jueves, julio 26, 2012

ALGO YA RESUELTO (o un gobierno moderno)

 1.- El gobierno actual:

2.- El filósofo antiguo:  

(…) He aquí mi respuesta: el uso público de la razón siempre debe ser libre, y es el único que puede producir la ilustración de los hombres. El uso privado, en cambio, ha de ser con frecuencia severamente limitado, sin que se obstaculice de un modo particular el progreso de la ilustración. Entiendo por uso público de la propia razón el que alguien hace de ella, en cuanto docto, y ante la totalidad del público del mundo de lectores. Llamo uso privado al empleo de la razón que se le permite al hombre dentro de un puesto civil o de una función que se le confía.(…) Así, por ejemplo, sería muy peligroso si un oficial, que debe obedecer al superior, se pusiera a argumentar en voz alta, estando de servicio, acerca de la conveniencia o inutilidad de la orden recibida. Tiene que obedecer. Pero no se le puede prohibir con justicia hacer observaciones, en cuanto docto, acerca de los defectos del servicio militar y presentarlas ante el juicio del público.

                                                                        Kant, Respuesta a la pregunta, ¿qué es la Ilustración?

lunes, julio 23, 2012

UN PROGRAMA DE IZQUIERDAS/4: UNA ALIANZA DEMOCRÁTICA

España está en peligro. Pero al escribir esto no se nos llena el corazón de ensoñaciones rojigualdas, ni tampoco tricolores, sino que hablamos de otra cosa más importante. Lo que está en juego es la definición de España como estado social y democrático de derecho. Es decir, lo que está en juego es el proyecto de un país que surgió en 1975 con el fin de la dictadura y que pretendía, mal que bien, seguir el ideal europeo de una nación próspera, democrática y con derechos ciudadanos no solo políticos sino también sociales. Y está en juego esa definición de España como estado social y democrático de derecho de una forma absoluta.

Está en juego, primero, España como estado soberano. Está en juego la idea de España como un estado social, el llamado estado de bienestar. Y, también, está en juego España como democracia en cuanto a soberanía popular pues las medidas adoptadas, tanto en la época del gobierno Zapatero como la actual de Rajoy, no se corresponden en absoluto con el programa presentado y votado por los electores españoles: son un fraude democrático.

Así, España como tal, la España democrática y social, está a punto de desaparecer totalmente y para siempre. Y es una situación extrema porque no está en peligro el interés parcial en algo, sino el modelo social en sí mismo y con él, también, su posible reforma. Por eso, está en juego España. Este artículo pretende explicar la causa de esta amenaza y, después, plantear una solución al mismo. Pero una solución en política debe ser factible y a corto plazo y no una utopía. Por ello, lo que se pretenderá es no solo plantear la solución sino analizar si es posible o no de realizarse. Es decir, y jugando con el lenguaje, queremos ganar la guerra.

¿Cuál es el motivo de que España esté en peligro? Ya lo hemos explicado en este blog: el proyecto de precarización europeo. Este proyecto perpetrado por la oligarquía socioeconómica europea pretende la conversión del sur y el este europeo en un inmenso BRIC donde la precarización social permita la competitividad comercial a costa de los derechos de la población y la mayor ganancia oligarca. Así, el proyecto de precarización europeo es un proyecto interesado de un sector social y no, como se nos quiere vender, una necesidad estructural.

Pero este análisis ya lo hemos desarrollado en este blog y no vamos a extendernos. Sino que ahora toca generar una solución política. Nosotros ya hemos presentado aquí una solución europea para la crisis del euro, pero era una solución planteada a medio y largo plazo. Sin embargo, la situación en España implica una urgencia y debe ser atendida. Por ello, primero,  plantearemos crudamente lo que pretendemos y luego explicaremos si es factible o no.

Defendemos que es necesaria una alianza democrática de partidos para formar una coalición que actúe conjuntamente primero en la oposición y luego presentándose como alternativa de gobierno en elecciones locales y generales. Esta coalición estaría compuesta, básicamente, del marco parlamentario nacional que ha rechazado los recortes y que se corresponde con UPyD, PSOE e IU Las condiciones serían las siguientes.

Primera, se pactaría como idea central irrenunciable volver al estado de bienestar, como mínimo, anterior a los recortes de Zapatero. Es decir, queremos volver, como mínimo, al estado de bienestar que había en España en 2009. Este mínimo sería el objetivo irrenunciable y común de la coalición. No se entraría aquí, por tanto, en otros problemas –reformas constitucionales, autonómicas, repúblicas,…- y demás cosas accesorias en la actualidad. Toda la coalición tendría como objetivo este punto.

El pacto, segunda condición, de la coalición en las listas electorales se desarrollaría de tal modo que ninguna de las fuerzas políticas tuviera el suficiente número de diputados frente a las otras dos para gobernar en solitario. Esto impediría utilizar la coalición como lanzadera electoral exclusivamente y luego traicionarla.

