jueves, septiembre 30, 2010

RADIOGRAFÍA DE UN FRACASO: HUELGA ¿GENERAL?/1

Sólo para quienes su (alto) sueldo va en ello o para aquellos a quienes la cerrazón de la ideología –y a partir de ahí falsa- les impide ver la realidad, la huelga general ha sido un éxito. Para todos los demás, y realmente, ha sido un fracaso rotundo. Por ello sería conveniente analizar qué causas han llevado a que la huelga seguramente más justa de la democracia no triunfara. Y sería bueno hacerlo huyendo, por un lado, de prejuicios y, por otro, de análisis personalistas ya sean morales o políticos. De lo que se trata es de analizar qué causas sociales han llevado a que la gente no siga la huelga, es cierto, pero también, qué es otra cosa, de analizar el fracaso de los sindicatos convocantes.

Por supuesto el artículo que vendrá a continuación, o tal vez dos que ustedes ya saben que yo me enrollo mucho pues no en vano soy de Filosofía, parte de la idea, ya expresada aquí, de que la huelga era perfectamente justa desde una perspectiva racional. Por tanto, ese tema ya no se va a tratar sino solo el hecho de su fracaso. Y más que el hecho, inobjetable, su causa.

Pronto, espero, más.

miércoles, septiembre 29, 2010

martes, septiembre 28, 2010

LA DIGNIDAD Y LA HUELGA

El otro día alguien, por otra parte muy inteligente, dijo que había que hacer la huelga por dignidad. Llevo días mirando las visitas a mi blog y contemplo un éxito, tal vez ridículo para otro pero tremendo para mí, de más de cien visitas. Es el momento de hacer un artículo épico y asegurarme la continuidad, si es que mi hipótesis es cierta y las visitas vienen dadas por mi apoyo a la huelga. Escribir algo sobre la moral superior de la izquierda, algo sobre la solidaridad, algo, en fin, sobre nuestra –nota: ¿por qué la palabra nuestra tiene tan buena prensa y la palabra mía tan mala?- dignidad. En resumen, algo sobre que los de izquierdas somos más guays.

Este texto, corto para no aburrir, es solo para señalar otra cosa. Tan digno es quien haga huelga conscientemente como quien, a su vez conscientemente, decida no hacerla. Y otra cosa es que las ideas que lleven a adoptar dicha actitud a cada uno sean más verdaderas o falsas –nota: otro día me explico con más palabras, aunque tal vez no mejor-. Para mí la verdad objetiva, y la idea más moral, está en hacer huelga y no pienso ponerme relativista. Pero una cosa es la objetividad y moralidad de las ideas y otra, distinta, la moralidad de las personas. Y por eso no se trata de una diferencia personal entre buenos y malos sino de un confrontamiento ideológico entre teorías.

El 29 de septiembre todos deberían tener derecho a la huelga, cosa que no ocurrirá porque hay una clara presión ilícita en contra por parte del empresariado, el gobierno y la política cómplice, el sector social con más poder y, fundamentalmente, la propia situación laboral de miles de trabajadores. El 29 de septiembre todos deberían tener derecho a no hacer huelga, cosa que si hay piquetes violentos tampoco pasará. La idea que deseo se cumpla es simple –como yo-: cada uno debe poder hacer aquello que crea que debe hacer y lo discutimos antes y después. Pero discutimos teorías, no de personas.

Y una cosa más. Hay una idea terrible de Kant –porque seguramente tenga razón-: cuando uno, aparentemente, cumple con su deber no puede sentirse satisfecho, pues tal vez, a pesar de lo que él diga, lo haya hecho únicamente en provecho propio. Traduzco: quiero más visitas en mi blog.

jueves, septiembre 23, 2010

HUELGA GENERAL: ¿YO VOY?

