domingo, julio 29, 2007

(era) PROCESO (definitivamente) DE RENDICIÓN

Deia es el órgano oficioso del PNV. Y ayer en Deia, y hoy sigue, salió algo terrible. Tan terrible que El País, órgano oficioso del PSOE -aunque realmente creamos que es el PSOE el órgano oficioso de PRISA- lo publica en página par y a una sola columna al lado de una noticia bien grande dedicada a los negocios de Aznar. Y en su página web lo oculta.
¿Qué ha publicado Deia? Que efectivamente, y frente a lo jurado o prometido (ah, el laicismo) por el gobierno hubo negociación política con los terroristas.Y no solo en algo accesorio, sino en tres principios claves.

1.- En una mesa tripartita PNV-Batasuna (o sea y según sentencia del Supremo: ETA) y el PSOE llegarían a, cito textualmente de Deia,
Aprobadas las bases políticas, el siguiente paso era poner a disposición del resto de fuerzas políticas el documento, como acuerdo definitivo y cerrado, al menos, en un 50%, con el fin de que le dieran el visto bueno y se pudiera dar el pistoletazo de salida al proceso de normalización política con la oficialización del preacuerdo ante la sociedad a través de un acto público que se encargó a Eusko Ikaskuntza. A continuación, la propia Sociedad de Estudios Vascos organizaría una Conferencia de Paz que acondicionaría el camino para constituir este mismo verano las dos Mesas de Partidos. (el subrayado es nuestro).

Es decir, la soberanía popular saltando por los aires pues una organización terrorista negociaría, y con una base mínima del 50%, un acuerdo político. La democracia desapareciendo del panorama con el aval de PNV y PSOE (o sea, del gobierno vasco y del gobierno español).

2.- La admisión de la, autodenominada, territorialidad y del derecho de autodeterminación. Cuando Ibarretxe presentó su plan en el Parlamento nunca deberíamos olvidar lo que dijo Zapatero: si vivimos juntos debemos decidir juntos, y añadió a su vez que debían ser todos los vascos y todos los españoles los que pudieran decidir el futuro de Euskadi. Sin embargo, el documento, citamos,

recoge el compromiso del PSE-EE, Batasuna y PNV de defender que "las decisiones que sobre el futuro político adopte libre y democráticamente la ciudadanía vasca sean respetadas por las instituciones del Estado". (el subrayado es nuestro)

Así pues, se reconocía una identidad vasca propia y no unida a España y un derecho a autodeterminarse frente al resto de los españoles que no tendrían aquí ni voz ni voto. Se trataba, otra más, en definitiva de la vieja reivindicación etarra asumida en aras de la pacificación.


3.- Y, por supuesto, el chalaneo con Navarra, porque resulta que sí, que Navarra sí ha entrado en la negociación con ETA. Porque (volvemos a citar)

PSE-EE, PNV y Batasuna acordaron conformar dos Mesas de Partidos, una en la CAV y otra en Navarra. De hecho, una delegación del PSN-PSOE se incorporaría a partir de enero de 2007 a la comisión negociadora.
Es decir, que el mismo modelo aplicado a la Comunidad Autónoma Vasca se iba a aplicar a Navarra (y no sabemos si también a La Rioja o al Alto Aragón).

Así, hubo negociación política con los terroristas y de muy altas competencias sobre la estructura del estado. Es decir, no es que los terroristas dejaran las armas -de hecho siguieron actuando en la extorsión, el robo de armas, la organización y el terrorismo callejero- y luego se entrara en una fase política con todos los partidos incluyendo a la izquierda proetarra, sino al revés: iban a dejar las armas a cambio de una negociación política que ya se estaba haciendo. Y lo que aquí importa no es que el acuerdo no se alcanzara, pues no fue ni el PNV ni el PSOE quien se retiró, sino que hubiera tal pacto entre terroristas y dos partidos políticos con responsabilidades de gobierno: uno, en la CAV, otro en España. Lo terrible es que se estaba cambiando la estructura de un estado fundada en la democracia, la Constitución, con la negociación con un grupo de delincuentes. Y todo ello lleva a pensar que el presidente del gobierno mintió, si es que no niega todo de forma convincente, permanentemente al declarar que no había negociación política alguna con los terroristas. Y un presidente de gobierno, como muy bien recordamos a Aznar, no debe ser tan mentiroso.