Tercera, el programa electoral adquiría rango de contrato electoral no pudiendo cambiarse. Si hubiera que hacer algo que no estuviera en el contrato-programa, pudiera ocurrir en una legislatura, tendría que ser con el apoyo de los dos tercios de la coalición y con el voto libre de los diputados –pues serían de la coalición y no del partido-.

Cuarta, los representantes del PSOE no podrían haber estado en el anterior gobierno Zapatero, al menos en la última legislatura.

Quinta, la coalición se compromete a tener como prioridad el crecimiento económico, la lucha contra el paro y la sostenibilidad del estado social. Y este compromiso implicará a todo el territorio nacional, sin distinción alguna. Es por ello, por lo que los grupos nacionalistas podrían adherirse a la coalición pero renunciado a su carácter exclusivo: debe haber el mismo nivel de estado de bienestar en Cataluña que en Extremadura.

Por supuesto, la coalición y sus compromisos habrían que pulirlos más, pero la idea central sería un acuerdo mínimo gobernable cuya finalidad última sería mantener el estado de bienestar, como mínimo, que había en España en 2009, luchar contra el paro y generar crecimiento. Ahora bien, ¿es esto posible? Para ello correspondería dividir nuestra respuesta en la posibilidad técnica, si hay otra salida a la crisis que la auspiciada por la derecha, y la política, si los partidos podrían llegar al acuerdo. Empecemos por la política.

¿Querrán IU, UPyD y PSOE unirse? Hay gente que cree que la política es una cuestión de ideales; otros pensamos que es de interés. Por ello, cuando se analiza política un buen método es ver qué se gana y qué se pierde con una acción. La base electoral de UPyD es una base electoral progresista desengañada del PSOE y reticente al folclorismo de IU que busca, fundamentalmente, soluciones. UPyD ganaría entonces su consolidación como partido progresista y pragmático con perfil de gobierno para su electorado. Le interesa.

IU, a su vez, ganaría un nuevo electorado como sería todos aquellos que nunca le votarían, por más que podrían estar de acuerdo con incluso una mayoría de sus ideas, por ese carácter folclórico que la caracteriza, la parafernalia que lleva encima. Al comprometerse en una acción de gobierno, y no solo con el PSOE, IU ganaría también la credibilidad y aumentaría sus probabilidades como partido de gobierno futuro. Pero alguien podría pensar: ¿y el electorado radical de IU? Pues no existe. De hecho, IU siempre ha sido incapaz de captar ese electorado ñoñamente antisistema pues ese grupo social desconfía de lo político y o no vota o lo hace como respuesta “contundente” votando a formaciones antisistema y minoritarias, por ejemplo, ya verán, hacia Bildu y los etarras. Así, a IU también le interesa.

Por último quedaría el PSOE. ¿Le interesa esto? Curiosamente, es al que más le interesa. Si se observan las encuestas se verá que el PSOE no recupera votos ni con Rajoy de presidente. Y el PSOE ya es fundamentalmente una estructura para el poder y que lo necesita para sobrevivir. Podrá sonar maquiavélico, pero el PSOE necesita tocar poder para evitar el futuro cainita en sus filas y su desintegración: primero ha sido el ERE de empleados, quieren evitar el ERE de cargos políticos. Y esta es su única oportunidad en conseguirlo en varias legislaturas. Un PSOE en solitario no va a ganar. Claro que le interesa. 

Pero, ¿conseguiría el poder esta coalición? Es indudable. Si miran los resultados electorales de 2008, con un PSOE ya tocado, este partido llegó a los 11.289.000 votos y 8.200.000 votos en su peor resultado de 2012: pongan que fácilmente el PSOE pueda tener diez millones –aunque nunca en solitario sí en la coalición-. Si a eso sumamos un millón de UPyD, más que posible, y otro millón de IU, absolutamente garantizado, la coalición tendría un suelo electoral de doce millones de voto. Y un suelo implica un mínimo. A eso, tendrían que contar el voto perdido del PP. Así, el triunfo estaría garantizado. 

Pero, llegar al poder no es cumplir el programa. ¿Sería posible? 

En primer lugar, lo que alguien ya estará pensando es que un gobierno así no sería permitido por la UE ni por los mercados. Pero hay que decir que no es cierto cuando se señala que la UE pone condiciones concretas. No lo hace en todo el memorando, por ejemplo, más allá de las propias financieras. Es cierto que hace recomendaciones generales, están en el punto 31, pero tan vagas que no se tienen que cumplir de una forma concreta. Es decir, la UE solo puede imponer condiciones generales, pero no puede imponer medidas concretas. Y hay otras formas, por ejemplo, para llegar a esas condiciones. 

