miércoles, septiembre 28, 2005

NACIONALISMO Y PACTOS DE IZQUIERDAS: UNA RESPUESTA A ROYO-VILLANOVA

En un interesante artículo de su imprescindible bitácora, D. Ricardo Royo-Villanova responde a un artículo mío o, al menos, da contestación a la pregunta con que yo acababa mi artículo Nacionalismo Paleto. La pregunta, la recuerdo, era “Por eso queremos acabar con una inocente pregunta: ¿qué pinta la izquierda, aparte de chupar poder y votos, en todo esto?”. La respuesta de D. Ricardo, me parece, se puede resumir en los siguientes puntos:
1.- El PP es nacionalismo español y por lo tanto entra dentro de la definición dadA.
2.- Los nacionalismos no son sólo eso sino que además son fascistas, comunistas, liberales, socialistas,…
3.- Sí se puede pactar con ellos.

Por partes.
1.- De acuerdo, con una salvedad. Claro que el PP es nacionalismo español, pero es que es de derechas. Y ser de derechas (salvo Nozick y sus anarquistas ) es ser así. No molesta que la derecha sea así, molesta en la izquierda porque, al menos eso todavía creemos, debería haber diferencias.
2.- Claro que sí. Pero son sobre todo nacionalistas. Lo acaba de decir muy bien el insufrible Maragall (de “izquierdas de toda la vida” y catalanista desde que lo necesitó) cuando ha señalado, con su lenguaje portuario característico, que quien diga no al estatuto se las verá con el pueblo catalán. Es decir, ahí no entran ideologías sino que hay una estructura superior, “el pueblo catalán”, que las supera. El pueblo catalán se enfrentará a los que digamos no, me incluyo, al estatuto. ¿Por qué? Pues con lenguaje joseantoniano: son una unidad, fuera de ser individuos, fuera de sus clases sociales, fuera de sus ideas, de destino universal. Me resulta difícil compatibilizar esto y la, desde la socialdemocracia hasta la escuela de Francfort, izquierda.
3.- ¿Se puede pactar? Bueno, maticemos.
En primer lugar, si hay pactos sobre temas concretos, el criterio para juzgarlos está claro: el contenido de esa ley, proyecto o lo que sea, concreto. Y aquí se puede pactar con el PP o con cualquier otro.
Ahora bien, ¿se puede formar gobierno? Este es otro tema. Porque aquí ya no hablamos de una alianza parcial sino total durante una legislatura: un programa político. ¿Cuál puede ser el coincidente programa político entre nacionalistas y partidos de izquierdas? Hay tres ejemplos en España: País Vasco, que D. Ricardo olvida no sé si por freudiano olvido motivado, Cataluña y Galicia. Como la tercera es una incógnita, aunque ya ha empezado el espectáculo, deberíamos, en aras de la prueba experimental, analizar el proceso en las otras dos. Plan Ibarreche y estatuto: he aquí el gran resultado del pacto entre la autodenominada izquierda y los nacionalistas. Y es que no puede ser de otra forma pues la incompatibilidad, al menos mientras la izquierda, cada vez menos, mantenga sus señas de identidad, es clara tanto a nivel de principios políticos -el principio supremo de la izquierda debería ser la autonomía, el de los nacionalistas la sumisión a la tierra, la sangre y la tradición- como a nivel de gestión -para la izquierda la clave, aunque sólo sea reformista, es la política social, para los nacionalistas la clave es la constitución de la estructura ideológica “pueblo”, donde la patria sustituye a la clase, como estado nacional-.
¿Por qué entonces se pacta con los nacionalistas para formar gobierno? Ideológicamente nadie lo sabe, aunque la respuesta quizás esté en que la izquierda ya no tenga un ideal sino que vaya respondiendo a impulsos de mercado. Políticamente está claro, se mantiene, o se consigue, el puesto. Y eso, cuando los partidos políticos se han convertido en máquinas de buscar dinero y hay una clase política altamente profesionalizada y cuya realidad es la búsqueda del poder de un modo u otro, y ahí la importancia que tiene la revisión de los estatutos autonómicos, resulta imprescindible.

domingo, septiembre 25, 2005

LA PREGUNTA DE LA SEMANA

Una vez más, y van dos y la primera sin respuesta, volvemos a inquietarnos. A pregunta de hoy es rara, lo reconozco. Ahí va: ¿muere algún animal de viejo en la naturaleza? Espero, sin fe, respuesta.

MI VIDA: SI ES QUE A ESTO SE LE PUEDE LLAMAR VIVIR

Desde muy joven, destacó la figura intelectual de Enrique P. Mesa García. Así, con tan sólo 5 años fue exhibido de clase en clase por su capacidad para decir los números impares sin equivocarse (siempre he sido brillante -suele asegurar-). Trasladado luego al colegio Maravillas, donde conocería a su ilustre colega Ricardo Royo-Villanova, allí consiguió, con esfuerzo y estudio, sacar 1º de EGB. No contento con esa marca, luego hizo 2º y, de nuevo, lo aprobó. En su compromiso con la Ilustración fue haciendo sucesivamente tercero, cuarto, quinto, sexto, séptimo y octavo llegando así a conseguir un primer título que, desde luego, no sería el último. Comenzó luego el BUP (Bachillerato Unificado Polivalente, que casi nadie sabe lo que significa). Con brillantez intelectual, pero dosificando las fuerzas para posteriores tareas más importantes, pasó los cursos sin dificultad y en tercero de BUP se encontró con la Filosofía. Si bien enriqueppuntomesagarcía ya tenía un contacto con ella, (tengo mucha vida interior -enfatiza-), la fuerza del encuentro hizo que surgiera el amor por la sabiduría (obsérvese la gracia). Esto se acrecentó en COU (Curso de Orientación Universitaria) siendo de hecho una de las pocas materias que aprobó en Selectividad (media de 4’6). ¿Dónde ir así? Fue, efectivamente, a Filosofía en la Universidad Autónoma de Madrid.