En definitiva, que la clave de todo el autodenominado Proceso de Paz era la negociación política sobre el futuro de la democracia en España directamente con los terroristas: era, en suma, la negación de la democracia como forma y como fondo. Y por eso, como ya avisamos, era proceso de rendición.

martes, julio 24, 2007

OTRA VEZ –tal vez canse- POR LA LIBERTAD DE EXPRESIÓN

El juez de la Audiencia Nacional Juan del Olmo, a petición de la Fiscalía, ha decidido ejercer la censura. El argumento para secuestrar una revista es que la portada de El Jueves es “denigrante e infamante”. Ante esto cabrían varias puntualizaciones y algunas dudas.

En primer lugar si por algo se ha destacado la Fiscalía durante el último año es por su permisividad ante el entorno etarra. Esto, que parecería no venir ahora al caso, sin embargo sí que resulta interesante de resaltar pues nos encontramos ante una fiscalía eminentemente política y en pleno año electoral donde todo busca tener su mensaje inmediato. ¿Cuál ha sido el mensaje? Pues el contrario de antes ya que las elecciones municipales no han pasado en balde. Si durante un año la idea era que aquí se podía decir de todo en aras de la paz y la concordia, ahora la lucha por el centro electoral, o sea la derecha sociológica, que permite aspirar a ganar unas elecciones, implica algo de mano dura. Y como el matón de barrio que no puede ejercerla con quien necesita políticamente, o sea: el entorno etarra, debe ejemplificar en el más débil. Y haciendo uso del argumento pequeñoburgués por excelencia: el buen gusto. Se trata así de un guiño, mal medido, a la causa socialmente avanazada como antes lo fueron, por ejemplo, las causas humanitarias para liberar al etarra.

¿Pero otra vez está aquí el gobierno? Pues sí. Resultaría ingenuo pensar que quien hasta la fecha ha estado detrás de todos y cada uno de los actos de la fiscalía ahora no estaba al tanto de éste. No se trata, sin embargo, de que haya sido el gobierno quien haya dado este paso sino que seguramente algún fiscal ha querido contentar al jefe con vistas a su promoción una vez visto que la promoción, con cualquier gobierno, es por causas de lealtad ciega -y algún ejemplo hay. Y así, si al principio el jefe estuvo contento, inenarrable la lección de lo que no es democracia por parte de De la Vega y su juicio sobre el respeto a las instituciones, luego tuvo que recular, bien que con razones técnicas, ante la que se montó y el ridículo de secuestrar una publicación para que se publique como nunca. De esta forma, un gobierno que se contradice de forma perenne –primero señalando límites a la libertad de expresión, luego abogando por lo contrario- demuestra que detrás de todo está el rédito electoral. Analizaron resultados y, aquí y por una vez fue más listo el PP en su ambigüedad, mantuvieron la postura que triunfaba en la encuesta. Se llama tener criterio.

Pero dejando a un lado esto, lo que sorprende es que una medida máxima, la retirada de una publicación, se dé porque una caricatura denigre. Bueno, habría que informar, en primer lugar, que por eso, precisamente, es una caricatura y no un retrato. Sin embargo, hay que ir más lejos ¿Tenemos derecho a publicar cosas denigrantes e infamantes? El problema surge porque lo denigrante e infamante es muy subjetivo y si bien podemos estar de acuerdo una mayoría, por ejemplo, en que algo sea de mal gusto -esos programas basura llenos de periodistas basura- no cabría ejercer la censura pues la libertad de expresión, ya lo hemos dicho otra veces, es precisamente la libertad de los otros de publicar lo que a nosotros no nos gusta por cualquier causa y, por tanto, no publicaríamos. Así, la defensa de la libertad de expresión no es solo un derecho propio sino, y sobre todo, un derecho ajeno: lo que defiende el que apoya la libertad de expresión no es solo su propia posibilidad de expresión pública, que también, sino la posibilidad del otro de decir lo contrario a lo que uno piensa.

