viernes, agosto 31, 2007

AHORA QUE HAY QUE GANAR UNAS ELECCIONES EN MARZO

No se lo van a creer: ANV no ha condenado a ETA.
¿A que es indignante?
Pero, cómo presuponerlo.
Qué sorpresa.
Y qué malos, pero qué malos que son.
Ahora.

jueves, agosto 30, 2007

UN POCO, TAL VEZ, DE DEMAGOGIA

Hay que tener cuidado con la demagogia. Ésta suele surgir en los momentos de especial ansiedad y dolor para asegurarse el triunfo. Pero, ¿qué es demagogia? Demagogia es negar el argumento racional e ir a eso, tan totalitario, de las emociones –falsamente- puras. Demagogia es dejar de pensar racionalmente, conceptual y argumentativamente, y llevar a volcarse en la consigna y el lema preestablecido. Demagogia es interpretar la realidad desde la perspectiva del que se sitúa por encima y desprecia que la propia realidad sea demasiado compleja e incluso que pueda ir contra sus deseos. Demagogia es, en definitiva, y por poner un ejemplo, la bandera o la camiseta del Che Guevara como identidad: básica y rotunda al tiempo. Lo que busca así el fantasma de la demagogia es la pura identificación con algo alejando de ello la racionalidad y, de esta forma, el acercarse al estado animal donde la inmediatez surge ante lo real y la respuesta es simple. Y, como consecuencia de ello, la acción de la demagogia es el linchamiento, la pancarta y el estribillo cantando por el coro: el ritual religioso, la canción de combate, el mitin político.

Ha muerto Antonio Puerta, el jugador del Sevilla. Recuerdo que en el último partido que jugó aquí el Sevilla comenté en el Bernabéu que ese futbolista era bueno, que prometía, aunque tenía esa tendencia tan actual a dispersarse, a desaparecer de los partidos. Siento, como no podía ser menos, su muerte intelectualmente pues en lo emocional no me unía nada a él. Por supuesto no hubiera ido ni a su velatorio, aunque a la gente notoria tiene capilla ardiente, ni a su entierro. Pero al parecer miles de aficionados, no se sabe si a los ritos funerarios o a otra cosa, han ido. Incluso alguno cuajado de especiales sentimientos ha llorado en público sin, ni tan siquiera, conocer a la persona. Que haya gente buena es siempre hermoso y que la gente se deje llevar de sus sentimientos más profundos debería llevarnos a una situación emocional extraordinaria de concordia: sin embargo, nos da miedo. Hay algo repugnante en ese llanto, algo no subjetivamente mentiroso, seguro que lo siente, pero objetivamente falso.

Durante estos mismo días ha muerto en Madrid, podía haber sido en cualquier otro lugar de España donde los accidentes laborales se suceden sin fin y nadie se escandaliza, un obrero aplastado por un ascensor –y mientras corrijo el artículo acabo de enterarme de que ha muerto otro en Barcelona-. Sus condiciones, y las de sus compañeros, resultaban alarmantes. Ahora es cuando la demagogia saltaría y yo debería comenzar a señalar la injusticia y sinrazón de que unos muertos valgan tanto y otros tan poco. Y debería, de acuerdo a las reglas de la demagogia tan estrictas paradójicamente en su aparente emotivismo, hacer la implacable comparación entre uno y otro caso. Y acabar resaltando dos cosas: por un lado, que el autor del escrito es un tipo plagado de sentimientos y que incluso alguna noche la pasó en blanco pensando en los niños que se mueren de hambre; y, la segunda, que el mundo está muy mal y es muy, pero que muy, injusto. Y usted, hipócrita lector, sentiría una identificación inmediata. Usted y yo, por encima del mundo. Tan buenos.