1.- Lo primero que toda persona debe plantearse ante un dilema no es qué hacer, sino si conoce lo suficiente para juzgar sobre el mismo. Conocer no es necesariamente opinar. Cualquiera puede opinar sobre cualquier tema -enciendan su televisor, escuchen su radio, entren en internet, lean los periódicos o miren este blog- sin embargo, no parece que cualquiera conozca. Por eso, las decisiones no deben estar unidas a esas emociones primarias y ridículas que van desde la solidaridad obrera -la izquierda cada día parece más el domund- hasta la expresión tan en boga de que los sindicatos son una antigualla. Uno tiene que intentar meditar y decidir fuera de simplonas identificaciones con ser de izquierdas o de derechas. En esta circunstancia. En cualquier otra. Nada hay tan ridículo, y brutal, que identificarse con un yo soy de izquierdas de toda la vida -los borregos también son borregos de toda la vida-. Algunos, sin embargo, solo lo somos tras pensar, tal vez equivocadamente y con eso contamos para repensarlo de forma cotidiana.

2.- El día 29 de septiembre hay convocada una huelga general. Causa: la reforma laboral. No conviene dejarse llevar por la histeria. ¿Reforma laboral? No toda reforma laboral tendría que ser mala (en el sentido de negativa para los trabajadores asalariados). Seguro que es necesario una reforma laboral porque el mercado de trabajo es indignante. Y aquí todos de acuerdo. Pero, ¿por qué es indignante? ¿Cuál es la causa que nos mueve a la indignación?

3.- Analicemos el mercado laboral español. Un 25% de la población activa tiene un contrato temporal. Curiosamente, la cosa del contato temporal se reparte equitativamente entre las administraciones públicas y la empresa privada. Así, el mercado laboral español es claramente dual. Por un lado, hay un sector de indefinidos, en la pública y en la privada, y por otro un sector de eventuales, en la pública y en la privada. Y esta dualidad, no lo olvidemos para luego, creó empleo en la precarización del mercado de trabajo.
Pero hay ahora un 20% de paro. Y la pregunta es sencilla: ¿por qué hay ahora tanto paro en España y no en el resto de Europa?

4.- La derecha, incluyendo al PSOE, ha fundamentado un discurso: la culpa máxima del paro la tiene la escasa flexibilidad del mercado laboral. Cuando se habla de flexibilidad se refieren, fundamentalmente, al coste del despido de los empleados fijos (45 días por año trabajado). Ya hemos tratado aquí extensamente este punto. Por ello, resumiremos. La alta tasa de paro en comparación con la de Europa no tiene que ver con las fórmulas de contratación, que por supuesto habría que cambiar pero por otro motivo, sino con la estrategia seguida industrialmente en España por parte de la oligarquía política y la oligarquía industrial y el beneficio permanente de la oligarquía financiera. Que la base de nuestro tejido productivo fuera construcción y turismo es lo que ha generado el alto para actual –del mismo modo, por cierto, que fue lo que produjo su descenso anterior-. No se trata, así, de que la estructura de contratación impida crear empleo, sino de que la estructura industrial, de la cual son los menos responsable los asalariados, lo que por fin ha fallado. Y, a su vez, esta estructura industrial cayó por la crisis financiera que llevó a la falta de crédito y con ello a la pérdida de unas industrias cuya base era la facilidad crediticia.

5.- De esta forma, el 20% de parados no lo es porque haya un mercado laboral rígido –donde hay un 25% de empleados con contrato temporal en trabajos que no son temporales y donde hay un 20% de parados: curiosa rigidez- sino porque la estructura industrial española, ocupacional para este menester, estaba mal planificada. Y es ahí, curiosamente y no en cambiar el mercado laboral, donde está la clave de la Reforma Laboral planificada por el gobierno. Porque efectivamente, como ahora explicaremos, la Reforma Laboral no tiene su finalidad fundamental en el mercado laboral sino que este es el medio para otro fin: generar una determinada estructura productiva.

6.- Efectivamente, la finalidad última de la reforma no es estructurar un nuevo mercado laboral sino generar un nuevo modelo de sistema productivo tras caer el basado en la construcción y el turismo. ¿Pero esto no estaría en contradicción con la famosa Ley de Economía Sostenible? Oh, sí. Pero para eso habría que creerse tamaña ley. España tiene ahora mismo no solo un 20% de paro, sino un 30% de fracaso escolar. Es decir, la población activa española es una población fundamentalmente de baja cualificación. Y de hecho, esto se ve en el desempleo. Así, pretender cambiar el modelo productivo español por uno de innovación tecnológica y absorber a su vez el paro es una quimera porque la cualificación de un importante grueso de parados no es útil para ello. De esta manera, la forma de cambiar la estructura productiva, que es la causante del paro, tiene que ser otra.