Pero, ¿y los mercados? Hay una creencia falsa sobre los mismos. La idea falsa sobre ellos es que la subida de la prima de riesgo es una reacción de los mercados ante las acciones del gobierno. Es falso porque es al revés. Los mercados buscan que suba la prima de riesgo pues eso forma parte del plan de precarización. Y lo quieren en un doble sentido: primero, por el mero interés especulativo que hará ganar más a su dinero invertido con el porcentaje adicional; segundo, y aquí el plan, porque al subir la prima y aumentar la deuda el estado gastará más en pagarla detrayendo de lo social y precarizando el país. La especulación al alza de la prima de riesgo cumple así una función beneficiosa para la oligarquía económica pues ella gana doblemente.Y por eso cuando sube no es porque los mercados sufran sino porque celebran. Un gobierno fuerte, sin embargo, y que no responda a los impulsos de la prima de riesgo mandaría un mensaje diferente a los mercados pues estos no podrían tampoco aumentar mucho más allá el nivel de beneficio especulativo pues podrían romper la baraja. Y eso no lo quieren. Así, paradójicamente, un gobierno capaz de no tener como objetivo inmediato, pero sí como objetivo, la prima de riesgo haría más por su reducción que uno que solo pretende gobernar para ella, pues lanzaría el mensaje de que si sube a un límite extremo podría haber reestructuración de deuda o pérdida total de lo invertido -lo que no sería deseable, por supuesto-. 

Pero, la acción de un gobierno así no sería posible si estuviera solo en el panorama internacional. Y curiosamente no lo está. Unir en una coalición internacional a Italia, España y Francia –con Hollande- sería algo que paralizaría a la especulación. Ya ha ganado Hollande, hay elecciones italianas en 2013 y en España ya se habría creado la coalición. La idea sería un bloque mediterráneo que impulsara al BCE a intervenir con la compra de deuda durante un periodo determinado. Y es una idea posible y que la piden muchos expertos, no una salida radical de hippies. Y sería algo, además, apoyado por EEUU, como ya ha señalado Obama. Efectivamente, EEUU necesita una UE única y fuerte por dos motivos: primero, porque su economía no podría aguantar otro BRIC –fin último de todo esto- que sería la Europa del sur; y, segundo, porque su política exterior necesita a Europa como aliada ante la irrupción internacional, con sus intereses, de los BRIC y los nuevos conflictos en Oriente Próximo, ya se está viendo en Siria con la actuación de Rusia y China, África, con una cada vez mayor presencia China, y el Pacífico. Así, una coalición de este tipo no sería una idea descabellada internacionalmente sino apoyada. Y no solo apoyada sino que, a su vez, apoyaría a otros países a salir del proyecto de precarización. 

¿Es posible hacer esto? Sí ¿Es deseable? También. Por supuesto, nosotros aquí solo presentamos la idea general, que habría que pulir hasta llegar al programa conjunto, pero consideramos que es algo necesario. Seamos claros: el proyecto de precarización implica una guerra en cuanto pretende destruir el estado europeo tal y como hasta ahora se ha desarrollado. De nosotros, los que estamos en su contra, depende llegar a un acuerdo lo más mayoritario posible para luchar en esa guerra o dedicarnos cada uno a defender nuestras pequeñas ideas sobre cada cuestión como elementos irrenunciables. Pero si queremos ganar esta guerra, y es fundamental hacerlo, necesitamos que todos aquellos que creemos como mínimo y esa es la clave, que España debe ser un estado social y democrático de derecho estemos unidos esta vez. Al fin y al cabo, somos españoles: ya nos pegaremos más tarde. Pero ahora, no.

miércoles, julio 18, 2012

CONTRA LOS RECORTES



La democracia tiene dos aspectos básicos. El primero es la soberanía popular: la gente vota de acuerdo a un programa electoral y el gobierno elegido y el parlamento representan ese voto. La segunda es un estado social de derecho. Democracia no es solo votar sino que se garanticen las condiciones sociales para que ese voto se pueda ejercer soberanamente y la ciudadanía sea una realidad.

Ambas cosas están en la actualidad en peligro en España. Hay que pensar qué debemos hacer frente a la agresión del proyecto de precarización europea, pero también hay que manifestar rotundamente qué no queremos que ocurra. Por eso, independientemente de diferencias ante el conflicto que se presenta, mañana, día 19 de julio, debemos mostrar nuestro rechazo ante las nuevas medidas del gobierno títere para imponernos la precarización. Por eso, mañana cada uno debe ir individualmente con un lema común que nos une a todos: no queremos estas medidas. Por eso, mañana, estaremos en la manifestación.



Y encima, no juega el Madrid así que no puede haber algo mejor que hacer.

lunes, julio 16, 2012

RECORTES Y PRECARIZACIÓN EUROPEA

El proyecto de precarización de Europa avanza a buen ritmo. Este proyecto, ya repetidamente analizado en este blog, pretende convertir la mayoría del territorio europeo al modelo chino: un sistema productivo fuerte, una oligarquía poderosa, una escasa clase media y una mayoría de la población de clase baja trabajando en condiciones precarias para ese sistema productivo. Precisamente, el presente escrito pretende analizar los nuevos recortes presentados por Rajoy como la guinda del pastel de dicho proyecto que demuestra que nuestra hipótesis es absolutamente verdadera: hay un plan político y social dirigido por la oligarquía para convertir determinada zona europea –el sur y el este en concreto- en un remedo de China y aumentar así el beneficio de dicha oligarquía con la depauperación social de la mayoría de la población.

