viernes, diciembre 27, 2019

CLASE TRABAJADORA, CLASE MEDIA Y DISCURSO DE IZQUIERDAS/y 4: CONCLUSIONES


Llevamos tres artículos
indudablemente fascinantes y por los que me paran por la calle para pedirme más, pero ha llegado el momento de concluir. Y ahora sí viene, por fin, saber si apoyar a la clase trabajadora o a la media concluye en una política más o menos progresista. Y para esto, tal vez lo mejor sea analizarlo de acuerdo a esos principios mismos que hemos señalado como los elementos fundamentales del ideal de progreso: igualdad socioeconómica; igualdad cultural; y, por último, igualdad política.

Comencemos por la igualdad socioeconómica. Esta, se puede dividir en tres objetivos: el primero, una igualdad lo mayor posible con el grupo social antagónico que controla el sistema de contratación; la segunda, es una garantía de que si se sale de dicho sistema de contratación, te quedas en paro y por tanto fuera del mercado laboral, se podrá seguir existiendo en unas condiciones dignas gracias a un sistema de protección; y, la tercera, y derivada de la anterior, un sistema impositivo que permita la existencia de ese sistema de protección.

Efectivamente, como ya hemos señalado, la clase trabajadora necesita, además de mejorar permanentemente a su favor las condiciones del mercado laboral, generar un modelo social de prestaciones sociales, pues su destino siempre puede ser la precarización. Por ello, como decíamos, el interés de la clase trabajadora es buscar paliar esa desigualdad socioeconómica de todas las maneras posibles pues comprende que con el trabajo no podrá llegar muy allá. Y así, socioeconómicamente, la clase trabajadora tendrá un interés en generar unas relaciones laborales beneficiosas y generar, a su vez, una red de servicios públicos que busque reducir la desigualdad. Y para esto necesitará una política fiscal progresiva que garantizará dos cosas: la primera, que quién más tiene más pague, lo que servirá para disminuir la brecha de desigualdad; la segunda, que dichos impuestos financien unos servicios públicos sociales que permitan acceder a las prestaciones independientemente del nivel de renta.

Así pues, el interés de la clase trabajadora es aumentar la igualdad socioeconómica mientras que el de la clase media, como tal, sería el contrario: mantenerla para no verse alcanzado por la clase baja y mantener así su supuesto privilegio. Es decir, el interés es antagónico pues la clase media se define por estar por encima de la clase baja y no puede tener como interés una igualación social, mientras que la clase trabajadora, que también puede ser por su renta media, se define por necesitar un sistema de garantías en su relación social que impliquen siempre y necesariamente disminuir la desigualdad.

Pero, ¿qué pasa con la igualdad cultural y política?

La igualdad cultural implica la capacidad de llegar a la más alta titulación académica que sería la universidad. Frente a este ideal, surge la real desigualdad cultural, que no es resultado del azar sino algo que tiene un origen socioeconómico. Así, la formación de los progenitores y su situación socioeconómica marcan la situación cultural y académica de los hijos. Esta, a su vez, marca, y es marcada, por la propia situación del nivel de estudios, pues un amplio marco cultural facilita obtener mejores resultados académicos y al tiempo estos garantizan una mejora del marco cultural. Y, como consecuencia de lo anterior, esta mejora del nivel de instrucción educativa permite a su vez una mejora en la posición social y un acceso a mejores puestos de trabajo. Y aquí entra la cuestión.

La clase trabajadora tiene, en sí misma, un extraordinario interés en poder mejorar su condición socioeconómica, pero sólo lo podrá hacer, al menos en el terreno individual y a corto plazo, si mejora su relación laboral y para ello lo más fácil es subir de puesto de trabajo. Y ahí es donde entra la importancia de la igualdad cultural.

La clase media entiende la cultura como ocio y diferenciación social. Como ocio, pues su renta puede provenir de cualquier otra condición que no precisa de determinado nivel de estudios y por tanto no ve en ella necesariamente y como tal grupo social una posibilidad de ascenso. Pero además, la clase media concebirá la cultura como no solo un elemento de ocio sino también, de nuevo, discriminador. Como hemos visto, la clase media, objetivamente y para mantener su posición diferenciadora frente a la clase baja, que es una de sus necesidades sociopolíticas, buscará siempre diferenciarse y entenderá por tanto la cultura y la educación, tal y como también hace la clase alta, como otro elemento que sirva a su propósito. Y de ahí, en el ámbito educativo, el éxito de la concertada y el bilingüismo, que triunfan por su carácter discriminatorio hacia la clase baja, y en lo cultural el éxito de una determinada culturilla presuntamente profunda (por ejemplo, el dominio de idiomas como panacea cultural, el cine de autor o las películas con mensaje filosófico). La idea siempre será, tanto en el campo educativo como cultural, la de generar y mantener un principio diferenciador de clase: la clase media no se mezcla.

Frente a eso, la clase trabajadora será partidaria de la mayor igualdad cultural y educativa posible. Educativa para que sus hijos puedan competir por los puestos ejecutivos más altos al tener, a su vez, un alto nivel de estudios. Y cultural, porque eso le permitirá acceder a aquellos elementos, eso es la cultura, que le permitan descifrar mejor su mundo. Es decir, de nuevo sus intereses son opuestos.

Y por fin, ya acabamos, la igualdad política. La idea de igualdad política implica que todos los ciudadanos tengan los mismos derechos y deberes y que a su vez la libertad política sea la máxima tanto en el pensamiento como en la obra. Para ello, es necesario que las decisiones de gobierno se tomen desde órganos democráticos, elegidos por todos y no por órganos que o bien presionen como lobby a los distintos gobiernos, por ejemplo la banca o los empresarios, o bien resultan ser gobiernos de los propios gobiernos desde instituciones internacionales no elegidas, como la ya conocida Troika compuesta por el Fondo Monetario Internacional, el Banco Central Europeo y la Comisión Europea. Así, estas instituciones de presión, ejercen el control del poder desde posiciones no democráticas, pervirtiendo el sistema representativo. Y aquí la clase media y la clase trabajadora sí coinciden en sus intereses porque por su capacidad numérica estarían ambas interesadas en un gobierno representativo.

Sin embargo, la clase media no lo estaría tanto en el ámbito de las defensas de las libertades, pues su interés primordial no es sociopolítico tanto como meramente económico. Por eso, las dictaduras en Occidente, otra cosa son las comunistas que se amparan en una clase conformada por los cuadros del partido, han tenido generalmente a la clase media como aliada. Pues esta teme una situación tal que dañe su status, miserable por cierto, económico y las haga depauperar hasta la clase baja. Sin embargo, la clase trabajadora necesita esa libertad política como condición de posibilidad de su lucha por las mejoras socioecómicas anteriormente descritas, y por ello su interés político objetivo es la máxima libertad política posible.

Resumamos. Los intereses divergentes, cuando no antagónicos, de la clase media y la clase trabajadora, en cuanto tales estructuras de grupos sociales, son imposibles de conciliar en una política común. Por ello, toda opción debe tomar partido sobre qué grupo social será aquél al que defienda. Por su condición que exige más igualdad socioeconómica y más libertad política, la izquierda debe tener como sujeto prioritario a la clase trabajadora. Y esto implica, por supuesto, excluir de este protagonismo esencial a la clase media. Una organización de izquierdas, por tanto, deberá centrar su política en la defensa de esa clase trabajadora, y no en cualquier otro aspecto de la clase media o la llamada diversidad. Por supuesto, en este punto, la organización podrá  defender causas variadas, pero nunca deberá olvidar, como ya ocurre, que la clave fundamental de una política de izquierdas es la clase trabajadora. Y que esto no se debe a una política voluntarista sino a las propias condiciones del Capitalismo.

jueves, diciembre 26, 2019

Y AHORA EN RADIOCASARES CON RADIOSOFÍA/7: FILOSOFÍA Y NAVIDAD

¿Les gustan a los filósofos las fiestas? ¿Son gente de familia? Pues de eso y más hablamos en #RadioSofía. ya saben ustedes, en #RadioCasares.