Una vez en su carrera, enriqueppuntomesagarcía pronto destacó: era el único que llevaba corbata y, además, inventó el célebre Tour Weltanschauung (sic) consistente en premiar la puntualidad y presencia en clase (cosa que generalmente era muy dura). Una vez acabados los estudios, dosificando una vez más los esfuerzos, presentó su Memoria de Licenciatura sobre un tema inmortal: José Mesa y Leompart: una monografía, que le valió, a él y a todos los que la presentaron ese año en el departamento, el Premio Extraordinario de Licenciatura. Tras disfrutar, nunca mejor dicho, de una beca de doctorado, nuestro héroe tuvo que ponerse a trabajar (sólo por dinero- afirma-).

Comenzó dando clases particulares en la Moraleja, donde iba en el autobús con jardineros marroquíes y sirvientas sudamericanas (fue una experiencia de internacionalismo proletario –dice, intentando ocultar que no sabe conducir-). Al año siguiente, ya estamos en 1994, cómo pasa el tiempo cuando uno se divierte, entró en el colegio Fuentelarreyna, donde su éxito con el alumnado se unió al cariño de sus compañeros profesores debido a sus ingeniosos comentarios y acciones, comenzando así una constante en su carrera profesional. Tal vez por ello, en el año 96, abandonó la privada y entró en el IES Alameda de Osuna como interino. Mientras tanto, y en el tiempo que le dejaba libre su siesta, fue componiendo su tesis doctoral sobre otro inmortal tema: Los orígenes del PSOE: mercancía, positivismo y socialdemocracia (los grandes temas siempre han sido de mi interés, asegura, pero son muy cansados). Por fin, en el año 98, a cien del desastre, ocurrieron dos hechos históricos. Por un lado, enriqueppuntomesagarcía llegó a ser doctor (el doctor Mesa, no lo supongan) tras una competida lectura (sí, estuve brillante -le gusta recordar-) y, por otro, sacó plaza en la oposición a profesor de Secundaria de Filosofía (sí, estuve brillante -le gusta recordar con su escaso vocabulario-).

Entró en el IES Duque de Rivas donde rápidamente supo ganarse no sólo el amor y respeto de sus alumnos que le admiraban (siempre fui el héroe que necesitaban-añade en sus cada vez más frecuentes delirios-) sino el cariño y simpatía de sus compañeros por sus intervenciones en el claustro (una vez más –asevera-). Pero el destino quiso, ¡ah, la fuerza del sino! –obsérvese el ilustrado humor- que tras ser calificado por sus colegas como un hjjodeputa, sin vida propia y que no daba 18 horas de clase (tenían razón en dos de tres –asegura siempre sincero-) y tras el año 2005-2006 donde tenía 18 horas lectivas -¿lo pillaron verdad?, España avanza- fuera destinado, de forma definitiva, a un nuevo centro: el IES Federica Montseny (siempre de personajes ilustres a personajes ilustres): Fuenlabrada.

Allí, enriqueppuntomesagarcía, en plaza definitiva desde 2006, ejerció su habitual encanto con los alumnos (sigo siendo su héroe -exclama sin comprender la tragedia de esas palabras-) y con sus compañeros profesores: comentarios simpáticos, alocuciones (¿sabe usted lo que es una alocución?) brillantes, propuestas racionales en el claustro en torno al horario (¿¡ha dicho el horario!?, ¿de los funcionarios?, ¿y para eso me saqué yo una oposición?, ¡fascista!). Y de nuevo sus compañeros de nómina y trabajo (¿trabajo?) inmediatamente buscaron un medio de agradecerle su cooperación. Así que allí fueron y en célebre claustro, que incluyó a la señora directora pidiendo el voto secreto, le fue negado seguir dando Psicología en el centro aunque la cogieran la mayoría de los alumnos: no hay nada como trabajar bien –dice mientras recoge sus cosas en una caja de cartón y demuestra que no se entera-. En definitiva, a día de hoy (una plaza definitiva que le duró tres años) nuestro héroe busca nuevo centro.
Pero, cuidado, tal vez sea el tuyo.

Por último, enriqueppuntomesagarcía trabaja no sólo en este blog donde demuestra de forma fehaciente el nivel y rigor de la filosofía española, cosa que ya hizo en El Piquete Digital que a su vez recogió la antorcha de otra revista de anterior tirada e ilustre prestigio (Götterdämerung cornick no, en cristiano Liberación Sefardí a sueldo de Moscú": "Nunca acabaremos artos (sin hache)) sino a su vez en dos obras magnas que, no dudamos, darán mucho que hablar ( bufff, ya verán- advierte- aunque sabe que una ya acabada no ha servido, otra vez, de nada) así como en la fundación de una revista de filosofía en la red y en una página de profesor para sus alumnos (trabajo bastante –dice- incluso a veces he pensado dejar de echarme la siesta, pero enseguida se me pasa).