Sin embargo, pensemos objetivamente. El valor de la muerte depende del valor de la vida y este, a su vez, del valor de la producción de mercancías. Puerta producía más mercancía, más ganancia, que el obrero rumano -¿tendría nombre? ni me preocupé en buscarlo- y de ahí que su muerte sea más importante. Y demagógico sería saltarse la realidad, en cuanto a condiciones objetivas, y decir que ambas muerte son iguales pues ambos eran seres humanos. De acuerdo a la realidad, o sea: al capitalismo desarrollado, la vida es mercancía y su valor es el del desarrollo de dicha mercantilización. A mayor producción, más importancia tiene la vida. Siempre se podrá aducir esa tontería de la autodenominada vida interior pero su propio autorreferencia a la interioridad demuestra su falsedad: la complicidad de un yo ya incompatible con el desarrollo de lo real que pretende, sin embargo, complacerse en su propia y pequeña miseria inventando espíritus, almas, religiones, souvenirs orientales y otras supersticiones. Del mismo modo que los niños ante el terror se inventan un mundo de luz, el sujeto ante la nadería de su propia existencia se inventa un terreno ajeno a lo real, el interior, que fue siempre la primera conquista de los sistemas sociales de dominio y que aquí no crea una excepción.

Demagogia es, así, no comprender las relaciones sociales como relaciones objetivas y pretender subsumirlas en estados de conciencia y acciones voluntarias. Por supuesto, el estado de conciencia existe y no es inocente sino cómplice, cuando menos, de la situación. ¿Cuántos de esos miles de sevillanos, o de cualquier otro lugar, hubieran pasado la noche en vela para discutir sobre filosofía, por ejemplo? Pero, la realidad no es la consecuencia de ese estado de conciencia, de ese engaño, sino que es la causa del mismo. La conciencia examina con un criterio de adecuación entre la mente y la realidad pero, previamente, la mente ya ha sido aleccionada por la realidad lo que debe buscar en ella.

La zurda de diamante ya es leyenda, titulaba hoy un periódico.
Ha muerto un futbolista, ha nacido un mito, decía otro.
Y Del Nido, presidente del Sevilla, concluía: desde ahora el Sevilla jugará con doce, sin añadir cuál será la cláusula de rescisión de ese duodécimo jugador.

Dentro de una temporada la mercancía será sustituida por otra y la zurda de diamante será otra joven promesa que, al cabo de unos años como tal vez le hubiera pasado al mismo Puerta, estará jugando en un equipo de segunda fila. Dentro de dos años ya nadie se acordará del jugador sevillista (aunque ahora le lleven en el corazón y todas esas cosas) y la mercancía, como en las estanterías de los grandes almacenes, será sustituida por otra ante la nueva temporada.

Bienvenidos al mundo real y objetivo. Y ese mundo, precisamente por sus características, solo lo puede explicar la Filosofía. Pero, eso es otra historia.

viernes, agosto 24, 2007

LA PREGUNTA DE LA SEMANA/ 18

Estaba yo revisando mis apuntes para dar clase el año que viene y, de paso, publicarlos en la web de la que ya les hablé, cuando de pronto me ha asaltado una duda. Verán, yo asocio aprendizaje a la adquisición de una conducta nueva, pero la duda ahora me ha venido porque me pregunto si las plantas tienen la capacidad del aprendizaje, en cuanto a conseguir una conducta nueva, y también si los animales que carecen de un sistema nervioso complejo, para entendernos: aquellos que carecen de cerebro, serían capaces, a su vez, de aprender.

Pues eso, que como siempre, gracias.