Ah, y otra vez, Feliz Navidad.

martes, diciembre 24, 2019

FELIZ NAVIDAD...

Y sí, feliz navidad y no como esos horteras que desean felices fiestas para no decir la palabreja.
En fin, feliz navidad señor Potter.


sábado, diciembre 21, 2019

lunes, noviembre 25, 2019

Y AHORA EN RADIOCASARES CON RADIOSOFÍA/4: ¿EXISTE DIOS?

Aquí de nuevo planteando esta pregunta: ¿Existe Dios? Que yo lo tengo claro, pero igual hay que plantear primero los problemas.



Ya saben, mi aterciopelada a la par que ilustrada voz les acompaña.

lunes, noviembre 18, 2019

Y AHORA EN RADIOCASARES CON RADIOSOFÍA/3: NACIONALISMO vs CIUDADANOS DEL MUNDO

Y otra vez, hablando, e incluso analizando, los nacionalismos. En #RadioCasares, en nuestro espacio #RadioSofía



Mi aterciopelada voz puede acompañarles.


jueves, noviembre 07, 2019

SEGUIMOS EN RADIOCASARES CON RADIOSOFÍA/2: ¿VOLVER A VOTAR?

Y de nuevo, ya saben que con todos mis atributos, hablando ahora sobre las elecciones del próximo domingo.

Y ya saben que también pueden oírlo en https://casaresradio.com/radiosofia-votar-otra-vez/
La Ilustración no descansa, ni la egolatría.

domingo, septiembre 29, 2019

CLASE TRABAJADORA, CLASE MEDIA Y DISCURSO DE IZQUIERDAS/3: IZQUIERDA E IGUALDAD SOCIAL

Ya acabamos (o no). En el primer artículo definíamos los términos de clase trabajadora y clase media. En el segundo, analizábamos y comparábamos las características de ambas, destacando especialmente sus diferencias. En este tercer artículo, lo que vamos a hacer es, basándonos en esas características presentadas anteriormente, y especialmente en las diferencias, explicar por qué la izquierda política debe tener como sujeto político, en cuanto a protagonista de su actuación, y objeto prioritario de su política a la clase trabajadora.

La pregunta ahora es quién debería ser el protagonista de la izquierda y por qué.

Pero antes de esto, es menester explicitar –nota: qué clasicismo en mi lenguaje- bajo qué criterio habría que elegir entre clase media y clase trabajadora. Es decir, qué valores deben ser los predominantes en la izquierda para escoger entre una u otra.

La izquierda surge con la teoría de Rousseau. Éste, cuando busca el origen de la desigualdad social, no la achaca a las condiciones personales de nacimiento, talento o trabajo ni tampoco a algo esencial y necesario sino al diferente reparto de la propiedad. Esta tesis sitúa entonces la clave social no en las ideas o teorías de la gente, no en el sexo de las personas o en otras ñoñerías –nota: obsérvese la crítica encubierta a la par que ingeniosa- sino en la condición socioeconómica y material, que se relaciona necesariamente  con la disposición de mayor o menor de propiedad.

De esta manera, la posesión de mayor o menor propiedad y el desigual reparto de esta son la clave del origen del pensamiento de izquierdas.

Pero que algo sea así en su origen no implica necesariamente que tenga que seguir siéndolo. La pregunta sería ahora, si queremos resolver la cuestión sobre si apoyar a la clase media o a la clase trabajadora, si el esquema rousseauniano de la izquierda tradicional puede seguir siendo defendido. O diciéndolo con otras palabras: si debemos defender que apoyar a la clase trabajadora es más progresista que apoyar a la clase media. Y, de nuevo, surge aquí el problema porque la pregunta ahora sería qué significa ser más progresista. Y yo comprendo que esto es un aburrimiento y usted, si es que hay alguien ahí, deje de leerlo, pero por eso esto es un artículo también de Filosofía: nos preguntamos por las cosas negándonos a darlas por satisfechas.

Por pensamiento progresista entendemos aquel que defiende la distribución equitativa de la propiedad. Así, una sociedad será más progresista en cuanto la propiedad, en todas las acepciones de la palabra, sea más compartida y en un mayor grado cuantitativo. Es decir, haya más riqueza, material y cultural, y se distribuya de forma más igual. Por ejemplo, una sociedad es más progresista que otra si sus habitantes, todos, tienen un alto grado de bienestar económico (igualdad económica), un alto grado cultural (igualdad educativa) y un alto grado de libertad (igualdad política). Y eso es lo que debería, grosso modo, defender la izquierda.

Así las cosas, se trataría ahora de ver qué grupo social, si la clase media o la clase trabajadora, defiende en sí misma esta mayor igualdad. Y tenemos que hacer aquí otro inciso muy importante. No se trata de qué puedan apoyar voluntariamente y de forma individual sus integrantes, sino de una objetividad social. Se trata de analizar, de acuerdo a la propia constitución y características del grupo, qué es lo que dicho grupo defiende independientemente de qué cree que defiende o cómo se presenta ideológicamente. Es decir, no lo que la clase media o la clase trabajadora cree sobre sí misma sino lo que realmente son y al ser así generan unos intereses sociales determinados.

Y en estos intereses sociales determinados está el problema de si les interesa o no la igualdad social. Y es esta la clave de todo. Si la izquierda quiere ser progresista debe defender la mayor igualdad social posible. Y para ello, necesitará apoyarse en el grupo social que objetivamente más interés tenga en la misma igualdad social como hecho general.

Como hecho fundamental hay uno: la clase media debe, como grupo social y objetivamente, defender la desigualdad. Efectivamente, la clase media tiene como elemento unificador de sus integrantes la renta, pero al tiempo si bien ésta puede mejorar, de forma rara ascendiendo a clase alta, también puede precarizarse y caer en clase baja. Por esto, la clase media también se define necesaria y objetivamente por la desigualdad con la clase baja. Pero, además, tiene  su interés en mantener dicha desigualdad. Es decir, la clave social de la existencia de la clase media es el mantenimiento de la desigualdad pues debe defender dicha desigualdad como elemento diferenciador frente a la clase baja. Efectivamente, la clase media, para no ser absorbida por la baja, debe defender ese muro de desigualdad que la rodea.

De esta forma, la clave de la clase media, la razón de su existencia como tal, es la propia desigualdad no en un sentido negativo para sí misma, como lo será para la clase trabajadora por el desigual reparto de la propiedad, sino como hecho positivo que la conforma frente a la clase inferior.

Sin embargo, en la clase trabajadora es al contrario. Su clave social no es mantener la desigualdad, que la hace seguir necesitando vender su trabajo diariamente, sino superar dicha desigualdad: que no sean unos pocos los dueños de los medios de producción y una mayoría explotada la que tenga que vender su trabajo para sobrevivir. Así, la clave política socioeconómica de la clase trabajadora, pero no de la clase media, es la eliminación, o al menos la mitigación, de la desigualdad. Pero, además, su necesidad de unirse viene dada por mejorar, al menos, las condiciones de su explotación laboral. Es decir, la clase trabajadora sí necesita intervenir socialmente, al menos en el mercado laboral pero también en más cosas como veremos, frente a la parálisis de la clase media.