¿Cuál, pues, debe ser el límite a esa libertad de expresión?
Los dos únicos límites que se nos ocurren serían cuando se acusa a alguien de la comisión de un delito o se realiza un ataque a su honor o buen nombre sin pruebas y cuando se amenaza. Cuando se acusa a alguien de algo sin pruebas, hecho que por cierto ocurre prácticamente cada día en cualquier medio de comunicación, cabe la censura porque lo que se está haciendo es decir que alguien hizo algo y al tiempo no presentar las pruebas de eso que hizo. Es decir: se está vulnerando el principio de presentar datos para que el interpelado pudiera defenderse y demostrar la falsedad de las acusaciones. Y al hacer eso se le está impidiendo su posibilidad de defensa y, con ello, su libertad efectiva de expresión pues nada podría decir. Al prohibir amenazas, por su parte, se está poniendo en práctica un principio de libertad básico y es que nadie debe vivir coaccionado por otro. Es decir, en ambos casos se limita la libertad de expresión únicamente para que exista: para que todos, y no solo el que amenaza o acusa, puedan hablar. Sin embargo, cuando se recurre a cualquier otra causa de censura como el buen gusto se está utilizando un criterio no objetivo de dominio social: el buen gusto es lo que la idea social dominante, correcta o incorrectamente, decide que lo es. Y así, eso sí coarta la libertad de expresión pues no hay prueba más allá del convenio social, que suele ser imposición, para la defensa de quien se lo salta.

No pensamos aquí buscar demostrar si la portada de El Jueves es denigrante o no. Lo que pretendemos es defender, sencillamente, el derecho a ejercer la crítica a cualquier institución –y la monarquía lo es- con el único límite arriba prescrito de la injuria a una persona concreta. ¿Es una portada de mal gusto? Sí, claro. De hecho es un humor soez, como casi toda la revista por otra parte, que no nos gusta, pero por eso hay libertad de expresión. Y de hecho, tiene mucha más gracia, y resulta más crítica, la rectificación que la portada anterior .

Ya hemos hablado de ello otras veces. La libertad de expresión debe ser un derecho fundamental en democracia. Y su límite no puede estar en la crítica a las instituciones o a las figuras públicas sino sólo a las personas privadas y en las circunstancias previstas anteriormente. Nunca el límite a la libertad de expresión puede ser situado en la crítica a cualquier institución, presuntamente divina o presuntamente humana, pues entonces el límite legal previsto sería un límite al propia ejercicio de la razón en su desarrollo crítico. Y precisamente ese desarrollo es, o al menos debe ser, una clave de la democracia