7.- ¿Y cómo entonces hacer un modelo productivo competitivo y que reduzca a su vez el desempleo? Pues alguien, sobre todo si escucha esas famosas tertulias televisivas o radiofónicas, podría pensar que mejorando la productividad, a saber y grosso modo: el rendimiento de los trabajadores. Pero hay algo curioso, y al ver esto lo confirmarán como curioso, y es que la productividad española es sorprendentemente buena. De hecho, estamos por encima, por ejemplo, de Dinamarca o Reino Unido y al lado de Suecia. Y en la zona alta de la tabla. Es decir, nuestra productividad no se puede mejorar, desde la realidad, mucho más. ¿Y entonces? Pues de ahí no se puede modificar mucho y de hecho, para el nivel de cualificación español, la productividad es excelente.

8.- ¿Luego qué? Pues si usted no puede aumentar el beneficio aumentando la productividad tiene que buscar otro componente para hacerlo. Y este es el más sencillo de todos: reducir el coste laboral, es decir: reducir lo que le cuesta cada empleado y aumentar así el beneficio al mantener estable la productividad. La competitividad se gana de esta forma no ya a través de una mejor cualificación y con ello de empleados que al saber más producen mejor sino directamente reduciendo el coste personal que tienen. Y como la esclavitud está prohibida, porque no es rentable, surge ahí la Reforma Laboral.

9.- ¿Reforma Laboral es reforma de la estructura productiva? En la medida de sentar las condiciones para la segunda, sí. Lo que se busca es realizar una estructura de mercado laboral tal que permita una competitividad concreta bajando costes laborales. Por eso la idea clave de la reforma laboral es repetir un modelo que ya funcionó en la época anterior y que consiste en dualizar el mercado laboral. Pero ahora con una novedad: se dualiza el de los contratos fijos (que son, no olvide, el 75% de la población laboral). Y al dualizar, se abarata con las distintas medidas que se adoptan.

10.- Efectivamente, la idea última de todo este proceso es que la competitividad industrial española se haga sobre la base no de la productividad ni de un modelo productivo tecnológicamente poderoso, algo que hay que descartar por el nivel de cualificación bajísimo al cual llevaron con el modelo anterior, sino con abaratar el coste laboral. Y ahí está la auténtica clave de toda la reforma: el mercado laboral es la estrategia de generar un nuevo modelo productivo en el que España se incluya a los países pobres de la UE, que compiten en lo barato de su mano de obra, frente a los países ricos, que compiten en innovación tecnológica.

11.- ¿Y los sindicatos? De este artículo no saldrá una sola palabra de respeto hacia ellos. De hecho, si han convocado la huelga es con un mero interés propagandístico como se ve en el hecho de haberla convocado después de que todo esto ya se haya votado en el Congreso y tenga difícil solución. Lo único que los sindicatos buscan en realidad es lavar la conciencia de quienes le estuvieron riendo las gracias al peor gobierno de la democracia y ahora tienen que hacer una huelga donde ni tan siquiera han tenido el valor de señalar al enemigo, el gobierno, refugiándose en la conjuración judeomasónica, o neoliberal que a veces ya me confundo.

12.- (uno más que Marx). ¿Entoces yo, y perdonen la petulancia, hago huelga? Un modelo productivo concreto implica una sociedad determinada. Incluso en términos reformistas de lucha de los derechos civles y sociales, que son muy importantes, si es cierto todo el rollo anterior el futuro es tenebroso, al menos tanto como el modelo productivo del pasado reciente. Si este, basado en la construcción y turismo, convirtió la educación en algo prescindible para los sectores socialmente más desfavorecidos de la sociedad –que acababan ganando grandes sueldos sin necesidad de estudiar lo cual, paradójicamente, es política conservadora cuando no reaccionaria- el nuevo sistema que apunta la Reforma Laboral es aún peor porque ya implica la globalización de aquello que era básicamente, aunque no en exclusiva, para ciertos estamentos sociales. Se trata de globalizar un país cuya competitividad se basará en la precariedad laboral y, por ello, en el bajo coste laboral.

y 13.- El 29 de septiembre haré huelga. Pero eso sí, espero que ningún inútil y cómplice sindicalista –nota: otro día hablar de los sindicatos- se apunte mi reducción de haberes. Al fin y al cabo el sueldo solo me lo quitan a mí.

martes, septiembre 21, 2010

VIDA INTERIOR/69: COOL (Cibeles Fashion Week)

¿Quién de nosotros no tiene una vida interior muy grande? ¿Y qué poeta no nos la cuenta una y otra vez? En esta sección mi alma se desnudará. Incluso he comprado una nueva para tenerla más grande. Porque, en el fondo, yo también quiero ser feliz

Ropaje sostenido, brillante. Equilibrado en boca. En nariz es franco, con notas vegetales y aromas de frutas confitadas.

