jueves, diciembre 25, 2014

UNA PEQUEÑA HISTORIA DE LA FILOSOFÍA/7
LOS PRESOCRÁTICOS/3: PARMÉNIDES

En nuestro artículo anterior comenzábamos a reseñar el pensamiento de los Presocráticos, en concreto de aquellos que denominabamos monistas pues defendían que sólo había un Arjé. Pero, acabábamos dicho artículo señalando que nos quedaba aún por hablar de uno de ellos, y tal vez el más importante: Parménides.

Efectivamente, en este artículo vamos a analizar el pensamiento de Parménides y esperemos que al final del mismo nuestros lectores, pocos pero excelentes pero pocos, entiendan por qué le dedicamos un capítulo aparte a este pensador.

¿Qué hace a Parménides tan especial? Antes de nada conviene señalar un aspecto fundamental para toda esta serie, especialmente una vez que entramos en autores. Lo que convierte en especial a un autor en la Historia de la Filosofía –y especialmente en nuestra pequeña historia de la filosofía- no es en absoluto que estemos más de acuerdo con él que con otros sino la importancia objetiva que su pensamiento tuvo para el desarrollo de nuestra disciplina. Por importancia objetiva entendemos que sin ese autor que analizamos la Historia de la Filosofía seguramente hubiera tomado otra dirección -tal vez una que nos gustara más, seguramente una que nos gustase menos-.  Por ello, consideramos que el autor resulta imprescindible para la evolución de la propia filosofía pues la marca, y ello a pesar de que todas sus teorías resulten profundamente erróneas.

Y ahora toca contestar a la misma pregunta anteriormente descrita pero ya con un sentido más concreto: ¿qué hace a Parménides tan especial?

La grandeza filosófica de Parménides radica en que por primera vez se  van a presentar dos problemas fundamentales en el desarrollo del pensamiento filosófico. En primer lugar, la distinción entre el pensamiento puramente racional y el conocimiento sensible; en segundo lugar, y relacionado evidentemente con lo anterior, la diferencia que Parménides va a marcar entre apariencia y realidad. Comencemos, por tanto, a analizar la importancia de Parménides.

Parménides va a reflexionar sobre lo que llama doble vía de la Verdad y la Apariencia. Así, será el primer autor de filosofía que se preocupará de lo que va a ser a partir de entonces uno de los principales problemas epistemológicos. Por tal palabra, epistemología, que resulta sumamente extraña, debemos entender aquello que hace relación al problema relacionado con el conocimiento del mundo exterior. La epistemología, a pesar de lo que dice el maravilloso enlace, es así el análisis del conocimiento y de qué y cómo podemos conocer.

Sobre esto, Parménides va hacer una distinción que va a ser  fundamental en toda la historia de la filosofía posterior entre Apariencia y Realidad.

La apariencia no enseña lo que el objeto realmente es sino solo lo que parece -ciertamente nuestros lectores ya habrán descubierto por qué se llama apariencia-. Un lobo disfrazado con piel de cordero nos parecerá un cordero, pues esa es su apariencia, pero el hecho de que lo conozcamos de una manera no le hace ser de la misma sino que seguirá siendo realmente un lobo. De esta manera, existe una distinción entre apariencia, lo que parece ser, y la realidad, lo que verdaderamente sea.  O diciéndolo en un lenguaje que va a resultar imposible para Parménides pero que sin embargo es deudor de su obra: no existe una identificación plena y sencilla entre nuestra representación mental de la realidad y la realidad como tal. O dicho aún de otro modo: nuestra visión del mundo no se corresponde necesariamente con la realidad del mundo.

Así, esta primera diferencia parmenídea entre apariencia y realidad va a resultar fundamental para toda la Historia de la Filosofía pues va a permitir independizar al pensamiento de la pura imagen mental que obtenemos a través los sentidos. Diciéndolo de nuevo con un ejemplo: desde ahora, el hecho de que veamos una pared blanca no va a implicar necesariamente que tengamos que creer que la pared es blanca.

En segundo lugar, vamos a analizar la separación radical que realiza Parménides como consecuencia de lo anterior entre el conocimiento sensible y el conocimiento racional. Entendemos por conocimiento sensible aquel que es fruto directo e inmediato de los sentidos. Es, por ejemplo, conocimiento sensible todas aquellas representaciones mentales que se producen como consecuencia del ejercicio de los sentidos: ya sea la vista, fundamentalmente, pero también cualquiera de los otros cuatro -nota: soy muy listo y sé que hay más -. Frente a lo anterior, entendemos como conocimiento racional aquel que es fruto de la pura especulación abstracta, cuyo inicio puede estar o no en lo percibido por los sentidos, y que nos habla de razonamiento y no de imágenes mentales.