Así, la necesidad de desarrollar la igualdad social es una necesidad de la clase trabajadora pero no de la clase media. Y por ello, ya estamos en una conclusión, la izquierda debe centrarse en la clase trabajadora.

Pero aún nos falta, ya es lo último lo juro, desarrollar brevemente las características de esta igualdad social y su interés por la clase trabajadora. Otro día, ya.

lunes, septiembre 23, 2019

ÑOÑERÍA Y CLIMA: ASÍ NOS VA...

Que la #AutoproclamadaIzquierda esté emocionada con el discurso de una adolescente de 16 años como #GretaThurnberg, dice mucho del nivel intelectual de la #AutoproclamadaIzquierda.
Y responde a la pregunta de por qué nos va como nos va.
#QuienEntreAquíQueAbandoneTodaEsperanza

lunes, septiembre 09, 2019

CLASE TRABAJADORA, CLASE MEDIA Y DISCURSO DE IZQUIERDAS/2: CARACTERÍSTICAS SOCIOECONÓMICAS


En la primera parte de esta serie, definíamos los términos de clase trabajadora y clase media. La clase trabajadora era aquella que necesitaba vender su trabajo para poder subsistir y que, por tanto, dependía de las condiciones del mercado laboral. Era así una definición donde el elemento económico era importante, su desposesión de toda riqueza y su necesidad de vender la única suya, y también, y en la misma medida, el elemento social, pues su condición de existencia depende no solo de su renta sino de la condición del mercado laboral que nunca controla.

Sin embargo, la clase media se definía exclusivamente por una situación económica de renta: estar entre el 60% y el 150% de la renta media –más o menos en España entre los 10.000 y los 40.000 euros per cápita-. Se trataba así, por tanto, de una característica puramente económica y evaluable a nivel de renta. Por tanto, en sí misma la clase media no refiere a otro elemento social que su propia riqueza, pero sin embargo esta neutralidad económica tiene consecuencias sociales.

Efectivamente, en esta parte vamos a tratar algo fundamental para ver si la izquierda política debe decantarse por tener como sujeto político a la clase media o tener a la clase trabajadora. Y para ello, lo mejor será comparar a una y otra y ver las consecuencias que salen de esta comparación. Y por supuesto, como ya señalamos en el artículo anterior, sabemos que alguien, yo mismo, puede ser de clase trabajadora, necesito trabajar para vivir, y clase media, pues gano una cantidad anual determinada. Pero aquí no nos importa la anécdota personal sino la objetividad social: los intereses que como grupo constituido objetivamente se tienen.

En primer lugar, a la clase trabajadora como tal le interesa una disminución del nivel de explotación del mercado laboral. Esta mejora para la clase trabajadora se mide, fundamentalmente, en prolongar al máximo posible el tiempo de contratación, hacerse fijo, la reducción de la jornada laboral y la subida del salario. Y esto vale tanto para el trabajador que está en la clase media como el que no. Por ello, necesita un estado determinado de las condiciones económicas y en concreto de la legislación, y situación real, sociolaboral. Efectivamente, la clase trabajadora es la más débil de la cadena productiva, pues existe individualmente en número suficiente para poder ser reemplazada de forma singular. Esto le lleva a tener que defender la existencia de una legislación laboral que defienda sus intereses como contrapartida frente al poder empresarial y su capacidad de dictaminar las normas. Es decir, la clase trabajadora necesita una política económicamente intervencionista.

Sin embargo, a la clase media, puesto que puede ser o no clase trabajadora, el mercado laboral le puede resultar indiferente o, cuando menos, no ser una de sus máximas preocupaciones pues su renta no tiene por qué tener allí su origen. Es más, incluso puede resultarle, a determinados sectores de la misma, interesante una depauperación de los derechos laborales por ser pequeños empresarios de negocios sin necesidad de mano de obra cualificada. Así, lo que nos importa de aquí es como por sus características y como grupo en sí, no como algo circunstancial, mientras que a la clase trabajadora le interesará siempre y necesariamente una política sociolaboral intervencionista, a la clase media necesariamente, como tal clase media, no, pues su constitución no depende necesariamente de la venta de trabajo sino que es más heterogénea.

En segundo lugar, a la clase trabajadora le interesa un estado social fuerte y un sistema público activo en los pilares fundamentales de la protección social como son educación, sanidad, pensiones y coberturas sociales. Esto es así porque su propia situación, que depende de las fluctuaciones azarosas o premeditadas del mercado laboral, es frágil. Y este estado social le protegería frente a esa real fragilidad. Los sistemas públicos son así, objetivamente, una necesidad para la clase trabajadora y también una garantía de que su posible depauperación no significará, sin embargo, la ausencia de un cuidado mínimo para el propio individuo o su familia.

Sin embargo, la clase media, en su carácter aspiracional y buscando distanciarse de la clase baja y presentarse a sí misma como clase alta en su autorrepresentación soñadora, tiende a desarrollar como buena la privatización del servicio público como elemento diferenciador de representación social. Efectivamente, lo que busca la clase media como tal es la diferenciación en la presentación del servicio que consiste, en realidad, en la desaparición de la clase baja de su espacio. Se trata de pasar de usuario, donde todos son iguales, a clientes, donde los hay mejores y peores de acuerdo a su nivel de renta. Así, la clase media en sí misma, por su propia realidad social, será partidaria de la privatización parcial de los servicios públicos que consistirá en que estos si bien sigan existiendo, sean prestados por entidades privadas, lo que posibilitará que a cambio de pagos adicionales discriminen en el propio servicio. Este ejemplo se ve perfectamente representado en la escuela concertada, que resulta gratuita en lo básico pero al añadir cuotas y seleccionar alumnos se representa a sí misma como escuela privada de pago que discrimina a la clase baja.

Y aquí es donde aparece, en tercer lugar, el tema de los impuestos.
La clase trabajadora, como ya hemos explicado, necesita de un estado social fuerte que le dote de los servicios básicos. Por ello, le interesa una política fiscal a su vez poderosa y progresiva, pagar impuestos vaya, que lo mantenga. Así, el interés objetivo de la clase trabajadora va unido necesariamente a los impuestos. Pero además, le interesa que dichos impuestos no solo graven el trabajo, su única mercancía, sino otros aspectos de riqueza: por eso, nunca puede tener como objetivo la eliminación de aquellos tipos impositivos que más se refieran a la cuestión de la riqueza en su relación con la propiedad o el capital. Efectivamente, como la única propiedad que posee la clase trabajadora como tal es su trabajo, no podrá concebir como positivo que se eliminen impuestos que guardan relación con otras propiedades como el impuesto de sucesiones o los impuestos  capitales. Así, la clase trabajadora tendrá objetivamente una necesidad de una política fiscal fuerte y progresiva porque es su seguro social.
Sin embargo, la clase media objetivamente tiene una visión opuesta de la política fiscal. Como su renta puede no tener que ver con el trabajo, podría ser un asqueroso especulador de vivienda por ejemplo –nota:sí, asqueroso especulador-, se presentará como contraria a cualquier subida impositiva progresiva e, incluso, a la existencia de cualquier imposición ajena a la nómina (la venta de trabajo), como pueda ser el impuesto de sucesiones. Y considerará, con ello, beneficiosa las sucesivas bajadas de impuestos directos que los políticos prometen con cada nuevo periodo electoral y su falta de progresividad.

De esta manera, la clase trabajadora y la clase media son dos categorías sociales diferentes en su propia realidad y como tales categorías con intereses distintos.