La idea clave de los nuevos recortes realzados por el gobierno del PP es actuar contra la clase media –pues la clase baja no puede ser más precarizada so pena de sacarla del sistema productivo- aumentando con ello la precarización social del país –que es el fin último-. Efectivamente, si analizamos los recortes veremos como atentan contra la forma de vida de la clase media fundamentalmente y, con ello, buscan depauperar la realidad social y económica de la población. Por esto, daremos un repaso a los principales recortes ya habidos y analizaremos, después, los nuevos para verificar nuestra idea.

La reforma laboral –aquí explicada exhaustivamente-, en primer lugar, ha sido hecha contra la clase media. Esto es así porque lo que se ha hecho ha sido precarizar el empleo estable, que es el fundamento de la posición social de la clase media, igualándolo por abajo con el precario. Efectivamente, los trabajos temporales son ocupados o por jóvenes o por personal poco cualificado. Por ello, al igualar de facto el empleo fijo o el estable –que necesariamente no es lo mismo pero eso es otra historia- con el temporal y precario, lo que se hace es quitar la base del proyecto de clase media. ¿Por qué? Porque este proyecto está basado fundamentalmente en un futuro laboral percibido como más o menos estable para alcanzar el crédito. Y esta proyección estable es lo que rompe la reforma laboral poniendo todo el poder en el empresariado. Así, el proyecto clase media desaparece ante los bajos sueldos y la inestabilidad laboral, que ya existían realmente pero ahora multiplicados, que impide cualquier proyecto de futuro. La clase media pierde su característica de proyección hacia el futuro, la idea de que después se va a estar mejor que ahora que es la garantía emocional y económica del crédito y la base sociológica de su constitución como clase media, y pasa a vivir exclusivamente en la actualidad de la precarización.

En segundo lugar, la destrucción y reducción de los servicios públicos afecta igualmente y de forma especial a la clase media en tres líneas fundamentales:

Uno, en la necesidad de que alguien, y ese alguien va a ser básicamente la mujer, pierda su carrera profesional al no poder pagar servicios privados en cuidado de niños, dependientes o ancianos y tenga que quedarse en casa. Así, de nuevo la proyección de futuro desaparece como hecho profesional.

Dos, en la imposibilidad de alcanzar una cualificación profesional alta al subirse las tasas universitarias y de formación superior y rebajarse las becas y ayudas, lo que impedirá a su vez una igualdad de oportunidades y por tanto un sistema social aún más cerrado en el mercado de la alta cualificación impidiendo el ascenso social por vía estudios.

Y tres, en la reducción y destrucción de la educación y sanidad públicas que son una garantía de igualdad de oportunidades. Así, la clase media que usa el servicio público para escalar socialmente va a ser la que más pierda pues se le va a impedir esa escalada social al tener que elegir entre un servicio público devaluado –enseñanza, sanidad y pensiones- o uno privado con un alto coste.

De esta forma, las medidas tomadas anteriormente, que la oligarquía y sus adláteres –el gobierno español- llaman de austeridad pero en realidad son de precarización, lo que buscan es acabar con la clase media porque, y esto es lo que tiene que comprender la izquierda y dejarse de retóricas, la presencia mayoritaria de una clase media implica un bienestar social. Así, la eliminación de esta clase implicará, necesariamente, una precarización socioeconómica que solo beneficiará a la oligarquía pues puede aumentar, modelo chino, el nivel de explotación en la producción.

¿Pero y qué pasa con las nuevas medidas?

Al presentar las nuevas medidas, destacan las siguientes: la subida brutal del IVA, la reducción de la prestación por desempleo, la subida del índice de cotización de los autónomos y la pérdida de la paga extra de navidad de los funcionarios. Si vemos en general las medidas, se comprende que todas ellas afectan directamente a la clase media, ninguna directamente a la oligarquía -pues la subida del IVA para ella es una minucia- y menos, aunque también, a la clase baja –por su bajo nivel de consumo y su precarización ya existente-.

La subida del IVA, tanto el general como el paso de casi todo el reducido a general, es un ataque directo a la clase media y el ejemplo más claro del proceso de depauperación europeo. Se busca lastrar el consumo, pero se hace en época de recesión. ¿Qué significa eso? ¿Cómo es posible? ¿No debería ser al revés y fomentarlo? Si el nuevo capitalismo es la vida como producción absoluta de beneficio económico –en el trabajo y en el ocio como ya hemos señalado repetidas veces en este blog- y por ello es necesario un alto nivel de vida para garantizar esa misma
explotación permanente y poder consumir, la subida brutal del IVA en época de recesión implica la idea de que España ya no pertenece a ese nuevo capitalismo pues los individuos dejarán de ser mercancías para ser solo productores, como ocurre con la mayoría de la población en los BRIC -países emergentes: Brasil, Rusia. India y China-. Además, y eso demuestra el proyecto europeo de precarización, es una medida también tomada en los otros países rescatados.