Debido a la distinción apariencia -lo que las cosa nos parece ser- y realidad -lo que realmente son- y la separación entre conocimiento sensible y racional llegará a una conclusión: ambas distinciones están relacionadas. Y Parménides no duda en relacionarlos de forma exclusiva: el pensamiento racional nos permite conocer la realidad  y los sentidos nos engañan con la apariencia.

De esta manera, Parménides ha presentado un juego de dobles parejas que será fundamental en la Filosofía: por un lado, la razón va unida a la verdad; por otro, los sentidos van unidos al error. Y estas dobles parejas enseguida se unirán en un trío -insaciables ellas-. Razón y realidad se unen a verdad mientras que sentidos y apariencia se unen a falsedad. Y esta será la clave de todo el pensamiento griego -veremos posteriormente que rota por la Modernidad-: la Realidad es racional.

A partir de aquí, y llevando la tesis hasta el extremo, Parménides llegará a una sorprendente conclusión. Si los sentidos se unen a la falsedad toda la información que nos den será apariencia y por tanto falsa.

¿Cuál es la información que nos dan los sentidos? Los sentidos nos presentan que existen muchos seres particulares, una pluralidad de individuos concretos. Pero ya sabemos que esto es una apariencia, como un espejismo, y que no debemos fiarnos. Por tanto, la única forma de saber qué hay realmente es acudir a la argumentación racional. Y esta nos explica, oh sorpresa, que la realidad plural no puede ser real y que en realidad, observen la palabra,  solo existe un Ser, una única realidad. Pero, ¿por qué?

Comencemos con la argumentación. Si existiera una pluralidad de seres todos ellos serían ser, pues esto es necesario para que existieran. Pero, la separación entre dos seres, que es lo que permite que haya dos y no solo uno pues si no estuvieran separados no habría dos sino uno solo, también debería existir pues si no fuera así no separaría nada: si entre uno y otro no hubiera nada lógicamente, y atención a esta palabra, no habría separación. Así, la separación debe ser también ser. Y si la separación es ser y los particulares son ser lógicamente no hay separación pues en realidad, obsérvese como hemos pasado de lo lógico a lo real, todo es ser. Y, como conclusión racional frente a la evidencia de los sentidos, todo es una única realidad: el Ser.

Juegue en casa a Parménides. Hoja de papel y un lapicero. Dibuje ahora un objeto y luego otro y un tercero, y si está inspirado un cuarto, quinto... Ahora mire el papel y verá una pluralidad de cosas ante su vista. Sin embargo, y realmente -otra vez la palabreja- solo habrá un papel. La pluralidad de cosas no es algo real sino   apariencia mientras que lo único real lógicamente es el soporte para el objeto.

Así, Parménides ha llegado a un aspecto radical del pensamiento filosófico. Lo que Parménides ha planteado es una absoluta separación entre la realidad empírica, es decir la perceptible a través de los sentidos, y la racionalidad: la realidad si es verdadera es racional y no lo es solo por   ser empírica, perceptible por los sentidos. La pregunta, ahora, queda en el aire y es un paso más sobre la anterior pregunta por el arjé. Efectivamente, en esta primera pregunta se planteaba el origen y sustrato de la realidad; en la nueva pregunta de Parménides hay algo más radical: ¿qué es y cómo es la realidad? Y es más radical porque no se puede responder con una mera descripción de lo que percibimos.

Ahora lo sabemos: Parménides ha iniciado la Epistemología y a través de ella ha creado la Metafísica. Y su pregunta doble, ¿qué es la realidad auténtica y si se puede conocer realmente? exige, esa es la historia de la filosofía, una respuesta. Y pronto comenzarán incluso mientras él está pensando dada por coetáneos suyos.


jueves, diciembre 04, 2014

CASTA Y UNIVERSIDAD

1.- La Casta es muy mala.
2.- El único sitio de España donde no hay Casta es en la Universidad.
3.- Hola, soy Íñigo Errejón.
4.- Y la culpa de todo la tiene la Casta que me acusa de ser Casta.
y 5.-Porque en la Universidad no hay Casta.