Y es aquí donde está la clave del problema político pues los intereses de la clase trabajadora son de tradición progresista e izquierdista, en cuanto implican una intervención estatal y una regularización de la economía, la producción y el mercado laboral.
Sin embargo, los intereses de la clase media se acercan al desmantelamiento del estado social y de la política fiscal pues su carácter económico de renta, y no de trabajo necesariamente, implica el cuidado egoísta singular de esa misma renta. Y por eso, la actual política tiende a hablar de clase media y no de clase trabajadora en su afán de desarrollar social e ideológicamente el Nuevo Capitalismo. Y, curiosamente, la izquierda con ellos.

Pero, esto lo desarrollamos ya en otro artículo para darle emoción.

lunes, septiembre 02, 2019

CLASE TRABAJADORA, CLASE MEDIA Y DISCURSO DE IZQUIERDAS/1: DEFINICIONES

¿Usted es clase media o clase trabajadora?

La gente, y yo soy gente, solemos utilizar los términos sin pararnos a pensar en su definición exacta. Así, utilizamos los términos clase media y clase trabajadora como expresiones excluyentes. Además, vemos como en el discurso político la expresión clase trabajadora va desapareciendo y sonando a antiguo,  situando una  primacía política, en cuanto a público de referencia, en la clase media.

Por este motivo, tal vez sea hora de señalar con precisión qué significa cada uno de estos términos y analizar con cuál debería trabajar  la izquierda si quiere formar una política progresista y emancipatoria.

En primer lugar, definamos clase trabajadora. Para ello, no  hemos encontrado mejor aproximación que la definición que da Engels en los Principios del Comunismo (1847). En este texto la define así:
El proletariado es la clase social que consigue sus medios de subsistencia exclusivamente de la venta de su trabajo, y no del rédito de algún capital; es la clase, cuyas dicha y pena, vida y muerte y toda la existencia dependen de la demanda de trabajo, es decir, de los períodos de crisis y de prosperidad de los negocios, de las fluctuaciones de una competencia desenfrenada.

Analizando esta afortunada definición vemos que serían clase trabajadora aquellos individuos que cumplen estas características.

Primera, que necesiten trabajar para vivir de manera permanente, pues no pueden recurrir a otros medios económicos, como tener rentas o propiedades, para su subsistencia a largo plazo. Por ello deberán vender diariamente su fuerza de trabajo.

Segunda,  y como consecuencia de lo anterior, que su existencia concreta y las condiciones en que se desarrolla la misma tiene que ver con la demanda del mercado de trabajo y las condiciones que este marca. Es decir, no pueden dejar de trabajar pues su vida, en las condiciones dadas, depende de la renta conseguida por un salario y dejar de recibirlo implicaría su depauperación absoluta, con lo cual están expuestos permanentemente a las fluctuaciones del mercado laboral y sus condiciones. Así, su vida, en el sentido literal, depende del mercado laboral. Y su existencia cotidiana de las condiciones de contratación de dicho mercado.

Por consiguiente, en esta definición, clase trabajadora sería todos aquellos sujetos que si dejaran de trabajar, y de percibir por tanto su salario durante un periodo prolongado de tiempo, no podrían mantener el nivel medio de renta y caerían por debajo del umbral de pobreza (que, recordemos, es el 60% de la renta media nacional).

Así pues, clase trabajadora es un concepto centrado fundamentalmente en la relación necesaria existente que se da entre la condición laboral del sujeto y la subsistencia económica. O para decirlo de otra manera: ligado fundamentalmente a la explotación diaria y necesaria en el mercado de trabajo. Cuando esta relación es de condición necesaria, el sujeto necesita trabajar para vivir, es clase trabajadora. Cuando es una relación subsidiaria, el sujeto puede elegir entre trabajar o no pues su renta está asegurada por cualquier otra forma, no estaría integrando la clase trabajadora.

Lo fundamental, en definitiva, para definirse usted como clase trabajadora  es que tiene que vender la fuerza de trabajo diariamente como una mercancía sujeta a las condiciones del mercado. La pérdida de empleo, es decir que nadie quiera la única mercancía que posee y de cuya venta depende su  subsistencia, es por ello un drama.

¿Y ahora qué es la clase media? Si la clase trabajadora se  define por su relación de dependencia con el mercado laboral, la clase media se define por su nivel de renta, sin importar de dónde salga dicha renta. Así, la mayoría de los economistas definen clase media como aquella que tiene una renta determinada que se sitúa entre el 60% y el 150% de la renta media nacional. Si la renta mediana española es de unos 14.000 euros anuales, la renta de la clase media estaría entre tener unos ingresos per cápita, es decir personales, de 8.500 a 35.500 aproximadamente.

De esta forma, y curiosamente, se pueden dar a partir de aquí bastantes paradojas como que, por ejemplo, haya clase trabajadora que sea clase media, que haya clase trabajadora que no sea clase media, por abajo o por arriba, o que haya clase media que no sea trabajadora. Es decir, que necesariamente no hay una identificación entre clase trabajadora y clase media. Pero sí puede haber coincidencias.

Por ejemplo, un asalariado que gane más de 35.500 euros al año puede ser clase trabajadora pero no clase media. Es lo primero, clase trabajadora, porque la condición de su supervivencia depende de la venta de su fuerza de trabajo y por tanto de las condiciones del mercado laboral donde debe acudir a venderlo y venderse. Sin embargo, como sobrepasa el umbral de renta, no será ya clase media.

Otro por ejemplo, sería un rentista o un propietario inmobilario, ese típico especulador que vive de los alquileres de sus propiedades, y que probablemente los haya heredado de papi y mami , podrían ser clase media pero no clase trabajadora pues su mercado de supervivencia es la especulación inmobiliaria y no lo laboral.

Un nuevo por ejemplo, sería un trabajador que podría ser clase media, por nivel de renta, y a la vez clase trabajadora, pues su supervivencia depende de su venta de su fuerza de trabajo y por ello de las condiciones establecidas en el mercado laboral, pero cobra una renta salarial suficiente para llegar a ese umbral económico.

De esta manera, la clase trabajadora y la clase media son dos categorías sociales diferentes en su propia realidad y como tales categorías sociales pueden tener intereses distintos. Y es aquí donde está la clave del problema político.

Y vamos a adelantar nuestra opinión, que argumentaremos próximamente. Los intereses de la clase trabajadora son de tradición progresista e izquierdista, en cuanto implican una intervención estatal y una regularización de la economía, la producción y el mercado laboral. Sin embargo, los intereses de la clase media se acercan al desmantelamiento del estado social y de la política fiscal pues su carácter económico basado exclusivamente en la renta, y no en el trabajo necesariamente, implica el cuidado egoísta singular de esa misma renta. Y por eso, la actual política tiende a hablar de clase media y no de clase trabajadora en el proceso de asunción, primero y auge después del nuevo Capitalismo.

Lo que vamos a defender aquí es que para la izquierda, su sujeto político debe ser la clase trabajadora y no la clase media -y por cierto tampoco deben ser los grupos de la diversidad muy diversa-. Pero, ¿por qué?

 Esto, en el próximo artículo.

viernes, agosto 30, 2019

MICROSOFÍA/y 6: ¿FILOSOFÍA EN LA ESCUELA?

Último #MicroSofía 
#Oooooohhhhhhhh 
🎺🎺#FilosofíaEnLaEscuela?🎺 🎺
Con #DonEloyGaravís y #DoñaNereaBlanco(Filosofers), en #EstoMeSuena con #DavidSierra en #RNE1
#SalvemosLaFilosofía
#EPMesaFilósofoMultifacético
#EPMesaArtistaMultimedia
#EPMesaEnLasRebajasDeVerano

viernes, agosto 23, 2019

MICROSOFÍA/5: ¿UNA SOCIEDAD JUSTA?