¿Pero cómo es esto posible si defendemos que el Capitalismo necesita consumo? Porque estos países rescatados, y entre ellos España, ya no forman parte de la estructura capitalista primaria y su población, a nivel de consumo, será sustituidas por las clases emergentes de los BRIC. Si estos suman como población unos 3.500 millones de personas, sumando por lo bajo, piensen que un factor de consumo de solo el 20% de su población implicaría un mercado de 700 millones, mayor que la pérdida de precarizar estos países europeos con creces, y que permite aumentar el consumo y, a la vez, el beneficio de la oligarquía europea al precarizar su propio territorio. Así, la subida del IVA es una demostración de que el consumo interno ya no forma parte de la estrategia económica de España y, con ello, de que el proceso de precarización es real pues, resumimos, el plan es precarizar a los españoles, y resto de europeos rescatados, y producir barato para otros mercados.

Y este plan se revela también en la eliminación de la paga extra de navidad –y la escogida no es baladí- del funcionariado y los empleados públicos. Esta eliminación implica que unos dos millones y medio de consumidores van a reducir drásticamente sus compras, además en navidad, con lo que esto implica para el consumo interno. Así el consumo nacional ya no importa y el individuo deja de ser mercancía, productor total en trabajo y consumo, para ser solo productor. Y esto implica una pérdida de nivel de vida y una precarización social. El PP emula al Partido Comunista Chino.

Así la estrategia es, en un primer paso, hacer desaparecer el consumo interno como motor económico. Y, como consecuencia y segundo paso, ahora se puede precarizar el mercado de trabajo pues ya no es necesaria una buena situación económica para consumir. Y es así como hay que comprender las otras medidas: la reducción del seguro de desempleo y del subsidio y los autónomos. Efectivamente, una vez quitada la importancia del consumo, la economía depende de la producción. Y como el consumo interno ya no es importante, es decir: los sujetos ya no necesitan un determinado nivel de vida para poder consumir, entonces se puede precarizar automáticamente el trabajo y depauperar a esa población.

¿Cuál es la idea que subyace en el recorte al desempleo? Al ahogar económicamente al trabajador este aceptará antes empleos por debajo de su cualificación –eso es lo que Rajoy llama incentivar- y por tanto se podrá ir precarizando más el mercado laboral: peores salarios y degradación de las condiciones de trabajo. Por otra parte, los autónomos, otra clase media, ven mermada su nivel económico al situar su contribución mínima en el 21% -para 2013 y el 19% a partir de 2014-, y no en el 15% como anteriormente, y, no lo olvidemos, al haber subido el IVA. Así, la precarización afectará también a los autónomos pues les exigirá una mayor liquidez previa y una pérdida, en época de recesión, media de un mínimo de 1.100 euros anuales. Eso implicará, como consecuencia, la desaparición de un alto número de esos mismos autónomos que tendrán que pasar al mercado laboral, aumentando así, vía necesidad, la precarización del mismo.

Cada uno de los pasos, como hemos analizado, tienen así una finalidad. Esta no es mejorar España y el nivel de vida de los españoles, sino empobrecerlo para competir en el mercado internacional como una zona continental BRIC, imitando el modelo chino. Esto depaupera a la mayoría de la población, de ahí que se ataque fundamentalmente a la clase media, pero mejora el beneficio de la oligarquía europea al aumentar la explotación productiva y mantener y aumentar la del consumo con las clases emergentes de los BRIC –unos 700 millones, como ya hemos señalado-. Es, por tanto, un proyecto político conscientemente hecho y que no tiene que ver con una necesidad del capitalismo sino con un plan de la oligarquía continental para mejorar aún más sus beneficios.

Dice Marx que Hegel olvidó señalar que si la historia se repetía era una vez como tragedia y la segunda como farsa. Se cuenta que cuando María Antonieta escuchó que el pueblo de París pedía pan propuso que si no lo tenían comieran entonces pasteles. Se sabe que Andrea Fabra, diputada del PP, cuando escuchó a Rajoy hablar de los recortes en el paro expuso toda su capacidad retórica: ¡que se jodan!

viernes, julio 13, 2012

VALORES/3: RESPETO

 
La diputada Fabra, del PP, grita ¡que se jodan! cuando Rajoy anuncia el recorte en las prestaciones de desempleo. 

«En estas festividades, Mr. Scrooge», dijo el caballero tomando una pluma, «es más deseable que nunca que hagamos alguna ligera provisión para los pobres y menesterosos, que sufren muchísimo en estos momentos. Muchos miles carecen de lo más indispensable y cientos de miles necesitan una ayuda, señor».
«¿Ya no hay cárceles?», preguntó Scrooge.

Charles Dickens, Canción de Navidad

VALORES/2: COMPASIÓN


Un presidente de gobierno de un país con más de cinco millones de parados
nos explica que lo que pasa es que no buscan trabajo.

domingo, julio 08, 2012

ME GUSTA EL FÚTBOL (pero tampoco tanto)

El fútbol no es cultura. Por supuesto, tampoco es arte. Y es erróneo considerarle un deporte. El fútbol como cualquier otro deporte profesional, no es más que espectáculo. Como el circo.