Leído en el tetra brik del vino tinto Aliada: 0’50 € por unidad. Yo lo tomo con gaseosa para comer y está muy rico. A veces alterno con Classic Eroski (el supermercado me pilla cerca). Y también está rico.

lunes, septiembre 20, 2010

EL FRACASO DEL ARTE MODERNO/1

La expresión más frecuente ante un cuadro o una escultura de arte moderno es: ¡menuda mierda! Y la contestación más socorrida por aquel que quiere defenderlo suele significar: es que tú no entiendes. Curiosamente es en la contestación y no en la queja donde radica el fracaso del arte moderno.

Entenderemos en este artículo por arte moderno un concepto genérico: el arte, de pintura y escultura aunque no escape la música o la literatura al mismo, que se da básicamente a partir del siglo XX y que rompe, por ejemplo por su abstracción, con el anterior. O sea, lo que todo el mundo entiende por arte moderno. Y antes de comenzar una crítica es de buena ley señalar, pues tal vez ahí esté nuestro error, cuál es, según nuestra idea, el fundamento teórico de ese desarrollo artístico.

El arte moderno, y hablamos en general, tuvo como principio un triple ideal: primero, buscar la inmediatez perceptiva y estética frente al arte anterior al que se consideraba mediado; segundo, y dentro de la corriente romántica, expresar la subjetividad del propio artista (que se consideraba, sin embargo, como universal); y, tercero, habiendo conseguido lo anterior, que la obra resultante pudiera llegar a ser admirada por cualquiera al superar la mediación social y plasmar la realidad de forma pura: ser universal. Es decir, el sueño del arte moderno era que cualquier persona por el hecho de ser humano admirara ese arte al reconocerse en él.

Sin embargo, hoy exclaman: qué mierda. ¿Qué ha pasado? Para explicarlo conviene desarrollar los tres puntos enunciados antes.

En primer lugar surge la idea de la inmediatez. El arte moderno pretendió ser inmediato para el espectador. Esto quería decir que la imagen presentada en el cuadro buscaba provocar la emoción estética y artística sin necesidad de ser conceptualmente desentrañada a través del nivel cultural del individuo –pues entonces la gente culta y la inculta verían dos cosas distintas- y lograr así eliminar las referencias culturales y sociales, ya que en realidad la cultura pertenecía a la élite, de sus obras. La idea era que ante una escena figurativa como la de los cuadros anteriores -por ejemplo Las meninas de Velázquez o La tres gracias de Rubens- aparentaba necesitarse conocer quién era cada personaje y saber su historia para comprender el cuadro –cosa que cualquier profesor que haya llevado a sus alumnos al Prado habrá percibido- lo que provocaba que la esencia de la pintura –color, luz y forma- se perdiera en la circunstancia de la escena al darle más importancia a lo accesorio de la historia. Se trataba, de esta manera, de que no fuera necesario conocer la excusa cultural de la historia narrada, eliminando los referentes, sino que la visión de pura forma, puro color y pura luz logrará transmitir al espectador la belleza artística de forma inmediata sin necesidad de dominar el código cultural concreto. Así, el arte se convertiría en lo puramente humano pues superaba la condición social, mediada, existente. El arte era, como clamaban los manifiestos –nota: volveremos a los manifiestos porque son fundamentales-, la representación de lo humano. Y seguramente, pero solo en cierta medida, no les faltaba razón.