#MicroSofía ha vuelto
🎺🎺#UnaSociedadJusta?🎺🎺 
Con #DonEloyGaravís y #DoñaNereaBlanco (Filosofers), cada jueves en Esto me suena con #DavidSierra en Radio Nacional1
#EPMesaFilósofoMultifacético
#EPMesaArtistaMultimedia
#EPMesaEnLasRebajasDeVerano



miércoles, agosto 21, 2019

SIN COLE DE BRUSELAS/6: EN EL ATOMIUM


El origen del universo y todo lo que hay en el universo. #EPMesaTúEresNecesarioElRestoEsContingente
#EPMesaSinColeDeBruselas
#EPMesaTuristaAccidental

martes, agosto 20, 2019

lunes, agosto 19, 2019

SIN COLE DE BRUSELAS/4: BRUJAS Y BRUSELAS


El cielo de Brujas y el cielo de Bruselas (¿o era al revés?...)
 Bueno, que queda claro que debemos defender y exigir la  #AutodeterminaciónDeLosPueblosAldeasVillorrios.
#UnPuebloEsUnPuebloEsUnPuebloEs ...
 #EPMesaSinColeDeBruselas
 #EPMesaTuristaAccidental

domingo, agosto 18, 2019

SIN COLE DE BRUSELAS/3: CATEDRAL DE BRUSELAS


Decía Bernardo de Chartres que somos como enanos a los hombros de gigantes...
#EPMesaSinColeDeBruselas
#EPMesaTuristaAccidental
#EPMesaNoTieneAbuela
#EPMesaHumorCulto

sábado, agosto 17, 2019

SIN COLE DE BRUSELAS/2: MANNEKEN PIS


Eh, eh, #MannekenPis, a ver quién mea más lejos...
#EPMesaSePoneCisHeteroPatriarcal
#EPMesaHumorCulto
#EPMesaSinColeDeBruselas
#EPMesaTuristaAccidental

viernes, agosto 16, 2019

SIN COLE DE BRUSELAS/1: LA GRAND PLACE (BRUSELAS)


En la Grand Place de Bruselas, placa dedicada a mi presencia y a otro que estuvo por allí también. #EPMesaSinColeDeBruselas
#EPMesaTuristaAccidental

jueves, agosto 15, 2019

MICROSOFÍA/4: ¿SER BUENO O SER FELIZ?

Hoy...🥁🥁 ¿SER BUENO O SER FELIZ? 🥁🥁
¿Basta con sentirte feliz para ser feliz?
¿Existe una felicidad verdadera y una falsa?
De nuevo MicroSofía, en el programa Esto me suena con DavidSierra en RNE1.
Cada Jueves de verano a las 17 horas con hablamos de Filosofía con Don Eloy Garavís y Doña Nerea Blanco.
#EPMesaFilósofoMultifacético
#EPMesaArtistaMultimedia
#EPMesaEnLasRebajasDeVerano

lunes, agosto 12, 2019

MICROSOFÍA/3: ¿EXISTE LA VERDAD?

Hoy...🥁🥁 ¿EXISTE LA VERDAD? 🥁🥁
De nuevo MicroSofía, en el programa Esto me suena con DavidSierra en RNE1.
Cada Jueves de verano a las 17 horas con hablamos de Filosofía con Don Eloy Garavís y Doña Nerea Blanco.
#EPMesaFilósofoMultifacético
#EPMesaArtistaMultimedia
#EPMesaEnLasRebajasDeVerano

viernes, agosto 02, 2019

MICROSOFÍA/2: ¿EXISTE DIOS?

De nuevo MicroSofía, en el programa Esto me suena con DavidSierra en RNE1.
Cada Jueves de verano a las 17 horas con hablamos de Filosofía con Don Eloy Garavís y Doña Nerea Blanco.
 Hoy...🥁🥁 ¿EXISTE DIOS? 🥁🥁
#EPMesaFilósofoMultifacético
#EPMesaArtistaMultimedia
#EPMesaEnLasRebajasDeVerano

viernes, julio 26, 2019

MICROSOFÍA/1: METAFÍSICA Y REALIDAD

Por fin MicroSofía, en el programa Esto me suena con DavidSierra en RNE1.
Cada Jueves de verano a las 17 horas con hablaremos de Filosofía con Don Eloy Garavís y Doña Nerea Blanco.
 Hoy...🥁🥁¡¡Metafísica y Realidad!! 🥁🥁
#EPMesaFilósofoMultifacético
#EPMesaArtistaMultimedia
#EPMesaEnLasRebajasDeVerano

jueves, julio 25, 2019

ESTRENAMOS MICROSOFÍA EN RADIO NACIONAL

Hoy jueves empezamos MicroSofía .
Con doña Nerea Blanco (Filosofers) y D. Eloy Garavís
Es en el programa Esto Me Suena de Radio Nacional 1.
 A partir de las 17 horas y cada jueves de verano.
#EPMesaFilósofoMultifacético
#EPMesaArtistaMultimedia
#EPMesaEnLasRebajasDeVerano


viernes, julio 19, 2019

EN LA LUNA

A mí también me pasa
Dos cosas llenan mi ánimo de creciente admiración y respeto a medida que  pienso y profundizo en ellas: el cielo estrellado sobre mí y la ley moral dentro  de mí.
Es Kant 
Es la Crítica de la Razón Práctica
En 1969 todos llegamos a la Luna
#EPMesaSiempreQuisoSerAstronauta


jueves, julio 18, 2019

18 DE JULIO Y GUERRA CIVIL


Agradecer a todas esas personas heroicas que con aire acondicionado y desde las redes sociales siguen luchando en su #TrincheraSalón la guerra que empezó en 1936.
Gracias, estoy emocionado.
#18deJulio
#EPMesaSeEmocionaProfundamenteConTantaIzquierda

martes, junio 25, 2019

RESOLUCIÓN CLAUSTRO POR LAS 18 HORAS


El próximo día 27 de junio, en el Claustro de final de curso, los profesores del IES Las Musas vamos a presentar una resolución exigiendo las 18 horas lectivas. El modelo lo pueden ustedes encontrar en la web de CCOO.  
La Resolución dice así: 
El Claustro del IES Las Musas reunido el día 27 de junio de 2019 desea expresar lo siguiente.En septiembre de 2011, con la implantación de las 20 horas lectivas los profesores de Secundaria y de Formación Profesional de Madrid sufrimos un durísimo ataque a nuestras condiciones laborales y, como consecuencia, también a la Educación Pública. Efectivamente, las 20 horas lectivas perjudican la enseñanza y es necesario y urgente volver a las 18 horas lectivas máximas por los siguientes motivos.1.    Las 18 horas lectivas son una reivindicación justa que mejora la enseñanza al liberar al profesor de una carga lectiva excesiva y permitirle preparar mejor las clases y atender, de esta forma, mejor al  alumnado.
2.    En España, como demuestran los datos, los profesores damos más horas lectivas que la media de los países de la OCDE o de la Unión Europea y, como consecuencia de esto, podemos dedicar menos horario a labores no docentes directas pero que también son fundamentales (preparar clases, corregir, atender al alumnado, intercambiar experiencias, programar, evaluar…). La única forma de paliar este problema ha sido el compromiso de los trabajadores de la enseñanza pública que, yendo más allá de su deber profesional, han realizado horas extras de manera sistemática y absolutamente gratuita para que la formación del alumnado no pague las consecuencias de la pésima gestión de la Consejería regional y el Gobierno de la nación.
3.    La implantación de las 20 horas lectivas, por tanto, nunca tuvo ni tiene un fin pedagógico ni de mejora de la enseñanza. Sólo se impusieron para reducir el número de profesores, dañar a la enseñanza pública y conseguir ahorrar un dinero que luego hemos visto cómo se proyectaba en el desarrollo de medidas privatizadoras como el cheque FP o el nuevo cheque Bachillerato.
4.    Por último, exigimos coherencia tanto al Partido Popular como a Ciudadanos, que en el Senado y Congreso nacionales defendieron, con buen criterio, la reducción horaria obligatoria para todo el profesorado de España con el fin de evitar el agravio comparativo entre comunidades autónomas.
 Por todo lo anterior, el Claustro del IES Las Musas reclama a la Consejería de Educación de la Comunidad de Madrid que cumpla las indicaciones de la Ley 4/2019 y establezca, por tanto, la jornada lectiva de 23 horas en Educación Infantil, Primaria y Especial; y la de 18 horas en Secundaria, Bachillerato y Formación Profesional, así como en el resto de enseñanzas reguladas por la Ley Orgánica 2/2006, para el curso 2019/2020, descontado, por supuesto, todas las reducciones pertinentes que respondan a las distintas labores y cargos a partir de dicho máximo lectivo.