sábado, septiembre 24, 2005

1000 UNIDADES SETI

El programa SETI surgió de una idea triste. La inteligencia en el universo era la excepción, no la regla. Incluso, la vida misma podía ser una excepción. Por ello, las naves espaciales, de velocidad limitada, no podrían encontrarla, aunque ayuden a nuestro conocimiento sobre el cosmos. Había que buscar un método más rápido, más veloz. La velocidad de transmisión de una señal de radio (a partir de aquí me perdonaran el lenguaje no técnico) es mucho más alta (velocidad luz). Por ello, se trata de rastrear el cielo en busca de emisiones de radio no naturales, de civilizaciones distintas a la humana. Porque una civilización tecnológicamente avanzada, la nuestra desde hace más o menos 50 años, está emitiendo continuamente señales al espacio.
El SETI recoge estas señales de radio de todo el universo y las descodifica. Pero son muchas y necesita ayuda. Nuestra ayuda. Bajándose un programa que en nada estorba al desarrollo normal de nuestro ordenador, podemos cumplir. Eso es precisamente el programa SETI. Un salvapantallas que al tiempo que cumple su función va descodificando esas señales recibidas por los radiotelescopios de la Tierra y luego envía su resultado a un centro general. Hoy cumplo mil unidades descodificadas en total. Es poco y es mucho.
¿Y por qué hay que ser de SETI? ¿Por qué hay que preocuparse de eso? Tal vez porque hay algo que no podemos, y no queremos, evitar: somos humanos y nos preguntamos. Y SETI es una posible fuente de respuestas. O quizás no. Pero debemos intentarlo.

miércoles, septiembre 21, 2005

EL FRACASO DE LA SOCIALDEMOCRACIA

Mientras en este país la izquierda disputa sobre estatut-os y prebendas territoriales, en Alemania, y por ende en todo el mundo desarrollado, está ocurriendo algo no solo preocupante sino fundamental: se está acabando con la socialdemocracia como forma de respuesta política al capitalismo. Efectivamente, si uno observa las últimas negociaciones de las grandes empresas alemanas con los sindicatos, y que en España tendrían su ejemplo en SEAT, se puede observar que se está negociando no qué se gana sino qué no se pierde. O dicho de otro modo: la empresa ya no ofrece mejoras sino que exige pérdida de beneficios a los trabajadores para no irse y dejarles a todos en la calle. Así, las nuevas negociaciones no son las clásicas en las cuales el sindicato busca nuevas mejoras sino que tienen un elemento hasta ahora no visto: quien presiona es el capital para eliminar derechos ya adquiridos.

El tema es muy interesante porque señala algo: el fracaso de la socialdemocracia como modelo ante el capitalismo y, con ella, el fracaso del estado del bienestar. La socialdemocracia se había presentado siempre con una doble faz: una cara era la del “mientras tanto llega la revolución”, cara a la que renunció ideológicamente hace tiempo; otra, la de la “humanización del capitalismo”. Se trataba de generar un pacto social entre el beneficio capitalista, que no se negaba, y los derechos sociales de los trabajadores cuya finalidad última era, renunciando ya a la superación del capitalismo, la humanización de la explotación capitalista y la creación de una realidad neutra: el “estado del bienestar”. Sin embargo, no se contó con algo: del mismo modo que el matón solo negocia con quien cree poderoso, el capitalismo solo negoció su “rostro humano” ante la fuerza.

Por ello, y para analizar este fracaso, hay primero que plantear por qué triunfó la socialdemocracia pues así podremos comprender, a su vez, su derrota. Su triunfo se debe a dos factores: por un lado -un factor interno del propio capitalismo- a una necesidad del propio sistema de generar un mercado para lo cual era necesario una población que pudiera consumir y, con ello y otro fenómeno no siempre atendido, generar el propio consumo, la cultura del ocio que ahora dicen los tontos izquierdistas, como producción económica; en segundo lugar, la amenaza del bloque soviético que llevó a la idea de que no era sostenible socialmente una realidad como la anterior a la segunda guerra mundial y que la mejor forma de eliminar la amenaza de la revuelta social hacia Moscú, independientemente de que Moscú fuera una dictadura terrible, era garantizar unas condiciones de vida que la evitaran. Así, paradójicamente, el triunfo de la socialdemocracia no era suyo sino obra de otros. Es decir: la socialdemocracia no ganó nada sino que fue puesta ahí por los mismos que ahora, inútil ya, pretenden acabar con ella.

Pero, ¿por qué la socialdemocracia es ya inútil? En primer lugar, porque las realidades que la hicieron surgir como hecho político dominante han cambiado. La URSS, y con ella su amenaza, ha, afortunadamente, desaparecido; segundo, el consumo es ya una realidad productiva, y tal vez la más importante. Efectivamente, el consumo no ha producido una liberación -la sociedad del ocio: una realidad social en la que escapar de la producción capitalista- sino que él mismo se ha consagrado como la producción capitalista por excelencia. Así, la explotación capitalista ya no se reduce al campo del trabajo sino también al del consumo, cerrándose el círculo. Y con ello, la producción ya no es vital en el sistema de cada país.

Pero, en tercer lugar, ha ocurrido otro hecho importante: nuevos países, mano de obra, se han incorporado al mercado. Y no se trata sólo de una mano de obra barata y no cualificada, tipo tercer mundo, sino de obreros cualificados que están dispuestos a cobrar menos, porque menos allí es más, que sus homólogos occidentales. Es decir: carne de cañón para el permanente chantaje capitalista. Si antes el chantajista podía ser a su vez chantajeado aprovechando las circunstancias, ahora esas mismas circunstancias favorecen sólo a un miembro de la dualidad.

La socialdemocracia ha caído como realidad política. Fue incapaz de preparar un discurso para esta ocasión, pues ella misma convirtió lo que era una táctica, paulatinas reformas, en el planteamiento final. Con su idea de, por un lado, aceptar que el capitalismo podía ser amansado respecto a los valores de la Ilustración y, por otro, desechar de su discurso político todo contenido de moral ilustrada, reduciéndolo a gestión de la propia producción capitalista en el consumo, la socialdemocracia cavó su propia fosa del mismo modo que los filisteos (y el ejemplo no es baladí) al pretender amansar a Sansón. Así, la socialdemocracia ya no es izquierda (y eso se puede ver en Zapatero o en Schroeder ) sino reformismo bienintencionado (y el auge de las ONG y su apoyo dan pistas sobre esto).