Como segunda idea, surgía la figura del artista y su subjetividad. Todo el arte moderno es hijo, legítimo o bastardo, del Romanticismo. Efectivamente, es este movimiento una clave fundamental para entender su desarrollo. La clave del Romanticismo es la subjetividad del artista, pero no necesariamente su individualismo. Precisamente, la idea fundamental de este movimiento es que la subjetividad del artista es universal en el sentido de que plasma lo propiamente humano y no solo su visión de las cosas –lo que le separaba de movimientos anteriores como el Manierismo-. El Romanticismo pretendía que el artista era el actor no de su propio yo sino del nosotros colectivo –y por eso su estrecha relación con el nacionalismo-. Así, para la visión del arte moderno el artista no era un ser superior que tuviera una sensibilidad especial sino un mensajero hacia el pueblo –volvemos a los manifiestos- que manifestaba aquello que todos tenían dormidos. El artista así ya no era un mero individuo sino que representaba al colectivo.

Y ahí se daba el tercer elemento. La eliminación del aspecto mediado en la obra unido a un hacedor de la misma que no expresaba su individualidad sino la subjetividad humana, a la propia especie, debía conducir a un acto que fuera reconocido por todos. Así, un cuadro de arte moderno escaparía al nivel cultural y al conocimiento de su propio autor pues iba la raíz misma de los humano y con ello de lo universal. Independientemente de la clase social o del país al que se perteneciera la obra moderna sería admirada. Y si acaso no lo era se debería precisamente a que la propia posición social imponía un egoísmo que negaba la apertura hacia lo universal de lo humano. El arte moderno era revolucionario porque privilegiaba lo humano frente a la mediación social donde radicaba la injusticia. Un cuadro abstracto no precisaba la cultura como información para entenderlo, cultura que se daba sólo a las élites, sino que al ser la forma inmediata humana de la percepción resultaba entendible por todos. Pero había además algo más. Era la realidad pura, al menos la realidad humana, pues superaba la condición cultural concreta en su significado. Los colores esparcidos en el lienzo –pura forma, pura luz, puro color- superaban la mediación que implicaba necesariamente conocer la historia –tal vez de Jesús o tal vez de Buda- narrada en el lienzo. La obra de arte moderno era objetiva porque suprimía lo accesorio a favor de lo universal.

Parecía todo claro. El arte moderno pretendía, por fin, hacer un arte popular no en su repugnante sentido antropológico, ese que acaba con un grupo étnico tocando en un auditorio de música clásica –nota: ¿no es toda música étnica?- mientras la Duquesa de Alba se viste de flamenca, sino en un sentido emancipatorio: la gente, sin la cultura que les negaba su propia injusta sociedad, sentiría su emoción. El arte moderno sería universal e imposible de negar salvo que el individuo, llevado por su interés social egoísta, lo hiciera. El arte moderno haría, en fin, la definitiva unión, fracturada desde siempre, entre la máxima expresión humana y cada individuo. El arte moderno era revolucionario.

Pero en un museo, en cada museo, se oye decir: ¡vaya mierda! Y quien lo defiende exclama: tú no entiendes. Y ese no entiendes es su fracaso definitivo. Y toca analizar la causa de ese fracaso. Otro día.

martes, septiembre 14, 2010

TONTO DEL VERANO 2010 (un candidato para el año y para el lustro y para una década)

Cada verano, D. Imperialista hace su célebre concurso Tonto del verano. Y por él desfilan varias cabezas pensantes patrias. Este año con la crisis hasta la imbecilidad era menor. Pero siempre hay que confiar en nuestro presidente.

Decía Aristóteles que un principio fundamental de lo real, él lo llamaba axioma, era que una cosa no podía ser a la vez ella misma y su contraria. Tal vez, permitan la pedantería, la genialidad de Hegel está en negarlo.

Zapatero ha dicho que los parados que hacen cursos no están parados sino trabajando por su país. Y sentencia: debemos tener una visión distinta de lo que es el desempleo.

La genialidad no es lo mismo que la estupidez. Ahí, sin duda., Aristóteles tenía razón. Y por eso me atrevo a pedir a D. Imperialista que presente la candidatura de Zapatero al premio tonto del verano.

Yo creo que arrasa.


viernes, septiembre 10, 2010

REFORMA LABORAL/1: y castigará el absentismo...


Alguien hablando en el Congreso de Diputados

Además, [la Reforma Laboral] incluye la justificación del despido por motivos de absentismo laboral, fijadas en un límite del 20% de las jornadas hábiles durante dos meses consecutivos, o el 25% a lo largo de cuatro meses discontinuos dentro de un periodo de un año.