lunes, agosto 20, 2007

CATALUÑA Y LAS INFRAESTRUCTURAS: OLIGARQUÍA Y CACIQUISMO

Las infraestructuras en Cataluña han demostrado su ineficacia. Rápidamente, los grupos políticos han corrido a echarle la culpa a otro sobre el tema y exculparse a sí mismos, tal y como hacen los niños pillados en falta, y enseguida, de forma casi automática, ha surgido la sempiterna cuestión del agravio comparativo, tal y como hacen los hijos de los ricos a la hora de repartirse la herencia. No es la finalidad de este artículo analizar las infraestructuras en Cataluña, imaginamos que más mimadas por cualquier gobierno que en Andalucía o en Castilla o en Extremadura, por ejemplo, y ni tan siquiera la bochornosa actuación del ejecutivo corriendo a decir que era el que más había invertido en Cataluña –como cuando mami te dice que en realidad tú eres su favorito-. Escribimos hoy con otro objetivo distinto: demostrar con un dato empírico –para aquellos que siempre acusan de que todos los análisis teóricos son algo de la nubes y no guardan relación con la realidad- algo que dijimos hace tiempo: la finalidad última de los partidos políticos en cuanto a entidades socialmente objetivas, de forma independiente a los deseos voluntariosos, morales o inmorales, de sus miembros, es la búsqueda del poder y la distribución del mismo entre sus integrantes. Y lo es exactamente igual, en el fondo mas no en la forma lógicamente, que la última finalidad de una fábrica de salchichas es la de vender salchichas y no conformar un servicio público de distribución de alimentos para los necesitados, por ejemplo.

Analicemos someramente los hechos. Según los partidos políticos catalanes ha habido al menos en los últimos seis años -si no más, quién sabe si desde el siglo XVIII o quizás desde la Baja Edad Media cuando Cataluña ya era una nación y el pueblo catalán se unía en alegre festividad cantando sardanas y construyendo catedrales- una insuficiente dotación en infraestructuras. Admitamos la realidad de la hipótesis para nuestro análisis. Es decir: partamos del supuesto de que efectivamente ha sido real la insuficiencia de las inversiones estatales en Cataluña durante, pongamos, los últimos seis años (o más, ya saben). A su vez, admitimos, sin duda, la importancia fundamental, subrayemos fundamental, que las infraestructuras tienen para la vida cotidiana de los ciudadanos. Ahora, saquemos conclusiones: si en Cataluña había un déficit de infraestructuras conocido, tal y como aseguran ahora los partidos políticos, y las infraestructuras son un tema fundamental y básico, tal y como aseguran ahora los partidos -y van dos- lo normal es que hubiera sido un tema fundamental y básico del debate político en los últimos seis años -si no, al menos y ya saben, desde la Alta Edad Media-. Y si los partidos políticos están al servicio de la ciudadanía y son instrumentos que objetivamente buscan mejorar la vida de los ciudadanos –bueno, todos menos el PP si es usted un acendrado y autoproclamado izquierdista- viene a cuento que un tema fundamental de gobierno catalán, de la oposición y hasta de los intelectuales que escriben en catalán -el resto son menos catalanes, ya se sabe- hubiera sido el estado de las infraestructuras en Cataluña durante los últimos seis años (tal vez incluso desde la misma Baja Edad Media). En definitiva, los partidos políticos se deberían haber volcado con este problema.
Ahora, repasemos la historia empírica. Analicemos, por poner un ejemplo, la anterior legislatura del parlamento catalán con su gobierno autoproclamado izquierdista y, esto sin duda, catalanista -o sea: paletos con barretina-. ¿Cuál fue la razón fundamental de toda la actuación del gobierno catalán y del Parlamento catalán y de los políticos catalanes? El Estatuto. Es decir, algo que no afectaba directamente a la situación crítica de las infraestructuras -ya saben, desde los últimos seis años e incluso más allá-. Entonces cabe la pregunta, ¿por qué fue el estatuto y no el problema de las infraestructuras la clave de toda la política catalana? Pues la respuesta es doble: por un lado, porque era la única forma de que la autoproclamada izquierda se calara hasta las cejas la barretina y se refugiara en un discurso entre patriótico y patético, como todo discurso nacionalista es, buscando eliminar el monopolio del catalanismo que hasta entonces habían tenido los partidos nacionalistas; por otro, porque la eliminación del estado central en Cataluña, fin último del estatuto, permitiría el acceso a un mayor poder a la clase política catalana que sabe, a ciencia cierta, que su techo profesional es provincial y regional. Así, la búsqueda del estatuto, como ya hemos señalado más veces, no respondía al interés ciudadano sino al exclusivo interés de una clase profesional que deseaba mayor cuota de poder y para ello no dudó en gastar toda una legislatura mientras dejaba, por ejemplo, que las infraestructuras catalanas, siguiendo la hipótesis aceptada, se deterioran cada vez más.