SOMOS ARISTOCRACIA.

miércoles, diciembre 03, 2014

FÚTBOL: BORREGOS Y AFICIONADOS

Ante otra muerte relacionada con un partido de fútbol cuando menos hay que explicar algunas cosas. Especialmente hay que explicarlas cuando a nosotros nos gusta el fútbol y, de hecho, somos socios de un equipo: en concreto el Real Madrid ¿Tiene algo que ver el asesinato o ayer de una persona con el fútbol? Sería muy fácil sin duda señalar que no, que es producto de unos grupos incontrolados que matarían igual en cualquier otro sitio. Sin embargo, y a los hechos nos remitimos, resulta que en la rebajas, en los paseos en barca, en el hipódromo o incluso en las manifestaciones políticas no existe tal número de muertos como en los partidos de fútbol. Por tanto, e indudablemente a tenor de los hechos, el futbol guarda relación con esas muertes.

Pero, decir que el futbol guarda relación con ella  es igual a no decir nada. Porque de lo que se trata ahora es no sólo de señalar sino de explicar qué relación guarda el fútbol con los asesinatos y la violencia que se genera alrededor de él. Precisamente, este artículo va a tratar de explicarlo.

Comencemos por el primer responsable: la prensa. La prensa ha generado una importancia extraordinaria en torno al fútbol. La calificamos como extraordinaria porque nos resulta incomprensible desde todo punto de vista  que un telediario pueda empezar por un partido de fútbol que ni tan siquiera se ha jugado y, poniéndonos incluso en el para más laxo posible, ni genera un campeón en una competición. Sí están atentos a sus pantallas verán que cualquier partido acaba resultando ser el partido del año, lo que hace, curiosamente, que al año pueda haber al menos una decena de partidos de ese mismo año. Pero no es sólo eso en lo que interviene la prensa, sino también en una idea que se está generalizando sobre lo que es un buen aficionado al fútbol. Efectivamente, la prensa está señalando un nuevo ideal de aficionado al fútbol. Para la prensa el buen aficionado debe ser aquel que asista al estadio a animar a su equipo con cánticos, cuantos más horteras mejor, y que deje a un lado todo criterio crítico sobre el futbol desplegado por sus jugadores. Frente a eso, el buen aficionado según la prensa debe ser aquel que busque animar a sus jugadores hasta el último aliento: una horterada épica. Es decir: la prensa admira al borrego que pagando una entrada carísima nunca dejará solo, como dice la repugnante y ñoña hinchada de Liverpool, a su equipo. Ese tipo ignorante y acrítico, ese modelo de cualquier régimen totalitario, no cabe duda que es el aficionado favorito de la prensa deportiva. No hay más que ver que ésta ha acabado convirtiéndose en una misma prensa forofa dejando a un lado su característica crítica o neutral y pasando a ser una prensa adscrita a un equipo concreto. Algo, que comenzó en provincias y ha acabado siendo un rasgo general de toda la prensa deportiva no sólo española sino mundial. Así, la prensa busca un ideal de aficionado que es aquel que, como ella misma dice, siente por encima de todo los colores. Es decir, que no piensa durante el partido.

El segundo responsable son los propios jugadores de los equipo de futbol que están encantados con que los aficionados se transformen en un bloque de borregos acríticos y siempre fieles. Quienes cobran un dinero muchas veces escandaloso, de acuerdo sus escasas virtudes futbolísticas, podrían tener problemas ante una afición verdaderamente entendida y técnica que señalara sus más que numerosos defectos ante sus escasas virtudes. No hay más que ir a los campos de España para ver que una inmensa mayoría de los jugadores no son sino unos tuercebotas esforzados, sin duda honrados profesionalmente pero desde luego muy lejos de lo que es un ideal del futbolista, que sin embargo están encantados de que la afición sienta profundamente los colores y anime ante cualquier adversidad: especialmente si esta es fruto de la propia inutilidad de los jugadores. Es decir, que la afición no les pida responsabilidades de acuerdo a lo que son: profesionales de un trabajo. Por eso, los futbolistas cuando acaban los partidos lanzan su camiseta no a los aficionados sino a aquellos que más cantan, berrean y otras formas de identificación característicamente primitiva. No hay que olvidar, en este caso, que el sector de la afición madridista favorita de un tipo como Mourinho y  que le homenajeó al final, al entrenador que menos títulos ha ganado con el Madrid en relación a sus año el ejercicio, fueron los hoy afortunadamente defenestrados ultrasur cuyo conocimiento del fútbol cabría en un billete de metro, en un sello de corren o incluso en su propia materia gris. Así, los profesionales del deporte, jugadores y entrenadores y demás integrantes de esta profesión, buscan igualmente una afición aborregada, que no les exija nada de acuerdo a sus portentosos sueldos sino sólo una máscara de lucha y un besarse el escudo cuando meten un gol como si no supiéramos que cobran por hacerlo.