Pero ello nos lleva a otro tema: ¿y ahora qué?

martes, septiembre 20, 2005

VUELVE REDES

Hoy, o mejor la madrugada del miércoles, a las 0’50 horas y por el segundo canal de TVE, buen horario en una televisión pública que iba a cambiar y al final fue la misma, vuelve uno de los mejores programas que hay: Redes.Si quieren saber, de forma asequible para los que nos somos especialistas, qué de nuevo hay en la ciencia no pueden faltar a esta cita.

Es más, no deben faltar a esta cita porque saber es un deber moral.

lunes, septiembre 19, 2005

EL GÉNERO HUMANO ES LA INTERNACIONAL

Primero lo dijo Maragall: catalanistas y de izquierdas.
Ahora lo ha dicho Patxi López: progresistas y vasquistas.
Esperamos a ZP: españolistas y (también, por qué no, ya es gratis) de izquierdas.

domingo, septiembre 18, 2005

EL NUEVO PERIODISMO Y LA MINISTRA.

Cuenta la leyenda que Kant escribió su Crítica de la Razón Pura tachando y anotando el libro del filósofo Wolff, con el que impartía su clase en la universidad. Así, las acotaciones de Kant sirvieron para generar un giro copernicano. Hoy domingo, el diario El País publica en su última página una entrevista a la ministra de Cultura. Es una muestra del nuevo periodismo, es una muestra de la nueva política. Nuestras acotaciones (en rojo) ante tamaña muestra intelectual no pretenden tanto como lo que hizo Kant sino, si acaso, continuar con la pose Vogue.

Pregunta. ¿Cómo calificaría su gestión de 1 a 10?
Respuesta. Con un 7,5
(primero, la modestia)
P. Notable. ¿Medita con frecuencia sobre su buen hacer y perfección?
R. Pienso muchísimo, muchísimo (eso está bien. Se va a notar). Dicen algunas personas que soy atrevida, pero es que cuando pienso mucho las cosas y encuentro la certeza, me muevo poco, porque pienso mucho
(al final no se sabe si el periodista no sabe escribir, probable, o la ministra no se explica, también probable).
P. ¿Qué ha visto Zapatero en usted?
R. Yo creo que veteranía -ocho años de gestión en Andalucía-, pero con las ideas muy en la actualidad. Quizá esa mezcla de lo nuevo y lo experto
(lo viejo y lo nuevo era una película de Einsenstein. Lo nuevo (¿qué es lo nuevo?) y lo experto debe ser una campaña de publicidad.)
P. Creo que se encanta. Y que en cultura se atribuye casi todo, menos haber pintado Las Meninas.
R. Es que he hecho muchos esfuerzos en mi proceso de crecimiento (eso está bien). Y soy bastante segura de mí misma(¡mejor mnistra!). Aunque tengo un nivel de autocrítica bastante grande
(lo habíamos notado).
P. ¿En qué ha metido la pata?
R. Creo que en ser muy transparente (¡Toma autocrítica!). En política hay que tener más truco.
P. Se olvida del prometido descenso del IVA de discos y libros.
R. Pues eso. Podía haberlo dicho siete meses más tarde. En este tiempo hemos conseguido que ya 20 ministros europeos estén de acuerdo
(¿también podría/debería haber dicho esto siete meses más tarde?).
P. Luego, suspendió la retrospectiva de Manolo Blahnik.
R. Ahí quise ser elegante con mi antecesora, que cuando ya se iba firmó un acuerdo que económicamente no era sostenible
(obsérvese qué elegancia. Es tan elegante que deja claro que su antecesora despilfarró el dinero).
P. Y eso que usted tiene zapatos de Blahnik, como Carolina de Mónaco o Madonna.
R. Tengo unos que me ha regalado un periodista amigo de Sevilla. Pero nunca me he comprado unos blahnik
(¿y?).
P. Inefable lo suyo cuando un diputado aludió a usted en latín -"Calvo dixit"- y usted creyó que la comparaba con los ratoncitos Dixie y Pixie.
R. Sé más latín que pelos tengo en la cabeza (la elegancia va en aumento). Hice siete años de latín y cuatro de griego. Le contesté en andaluz (¿cuántos años hizo?) . Los andaluces somos muy juguetones con el lenguaje. Tendrían que haberme visto la cara que puse
(¡que la repita!,¡ que la repita!).
P. Jure que no compra ni un disco en la manta.
R. Lo juro delante de todo el santoral. Y al Gobierno lo tengo firme firmísimo
(¿con el santoral, con la manta o con qué?).
P. ¿Tiene incontinencias, aparte de la verbal?
R. Sí, sí: comprarme libros y zapatos (obsérvese esta contestación para luego). Y yo no sé si hablo mucho o si lo que digo a muchas personas las hace pensar (a mí mismo, ministra) y las incomoda
(no se preocupe, ministra. Doy la ESO, me adapto rápido al nivel).
P. Creo que hasta el presidente ha tenido que llamarla al orden algún viernes.
R. Nunca. Yo en el Consejo de Ministros intervengo de manera muy medida (o sea, otras veces no y ahí sí. Pues imagino que debería ser al revés. Allí diciendo lo que cree y luego en público asumiendo su papel de ministra). Ha ocurrido, pero a otra ministra (acusica). El que habla sin parar, aunque muy bien, es López Aguilar
(en andaluz: pesao).
P. "El rock es un modo de vida". ¿Cómo lo aplica al ministerio?
R. El rock significa una manera limpia y crítica de mirar las cosas (¿?). Así procuro que nos planteemos aquí los temas.
P. ¿Quién es el más rockero del Ejecutivo?
R. Pues tenemos dos guitarristas en el Gobierno: los ministros de Interior y de Justicia
(¿y palmeros cuántos?).
P. ¿Al presidente le ve más heavy metal o más Dúo Dinámico(yo no entiendo la comparación)?
R. Más heavy metal, en el fondo, porque afortunadamente para todos tiene muy claras las ideas (es lo bueno de tener pocas). Aunque es más de la música clásica, porque vive con Sonsoles, que se dedica a eso
(o sea, que si “viviera” con otra le gustaría otra cosa. Decidido: no tiene tanta personalidad como la ministra).
P. ¿Cuál de los dos vicepresidentes la tira más de las orejas?
R. Con María Teresa me llevo muy bien, y a Solbes le tengo especial simpatía, porque me gustan su carácter y su sorna. Nos entendemos en un metalenguaje de sonrisas (mientras no apliquen una deconstrucción de gestos o una hermeneútica de la mirada…) .
P. Cuénteme su odio africano con Magdalena Álvarez.
R. En el Gobierno andaluz tuvimos discrepancias políticas, de trabajo, importantes. Pero en lo personal nos respetamos
(algo normal. Probabilidad pura).
P. ¿Cuánto le importa la moda?
R. Como ministra, mucho; como persona, menos, porque estoy harta de esclavitudes
(aquí, aquí. Si compra tantos zaptos, ¿dónde los compra? ¿En Los guerrilleros? Y luego la frase terrorífica: ¿si la moda es una esclavitud debe defenderla? Pues menuda actitud cívica y moral).
P. ¿Qué le pone el cuerpo contento?
R. A mí... las nubes. Ver pasar nubes es lo que más me gusta en este mundo, lo que más me expande a mí el espíritu
(¿no serán gases?)
P. ¿Cómo juzga su imagen?
R. Pues yo creo que parezco más joven de lo que soy (depende de su edad), y una mirada rápida puede decir: "Mira qué contenta está ésta del lío lío". Pero yo me paso el día entero trabajando (pues no lo aprovecha casi nada). Yo transmito que soy muy yo, y que voy de yo por la vida (menos mal. Con lo que cuesta ir de tú o de él, por no decir de nosotros sólo al alcance de unos pocos desequilbrados mentales) . Soy una tía a la que no doblan (así habla una ministra de cultura) . Yo no renuncio a mis vaqueros (eso es tener convicciones) ni a nada. Cuando deje de ser ministra seguiré siendo yo, que es mi verdadero cargo.