Y no se olviden de firmar la petición aquí ingresada 18y23horasya.com.
Y lo sé, soy un héroe del proletariado.

lunes, junio 24, 2019

REIVINDICACIÓN DE LAS 18 HORAS LECTIVAS


En este vídeo, desarrollado con datos de la Comunidad de Madrid pero estrapolable a toda España, explicamos la necesidad de las 18 horas lectivas, frente a las 20 actuales, en Secundaria.

Exponemos las siguientes razones:
1.- Los profesores españoles damos más horas que la media OCDE/UE22
2.- Las 20 horas lectivas están obligando a hacer horas extras gratis a los profesores
3.- Las 18 horas lectivas mejoran la enseñanza

Por ello, exigimos:
1.- Las 20 horas no son pedagógicas ni mejoran la enseñanza y se impusieron para reducir profesores y dañar a la Enseñanza Pública
2.-Se trata de un problema nacional y no autonómico y por lo tanto debemos tener 18 horas lectivas en toda España.

FIRME AQUÍ PIDIENDO LAS 18 HORAS LECTIVAS: http://bit.ly/2KArnk3

DOCUMENTOS: Datos y Cifras de la Comunidad de Madrid
OCDE, Panorama de la educación 2017: http://www.fundacionsantillana.com/PD...

#EPMesaSindicalistaElegante


miércoles, junio 19, 2019

OFERTA DE CATEDRÁTICOS PARA ACABAR CON LA ENSEÑANZA PÚBLICA

La mejor forma para acabar con algo es atacar desde fuera y disolverlo desde dentro. La política marcada por el desarrollo del Nuevo Capitalismo pretende, como ya hemos dicho en repetidas ocasiones, acabar con todos los servicios públicos para convertirlos en un negocio. Y entre estos servicios públicos a privatizar hay tres fundamentales: pensiones, sanidad y educación. Lo que vamos a desarrollar en este artículo es como la nueva convocatoria de cátedras en la Educación Secundaria, la recuperación de la figura de los catedráticos en los institutos,  está pensada fundamentalmente para destruir el sistema público educativo disolviéndolo desde dentro.

Como todo el mundo sabe, la educación pública como tal está en peligro con el desarrollo neoliberal que se está dando del Nuevo Capitalismo. En concreto, en España los ataques exteriores se producen en el proyecto de privatización dirigido fundamentalmente, aunque no solo, con la enseñanza concertada. Los ataques interiores, a su vez, se dan a través de los distintos proyectos denominados de excelencia educativa,  cuyo principal baluarte ha sido el bilingüismo, desastroso pedagógicamente y repugnante socialmente. Con estos programas autodenominados de excelencia se ha pretendido, efectivamente, disolver desde dentro la educación pública como sistema, generando una segregación no solo del alumnado sino también de los propios profesores y los centros rompiendo la unidad del sistema. Y la nueva convocatoria de catedráticos lo que pretende es emular este proceso de disolución interna y destruir la educación pública también desde dentro, con la inestimable complicidad esta vez, activa o pasiva, de los propios sindicatos y las asociaciones de profesores.

Pero, ¿por qué la nueva figura que se pretende instaurar del catedrático va en contra de la educación pública?

Lo que pretendemos defender aquí es que la figura de catedrático ha sido creada para ayudar a la disolución interna de la enseñanza pública. Y esto se demuestra porque esta nueva figura resulta innecesaria tanto administrativa como pedagógicamente, con lo cual su existencia no puede deberse a estos motivos sino a otros. Y el único posible, conociendo el modelo de privatización que todas las administraciones llevan adelante, es la disolución del colectivo del profesorado en una serie de castas o estamentos, que impida su unión contra ese mismo proceso de destrucción de  la enseñanza pública.

En primer lugar, la creación de una nueva figura administrativa, como es la de catedrático, sólo se puede explicar si es necesaria. Esta necesidad solo podría venir marcada por la aparición de una nueva necesidad que implicara la creación de dicha figura. Sin embargo, la nueva figura administrativa del catedrático no responde a ninguna necesidad que haya en los centros educativos. De hecho, los catedráticos van a estar haciendo exactamente lo mismo que los profesores. Así, la nueva figura administrativa, el nuevo cuerpo, no tiene ninguna función novedosa que implique su creación. Sólo va a servir, y esa como veremos luego es su real utilidad, para generar un grupo de élite que a partir de ahí, de su origen, va a defender sus privilegios frente al resto de profesores transformados ahora en sus enemigos: la disolución del sistema público desde dentro. Una casta, en definitiva,  con unos privilegios concretos que sin embargo no responde antes estos privilegios con un trabajo específico y de alta cualificación, pues sigue haciendo lo mismo que ya hacía.

En segundo lugar, tampoco la categoría de catedrático responde a una necesidad pedagógica. Efectivamente, y como ya hemos visto, el catedrático no tiene ninguna función especial y cualitativamente distinta en su docencia en comparación con el profesor de secundaria. No se sabe muy bien si es que los catedráticos van  a tener mejor letra en la pizarra, tal vez van a hablar en verso o van a tener un programa RaícesPlus,  pero desde luego en ningún caso parece que vayan a cumplir una función dentro de la enseñanza muy distinta a la que pueda cumplir cualquier profesor o incluso ellos mismos como profesores.
Pero si no tiene sentido administrativo ni tampoco sentido pedagógico, ¿Por qué se ha creado la nueva figura? La respuesta que nos parece evidente es que con ella se pretende generar esa disolución interna del profesorado como colectivo de posible lucha dentro de la enseñanza secundaria. Y eso es lo que vamos a explicar a continuación.

En primer lugar, si, como ya hemos demostrado, el cuerpo de catedráticos no va a generar ninguna función distintiva frente al de profesores, sin embargo sí va a tener privilegios frente a ellos, con lo cual la unidad de intereses dentro del claustro queda rota. Este modelo de disolución ya se realizó en el bilingüismo, a nivel colectivo y  general, y también se generó, esta vez dentro de cada centro, con la conversión de los directores en guardia de corps, o perros guardianes, de la nefasta administración del Partido Popular. Se trata ahora de dar un paso más allá y de generar incluso dentro de cada departamento, en la propia sala de profesores, en el claustro y en cada grupo de profesores de guardia, entre otras tareas, unas diferencias de casta o estamento, rompiendo los intereses comunes del colectivo que podría luchar todavía por la enseñanza pública.