El tercer responsable es sin duda la propia estructura de los clubes. Es sin duda ingenuo pretender que los grupos ultras viven ajenos a la estructura característica de un club de fútbol. Ultras hay en todos y cada uno de los clubes y éstos los han financiado, sostenido, alentado y soportado. Al fin y al cabo, como se demuestra en el Atlético de Madrid, en el Barcelona o en el Real Madrid, si bien en los dos últimos hay que reconocer que ya no últimamente, la estructura administrativa de los clubs ha utilizado los ultras como una especie de guardia pretoriana dispuesta siempre a defender a la directiva de turno por encima de la defensa de los intereses del club como institución. Así, resulta repugnante que los propios clubes se presenten como víctimas de aquello que ellos mismos no sólo han creado sino que protegen y defiende.

Pero detrás de todo esto existe también un anhelo de falsedad. Este es el anhelo de la inexistencia de la responsabilidad individual, de la idea de que en el fondo los individuos no son más que un proceso social sin voluntad propia. El principal responsable de los hinchas radicales son precisamente los hinchas radicales. Hay que ser sencillamente un imbécil integral para pelearse por un partido de fútbol o para insinuar ni tan siquiera que lo más importante de tu vida es tu gusto por un equipo de eso que se llama balompié. No cabe duda de que pueda haber gente cuya vida sea tan pobre que lo más importante en ella sea una acción que se realiza cada domingo por otros que no es él mismo, y si tiene suerte y es hincha de un equipo con poder económico también a mitad de semana. De esta forma, sí bien indudablemente se puede hacer un análisis sociológico de la hinchada futbolística, también resulta extraordinariamente falso pretender que el comportamiento individual de un conjunto de cretinos no es responsabilidad también, aunque seguramente no sólo, de esos mismos cretinos. Es ingenuo pretender que las cosas ocurren ser una relación con la sociedad, pero también pertenecen al ámbito de la ingenuidad intentar explicar todo desde una perspectiva puramente social, sin contar con la intervención de los individuos. No cabe duda de que para ser ultra de un equipo de futbol hay que ser un imbécil integral.


Mañana jueves, en el recreo, volveremos a tener nuestra tertulia deportiva. Mañana el tema es quién es el mejor jugador del mundo. Nuestros contertulios expertos, alumnos del instituto entre primero de ESO y bachillerato o, opinarán sobre el tema y luego nuestro público también reflexionará sobre ello. Estaremos muy alejados de lo que se pretende ahora sea un aficionado de fútbol: pretendemos no cantar, animan, berrear sino reflexionar sobre este deporte. Tal vez, alguna prensa deportiva nos pudiera presentar como traidores. Pero en realidad lo hacemos porque nos gusta el fútbol.

sábado, noviembre 29, 2014

PODEMOS PUBLICA SU PROGRAMA ECONÓMICO


Con varios ademanes horrorosos
Los montes de parir dieron señales;
Consintieron los hombres temerosos
Ver nacer los abortos más fatales.
Después que con bramidos espantosos
Infundieron pavor a los mortales,
Estos montes, que al mundo estremecieron,
Un ratoncillo fue lo que parieron. Hay autores que en voces misteriosas
Estilo fanfarrón y campanudo
Nos anuncian ideas portentosas;
Pero suele a menudo
Ser el gran parto de su pensamiento,
Después de tanto ruido sólo viento. 

Félix María de Samaniego (1745-1801) El parto de los montes.

lunes, noviembre 24, 2014

SEÑAS DE IDENTIDAD

El que hubiera sido el mejor escritor español ha ganado un merecido premio.
Hay alegría por ello.
Y hay tristeza por lo no cumplido.

jueves, noviembre 20, 2014

NUEVO CAPITALISMO: DOMINACIÓN Y EXPLOTACIÓN/2

En un artículo anterior nos preguntábamos cómo era posible que el Capitalismo permitiera los derechos sociales y la libertad individual en la sociedad. Esta pregunta venía el caso porque nosotros mismos siempre hemos defendido que el Capitalismo es un sistema totalitario y por lo tanto, creemos, debería extrañar que un sistema totalitario permita el desarrollo de la libertad de los individuos que lo conforman.