Resulta aburrida la pretenciosidad de quienes pretenden convertir a 22 tipos en calzoncillos corriendo delante de un balón en un cúmulo de hechos intelectuales sin igual: el fútbol como representación cultural y con extraordinario valor para el intelecto. Esto, que comenzó en España con Valdano y ha llegado a su paroxismo con el ñoño club de fans de Guardiola, indica ya el fin del ideal de cultura como emancipación ilustrada. Efectivamente, lo que pretenden defender sus partidarios no es  la idea antropológica de cultura -que cultura es toda manifestación social con lo que Sálvame también lo sería- sino que buscan elevar el espectáculo de patada pa’alante y patada pa’trás -bueno, si es el  Barcelona o la selección muy frecuentemente también interminablemente a los lados- a un rango de obra de arte. Y ahí está lo falso. Pero no solo eso sino también lo reaccionario.

¿Reaccionario? Efectivamente.

El arte presenta dos aspectos fundamentales. En primer lugar como ideal busca superar la realidad: el arte es algo que trasciende lo cotidiano en cuanto a que la obra posee algo que va más allá de su mera facticidad  y su utilidad -nota: esto no se debe entender en sentido espiritual-. Un cuadro va más  allá de ser pinceladas de pintura, su hecho. Y lo hace trascendiendo la utilidad: es un ideal de lo que las cosas deberían ser.

En segundo lugar, el arte no reconcilia con la realidad sino con él mismo. De ahí que su comparación con lo real lleve al anhelo de que el mundo ojalá fuera así. Por eso el arte es triste.

Cuando yo voy a ver al Madrid, no espero ninguna de las dos cosas -aunque a veces Mourinho saca la alineación que le gusta y resulta, también, triste-. Ni tan siquiera, fíjense, cuando veo al Barça o a ¡Españaaa! Lejos de eso, cuando uno va al fútbol lo que busca es una reconciliación absolutamente positiva: quiere que gane su equipo y quiere que pierda el contrario -incluso a veces basta que pierda el contrario-. Así, la simpleza emocional que esto encierra lleva lejos el placer futbolístico del placer estético con el arte. El fútbol es simple en sí mismo, por eso  su realidad como mero entretenimiento, y hacerlo complicado es falsificarle y pedantear.

Y aquí entra, además, el segundo aspecto fundamental del fútbol: su carácter emocional e identificador. El desinterés no existe en el fútbol ni en su manera más nimia: uno va con alguien y no con quien lo haga mejor -aunque, pasa a veces, pueda reconocerlo y aplaudirle-. Esta emotividad a priori, antes de la función, vuelve a separarle del arte y al tiempo convierte a este espectáculo en, aunque no necesariamente, peligroso.

Lo separa del arte porque ahí la emotividad es ante la contemplación de la obra, a posteriori. Y lo hace peligroso porque puede acabar con la pura identificación: uno siempre debe ser fiel a su equipo en la fe de los borregos y sus balidos.

Por eso, si Guardiola y su corte son bobos por su aparente llamado intelectual, Mourinho y la suya son idiotas. La sempiterna llamada del portugués a la adhesión inquebrantable es el perfecto ejemplo de la identificación pura. Así, ya la negativa a la crítica aparece como la base de algo en que se busca convertir el futbol actual. Algo que se adelanta a la política para, como ya ha ocurrido, guiarla.

Efectivamente, y resulta curioso, el periodismo deportivo es, desgraciadamente, la vanguardia del periodismo actual: su escuela. La cerrazón de un periodismo deportivo decididamente hincha, por cierto especialmente en provincias, ha sido siempre la vanguardia de un periodismo político que ha ido imitando sus usos hasta llegar al desastre actual. Así, el forofismo político actual, en el cual hay periodistas y medios del PSOE y del PP y que escriben desde esa posición sus informaciones, empezó con el periodismo deportivo. El fútbol ahí también es desgraciadamente el futuro: maestro de la vida. Pero una vida cuyo magisterio lo recibe del fútbol debe ser una vida triste y limitada. No la queremos.

Además, si el fútbol no es arte ni cultura tampoco es deporte. Efectivamente,  yo no voy al estadio Bernabéu a ver a unos deportistas. Para eso iría a cualquier campo de futbol en el barrio o me miraría a mí mismo, tal vez embelesado, mientras corro con mi apolíneo estilo.  Cuando voy al fútbol voy a ver ganar a mi equipo, miente quien les cuente que él va a ver solo el partido, y también, y eso me separa del ultrasur imbécil y el rebaño hincha, a ver un espectáculo que no es solo ganar: quiero divertirme.

Y por eso, tampoco exalto la cantera. Si voy a ver un espectáculo quiero que estén los mejores artistas. Me da igual que sean turcos, congoleños, alemanes o de Móstoles: no soy racista. Si un canterano es bueno que suba al primer equipo; si un extranjero es bueno, le quiero ver.