Pero alguien, con buen corazón, podría decir: precisamente el estatuto se hizo buscando mejorar, entre otras cosas, eso. Pero, la buena intención no funciona necesariamente para la respuesta a las hipótesis. Porque si enfrentamos a Madrid con Cataluña veremos como la comunidad madrileña se ha volcado, y no por cierto por motivos sociales o de servicio público, con las infraestructuras sin necesidad de modificar un estatuto. ¿No lo pudo hacer el parlamento catalán? Sí, pero si no lo hizo fue porque mientras un político de Madrid sabe que su techo es el estado y Madrid es el trampolín, un político catalán sospecha que el suyo es, a lo máximo, la región. Y el poder es la clave de una clase política. No se trata, por tanto, de que los políticos madrileños sean mejores o sí esten al servicio de sus votantes mientras que los catalanes no, sino que el desigual techo profesional, el reparto de poder, conlleva unas acciones u otras. Así, objetivamente el partido es un centro de poder social y sus integrantes, independientemente de lo que ellos crean que hacen, buscan el poder. Para entendernos, y que nadie lo tome a mal, es como objetivamente la escuela pública está montada para defender el privilegio del funcionariado independientemente, incluso, de la voluntad de estos. Así, y de la misma forma, todo el problema del estatuto catalán no era más que un proceso de afianzar la carrera profesional de un colectivo social, el político profesional, que buscaba una mejora de sus ya manifiestamente buenas condiciones.


Cuenta Freud, aunque yo no creo mucho en Freud, que ningún hecho de la actividad humana puede entenderse como casual –aunque, a veces, un puro sea solo un puro-. Así, hasta la más ridícula broma implica unas connotaciones para el sujeto que la realiza. Recientemente, en una de esas estúpidas entrevistas de verano, ¿por qué en verano el periódico se hace gracioso?, apareció Labordeta diciendo que Zapatero era de izquierdas. Pero, no nos referimos ahora a eso, sino a algo más, aún, brillante.


Pregunta. Su imagen ha sido la de un diputado auténtico que cantaba las verdades con lenguaje de la calle. Mandó "a la mierda" al PP y aquello, en lugar de ponerle contra las cuerdas, le generó simpatías.
Respuesta. Hasta mi partido
se espantó, pero llegaron las elecciones y sacamos 80.000 votos.


Y de salchichas, ¿cuántas vendieron?

martes, agosto 14, 2007

HELIOS GUEVARA CASTRO: ¡FELIZ CUMPLEAÑOS, COMANDANTE!

¿Quién es Helios Guevara Castro? Pues un ejemplar único, inclasificable tal vez, de la nueva y autoproclamada izquierda. Superador de Marx y de todas las corrientes etnocentristas, incluyendo la Ilustración, Helios Guevara preconiza el nuevo talante: tonto, muy tonto. Pero de izquierdas. Porque si no es del PP, es antiglobalización y apoya a Cuba , ¿de dónde podría ser?