Así, en ese mismo artículo anterior, comenzábamos muestra explicación reflexionando sobre cómo todos los sistemas económicos anteriores al Nuevo Capitalismo habían realizado una dominación sobre sus súbditos para poder permitir su explotación económica. Así, analizábamos que en todos los sistemas anteriores existía una diferencia clara entre explotación y dominación. La explotación era la meta final que buscaba conseguir una producción económica determinada que permitiera la vida ociosa de una oligarquía social a través de la producción en el trabajo de la inmensa mayoría de la población. Para conseguir que esta inmensa mayoría se plegara a los intereses de una minoría surgía necesariamente la dominación como medio para conseguir el fin arriba descrito. Esta dominación podía ser de dos tipos. Podía ser, primero, una dominación puramente ideológica en la cual a través de la creación de una serie de pensamientos, teorías, costumbres y demás elementos se buscara al final la entrega voluntaria de esa producción o, al menos, la pasividad ante la expoliación de trabajo. Pero, segundo, también había sin duda una coacción violenta y física, es decir: una dominación donde a través de la violencia y la fuerza física se impedía la sublevación –traduzco: la defensa de sus derechos-  de la mayoría de la población así expoliada. La consecuencia de todo esto, señalábamos, era que la dominación, en este doble proceso, había sido la regla durante toda la historia de la humanidad hasta la llegada del Nuevo Capitalismo.

Sin embargo, resulta curioso como en el Nuevo Capitalismo ha desaparecido la dominación y este es absolutamente compatible con la democracia. Pero, también señalábamos en el anterior artículo que quizá alguien podría decir que esto no era cierto y que en el Capitalismo actual la dominación se seguía ejerciendo del mismo modo. Indudablemente, la realidad puede observarse de muchas maneras incluso de una que es absolutamente falsa.  Por más que las viejas ideologías incapaces de explicar el mundo real se empeñen en falsificarlo para mostrarlo como el mundo anterior y hacer sencillo y compatible su análisis con sus teorías críticas obsoletas –y por tanto, ya no críticas- no cabe duda de que el Nuevo Capitalismo respeta la democracia y, por ejemplo, cualquier teoría puede ser dicha públicamente y defendida. Igualmente, no cabe duda que cada vez un mayor número de países llegan a ser una democracia donde sus gobiernos se eligen a través del sufragio universal y respetan de manera general los derechos humanos. Sería una tarea estadística muy interesante analizar en cuántos países antes de la llegada del Nuevo Capitalismo existía la designación de los gobiernos a través del sufragio universal y en cuanto existe en la actualidad. Parece por tanto, que la democracia no se ha extendido merced al desarrollo del comunismo o de los sistemas alternativos al Capitalismo sino por este mismo sistema de explotación. Por tanto, para quienes creemos que debemos dar respuesta la realidad y no a nuestra visión soñadora y conformista de ella, surge una pregunta que tenemos que responder radicalmente: ¿cómo es posible que el Capitalismo permita la democracia?

La clave de todo el problema, creemos, radica precisamente en un análisis económico de la realidad del Nuevo Capitalismo. En todos los sistemas anteriormente existentes los individuos debían ser obligados a producir beneficio para el propio sistema pues, lógicamente, nadie estaba dispuesto a que de su propia producción le fuera quitada una parte en aras de una clase ociosa. Pero, tampoco conviene confundir aquí los términos. Todos los sistemas anteriores buscaban efectivamente la supervivencia de esa misma clase ociosa y para ello era necesario quitar parte de la producción a la inmensa mayoría de la población que, lógicamente, veían esto como una merma en su propia vida. Por ello, y para realizar esta explotación, había que dominarles, es decir: controlar su voluntad de forma absoluta. El control de esta voluntad, como ya señalamos más arriba, se podía hacer, evidentemente, o bien por medios puramente ideológicos, la mayoría de las veces, o bien a través de la pura acción violenta, las menos veces. Pero lo que nos importa aquí es reflexionar sobre que este proceso era necesario porque la explotación era objetivamente, y era vista como consecuencia de lo anterior, como algo ajeno a la propia vida individual, algo superpuesto a la misma e innecesario.

Y es aquí, donde el Nuevo Capitalismo sorprendentemente cambia de forma radical frente a cualquier sistema anterior. Lo que ha logrado el Nuevo Capitalismo es precisamente integrar de manera esencial la explotación en la propia vida y que esta misma explotación ya no sea algo adyacente a la existencia particular. Y tras esta frase tan brillante corresponde una explicación.

Lo que ha logrado el Nuevo Capitalismo es integrar absolutamente y de forma objetiva, es decir: no en las conciencias sino en la realidad, la explotación a la propia vida. Esto se ha logrado a través del consumo. Efectivamente, la vida actual es esencialmente consumo y este hecho es la clave de la integración de la explotación no como un elemento suplementario de esa misma vida particular sino como la propia vida en sí. Cada uno de los individuos dentro del Capitalismo, y ello nos incluye a nosotros a pesar de nuestro porte radical, vivimos la vida como consumo y por ello como producción de beneficio capitalista. Este beneficio capitalista es una parte fundamental del actual explotación. Así, la explotación ya no es algo que haya que imponer sino algo que por el mero hecho de vivir resulta dado. Cada uno de los sujetos que forman parte del Capitalismo, y esto incluye a todos y cada uno de los individuos que se integran dentro de las sociedades capitalistas, al vivir produce beneficio económico lo quieran o no y por ello su propia vida es explotación: la dominación ya es innecesaria.