Y como me gusta el fútbol tampoco aguanto la histeria de las celebraciones ni el patriotismo trasladado a un campo de juego. No me gusta ir a Cibeles a celebrar y no me gusta la histeria en torno a la selección. La repercusión de algo debe ser proporcional a su importancia. Es indignante que un telediario comience con fútbol y no con el bosón de Higgs.

Llevo 36 años de socio en el Real Madrid. Una vez estaba en el Bernabéu y el público se encrespó con el árbitro por una falta en el centro del campo. La gente pitó y pitó, cual lobo feroz, y mi hermana hizo un comentario: imagina toda esa energía para mejorar sus condiciones de trabajo.

Me gusta el fútbol, pero tampoco tanto.

TRASCENDENCIA Y CULTURA DE LAS TRADICIONES POPULARES

¡8 de julio,
  • Santa Isabel, Reina de Portugal, Viuda
  • Santos Aquila y Prisica o Priscila, Mártires
  • San Quiliano y Compañeros, Mártires
  • San Totnano y Compañeros, Mártires
  • San Colmano y Compañeros, Mártires
  • San Procopio, Mártir
  • Santa Witburga, Virgen
  • San Adriano III, Papa
  • San Raimundo de Toulouse, Clérigo
  • Beato Adriano Fortesque, Mártir
  • Beato Eugenio III, Papa !

Y ahora a beber.
Y luego a vomitar.


jueves, julio 05, 2012

¿NOS VAMOS A CIBELES?

De confirmarse la noticia, estamos ante un momento crucial de la historia de la humanidad: se habría demostrado la existencia del bosón de Higgs. Aquí viene un vídeo buenísimo donde explican lo que es:


Y ahora, ¿nos vamos a Cibeles?

martes, julio 03, 2012

CAPITALISMO Y MALDAD/3: IDEA DE SUJETO (1)

En los dos anteriores artículos de esta serie hemos presentado, primero, un resumen de nuestra idea de capitalismo para, luego, analizar la crítica de Marx al mismo y señalarla como insuficiente. Toca, ahora, realizar nuestra propia crítica y presentar el motivo de la maldad del capitalismo. Y aquí la cosa, seguramente por nuestra propia incapacidad, se va a complicar sobremanera.

Vamos a comenzar por la conclusión: el capitalismo es moralmente malo porque impide el cumplimiento del sujeto moderno. Ah, clamarán ustedes, qué interesante. Pero, no se vayan porque realmente lo es.

Efectivamente ya solo se puede estar contra el capitalismo, con razón y desde una postura progresista,  si se defiende la idea de sujeto: abstracción frente a abstracción. Y vamos a intentar explicarnos.

Pero antes, ¿no es todo esto una entelequia? ¿No se trata de un mero juego mental? Lejos de eso, es una crítica radical al capitalismo. La moral no existe empíricamente sin más, sus juicios no son meras descripciones del estado de cosas, sino que se basa en el juicio de valor: la moral no describe sino que juzga. Y para juzgar se hace siempre desde un posicionamiento previo. El posicionamiento de la izquierda tradicional contra el Capitalismo ha sido la pobreza en las condiciones de vida de las clases populares: las clases populares eran pobres (descripción) y a la izquierda le parecía mal esto (juicio de valor) porque partía de que todos los seres humanos eran iguales (posicionamiento previo). Sin embargo, esta situación ha cambiado, por la necesidad del propio Capitalismo y tal y como hemos analizado varias veces en este blog, y ahora resulta absurdo seguir manteniendo esto como criterio moral pues el nivel de vida ya no es ese: el desarrollo del capitalismo es incompatible con la pobreza. Y, curiosamente además y como analizábamos en el anterior artículo de esta serie sobre Marx, tampoco Marx mantenía ese criterio.

Nuestra tesis ahora es sencilla: la crítica radical al Capitalismo está en la defensa del Sujeto moderno y la demostración de la imposibilidad del mismo en este sistema. Por tanto, y como necesidad y cortesía, habría que explicar qué entendemos por ambos términos. El segundo, Capitalismo, creemos que ya ha sido convenientemente explicado en este blog y lo hemos resumido en el primer artículo de esta serie. Corresponde ahora, pues, analizar el primero, el sujeto. ¿Qué es el sujeto moderno?

En primer lugar, sujeto y ser humano no son sinónimos. Ser sujeto es una forma de ser humano, por tanto no todo ser humano es sujeto: de hecho, ninguno realmente lo es -pero, de esto ya hablaremos-. Lo que caracteriza a un sujeto no es la pertenencia, pues, a una especie biológica o a un grupo sino su racionalidad. Por ello, y como ejemplo, un extraterrestre puede ser tan sujeto como uno de Palencia. Así, la primera característica del sujeto moderno es la racionalidad: para ser sujeto moderno hay que ser, condición indispensable, racional.