La burguesía disfruta de vacaciones. Yo, junto a unos compañeros y unas compañeras de la organización, he venido a Cuba a aprender a vivir la revolución junto a la gente humilde pero a la vez orgullosa del socialismo.
Ah, la gente humilde.
Cuánta humildad en su pensamiento.
Cuánta humildad en sus bienes.
Cuánta humildad en sus vidas.
Cuánto debemos aprender de ella.
Cogí mi HPtx1100 y comencé a escribir un poema revolucionario. Lo dejé. Era incapaz de expresar con palabras la humildad de la gente humilde.
¡Qué humildes son!
Qué envidia me causaban, pensé al pedir otro mojito.
Me conecté a Internet. Busqué una página para leer una nueva mentira contra la revolución. Afortunadamente no salía. Cop´re el periódico: el Gramma. Aquí sí que estaría contenta Rosa Regás, pensé. Y yo mismo.
Pedí otro mojito.
Y de pronto me acordé. Hoy es el cumpleaños del Comandante. Los niños fueron a cantarle.
¡Ah, los niños humildes hijos de las personas humildes!
Y pensé en la figura del Comandante.
¡Cómo expresar mi admiración!
¡Cómo expresar mi gratitud a quién ha abierto nuevas fronteras a la revolución y al turismo!
Una lágrima salió de mi ojo izquierdo. Luego se puso lloroso también el derecho.
Pedí otro mojito: ¡gloriosa revolución!
Afuera, en las calles la gente humilde sonreía pensando en Fidel, mi comandante, mi amigo. Me sentí ridículo ante la magnitud de la tarea asignada a este valeroso pueblo y a sus líderes. Atusé la camiseta con foto chemirandoalinfinito y pedí otro mojito. Lo cogí en la misma barra en símbolo de confraternización revolucionaria. Saqué la visa y me sentí minúsculo ante la humildad del pueblo humilde.
Salí a la calle.
Me encontré entre la gente humilde.
¡Tenemos tanto que aprender de la gente humilde!
Ancianos humildes.
Ancianas humildes.
Hombres humildes.
Mujeres humildes.
Jóvenes humildes.
Y pedí precio.
20 dólares. En el Capitalismo por menos de 100 ya no hay nada.
Y me fui acompañado mientras pensaba que no hay nada más hermoso que aprender de la gente humilde.
Y repitiendo para mí: ¡feliz cumpleaños, Comandante!

sábado, agosto 11, 2007

ABRIMOS WEB:
LA LECHUZA DE MINERVA

La lechuza de Minerva sólo alza su vuelo al atardecer
Hegel, Prefacio a Principios de la Filosofía del Derecho

El libro de texto es, por regla general, un estorbo. Lo único para lo que sirve, y por lo cual se usa con tanta fruición, es para ahorrar trabajo al profesorado. Éste colectivo, mientras pide esfuerzo ingente al alumno, le presenta como clave del proceso educativo no algo propio sino algo vendido por una editorial: una pieza en serie. Lo absurdo de libro del texto no procede entonces tanto del alumno como del profesor que deserta así de buscar la mejor manera posible de dar su clase y la
convierte en el tema de la editorial correspondiente. Se trata, el libro de texto, de la cuadrícula a la que agarrarse para facilitarse el trabajo del cada día y conseguir la tarde libre; el fin de semana tranquilo, las vacaciones de tres meses (verano, navidad, semana santa).

¿Por qué se ha impuesto el libro de texto? Antes de nada no hay que ser injustos: aquí no incluimos a los profesores nuevos, a los interinos ni a esos profesores obligados por la ineficaz administración a dar materias ajenas a sus competencias. Aquí hablamos de esos profesores cómodamente instalados en su centro por años, buscando su mejor horario. ¿Por qué libro de texto? En primer lugar ya lo hemos dicho, por la comodidad de un colectivo que sabe que el libro de texto le permitirá, aparte de una más que posible serie de prebendas para los departamentos siempre necesitados de material, la comodidad de dar por supuesta la preparación de las clases. En segundo lugar, la práctica, entre lógica y repugnante, de poder situar por parte del profesor que lo hizo el propio libro de texto en su instituto -o en esa universidad española educativamente ínfima, investigadora paupérrima e intelectualmente nula- con el consiguiente beneficio económico para su autor –que ahí sí perdió su tarde, su fin de semana e incluso sus vacaciones-, consiguiendo así lo que en economía se llama maximizar el trabajo: cobrar dos vece por lo mismo. En tercer lugar, por la propia fuerza de la industria editorial: las grandes empresas editoriales son editoras de libros de texto y sería más que interesante analizar las últimas reformas educativas a la luz de este dato porque igual diría más de ellas que toda la estupidez pseudospedagógica dictada por reaccionarios y conservadores (está bien escrito). En cuarto, por el negocio que significa para muchos colegios privados que venden ellos mismos los libros sacando margen de beneficio. Y, por último, una administración pública que ni quiere molestar a las grandes empresas editoriales -a alguna quizás le deba hasta el gobierno o quizás de su satisfacción dependa el apoyo de una empresa privada, ellos lo llaman iglesia en lenguaje precapitalista- ni al colectivo de privilegiados funcionarios que tantos votos implica.