Por ello, esto tiene un significado fundamental en relación al propio proceso de dominación. Efectivamente, veíamos que en los sistemas anteriores la dominación era el medio para conseguir el fin que era la explotación. Se trataba de obligar a los individuos, ideológicamente o bien a través de la pura acción violenta, a entregar una parte de su producción laboral. Sin embargo, ya lo sabemos,  en el Nuevo Capitalismo todo esto cambia y cambia radicalmente.

En primer lugar, y esto hay que entenderlo definitivamente para llegar a comprender de forma esencial el nuevo sistema, la explotación ya no se va a producir para mantener a una clase ociosa sino para el mantenimiento del propio sistema que se ha vuelto una realidad objetiva. Es decir, el Nuevo Capitalismo ha superado la concepción de un mero sistema de clases sociales y se ha situado como un sistema que universalmente explota a todos y cada uno de los individuos que lo conforman ya sean éstos oligarcas, clase media, trabajadores precarios, o incluso muy radicales. De esta manera, el Nuevo Capitalismo se ha convertido en un sujeto en cuanto a que ya no puede ser visto como la mera suma de sus partes sino como una realidad diferente a la propia estratificación social.

En segundo lugar, el hecho de que la explotación se sitúe en la vida de cada individuo no de forma accesoria como una coacción ejercida desde fuera sino de forma esencial como parte fundamental de la propia vida, implica la inutilidad, o al menos el carácter innecesario, de la dominación. Si la dominación era un medio para conseguir el fin de la explotación y el Nuevo Capitalismo ha resuelto esto situando la explotación como hecho sustancial a la vida lógicamente, y de acuerdo a la propia argumentación, la dominación ya no es necesaria. La explotación se garantiza más allá de la actitud individual del sujeto o sus ideas pues este para realizar cada uno de los hechos propios de su vida, incluyendo opinar en internet, debe consumir y con ello producir beneficio económico al Capitalismo. Para explotar a los sujetos ya es necesario, por consiguiente, ni una coacción física ni la creación de una ideología. La propia vida se ha convertido en el proceso de explotación y con ello ha hecho innecesaria la dominación.

Sin embargo, alguien podría señalar que si nuestro análisis fuera cierto no se estarían produciendo los recortes en libertades individuales y colectivas que se están dando en Europa en los últimos años –y que nosotros hemos analizado-. Igualmente, alguien podría echarnos en cara que nuestra visión del Capitalismo resultaría extraordinariamente apologética pues si el Capitalismo elimina la dominación haría a los individuos libres. Y a estas dos muy interesantes críticas tenemos responder pero nos parece que por hoy ya hemos aburrido bastante así pues emplazamos a un nuevo artículo.


martes, octubre 28, 2014

NUEVO CAPITALISMO: DOMINACIÓN Y EXPLOTACIÓN/1

Una pregunta indispensable que todo análisis sobre el Capitalismo actual debe realizarse es cómo es posible que este sistema económico si es, tal y como nosotros defendemos, totalitario pueda permitir el desarrollo social de la libertad en sus ciudadanos. Por este desarrollo social de la libertad entendemos tanto la existencia de los derechos civiles como la libertad de expresión, la libertad de pensamiento, la libertad de asociación, la libertad política e incluso la libre elección del gobierno a través de elecciones democráticas.

Por supuesto, conocemos la respuesta ñoña que a esto se ha dado desde la autoproclamada izquierda: no se trata de una libertad real sino que es una mera libertad formal – y hasta los noventa se añadía: no como en los países del este-. Sin embargo, nos sorprende esta respuesta pues se realiza desde los propios medios públicos del sistema que aparentemente no permite la libertad. Es decir, que hay no solo una contradicción teórica, pues al fin y al cabo el pensamiento puede negar la realidad aunque eso le lleve a mentir, sino una fundamental empírica. Y decimos contradicción empírica porque sin duda el mismo hecho de que las teorías más extremas y contrarias al Capitalismo pueda ser dichas en el propio sistema capitalista. Por ejemplo, que la Fundación Rockefeller subvencionara esa maravilla que es El hombre unidimensional, demuestra que en el Capitalismo se permite la libertad social –y algo que, por supuesto, no niega a la obra de Marcuse su verdad y carga crítica-.