En segundo lugar, es la autonomía otra característica del sujeto moderno. Frente a la autonomía, que sea el propio sujeto el que decida por sí mismo, surge la heteronomía, que sea alguien ajeno al sujeto quien decida sobre él. Así, por ejemplo, una ética es heterónoma cuando alguien ajeno al individuo decide lo que está bien o mal: por ejemplo, en las religiones. De esta forma, el sujeto moderno, como señalaba Descartes, solo creerá aquello que le indique su razón y por ello defenderá su autonomía.

Pero, y esta es  la tercera característica fundamental, la autonomía no conduce al relativismo subjetivista sino al universalismo. Precisamente por ello en la filosofía moderna ocupa un lugar importante el estudio de las matemáticas -buen salto, ¿eh?-. Efectivamente, las matemáticas serían el ejemplo de una ciencia absolutamente autónoma, sus objetos solo existen en la mente racional, pero a la vez universal: solo cabe una respuesta correcta y que, como luego veremos, tiene además una consecuencia práctica en la física y la tecnología. Así, cualquier sujeto puede hacer matemáticas pero, al tiempo, todos deberán llegar a la misma conclusión: es racional, autónoma  y universal.
Y por eso, me van a permitir el excurso filosófico, el análisis de las matemáticas es fundamental en la filosofía moderna desde un punto de vista novedoso frente al pensamiento anterior. Para la filosofía que analizó las matemáticas anteriormente, las matemáticas eran fundamento de lo real. Para la filosofía moderna, son una característica del sujeto y por eso su posibilidad, y no ellas mismas, son, a su vez, el ejemplo de un saber autónomo y universal: una demostración de que el sujeto es posible.

Y unida de nuevo a su autonomía y a su racionalidad surge otra característica fundamental del sujeto: su capacidad de transformación de la realidad.  Efectivamente, el sujeto moderno busca transformar radicalmente el mundo. No solo pretende convivir con la realidad sino dominarla: incluso en eso están las matemáticas y, por supuesto, la filosofía. La realidad así se convierte en el campo de acción de esa autonomía racional, el lugar donde el sujeto desarrolla su acción creando algo nuevo: el ejemplo más claro, el auge de las ciudades. Por eso, de este sujeto surge la ciencia como nueva explicación del mundo físico y su aplicación práctica con la tecnología.

Sobre estos cuatro pilares -racionalidad, autonomía, universalidad y capacidad transformadora- se constituye el ideal de sujeto moderno. Pero este ideal, y por eso lo llamamos así, no es una realidad histórica, sino un proyecto filosófico que extiende su proyecto hacia todos los saberes como el arte, la figura del artista como héroe moderno, o la ciencia o la política.

Así, a partir del siglo XVII, el sujeto surge como ideal dando sus primeros pasos conscientes cuando Descartes realiza en su obra una acción hasta entonces inédita: separar radicalmente el pensamiento de la realidad extramental. Con ello, escinde al sujeto del resto del universo y rompe la línea grecocristiana, y que rige aún con más fuerza en el resto de las culturas, de un individuo integrado plenamente en el universo. Así, ahora, el sujeto se enfrentará radicalmente al mundo para construirlo a su imagen y semejanza: D. Quijote, Hamlet o Robinson Crusoe; pero también la ciencia o el arte; y por supuesto, la filosofía.

Muy bien, ya hemos demostrado lo que sabemos -cinco años de carrera y un doctorado han dado para 706 palabras-, pero ¿esto qué tiene que ver con el capitalismo? Tiene que ver con lo siguiente. Si en primer lugar podemos demostrar que ser sujeto es más progresista que no serlo y que se constituye como condición necesaria de la libertad humana real. Si, en segundo lugar, demostramos que el capitalismo es incompatible con esa forma de ser e impide su surgimiento y desarrollo. Entonces, podremos concluir algo: el capitalismo es malo pues excluye la posibilidad de la emancipación humana. Pero esto, a su vez, nos lleva a otro problema: el capitalismo puede ser perfectamente admisible si no se defiende la idea de sujeto y, como consecuencia, es la idea de sujeto la clave de la crítica: una abstracción solo se responde con otra abstracción.

Por eso, todo esto nos lleva ahora, una vez explicado lo que es el sujeto, a tener ahora que responder a las siguientes cuestiones.
La primera,  explicar por qué habría que defender la idea de sujeto desde una perspectiva de izquierdas. Y eso incluye demostrar que la idea de sujeto no es un mero juego mental o filosófico sin consistencia real.
La segunda, analizar cómo cualquier otro posible análisis aparentemente crítico acaba cayendo necesariamente en el reformismo o en un pensamiento reaccionario.
La tercera, analizar la incompatibilidad del capitalismo con la idea de sujeto. Porque si es posible ser sujeto en el Capitalismo toda la crítica perdería su radicalidad.

A todo ello nos pondremos en breve. El verano es largo y nuestra vida interior escasa.

lunes, julio 02, 2012

FILOSOFÍA Y OPOSICIONES

Dice Platón en alguna parte que la Filosofía debe preparar para morir. Pero se olvidó de añadir: también para presentarse a las oposiciones de profesor. Por eso,  mucha suerte a todos. Y el vídeo, es un repaso.


Dilema de amor, Les Luthiers