¿Cómo es posible que profesores con años de ejercicio -repetimos: excluimos a los nuevos, a los interinos (que deben adaptarse a lo propuesto por el titular) y a los profesores que deben dar una materia ajena- no hayan creado sus propios temas para darlos? ¿Qué han hecho hasta ahora en su jornada retribuida? ¿Cómo es posible que las diversas comunidades autónomas en lugar de incentivar la creación de materiales propios por parte del profesorado y facilitar el acceso de los mismos a los alumnos se dedique a subvencionar, mediante la vergüenza directa de la gratuidad o la vergüenza derivada de las becas, a las grandes empresas editoriales en lugar de gastar el presupuesto de forma más sensata? ¿Qué interés hay en que la administración gaste el presupuesto en empresas privadas en lugar de, por ejemplo, conceder puntos para el concurso de traslados, algo tan simple, o puntos para los sexenios a aquellos profesores que elaboran sus propios materiales?

La educación en España es un desastre. Con un fracaso escolar en torno al 30% aquí sólo se discute sobre la ñoñez de educación para la ciudadanía que ocupa, para el propio gobierno que grita sobre su hecho fundamental para la defensa de la democracia, el 2,6% del horario curricular estatal. Y, curiosamente, ya muchos de quienes discuten y hacen apología han corrido a publicar sus libros de texto: unos para la pública, otros para la religiosa (se repartieron de esta forma el mercado).

Nosotros, sin embargo, en este aire tonto que nos caracteriza, y basta ya de rollo que hasta para esto hay que fundamentar, hemos decidido actuar de otro modo. Llevamos diez años utilizando nuestros apuntes, actualizados cada año. Los hemos estado dando en fotocopia, excepto en Ética donde debían llevar un cuaderno, hasta ahora. Pero, hay que pensar que eso es también asunto pasado y que existe una cierta obligación de que los alumnos trabajen, aunque sea mínimamente, con Internet. Por ello, abrimos página web para nuestro material escolar –y en breve personal para nuestros trabajos-. Su finalidad es ofrecer -bueno, y obligar- a nuestros alumnos, y a cualquiera que lo desee, a conseguir, de forma gratuita, el material docente que se va a utilizar en clase. Todavía no está completa, bien es cierto. Y se trata, en definitiva, únicamente de hacer eso por lo que nos pagan.

¿Y la dirección? Siendo de filosofía se nos ocurrió algo: http://www.lalechuzademinerva.es/

jueves, agosto 09, 2007

POR SI ACASO

Temiendo que la siempre -¿siempre?, ¡claro!, hay cosas más importantes que defender- vigilante Fiscalía profesional y luchadora por la libertad y el progreso de los pueblos de Españas (que es como España pero en plan plural) decida cerrar este blog por algo y por no tener nada que ofrecer en futuras elecciones, ante las fotos de Sus Majestades a las que Diosguardemuchosaños solo podemos decir una cosa:
¡REINAS! (en lenguaje aristotélico: en acto una, en potencia otra)

Nota: acaba de salir la noticia de que la Fiscalía ha pedido que se prohíba el acto de homenaje al etarra. Respiro más tranquilo.

domingo, agosto 05, 2007

GRAN CONCURSO TONTO DEL VERANO 2007

Fueron ya lejanos tiempos los de El Piquete Digital. Y fueron buenos tiempos. Allí apareció, entre otros como D. Sabiopelotas o D. Pocholo, D. Imperialista. Y comenzó una tradición que debe continuar: su Gran Concurso Tonto del Verano. Si bien yo siempre creo que Millás, el articulista oficial de la pequeñaburguesía progre, juega con ventaja, sin embargo este año debo, en honor a la justicia, cambiar mi voto.