Así, sin duda el Capitalismo permite el desarrollo de la libertad: yo mismo, otro autor extraordinariamente crítico y si no me echara la siesta lo sería aún más, escribo en lamultinacional Google. Pero, no conviene olvidar una premisa fundamental: efectivamente, el sistema capitalista es un sistema totalitario. De hecho, y ahí va a estar la clave de toda la explicación del fenómeno al que nos referimos, el sistema capitalista actual es el sistema más perfecto en totalitarismo frente a todos los sistemas existentes en la historia de la humanidad. Y por eso, como veremos, permite la libertad.

De esta forma, este escrito, que se va a dividir en al menos dos partes, va a intentar explicar cómo es posible que el Capitalismo permita la libertad como ningún otro sistema anterior la ha permitido y al tiempo, sin embargo, sea el sistema más totalitario de la historia. E igualmente, y en un apéndice, explicaremos porque en la actualidad, y sin embargo frente a lo dicho anteriormente, se está produciendo en los países capitalistas un claro retroceso en las libertades civiles. Se trata, por tanto, de empezar.

En todos los sistemas anteriores al Nuevo Capitalismo, grosso modo todos aquellos existentes antes del final de la Segunda Guerra Mundial, había una diferencia relevante entre la dominación y la explotación.  Por dominación entendemos aquí una estructura social de carácter coercitivo, ya sea a través de la violencia física o a través de estructuras ideológicas, que busca controlar a la mayoría de la población y por lo tanto impedirle ejercer la libertad social conel fin de que obedezcan. Por explotación entendemos, básicamente y por ahora, una estructura económica que consigue su beneficio económico de un ser humano donde este es sometido por un sistema productivo que saca de él un beneficio que no le revierte en cantidad proporcionalmente justa.  Con estas definiciones podemos analizar cualquier sistema anterior al nuevo Capitalismo.

Efectivamente, todos los sistemas anteriores al Nuevo Capitalismo han tenido como premisa básica la explotación económica del trabajo de la mayoría de la población para la supervivencia de una minoría social que, a su vez, no era productiva pero, sin embargo, poseía el control social. Este esquema, que no por sencillo era menos práctico, ha sido el modelo perpetuo de la historia de la humanidad al menos, y quizá seguramente también antes, desde la instauración de la agricultura y con ella de las poblaciones sedentarias. Efectivamente, todo sistema social anterior al Nuevo Capitalismo se basaba, en líneas generales, en los siguientes puntos:

Primero, una minoría no productiva y ociosa que tenía el control social y que vivía a costa del trabajo de una mayoría de la población empobrecida.

Segundo, una economía de subsistencia donde el excedente era tan escaso que se guardaba previsoramente para futuros momentos de escasez. Esto producía no una ausencia de comercio sino de Mercado como estructura objetiva económica  -nota: no lo haremos aquí pero resulta importante distinguir entre comercio y Mercado como estructura económica-. Y al no existir este Mercado la vía fundamental de producción era primordial, y casi exclusivamente, el trabajo productivo de esa mayoría de la población convertida en sustento económico del sistema entonces vigente. Y, como consecuencia, sustento de la oligarquía dominante -y se verá que no hemos escrito casta-.

Tercero, y como consecuencia, un modelo social, por tanto, que buscaba mantener la estructura de una minoría privilegiada frente una mayoría que debía trabajar necesariamente para ella y para mantener el statu quo que implicaba una mayoría explotada por una minoría ociosa.

Y así, y como consecuencia de lo anterior, en todas las economías precedentes al Nuevo Capitalismo, existirá necesariamente una distinción socialmente radical entre explotación y dominación. Veamos ahora por qué.

Si una minoría de la población, la oligarquía,  explotaba a una mayoría, podría parecernos claro que alguna función social se debía de desarrollar para mantener esa explotación y evitar la rebelión de la mayoría. Esta función es lo que llamamos dominación. Es decir, la dominación es el medio necesario para conseguir el fin que en la explotación.

Efectivamente, en este esquema, que podríamos denominar como el esquema histórico tradicional pues es el que ha prevalecido durante aproximadamente 10.000 años, podemos observar cómo explotación y dominación han ido conjuntamente. Pero ello no debe llevarnos a engaño sobre cuál de las dos era la prioritaria. La dominación no es un fin en sí mismo sino un medio para conseguir aquello que esa minoría selecta buscaba: que a través de la explotación de la mayoría de la población se asegurará su supervivencia como tal élite. Frente a esto, la explotación sí era un fin en sí mismo: esa minoría selecta y ociosa sólo podía sobrevivir a costa del trabajo explotado de la inmensa mayoría de la población. Por tanto, en un modelo social y económico en el cual el trabajo humano era la clave de la producción económica era necesaria la explotación de dicho trabajo para la supervivencia de la élite dirigente. Y, a su vez, para mantener esta explotación se hacía subsidiariamente necesaria la dominación -ya fuera directamente a través de la violencia física o, en la mayoría de los casos, a través de la imposición ideológica- que permitiera que esa mayoría estuviera dispuesta a ver cómo el producto de su trabajo fuera directamente expoliado por la minoría.