En segundo lugar, esta destrucción de la necesaria unidad de los profesores va a permitir, como ya hemos visto, que estos ya no actúen como un solo cuerpo en la defensa de sus derechos, sino como grupos con distintos intereses en busca de distintos resultados. Esto generará, sin duda, una aún mayor ausencia de respuesta ante los continuos ataques que la administración realiza contra la enseñanza pública, pues cada uno de los grupos en los que ha sido dividido el claustro de profesores responderá de diferente forma y de acuerdo a sus diferentes intereses.

En tercer lugar, la idea, reconozcámoslo, es genial frente a la reivindicación y como ejemplo tomemos aquella que debe ser fundamental actualmente en todo el profesorado: las 18 horas lectivas. Efectivamente, estamos viendo cómo se están tomando una serie de medidas económicas ridículas -como la última paguita del 0’25% de la masa salarial que son, oh dioses, 80 euros anuales- en un colectivo laboral cuya prioridad no es precisamente la necesidad económica. Ahora se nos paga con un nuevo cuerpo administrativo a su vez inútil. Y esto se hace con un solo fin, que es callar la reivindicación actual básica del profesorado que es las 18 horas lectivas, que serviría para mejorar las condiciones docentes y así, a su vez, el servicio público. Generar una casta, pues eso es el cuerpo de catedráticos, que va a acaparar los puestos de jefatura de departamento, con su consiguiente reducción en horas lectivas, lo que va a hacer es separar a ese grupo de la reivindicación general de las 18 horas. Y de, como ya hemos señalado, cualquier otra reivindicación conjunta.

Además, cuarta consecuencia, este cuerpo copará la Comisión de Coordinación Pedagógica, órgano fundamental de gobierno pedagógico de los centros, uniéndose así a la guardia de corps de los directores en el seguimiento de las directrices de la Administración, que no olvidemos busca la destrucción del sistema público y la educación pública.

Pero entonces, ¿quien se presente a catedrático es un miserable que pretende el hundimiento de la educación pública? Este es otro de los errores que se suelen cometer y que se sustenta en una ñoña ideología liberal. Nos explicamos brevemente.

Se está imponiendo una idea en el análisis social: los sistemas sociales no son más que la mera suma de las voluntades individuales y,  por lo tanto, los primeros carecen de objetividad real. Esto es absolutamente falso pero, sin embargo y poco a poco y a través, también, de los tontos mensajes de las redes sociales donde se nos señala  que si todos sonriéramos el mundo sería un lugar mejor, o a través de las aparentes sesudas reflexiones de los gurús de la opinión pública, se va imponiendo como explicación social. Frente a esto, nosotros consideramos que los sistemas sociales no se explican en la suma de sus elementos, sino que ellos mismos se conforman como una unidad de orden superior con reglas propias. El hecho de que un profesor se presente a la convocatoria de cátedras o se habilite para el bilingüismo, no habla de su maldad o bondad personal, sino que habla de la destrucción de un sistema público que no es capaz de garantizar los derechos de sus trabajadores ni el servicio que debe generar a la sociedad. Si los profesores se presentan a estas nuevas situaciones administrativas es porque el sistema público se está hundiendo por razones objetivas, las fundamentales son el proceso de privatización y la inoperancia sindical y de la izquierda,  y se está empezando a presentar como la única manera de salvación esta forma individual de acción: medrar administrativamente.

Sin embargo,  sí se puede juzgar negativamente a las organizaciones sociales, sindicales y políticas ante esto. Efectivamente, cuando los organizaciones sociales admiten todos estos sistemas de segregación, o bien por activa apoyándolos o bien por pasiva sin ni tan siquiera opinar,  ahí sí que podemos exigir responsabilidades políticas, pues ya no se trata, o no debería tratarse,  del interés personal enfrentado a una maquinaria sistémica ante la cual no se puede actuar, sino de una organización  que se aprovecha de esa misma situación de descomposición de lo público para mantener su cuota de poder. Por todo ello, los culpables de la destrucción de la enseñanza pública no debemos buscarlos en los alumnos individuales, los profesores o los padres sino en esos sistemas, empezando por la administración y acabando por los partidos políticos, sindicatos y las asociaciones de padres, que debiendo haber garantizado el control democrático y social de los servicios públicos, simplemente  el cumplimiento del artículo primero de la Constitución que señala que a España como un Estado social y democrático de derecho, no han sido capaces de hacerlo. Y habría que empezar, por cierto, a plantearse por qué.

Hay una escena imborrable en esa película magistral que es Milagro en Milán. En ella, los pobres recién despiertos en sus chabolas se mueven en grupo por el descampado buscando los rayos de sol que se filtran a través de las nubes para calentarse. Persiguen los rayos de sol incapaces ya de hacer algo más que adaptarse a la vida. Empezamos este artículo señalando que la mejor forma de acabar con un sistema social es atacar desde fuera y desde dentro. La educación pública está siendo atacada permanentemente desde fuera y está siendo atacada desde dentro. Habría que responder con contundencia, e inteligencia por cierto y no con cursilería, antes de que sea tarde. O bien, buscar cada uno de nosotros un buen lugar cara al sol para el futuro que se nos avecina.

sábado, junio 15, 2019

INNOVACIÓN EDUCATIVA Y CONSTRUCCIÓN DEL NUEVO SUJETO DEL CAPITALISMO

Agradecer la invitación al congreso "El Plan Bolonia: diez años años" donde hablé, el 6 de junio de 2019, sobre innovación educativa y lo que esconde para construir el nuevo sujeto del Capitalismo.
En esta charla se explica, así, cómo la moda de la Innovación Educativa como concepto social, y no como la labor individual de ciertos profesores que es perfectamente respetable como se explica en la charla, responde a un doble interés: negocio e ideología. Y esta ideología, a su vez, pretende ocultar los auténticos problemas de la educación pública y conformar, en segundo lugar, al nuevo sujeto necesario para el desarrollo del Nuevo Capitalismo.
#EPMesaAfamadoConferenciante
#EPMesaFilósofoDeLoMásSalao
A veces me pongo profundo (pero poco).

miércoles, mayo 29, 2019

INNOVACIÓN EDUCATIVA Y CAPITALISMO (me pongo estupendo)

El jueves día 6 de junio a las 18h, les explico la ideología que esconde la Innovación Educativa:
Innovación Educativa y construcción del nuevo sujeto del Capitalismo
Suena profundo, ¿eh?
En la Facultad Filosofía de la Universidad Complutense de Madrid.
#EPMesaAfamadoConferenciante
#EPMesaFilósofoDeLoMásSalao

domingo, mayo 26, 2019

VIDA INTERIOR/168: VOTANDO

¿Quién de nosotros no tiene una vida interior muy grande? ¿Y qué poeta no nos la cuenta una y otra vez? En esta sección mi alma se desnudará. Incluso he comprado una nueva para tenerla más grande. Porque, en el fondo, yo también quiero ser  feliz.
He votado.
Y lo he hecho tan bien que todo el mundo ha gritado: ¡otra! ¡otra!
Y he vuelto a votar. Y de nuevo: !otra! ¡otra!
Total, que al final cuatro o seis veces, he perdido la cuenta.
Esos sí, igual según Manuela Carmena he tirado mi voto.
En fin, la #FiestaDeLaDemocracia.

jueves, abril 18, 2019

VOLVEMOS: SOBRE LAS PRUEBAS EXTERNAS

Volvemos a hablar (y dense prisa que igual nos queda poco).
¿Quieren saber para qué existen las pruebas externas realmente?
La clave real es el dominio social en una nueva sociedad autoritaria.
Y voy a ver si se lo explico


lunes, abril 08, 2019

ANALIZANDO VOX/y 2: CHINA, RUSIA Y EL FUTURO POLÍTICO DEL NUEVO CAPITALISMO.