El Ministerio de Defensa, hubo un tiempo en que creo se llamó de la Guerra, ha conseguido tener un satélite espía. Como yo soy así el asunto me parece medio bien pues desde luego España, por su posición geográfica y sus posibles conflictos, necesita una cierta independencia en su seguridad militar. Y uno cree que el Ministerio de Defensa está para garantizar esa capacidad militar, es decir: de respuesta armada y violenta, frente a posibles enemigos. Y uno además duerme más tranquilo si sabe que un sátrapa del norte de África, por ejemplo ese queridísimo rey de Marruecos, tiene claro que no puede resolver una crisis en su país atacando ciertos enclaves o si piensa que un nuevo sistema puede mejorar la seguridad de las tropas españolas en sus distintas misiones que, al fin y al cabo, están actuando para mejorar algo, no del todo, el mundo. En fin, y resumiendo, uno cree que el ejército necesita las mejores armas posibles de acuerdo a nuestra capacidad económica para defender algo de democracia como debería ser su cometido.
Pero el Ministerio de Defensa debe avergonzarse de algo. Porque a su satélite espía ha decidido llamarle Paz, ¿paz?, y oculta permanentemente que sea espía. Es decir que la información que ofrece el Ministerio de Defensa es que el satélite Paz, qué cursi, es algo así como el Meteosat. Y ni lo es ni debe serlo.
Por todo ello, no podemos por menos que votar al Ministerio de Defensa para el concurso Tonto del Verano aunque aún hoy sospechemos que el tiempo restante es largo y alguien lo superará.

miércoles, agosto 01, 2007

HACER MEMORIA (aunque no sea histórica)

El sábado vi Cimbelino de Shakespeare en el Teatro Español de Madrid. La representación en sí me ha parecido muy buena -debería aprender de ella por ejemplo ese pésimo director que es Calixto Bieito-. Sin embargo, no se trata, a mi parecer, de una gran obra aunque sea de Shakespeare -¡de Shakespeare!-. Y echo de menos en ella un personaje que siempre he admirado en la dramaturgia shakesperiana: el malo trágico. Aquí, el malo es demasiada caricatura -genial, por cierto, una escena de la obra en la cual, aprende otra vez Bieito, el malo canta cual Back Street Boys con sus secuaces una serenata-, le falta la grandeza de los personajes shakespearianos tradicionales: esos que hacen el mal de forma trágica, con una infinita tristeza.

No se deben decir las cosas en caliente. Corre uno el riesgo de emocionarse demasiado. Y las emociones no suelen ser buenas, al menos las precipitadas, para analizar los asuntos. Por eso hay que esperar. Además, es de justicia dar una oportunidad a quien se le va a acusar de miserable. Pudo haberse equivocado en el momento y luego rectificar. Eso, tal vez, no quitaría su culpa, pero sí al menos le haría humano más allá del ADN. Incluso uno podría pensar que no es un miserable.

Zapatero fue a México hacia la segunda semana de julio. Y allí habló. Pudo hablar de muchas cosas, pero allí dijo esto: no hay ni muro ni foso que prevalezcan frente al intento de conquistar un futuro en bienestar. Se refería, imagino, al muro que EEUU está construyendo en la frontera mexicana.

Pocos días después unas 50 personas desaparecían -eso es morir, no dormir, seguro que no soñar- en el muro que España, gobernada por Zapatero, y la UE han construido para evitar que los inmigrantes subsaharianos -o sea: los negros de África- vengan a Europa. Al resto los rescataba -o sea: los detenía, como por otra parte es su obligación- Salvamento Marítimo y la Guardia Civil. Podían haberlo intentado por los muros -cuestión semántica- de Ceuta y Melilla, pero son muy altos. Y cada vez más.

Hay obras mejores de Shakespeare que Cimbelino. Muchas. Y en una de ellas, Macbeth confiesa algo: la vida es una historia contada por un idiota con ruido y furia y que no significa nada. Precisamente ese ruido y esa furia que ya no podrán ejercer, eliminada su vida -o sea: muertos- los inmigrantes subsaharianos mientras se dirigían a la España que gobierna el que criticó el muro de EEUU. Y el ruido y la furia que uno no ha notado en el ambiente progresista. Porque los subsaharianos -o sea: los negros de África- son un poco menos que los espaldas mojadas -o sea, los mexicanos- en un mundo regido por la oferta y la demanda en el brillo de la mercancía -o sea: la oferta electoral-.
Y que nadie lo olvide: pum, pum..., cierra la muralla.