Esperemos que sea usted pronto, señora ministra.

sábado, septiembre 17, 2005

TELEMADRID, ESTUPIDEZ E IDEOLOGÍA

1.- Es alucinante el ministro Montilla. A la Comunidad de Madrid (o sea, a su gobierno), con un 10% de la población total de España, no se le concede otro canal en analógico cuando resulta que Cataluña tiene tres, Andalucía dos, Valencia también dos y el País Vasco otros dos (por ejemplo). No se entiende la decisión del gobierno (imaginamos que es del gobierno de la nación y si hay dudas ponemos que de España y si hay nacionalistas que de Madrid) para no concederlo.
O sí.
2.- Es alucinante lo Esperanza Aguirre. Siendo presidenta de una comunidad autonómica decide saltarse la ley para emitir como ella quiere, cuando quiere y porque quiere. Luego, critica a otros.

3.- Es alucinante lo de Antonio Beteta, portavoz del PP en la Asamblea de Madrid. En vez de decir lo que debe suelta que los madrileños tenemos derecho a un segundo canal. Cambie usted segundo canal por autodeterminación, cambie madrileños por vascos y tiene al PCTV (iba a poner Batasuna no sé por qué). La ley en democracia se cumple, tenía que haber dicho Beteta. Y ahora protestamos.
4.- Es alucinante Simancas, jefe de la oposición del PSOE (y la frase no es ambigua es que lo parece). Va y dice: "[lo de la emisión sin permiso] Es el mayor desafío que se ha planteado al Estado desde una comunidad autónoma.” Su partido en Cataluña (¿es su partido?) prepara un estatuto inconstitucional y que rompe la justicia social -dejémonos de lenguaje cristiano con lo de la solidaridad- del estado; los dirigentes vascos del PSE, que no muchos de sus afiliados, se preparan para negociar la democracia con los nacionalistas. Y esto es para Simancas el mayor desafío: un canal de televisión.

Doy clase todos los días. Y doy clase de Ética en la ESO a alumnos que repiten que la política es un asco y los políticos unos ladrones. Sé que no es cierto y les explico que política es todo (incluso decir que es un asco), que tengan cuidado de pasar de lo que les afecta y que hay unos políticos en el País Vasco, los concejales del PP y del PSOE -me gustaría añadir otro partido pero no puedo- que están dando un ejemplo cívico extraordinario. Pero cuesta que lo entiendan ante tanta estupidez.
Pero, ¿es estupidez? Porque funciona socialmente muy bien alejando de la política a la población.

jueves, septiembre 15, 2005

ESPERANZA NOS TIENTA

Efectivamente, la Sra. Aguirre nos tienta intelectualmente, en una entrevista concedida a El País el día 14 de septiembre, a ” que me digan qué gesto he hecho fuera de la línea liberal". Como nosotros no tenemos ningún aprecio por lo liberal e incluso despreciamos la teoría nos vamos a permitir ponerle dos ejemplos a la señora Presidenta de la Comuidad de Madrid.