En el diario 20 minutos

miércoles, septiembre 08, 2010

VUELTA AL COLE

Es viernes 3 de septiembre y El País nos deleita con un reportaje sobre la vuelta al colegio en su suplemento de Madrid. Y allí, la consejera de Educación Lucía Figar ante el dato de que la privada de pago, lógicamente por la crisis, baja su número de estudiantes -la concertada es privada también que se financia con impuesto y hace dumping a la pública pagando menos a sus profesores y haciéndoles trabajar más horas como si fuera una empresa de Pakistán, por ejemplo, pero dentro de España- suelta:

El descenso se debe a que las familias se han dejado seducir, según la consejera, por "el mayor atractivo de los centros concertados y públicos bilingües".

O sea, que hay un atractivo en la concertada y en la pública bilingüe. Pero en la pública no bilingüe, no. Es la educación de la élite frente a la educación de la chusma, dejada de la mano de (su) Dios tras los recortes.

Y ya puestos, ¿hay alguien que conozca la diferencia de preparación entre Lucía Figar y Leire Pajín? Sobre esto, nota: pronto algo sobre los partidos políticos a cuento del caso Tomás Gómez.

lunes, septiembre 06, 2010

CEUTA, MELILLA Y LA MADRE PATRIA

Sin duda alguna el patriotismo tiene algo ridículo. Solo pensar que un patriota español que hubiera nacido mil kilómetros más al sur sería con toda razón de bandera un patriota marroquí ya señala lo absurdo de dicha teoría: el azar cuenta demasiado. Así, por una cuestión de azar quien hoy grita defendiendo enfervorizado la españolidad de Ceuta y Melilla bien podría exigir su legítima cesión a Marruecos solo si hubiera nacido un poco más allá. Es lo que tiene el sentimiento patrio.

No obstante, estas reflexiones no son tampoco gran cosa. La realidad no se discute solo con la exposición de lo absurdo. Efectivamente, hay un conflicto con Ceuta y Melilla en cuanto que son pedidas por el gobierno de Marruecos. Y dicho conflicto, como otros, no puede encontrar fácil respuesta en la falacia naturalista que siempre plantea el patriotismo -como son de España deben ser de España- sino en algo distinto. Por eso analizaremos primero el argumento máximo que presenta Marruecos para su anexión, la proximidad geográfica, luego el argumento españolista, la razón de estado como esencia, y por último daremos un argumento a favor de que Ceuta y Melilla pertenezcan, sin duda alguna, a uno de los dos estados en liza -quedó emocionante, ¿eh?-.

Para Marruecos Ceuta y Melilla deben ser suyas por el argumento de la proximidad geográfica. Efectivamente, argumentan, las dos ciudades están en África. Parece un razonamiento de sentido común ajeno a cuestiones no naturales, pero sin embargo no lo es sino que se trata de un argumento ya cargado de intencionalidad política pues geográficamente, naturalmente, África no existe -ni Europa ni Asia-. Efectivamente, si miran ustedes un mapa mudo verán un único continente -de hecho, roto solo por el artificial canal de Suez-. Es más. Para la evolución humana vino muy bien que esto fuera así. Por tanto, las fronteras no pueden ser aducidas bajo criterios –aparentemente- naturales: qué nos separa de Portugal o por qué hay Pirineos franceses y españoles es un tema político y no geográfico. Por ello, el argumento exclusivamente geográfico es irrelevante. Ceuta y Melilla no deben ser marroquíes por ser africanas. Sencillamente, no existen naturalmente dichas diferencias.

¿TIenen entonces razón los patriotas españoles al defender la españolidad de las plazas -por fin lo dije- porque llevan siglos siéndolo y fueron conquistadas antes de la existencia del estado marroquí? Otro argumento falaz. Y lo es porque en realidad responde al argumento doble del derecho histórico y la preeminencia metafísica del estado. La historia, al fin y al cabo el tiempo, no concede derechos. Que una situación se haya dado mantenida en el tiempo no quiere decir que deba mantenerse -solo hay que pensar para ello que ha habido más tiempo de dictaduras que de democracias-. Así que Ceuta y Melilla lleven siglos siendo españolas solo significa que Ceuta y Melilla llevan siglos perteneciendo a la corona o al estado español –que, por cierto, no son lo mismo- y nada más. No dice nada sobre su deber ser que es a lo que debería referirse el futuro.