miércoles, julio 18, 2007

PROYECTO
LA REALIDAD ONTOLÓGICA:
UNA METAFÍSICA DEL CAPITALISMO

Cuenta la tradición popular que los náufragos introducen mensajes en botellas dando cuenta de su situación y dejándolos al azar de la corriente. Cuando alguna botella llega a su destino, si es que llega, marca ya los restos del naufragio que, tal vez, sea imposible de salvar. Pero queda al menos su memoria.
Metafísica es estudio de la Realidad. Podría decirse ahora: la ciencia también. Pero, no. Metafísica es algo más. Los antiguos griegos comprendieron algo: si todo es real todo, todo, debe tener una última estructura mínima común para tener esa característica: ser real. Todo es real y ese ser real, ajeno a las diferencias de su ser en concreto esta o aquella realidad, es esa estructura común de lo real: es el Ser no como algo trascendente sino el fundamento de los real. Distinguieron así entre objeto, ente y ser. Cada ser particular podía, en primer lugar, ser analizado como ser concreto (perro, gato, cactus, ...): como objeto. En segundo lugar, como algo existente, como algo en cuanto que existe, independientemente a su forma concreta (lo que iguala al perro, al hombre o a la roca pues los tres existen en cuanto que son seres) y, por tanto, como ente: ser en cuanto que es y que cumple unas características generales. Pero, y por último, a su vez había algo común entre todos esos seres para ser existentes, para ser algo (esto, eso, aquello) en lugar de nada. Eso común era el Ser. Así, la metafísica habría surgido al analizar la realidad desde una perspectiva racional y formal - y por eso no es religión-: si todo es, todo tiene que tener algo en común para ser: el Ser. Qué sea este común es el trabajo de la Metafísica: el fundamento de lo real.
Pero, ¿una metafísica del Capitalismo? ¿Qué debería analizar dicho estudio?
Existe una diferencia entre sociedad totalitaria y realidad totalitaria. Una sociedad totalitaria sería aquella en la cual los hechos sociales, pero exclusivamente estos, estarían determinados por la estructura social. Así se trataría de una limitación extrínseca al desarrollo individual. Dos realidades diferentes, individuo y sociedad, chocan y la segunda somete a la primera. Se trata pues de un tema político o sociológico. Sin embargo, en una realidad totalitaria, un Absoluto o una Realidad Ontológica, lo que hay es algo diferente. La causa de todo y fundamento es esa misma realidad a priori, y todo está no solo determinado en su acción concreta sino también en su propio ser por dicha realidad. Así, por ejemplo, la idea de creación en el cristianismo sería este tipo de realidad donde todo existe por Dios y para Dios (incluso el mismo demonio forma parte de su plan actuando desde la Providencia). No es sólo, aunque también lo sea en su derivación, un problema social sino de fundamento último: metafísico (y así en el ejemplo, de la existencia de Dios).
Nosotros planteamos, desde esta perspectiva, una hipótesis de trabajo: el Capitalismo no es sólo una sociedad totalitaria sino que ha devenido en una realidad totalitaria, una Realidad Ontológica. Y el hecho de que sea así nos lleva a hacer de él metafísica: buscamos descubrir al Ser, el Capitalismo como tal, y sus características. Planteamos así que el Capitalismo es no una parte de lo Real sino que ha devenido en la Realidad Absoluta y Única, el Absoluto o Realidad Ontológica, fundamento de todo lo existente que ya sólo existen convertido en nuevos entes formalizados en mercancías.
La grandeza filosófica de Marx consiste en, precisamente, haber intentado hacer una metafísica del capitalismo. Es decir, la idea que Marx vislumbró fue que el Capitalismo era no una realidad económica o sociopolítica, sino que era la Realidad en sí misma. El capitalismo no era consecuencia de un modelo socioeconómico sino causa y fundamento de la Realidad. La idea de Marx, en definitiva, era que el Capitalismo es el ser y solo una filosofía, una metafísica que buscara la radicalidad: explicar la realidad desde su raíz, sería capaz de comprender y actuar frente a esa misma realidad. No obstante, el proyecto de Marx fracasó. El capitalismo era aún una realidad histórica demasiado joven y un Marx ansioso de revolución equivocó el vaticinio demasiado optimista. Sin embargo, dio con la clave: la mercancía como ente y el Capitalismo como Ser. Y la filosofía crítica como metafísica.
Sabemos que no nos explicamos bien. No es el objeto de este escrito hacerlo, sino sólo presentar, brevemente, nuestro proyecto. ¿Qué haremos con él? Precisamente eso, una Metafísica del Capitalismo: es decir analizar el sistema no sólo como una realidad socioeconómica y política sino como la realidad misma, como una Realidad Ontológica. Pretendemos hacer filosofía, la única ya posible, de la realidad: Metafísica del Capitalismo porque éste ha devenido en el Ser. En definitiva, pretendemos escribir lo que será el último libro posible de la filosofía frente al Absoluto: La Realidad Ontológica: una metafísica del Capitalismo. Pero ya sin ninguna esperanza en que los restos del naufragio de lo que un vez fue la esperanza de la Modernidad y la Ilustración en un mundo justo puedan ser recuperados. Y haciéndolo, por tanto y como siempre, para nada.
Pero haciéndolo.

sábado, julio 14, 2007

HOMENAJE (y burla) AL NACIONALISMO

Grecia: cielo único de una nación.
Distinto al del estado español,
Cataluña,
Andalucía,
Madrid
o el País Vasco.



Cada cosa en su sitio. Aunque la tierra se mueva.
Y la boina hasta las cejas.

lunes, julio 02, 2007

UNA (tardía) REFLEXIÓN ELECTORAL/1

¿Quién ha ganado las elecciones? Parece ser la pregunta que todo el mundo se hace. Bueno, la respuesta está clara: el PP. Todo lo demás resulta, cuando menos, aplicar las cuentas de la vieja, o del Gran Capitán que para un alumno LOGSE deben de ser lo mismo, a la realidad. Por lo tanto la pregunta de quién ganó las elecciones no parece tener interés. Es más fructífero preguntarse por las causas posibles que han llevado a la victoria del PP en sólo tres años de legislatura del gobierno de zapatero.