Primer ejemplo.
Doña Esperanza nos decepciona usted. En su concesión de licencias televisivas se ha señalado que se ha hecho de semejante modo y se han concedido dichas licencias buscando garantizar la pluralidad informativa. Y ahí está nuestro dolor: a qué cabeza liberal se le ocurre intervenir gubernamentalmente para prohibir que una empresa ejerza su actividad económica frente a otra por motivos políticos. ¿Dónde está su liberalismo doña Esperanza? Usted ejerce de intervencionista diciéndole a la gente lo que puede ver para “preservar el pluralismo”. ¿Y la libertad individual de ver todos lo mismo?

Segundo ejemplo.
Pero lo peor Sra. Presidente es su política educativa. Usted y su gobierno ceden suelo público a la escuela concertada. ¡Doña Esperanza! ¡No, no y cien veces (que bien invertidas pueden ser 1000) no! La concertada es competencia desleal ante la escuela privada. Una escuela subvencionada a fondo perdido, sin responsabilidad económica y que resulta gratis frente al audaz empresario que arriesga en su negocio. Vale que haya escuela pública (los emigrantes deben leer las instrucciones de la aspiradora que limpia nuestro hogar, Sra. Aguirre), pero la concertada es el típico nicho de vagos y parásitos que viven de papá estado. ¡Basta ya de intervencionismo en la empresa educativa!

En fin Sra. Aguirre, el tiempo es oro y no puedo perder más. Pero sepa usted que su intervencionismo social está lejos del liberalismo. Cada gesto suyo es para lanzar a la máquina administrativa sobre la economía. Ni liberalismo ni nada parecido. El socialismo es lo suyo.

martes, septiembre 13, 2005

LA PREGUNTA DE LA SEMANA

Desde ahora en esta Bitácora todas las semanas vamos a publicar una pregunta. Y ya queremos advertir que no va a ser una broma ni para que la gente demuestre su ingenio en la respuesta sino que va ser algo, aparentemente sencillo, que sin embargo nos intriga e interesa. Generalmente la pregunta será científica y esperamos que algún lector nos la pueda solucionar.
Lo hacemos para, sencillamente, saber más.
La pregunta de esta semana es:
¿con qué sueñan los ciegos de nacimiento?
Gracias de antemano por la contestación.

lunes, septiembre 12, 2005

NACIONALISMO PALETO/ y 2

Hay cierta anécdota que, sin saber su veracidad como en cualquier otra, me atreveré a contar. Un día le preguntaron a Chesterton, escritor inglés, que cuál era su opinión sobre los franceses. Y él impertérrito, contestó: “No lo sé, no los conozco a todos”. Esto viene al caso por ese tema del nacionalismo que ahora, encima y en el colmo de su propio desvarío, cierta izquierda parece querer respetar. El nacionalismo, el orgullo de sentirse de un lugar geográfico determinado y de pertenecer a un “pueblo” y a una cultura, parece que va poco a poco ganando posiciones. Sin embargo, no puede ocultar su autentica cara: es paleto.

Dentro de la estructura ideológica del nacionalismo aparece, en primer lugar, la idea de “pueblo”. Alguien podría señalar que también existe esta idea en las democracias. Sin embargo, no es igual. Mientras que la idea de pueblo liberal está basada en una abstracción que se admite explícitamente, la idea de pueblo nacionalista pretende ser concreta. Efectivamente, el pueblo nacionalista se sitúa en el origen del tiempo y con unas características comunes aparentemente reales: la lengua, la etnia y las costumbres ancestrales. Lo que debe unir al pueblo para el nacionalismo son, básicamente, esas tres características. La unión dentro del nacionalismo, pues, no se presenta como una conciliación de intereses racionales (tal y como el liberalismo presentó, y de ahí su propia contradicción, la imagen de pueblo) sino en un origen común indiscutible e independiente a la voluntad individual. El pueblo nacionalista es así totalitario: no se puede cambiar pues su esencia está consumida en sí mismo. Mientras que la democracia establece su propia fórmula de unión y cambio en las constituciones (que en cuanto a acuerdo, y de ahí su posibilidad de cambio, son la garantía de su ser pueblo), el nacionalismo es estático: se es pueblo desde el origen de la historia. La garantía del pueblo nacionalista no radica en sus miembros sino en una historia, en realidad un mito, que les justifica a ellos mismos. Es decir, el nacionalista no da sentido a su nación, sino que es la nación, real a priori en cuanto a estado existente o producto de la fantasía, la que le da a él sentido. Así los individuos concretos, como en todo buen totalitarismo, están subordinados a los intereses de un ente que les supera: el pueblo vasco, catalán o carpetovetónico, la patria o la nación.

En segundo lugar se encuentra la idea de cultura popular que se identifica, sin más ni más, con la idiosincrasia de un pueblo. Y aquí el nacionalismo tuvo una doble función y contradictoria: mientras en ciertos territorios resultó progresista (como en Alemania) al exigir un poder central representativo frente a los príncipes absolutistas que dirigían pequeños territorios o a los imperios, sin embargo en los países que ya contaban con dicho estado central resultó conservador. En estos países, y entre otros España, el nacionalismo (ya fuera el español o algún otro todavía más provinciano) fue una de las claves, como bien sabía Goya, del pensamiento conservador: el ilustrado era afrancesado. Así , si la ignorancia, la falta de ilustración y el desconocimiento de otras realidades fueron la causa, necesaria en un tiempo, de que las tradiciones culturales, la mayoría de ellas barbáricas o ridículas, pervivieran estableciendo esa “idiosincrasia” que no escondía sino la incultura de un colectivo depauperado y analfabeto, sin embargo, a partir especialmente del siglo XVIII y XIX, a estos se añadió el apoyo del pensamiento más conservador frente a los avances, escasos siempre, ilustrados. Así, la denominada cultura, poco hay en ella de tal palabra, popular se transformó en folclore. Lo que importaba era preservar como espectáculo ideológico, desde la verbena hasta los coros y danzas -o su versión más progre en la música étnica- haciendo que lo que en otro tiempo pudo tener sentido careciera ya de él. Sin embargo, el nacionalismo sitúa todo esto en un papel preponderante. Así, un conjunto de individuos se encuentran unidos por cosas tan importantes como la forma de menear las piernas al bailar, las especies que le echan a la comida o la manera, siempre distinta siempre la misma, en que torturan animales o hacen imposible la auténtica vida de las personas. Esa es la cultura nacionalista. La esencia se encuentra así en la costumbre y, esta a su vez, no es más que la propia perseverancia en mantener rituales fuera de la realidad. Si la cultura, la auténtica, busca emancipar a los individuos, la cultura popular, la cultura nacionalista, pretende que el reparto secular de papeles se perpetúe. Y está claro que del mismo modo que las tribus primitivas se han convertido hoy en los parques temáticos de los progres, que viajan hasta aquellas en cómodos aviones y vacunados, la cultura popular no es sino el folclore de las instituciones administrativas que desean perpetuarse.

