estadounidense Eisenhower alertaba sobre la cada vez más creciente influencia del complejo militar industrial en la propia estructura del estado norteamericano. Comenzaba así un aviso sobre lo que podía acontecer: un estado cuya finalidad fundamental era satisfacer no la demanda de los ciudadanos o mantenerse en una estructura mínima dejando a los individuos actuar en su libre concurrencia sino una administración cuya inversión servía para mantener una estructura industrial y allegados bajo la falsa amenaza del poderío militar del enemigo. Así, el gobierno estadounidense se convertía en un inmenso contratista y la influencia de las empresas que buscaban hacer negocio se convertían en fundamentales a la hora de perfilar la política: Irak sabe algo sobre ello. El estado liberal desaparecía y surgía un estado oligarca: el interés del estado es el interés de las corporaciones.

¿Y Esperanza Aguirre? Situada en el contexto de un estado europeo sería absurdo pretender que Aguirre pretende generar un estado contratista con respecto al armamento. No es esa la idea concreta pero sí la general. La idea clave de todo el mandato de Aguirre, y con ella del futuro PP, es la idea de un estado, al igual que el americano, contratista pero en el caso español fundamentalmente en cuatro hechos: sanidad, educación, ocio/urbanismo y construcción. Se trataría de la idea de un estado que no acaba con los servicios públicos, algo impensable en Europa, sino que los deja a la gestión de la empresa privada quien crea sus oligopolios. Así, el estado soñado por Aguirre es un estado poderoso que distribuye millones en contratos para las empresas que trabajan en estos sectores. El estado se transforma así en contratista máximo incidiendo fundamentalmente en la economía nacional: es el principal contratista en obras y servicios y con ello el principal agente económico. Al tiempo, las empresas contratadas adquieren un mayor poder de influencia que las convierten en lobbys que presionan por la política del estado. Unas corporaciones buscarán esta influencia únicamente para su negocio económico, otras pretenderán además, como la propia iglesia católica con intereses financieros fundamentales en educación, ONGs y sanidad, expandirla a prácticas políticas. Así, el estado soñado por Aguirre tiene una inmensa presencia social, pero al tiempo no tiene función pública. Tiene presencia social porque impregna, fuera de cualquier ideal liberal, la vida socioeconómica del país al convertirse en el elemento fundamental de la economía pues es el gran contratador: contrata a empresas privadas todos los servicios que como estado de función pública debería ofrecer él mismo. Pero, a su vez, renuncia a la susodicha función pública ya que su finalidad no es la de satisfacer las necesidades de sus ciudadanos, entendidas como derechos, sino cubrir las demandas de las corporaciones económicas y convertir así dichos derechos en mercancía ofertada. Así, surge un estado oligarca: el estado y las corporaciones gobiernan como en un consejo de administración de una empresa privada y su única finalidad es mantener el beneficio de dichas corporaciones. Todo derecho que no cubra beneficio será o desterrado o bien minimizado al asumirlo el estado, aquí sí mínimo ya, con función social. La finalidad última del estado es el beneficio de las corporaciones.

El sueño del estado de Esperanza Aguirre es parecido al orteguiano en cuanto a su espíritu aristocrático, pero más realista en la forma. Si Ortega en el fondo soñaba con una República romana donde la aristocracia del espíritu -o sea: aquellos individuos de la clase burguesa que la División Social del Trabajo había decidido colocar en la universidad, gobernarían a la chusma (Ortega, que era más fino, los llamaba masa)- Aguirre sueña con un inmenso consejo de administración donde el reparto de beneficios de la oligarquía financiera e industrial (que consta de bancos, industrias y entidades sociales y sobrenaturales incluso) implica lo mejor para la plebe. Su idea de estado es ese consejo de administración oligarca que al ocuparse de sus asuntos se ocupa, por derivación, de la satisfacción de los individuos pues ese es precisamente su negocio. El esquema empresa-cliente da la idea de estado alejada absolutamente del sueño liberal para quien la única función del estado era, precisamente, garantizar el libre pacto entre los ciudadanos independientes de los poderosos a priori. El estado gigante de Aguirre, máximo elemento económico y social del país, es así el estado de la oligarquía.