En primer lugar, cabe decir que unas elecciones de este tipo no son generales. O dicho más claro: los resultados no son extrapolables. Pero, especialmente no lo son sobre las elecciones de 2004 por el tema de la abstención. En estas elecciones de 2007 han votado el 63,9 % y sin embargo, en las de 2004 votó el 77,24%, casi un 15 % más. Por lo tanto tal vez habría que asociar la victoria del PP a la presencia menos masiva en las urnas y a que hay una mayoría de eso que se llama izquierdas que no va a votar. Sin embargo, si miramos más despacio veremos que no está tan evidente. Resulta que en las elecciones de 1996 votó un porcentaje mayor que en 2004 –el 77,38%- y ganó el PP. Pero en las del 2000 ya baja al 68,7% de participación y el PP logró mayoría absoluta. La explicación, tan querida por los analistas autodenominados progresistas, de que en España hay una mayoría de izquierdas resulta, cuando menos, arriesgada. ¿Entonces?

Hay que cambiar la hipótesis. Presentemos la siguiente: hay un espectro sociológico que se moviliza no por fidelidad política a priori sino por hechos morales, a posteriori. En concreto por la indignación moral (justa o injusta, que ese es otro cantar). En el año 1996 era echar al PSOE, en el 2004 expulsar al PP. Mientras tanto, 2000 y 2007, especialmente, no se movilizaron. Sin embargo es cierto que quien ha perdido la movilización ha sido el PSOE. Así pues, el PSOE ha perdido. Ahora bien, ¿por qué?

Sigamos con la hipótesis. Es difícil que un candidato autonómico o municipal despierte ilusión moral. Pero si lo hiciera su importancia a nivel de participación sería insignificante. Aún más difícil es que un partido presente tal ilusión a nivel local. Sólo pues podría hacerlo un proyecto nacional –o nacionalista-. Zapatero ha perdido esa capacidad de ilusionar. Su gran proyecto de permanencia en el poder se basaba en la proclamada, y falsa, moral: alianza de civilizaciones, igualdad de género, memoria histórica y, proyecto estrella, proceso de paz. Todo muy ético, todo muy de imagen. Todo fracasado. Así, la parte del electorado que se movilizó por cuestiones morales para votar al PSOE no ha vuelto.

Sin embargo, las encuestas del CIS, nos referimos al barómetro de abril, siguen dando como ganador al PSOE. ¿Por qué? Habría una posible explicación siguiendo con la hipótesis: la diferencia entre uno y otro, tanto en las auténticas elecciones como en la encuesta, es tan baja que, ahí sí, el efecto autonómico y municipal, el candidato concreto, cuenta. Y cuenta a favor del PP en las locales y a favor del PSOE -la presencia de Acebes, especialmente, y Zaplana restan votos- en las generales. Pero en realidad lo que hay es un empate técnico en el cual, por cierto, ganará el PSOE el poder por su mayor capacidad de pacto. Es decir: no hay una movilización de ese segmento social con una fuerte implicación moral a la hora de votar por encima de su filiación a priori. Y es ahí, curiosamente, donde el PP ha ganado o, diciéndolo mejor, el PSOE ha perdido. Porque donde Zapatero se jugó, con vista electoral, sus cartas fue precisamente en esa teoría de marketing. Y así sus dos grandes, por llamarlos de acuerdo a su inversión publicitaria, proyectos pretendían movilizar a ese sector de fuerte contenido moral: la Alianza de Civilizaciones y el Proceso de Paz. Y por ello, el gobierno no piensa cerrar ninguno de los dos y hará todo lo posible por mantenerlos, a viento, marea y muertos, pues en ellos está la clave, según las últimas estadísticas, de la mayor o menor cesión en el pacto futuro. Mientras el PP sólo pretende una cosa: que, gracias al hastío, ese grupo no vote. Ambos son igual de miserables pero cada uno en su campaña. Distintas agencias de publicidad, tal vez.

¿Explicamos así todas las elecciones municipales y autonómicas? Claro que no. Pero creemos que está aquí la clave, la conquista de ese segmento de voto moral, de todo el marketing de un año en adelante. Tanto el PSOE como el PP se llenarán la boca de cuestiones morales –que excluyen, curiosamente y de acuerdo a los principios básicos de la ideología a los asuntos económicos- de aquí a marzo -¿seguro que marzo?, dependerá de las encuestas-. Y ya han empezado con la ñoñería –otra cosa que les debo- de la Educación para la Ciudadanía o del tema de las medallas en el Líbano. Se trata de movilizar, o no en la estrategia actual del PP, a esos votantes y la lucha será dura. Pero no conviene olvidar que en estas elecciones han pasado también otras cosas de interés: lo de Madrid, lo de Navarra, la abstención, especialmente, en Cataluña, el papel de IU ya declarado y los pactos posteriores. Esperamos que haya, pues, más.