¿Pero cuál es el fundamento último de todo este proceso ideológico en el cual se inscribe el nacionalismo? Su fundamento es el mito. El “pueblo” nacionalista, la realidad de su existencia, se basa en una falsificación histórica doble: por un lado, se falsifica su origen y desarrollo, enfrentado a la realidad histórica.Por otro, se sitúa en el origen, los denominados derechos históricos, la fundamentación de lo actual. Así, lo que surge es doble: en primer lugar, el pasado, además un pasado falsificado por el mito, dirige la realidad del presente. Por otro lado, y ahí es donde se cierra el círculo del totalitarismo nacionalista, los individuos ven el fundamento de lo importante de sus vidas, su razón de ser, no en algo propio de ellos mismos, una autonomía, sino en algo que no les pertenece, pura heteronomía. El origen, el presente y el futuro son circulares: todo está atado y bien atado. Uno es vasco, catalán o español para siempre aunque ese ser vasco, catalán o español no hayan existido siempre y sólo surgiera en un determinado momento histórico. El mito supera la verdad y encadena a los humanos.

El nacionalismo es paleto. Pero esa es su cara amable, como Paco Martínez Soria era la simpatía del régimen. Su cara auténtica es totalitaria y sin remedio. La ridiculez de sus argumentos, desde el RH negativo (no lo olvidemos) hasta el espíritu rociero, no deberían presentárnoslo como simpático. La emancipación de los seres humanos no puede ser real cuando estos se encuentran subordinados a elementos colectivos que no son formados racionalmente por ellos sino previos a los mismos. Por eso queremos acabar con una inocente pregunta: ¿qué pinta la izquierda, aparte de chupar poder y votos, en todo esto?

NACIONALISMO PALETO / 1

Si yo fuera un valiente intelectual de izquierdas y hoy fuera, por ejemplo, la fiesta nacional de España podría reírme de ella sin problemas. Comentaría ufano, y con razón, quede dicho, la tontería de sentirse español, de rendir culto a un trapo, de las fiestas populares, de la escasa calidad musical de su himno. Y, en fin, defendería que más allá de fronteras artificiales todos somos seres humanos. Incluso, pero eso sólo si fuera muy de izquierdas y no tuviera talante, insinuaría que quien señala la diferencia nacional como clave no es más que alguien de derechas que no cree en la Ilustración y que nunca, pero nunca, nadie de izquierdas podría hacerlo.

Pero ha sido 11 de septiembre y resulta que era el día de Cataluña (obsérvese la denominación en la cual el mero concepto fruto de la convención cobra esencia).

Y no sé si diré lo que debo.
Aunque igual sí.
Sin respeto.
Sin talante.

Ya está:
paletos.

domingo, septiembre 11, 2005

LA ESO Y LA ENCICLOPEDIA

El País comienza la publicación de una enciclopedia para la ESO en veinte volúmenes y bajo el lema: “todas las respuestas que tu hijo necesita”. Comprendemos la preocupación del periódico en vender su producto (y de paso al gobierno), pero que los padres no se preocupen: hubiera bastado con un folio, con la LOE quizá ya sólo una cuartilla.

viernes, septiembre 09, 2005

CINDERELLA MAN

En 1942, el Hollywood clásico entregaba una pequeña joya a la historia de cine: El orgullo de los yankees, dirigida por Sam Wood e interpretada por Gary Cooper. En ella, se contaba la vida del jugador de béisbol Lou Gehrig. Era una vida de triunfo sobe la adversidad, pero al final había una escena desconcertante y triste. Durante la película, y cuando Gehrig no era famoso, su equipo visita a los enfermos de un hospital y él, aunque el niño enfermo quería ver a las estrellas del momento, se para en su cama exhortándole a no rendirse nunca. Años después, el protagonista sufre una enfermedad incurable y asiste a su último partido homenaje. Allí, en la puerta, le espera un joven que le cuenta que una vez le visitó en el hospital y gracias a su consejo ha derrotado a la enfermedad: “nunca hay que rendirse”. Sin embargo, Gary Cooper sabe que él va a su último partido y luego solo queda morir.