DESDE EL LECHO DEL DOLOR

Acosado por los dolores propios de la peligrosa intervención de la que he sido objeto y habiéndole dicho a una enfermera, tras intentar cuatro veces encontrarme una vía por medio del viejo sistema de la prospección petrolífera,
me he quedao con tu cara
he vuelto (otra vez).
Dolorido y aún curándome el deber me llama. Y yo acudo raudo, aunque cojeando y sujetándome las tripas, a su llamada.
Y acabo de estornudar y me he hecho un daño…

martes, diciembre 11, 2007

LA PREGUNTA DE LA SEMANA/19

Pues ando yo estos días dándole vueltas a un tema. Verán, explicaba yo una cosa en clase sobre seres humanos y simios y me hice una pregunta relativa al tema, pero en voz baja. Y ahora, aprovechando la cultura y conocimientos de ustedes, la hago en voz alta: ¿por qué los seres humanos que no tenemos pelo en el cuerpo sin embargo lo conservamos en axilas, genitales y cabeza?
Como siempre, gracias.

lunes, diciembre 10, 2007

EDUCACIÓN BASURA/1: CRETINOS Y CRETINAS

El reciente informe PISA tiene varias lecturas. Por supuesto: ninguna positiva para España. Intentaremos ir analizando la causa de que la educación española sea un desastre. Pero, hay veces en que las anécdotas, como es bien sabido, son la categoría.

El mismo día que aparecía el informe PISA, el Ministerio de Educación, comandado por Mercedes Cabrera que tanto se ha preocupado en su vida por el sistema educativo y por eso fue nombrada ministra – lo cual, por cierto, no quiere decir nada sobre sus méritos como historiadora pero sí plantea la cuestión la cuestión de su nombramiento- presentaba en el BOE, palabras mayores, los Premios a la Innovación Educativa –aún, más mayores-. La educación española es una basura y parecería de recibo que los Premios a la Innovación - ¡Dios!, a la innovación- se preocuparan de ello: que los niños aprendan algo aunque sea a pesar de pasar de curso con tres, o cuatro en bachillerato, suspensas que luego en realidad son cinco o seis porquenadiequiereproblemas. En fin, que todo esto, que devora millones, sirviera para algo.

Pero la sorpresa -¿sorpresa?, mentira- es interesante. El BOE del 4 de diciembre de 2007, página 50084, en la ORDEN ECI/3514/2007, de 2 de noviembre, por la que se convocan para el año 2007, los Premios Nacionales de Investigación e Innovación Educativa dice textualmente en el artículo 4.5 lo siguiente:

En la redacción de los trabajos y de los resúmenes se tendrá en cuenta favorablemente el uso de un lenguaje no sexista.

Y eso y esa me alegra y me alegro. Porque iba e ibo yo y ya a presentar algo y alga para y paro el susodicho y susodicha premio y premia. Y ahora y ahoro lo y la tengo y tenga más y mós -¿con acento? y ¿can acenta?- claro y clara. Porque por fin la educación triunfa y triunfo. Y ya y yo veo y vea ya y yo la superación del fracaso y fracaso educativo y educativa con esto y esta.

Cretinos y, ahora y ahoro, cretinas.

miércoles, diciembre 05, 2007

VOLVEMOS ENSEGUIDA

Mi ordenador ha muerto.
¿Soñaran los ordenadores con un dios cibernético?
Pero ya tengo otro.
¿Será el cielo como El Corte Inglés pero a lo bestia?
¿Habrá semana fantástica?

Mientras, les dejo con algo.
Unos minutos musicales:

Cham, chan, chan, chan, chan
Chan, chan
Chan, chan
Chan, chan, chanchanchan
Chan, chan, chan, chan, chan, chan
Chan chan, chan chan
Chan chan chan chan chan
Chan chan chan
Charachanchanchan
Churunchurun
Charachanchanchan
Chunchumchunchum
Churuchumchuchummmmmm
Chuchuchummmmm
Tararalalala
Parapum.