En el artículo anterior, analizábamos que VOX no es fascista, ni franquista ni tampoco la extrema derecha europea tradicional. Hora es ya de analizar qué es VOX y cómo se pretende utilizar para imponer un nuevo modelo social acorde con el interés de la oligarquía occidental en el Nuevo Capitalismo.

En el título de esta serie se hace, como pueden ver, referencias a China y Rusia.  Pero no es en cuanto a potencias extranjeras que intenten socavar los pilares patrios, sino como modelos en los que se mira la jerarquía occidental en su pretensión de precarizar Europa. Y para entender esto es necesario analizar siquiera someramente qué tienen como modelo estos dos regímenes autoritarios: China como gran modelo y Rusia como su más aventajado alumno.

¿Qué tiene China, y que Rusia pretende copiar con fruición, para atraer tanto a la oligarquía occidental?
Lo primero de todo, y lo más importante, la identificación plena y total entre la oligarquía política  y la económica. El estado, como institución separada, desaparece y se convierte en un negociado atento exclusivamente a los intereses de la oligarquía.
Lo segundo es una consecuencia de lo anterior. Si hay que identificar poder político, y estado, con oligarquía económica, la democracia, donde la clase política tiene otra clientela al menos cada cuatro años, se ha convertido en enemiga de esta pura identificación, pues obliga a tener presente otro elemento de poder siquiera cada cuatro años como es el electorado. Por tanto, habría que minimizar la democracia como sistema político.
La tercera característica es que el crecimiento económico no se distribuye entre la población.  El crecimiento económico se mide por el incremento del PBI y no tiene ningún carácter distributivo ni en salarios ni en derechos sociales. Pero sí lo tiene en los propios intereses de la oligarquía cuyo ritmo de enriquecimiento aumenta año tras año. 
La cuarta, consecuencia de la anterior, es que la acción política explícita y presentada como tal   no se ejerce de manera alguna sobre la economía, que se presenta como independiente, sino exclusivamente sobre el control social. VOX no habla de economía sino de cuestiones costumbristas, es una política costumbrista, algo en lo que por cierto se parece a la propia autoproclamada izquierda encerrada en discursos identitarios.

Así, VOX surge para ayudar a conformar el ideal social de la oligarquía. Un ideal que tiene, a su vez, una serie de puntos prioritarios a imitación del modelo chino.
El primero, que ya se cumple, una política absolutamente subalterna de una determinada concepción económica. Una política que ni interviene en economía ni habla de ella.
El segundo, que todavía no está por el problema de las elecciones democráticas, sería la identificación plena de los intereses de la oligarquía política y económica en favor de la económica.
El tercero se presenta como una sociedad donde crece la desigualdad, pues no habría freno político a la misma.
El cuarto, sería una política que ya no trata temas económicos, sino que se convierte en una política costumbrista de normas y modelos sociales –algo en que coincide con la autodenominada izquierda-.
Y el quinto sería una sociedad autoritaria no tanto a nivel político, seguirá habiendo elecciones, como a nivel social, con una pérdida irreparable de la libertad, especialmente la de expresión y pensamiento que son la clave de una auténtica democracia.

Y ahora, ¿y VOX qué pinta aquí?

VOX es el último intento, y el más brillante, de llevar esto al terreno político. Y lo hace de una forma doble. Por un lado, con la idea política que defiende; por otro, por lo que implica su irrupción para el resto de partidos y para el debate político como culmen de la política posmoderna. VOX no es un partido de gobierno, sino de clima. La idea fundamental es que VOX no es un modelo clásico de partido político que busca el poder, sino un mecanismo de creación de un nuevo clima social para, a través de su influencia, transformar la sociedad en aquello querido por la oligarquía. VOX no quiere el poder, porque lo tendría la oligarquía, sino generar el clima preciso para reconvertir el modelo social.

De esta forma, la clave del modelo VOX es doble. Una clave por presencia y otra por ausencia. La presencia es la política costumbrista y la ausencia es del debate económico.  

La primera de ellas es la presencia, abusiva incluso, del modelo costumbrista político. Este consiste en sacar una serie de temas sin auténtica repercusión social –desde el aborto hasta la tenencia de armas pasando por la ideología de género- y convertirlos en ejes de campaña.  Funciona de un modo similar a como ha hecho la izquierda posmoderna –pero ella, por ejemplo, con la memoria histórica o el techo de cristal del feminismo-, buscando una serie de objetivos.

Se trata, prioritariamente, de ocultar otros problemas. Se recoge un tema, importante o no, y sobre él se reconstruye un discurso, aparentemente rompedor, que inunda el debate e impide hablar de economía y de los problemas realmente fundamentales. VOX funciona así  como mascarada.

El segundo aspecto es derechizar aún más a la derecha. Tanto PP como Ciudadanos se sienten obligados a ir derechizando su discurso para intentar evitar la pérdida de voto. El Partido Popular radicalizando su discurso costumbrista, citando ya a los pobres neandertales y situando todo en torno a ETA –nota: por cierto, Casado es un miserable-; Ciudadanos proclamando su fidelidad a España y que nunca, nunca y nunca pactará con el PSOE, o al menos hasta después de la campaña electoral. La idea es así situar precisamente a la derecha en la órbita VOX. Y funciona.

El tercero es hacer que la izquierda recurra a toda su retórica cursi, por puro marketing electoral, para diferenciarse diciendo tonterías sin freno en su afán de ñoña y ñoño corrección. Las emociones sustituyendo a la racionalidad.

Y así, y esto es lo importante, el costumbrismo político hace que nadie hable de la globalización o de economía de verdad, quedándose todo en la conversación de bar donde el cuñadismo de VOX mejor se mueve. Y el guión lo lleva VOX, que va sacando los temas a su antojo.

Pero, en segundo lugar, además hay un interés de construcción social detrás que sin duda lo fundamental. La idea clave aquí es la creación de una sociedad con un modelo autoritario que la oligarquía considera, con razón, que resulta mejor para sus intereses. El bullicio armado por VOX provoca a la otra parte política, si es que es realmente otra parte, y genera una situación social que es la victoria principal de VOX. Las propuestas de VOX y la respuesta a VOX tienen un modelo formal común que es la limitación de derechos.  Efectivamente, ambas partes se responden pretendiendo limitar la libertad de la otra: si unos proponen prohibir los partidos marxistas, otros proponen prohibir la ideología franquista. De esta forma, lo más  importante del fenómeno VOX  es comprender que su acción principal es precarizar la acción política y para ello limitar los derechos fundamentales de las democracias, fundamentalmente la libertad de pensamiento y de expresión. Y lo importante aquí no es el contenido de la prohibición, prohibir canciones machistas o ideas feministas, sino el mismo formato de respuesta: limitar el derecho a pensar diferente que es limitar el derecho a pensar.

VOX no es sólo un partido, es un síntoma. Su pretensión es la destrucción de la forma social democrática hasta ahora vigente que, sin ser perfecta, desde luego es mejor que su sustituta. La oligarquía no busca que triunfe VOX, cosa casi imposible, sino que el modelo triunfe, cosa más que probable. Por eso, quienes creemos todavía en el ideal de que la emancipación es el elemento fundamental de vivir el progreso no estamos con VOX, pero tampoco con el modelo de recortar derechos como los de pensamiento o expresión. No somos, en definitiva de VOX, ni de una manera ni de otra.