Cinderella man (El hombre cenicienta, que no se entiende esta manía de no traducir títulos) es la respuesta neocom a Million dollar baby. Efectivamente, si se comparan las dos películas se observará una curiosa coincidencia en la historia narrada, pero mientras que la película de Eastwood acaba en la dignidad del fracaso la de Howard acaba en la feliz alegría del triunfo y la ascensión social. Así, se podría considerar que Cinderella es la antítesis de Million: una familia feliz en la primera frente a unos miserables en la segunda; una ausencia de problemas morales frente a alguien castigado por la culpa; unos triunfadores por su esfuerzo frente a unos fracasados a pesar del suyo. Incluso esta contradicción se refuerza en una idea clave: mientras que en Cinderella se unen éxito y dignidad en Million la dignidad pertenece al individuo en un contexto (no olvidemos los secundarios del gimnasio con el ayudante (Morgan Freeman) o el personaje de Killer quien cree que algún día llegará a ser boxeador) de rotunda pérdida de los sueños que no deriva, sin embargo, en ningún relativismo moral. Además, en Cinderella man es curioso observar el trato que se dispensa al personaje del obrero comunista -un buen chico pero con una vida familiar rota, que busca jaleos (inefable la explicación de la carga policial que acabará con su vida, digna del general Arruche)- que al marchar por el camino equivocado no verá cumplidos sus sueños. Este personaje, que bien hubiera podido ser escogido como el contrapunto del interpretado por Crowe no es sino el ejemplo del error (los tiempos cambian desde el Henry Fonda de Las uvas de la ira) e incluso su entierro, en una película cargada de escenas que buscan la emotividad, está presentado sin la misma. Porque en la película no hay lugar para las sombras y todo aparece como el lado luminoso. E incluso el combate se filma de tal modo que uno desea que haya golpes y que el otro, nunca Braddock, reciba una paliza, (como en Rocky a la que también se asemeja en la forma narrativa) sin fijarse en la violencia y en la degradación que implica dos hombres golpeándose por espectáculo.

De esta forma, la película consiste no en el cine clásico (eso ya lo hace Eastwod) sino en hacer un nuevo tipo de cine donde las cosas, lejos de las complicaciones narrativas de ese Hollywood anterior, estén claras para un público que desea identificación. Un público, en fin, que quiere salir del cine antes de las duodécima campanada huyendo ante la posibilidad de que tras el hechizo del hombre cenicienta aparezca el Jack La Motta de Toro Salvaje.

martes, septiembre 06, 2005

lunes, septiembre 05, 2005

Mala crítica de la izquierda

D. Fausto Fernández ha publicado un artículo en El País. Dicho artículo, como verá el lector, ha sido, de cierta manera emocionada, recogido por la bitácora de D. Ricardo Royo-Villanova. Aquí, únicamente, exponemos nuestra crítica.

Vamos por partes.
1.- Es cierto que la derecha no asumía la democracia ni durante Franco ni a su muerte. Ahora, ¿la asumía la izquierda? Curioso viniendo de un miembro (o ex) del PCE (la única izquierda visible por cierto). ¿Es que el PCE asumía la democracia como algo más allá de un mero marco formal?¿Y qué jaleaban entonces en los congresos comunistas?¿y por qué todo el que no defendiera a Moscú, Pekín o La Habana, y lo he vivido, era calificado de tibio?
2.- Vale con la democracia y sus dos principios. Ahora bien, si D. Fausto conoce que no se respeta el segundo, el imperio de la ley, ¿no debería ir a los tribunales? ¿Qué fue de la trama inmobiliaria de Madrid?¿No se iba a saber todo?
3.- Vamos a la M-30. Resulta que se han talado 25.000 árboles. Estamos pues ante un grave riesgo ecológico sin precedentes (el pulmón de la M-30 ya se sabe). Pero hay algo que se escapa. Según el Ayuntamiento se van a plantar al acabar la obra 178.000 árboles (y plantéense: vale que no creamos al ayuntamiento, pero ¿por qué sí debemos creer a Fausto Fernández?). Además, el proyecto de la M-30 fue presentado por Gallardón en su programa electoral y consiguió mayoría absoluta. Por lo tanto se produce el "demos" y si no hay cumplimiento de la ley, al juzgado.
4.- Y las televisiones privadas. De acuerdo en que el concurso ha sido una vergüenza. Del mismo modo que el nuevo canal cuatro y su adjudicación o la negativa del gobierno a que Telemadrid tenga un segundo canal.

Efectivamente, D. Fausto no da en el tema correcto. En el fondo, en la deriva socialdemócrata, escribe un artículo suave y dulce para progres de la izquierda política y, sin embargo, la derecha social. Al fin y al cabo en el sino de IU: gobernar con la derecha nacionalista en el País Vasco, gobernar con los nacionalistas de los "derechos históricos" en Cataluña y gritar en Madrid. Por lo vito aquí sí que son de izquierdas o al menos eso se repiten para convencerse.

jueves, septiembre 01, 2005

OWEN

En estos tiempos de estrellitas mediáticas inventadas por periodistas deportivos que nada o casi nada saben. En estos tiempos de niñatos que exigen permanentemente derechos en el privilegio de cobrar millones de euros por pegarle patadas a un balón. En estos tiempos, en fin, de pijos futbolistas y entrenadores bocazas como Luis Aragonés tan celebrados por la prensa analfabeta resulta extraña la figura de Owen.
Y resulta extraña porque habiendo hecho una excelente, subrayamos: excelente, campaña en su club nunca exigió nada más allá de su contrato, nunca tuvo un mal gesto o una mala reacción a su suplencia. Cumplió siempre, en fin, como lo que es: un profesional.
Y es bueno recuperar esta palabra y no tenerle miedo: profesional. Porque Owen cobraba por serlo y lo ha sido. Y no exigió, después de llenar su cartera como hacen muchos, un “trato más humano”, es decir: subida de sueldo, ante su situación. Lejos de eso, Owen sólo fue un futbolista que hizo aquello por lo que le pagaban sin pedir nada más allá de lo que estipulaba su contrato. Y tal vez por ello, Owen forme parte de otro mundo: aquel en que uno cumple con su obligación y nada más.
Y hoy, volviendo a mi puesto de trabajo de profesor de la enseñanza pública, tarde en realidad para cumplir con garantías su función social, he echado de menos esa idea de la obligación y he vuelto al mundo del privilegio.