Además el argumento añadido -cuando se conquistaron Ceuta y Melilla no pertenecían a Marruecos porque entonces no existía tal estado- es igualmente falso ya que repite una falacia e instituye otras dos. La falacia repetida es la de que si fue así debería seguir siendo así: como fue debe seguir siendo. La nueva es distinta pero igual de peligrosa: la esencialidad de la patria que pervive, de ahí su esencialidad, a pesar del tránsito temporal. Efectivamente, Marruecos no existía cuando se conquistó Ceuta y Melilla. Pero tampoco existía España como tal estado. Sin embargo, y de ahí la falacia, se mantiene una continuidad legítima entre el actual estado español y el conquistador que se niega al marroquí: es la mitología paleta. Así, España sigue siendo una unidad de destino en lo universal -ya saben que si opinan distinto son antipatriotas- mientras que para el resto de los países sí se puede aplicar el rigor materialista histórico e incluso el sano escepticismo.

Pero, tan ingenuo como lo anterior sería negar el status quo internacional en aras de una idealización: hoy en día Ceuta y Melilla son españolas. Y surge así la inevitable pregunta: ¿debe seguir siendo así?
La respuesta es sí.
Y ahora, ¿por qué?

En democracia, la nacionalidad es símbolo, o debe serlo, de derecho social. Uno es ciudadano de un país porque posee derechos. Pero eso solo en democracia plena. Los ciudadanos -y aún no soy tan idiota para rellenar con y las ciudadanas- de Ceuta y Melilla son así. Los de Marruecos, no -esperemos que solo aún no-. Precisamente esa es la clave del problema. Un estado democrático debe estar al servicio de sus ciudadanos: existe del, para y por el pueblo -en la mejor definición posible-. Así, los españoles de Ceuta y Melilla disfrutan cualitativamente de un orden moral y social superior al de los habitantes de Marruecos. Por tanto, la entrega a Marruecos, un estado no democrático o, siendo muy generosos, con una democratización mínima con respecto a España de las dos ciudades condenaría a sus habitantes a pasar de un estado social mejor a otro peor. Y no solo, que también, en referencia a su nivel económico, sino fundamentalmente moral: dejarían de ser ciudadanos para ser súbditos. Y un estado que permitiera eso no sería democrático.

Ceuta y Melilla, por tanto, deben ser españolas no por espirituales razones patrias sino por democráticas y concretas razones de derechos civiles. Y esta defensa de los derechos de sus ciudadanos implica la obligación por parte del estado de su defensa por los medios necesarios incluyendo, si fuera imprescindible, la opción militar. Lo que se defiende, por tanto, al defender la españolidad de las plazas africanas es la democracia. Más allá de banderas se defiende, en este caso concreto, la supremacía de la democracia sobre la dictadura.

jueves, septiembre 02, 2010

VIDA INTERIOR/68 : PALETO EN NUEVA YORK ( y Washington)/ y 12

¿Quién de nosotros no tiene una vida interior muy grande? ¿Y qué poeta no nos la cuenta una y otra vez? En esta sección mi alma se desnudará. Incluso he comprado una nueva para tenerla más grande. Porque, en el fondo, yo también quiero ser feliz

El final.

y atracar, viejo ya, en la isla,
enriquecido de cuanto ganaste en el camino

Konstantinos Kavafis, Ítaca


miércoles, septiembre 01, 2010

VIDA INTERIOR/67 : PALETO EN NUEVA YORK ( y Washington)/11

¿Quién de nosotros no tiene una vida interior muy grande? ¿Y qué poeta no nos la cuenta una y otra vez? En esta sección mi alma se desnudará. Incluso he comprado una nueva para tenerla más grande. Porque, en el fondo, yo también quiero ser feliz

Volviendo a casa (calle de Georgetown, Washington)


Tía Ema acababa de salir de la casa para regar las coles, cuando levantó la vista y vio a Dorita corriendo hacia ella.
- ¡Mi niña preciosa! -gritó, estrechando a la muchachita entre sus brazos y llenando su cara de besos- ¿De qué parte del mundo vienes?
- De la Tierra de Oz.

L. Frank Baum, El mago de Oz