Así, todo desarrollo de la libertad, es decir: de escapar la dominación, resultaba absolutamente peligroso para este modelo. Efectivamente, el desarrollo de la libertad amenazaba la supervivencia de la élite a través de la concienciación de la mayoría de la población sobre el hecho de que su trabajo no podía ser expoliado, robado es otra palabra posible, por una minoría absolutamente ociosa. Y es este modelo el que explica que en todos los sistemas anteriores al actual Capitalismo la explotación económica, es decir la explotación del trabajo humano, fuera unida necesariamente a la dominación social, es decir: a una fuerza coercitiva cuya finalidad última era la entrega voluntaria, a traves de la creación de una ideología determinada, o involuntaria, a través de la pura coacción violenta, de ese producto del trabajo humano en cada uno de los individuos.

Pero, todo esto va a cambiar con el radicalmente nuevo modelo productivo que traerá el Nuevo Capitalismo. Y será precisamente eso lo que haga innecesaria la dominación social. En la segunda parte veremos cómo.

¿Está interesante eh? Bueno, mejor no respondan.

lunes, octubre 27, 2014

LOS BLOGS (otra vez) DE MIS ALUMNOS

Desde un lejano año 2005 llevamos adelante nuestra experiencia con las bitácoras en internet. Efectivamente, iniciamos en esa fecha este trayecto. Desde luego, no podemos decir que los resultados sean espectaculares pues la inmensa mayoría de los alumnos no han seguido escribiendo en su blog. Pero, también es cierto, no es esta sólo una de las variables, aunque indudablemente la más importante, para a lo que nos enfrentamos.

Por ello, y no queriendo creer en rendiciones, volvemos de nuevo, y como siempre no ya a riesgo sino resultando pesados, a enseñarles la nueva temporada de los blogs. Muchos son nuevos alumnos, otros son los del año pasado. En realidad, en este caso como en todos los años anteriores, lo importante es que sean también blogs de los años futuros.


Aquí están, de nuevo, los blogs de mis alumnos.

martes, octubre 21, 2014

UNA PEQUEÑA HISTORIA DE LA FILOSOFÍA/6: LOS PRESOCRÁTICOS/2

En el artículo anterior presentábamos la importancia que tenía el conjunto del pensamiento presocrático en el surgimiento de la Filosofía como algo no sólo diferente sino radicalmente contraria al mito. A partir de ahora, y durante esta parte dedicada a los Presocráticos, pretendemos elaborar la lista de la compra, es decir, queremos, aunque sea muy brevemente, presentar cada una de las respuestas que ciertos filósofos presocráticos, pues no podemos referirnos a todos, presentaron sobre eso que la tradición denominada Arjé -que verán sigo con la duda de cómo se escribe-.

Por supuesto, esta lista de la compra se puede realizar de muy diferentes maneras. Nosotros hemos escogido una que es referida al número de Archés que para el pensador existen. Así comenzaremos con aquellos que piensan que sólo hay un principio último, a los que llamaremos  monistas, para luego hablar de aquellos que piensan que hay más de un principio ya sean dos, a los que llamaremos dualistas, o más de dos, a los que llamaremos pluralistas.

Por tanto, comenzamos por los monistas.

El primer filósofo del que se tiene noticia en la historia, obsérvese que no decimos el primero de la historia pues somos filósofo y de eso no podremos nunca estar seguros, es Tales de Mileto. Cuenta la tradición que un día paseaba Tales de noche mirando las estrellas, también cuenta la tradición que Tales fue el primero que predijo un eclipse, y que no se percató de que había un pozo al cual cayó. Al ver el hecho, una esclava se burló de él señalando que parecía mentira que de tanto mirar hacia el cielo olvidara ver lo que tenía delante de sus narices. Esto, sin embargo y en algo característico del pensar filosófico, fue  transformado en una hermosa frase: filosofía es de lo que se ríen los esclavos.

Pues, este mismo Tales señaló que el principio originario de todo no podía ser sino el agua. No conocemos bien su argumentación pero tal vez podríamos atrevernos a llevarla a cabo. Efectivamente, observamos que cualquier ser de la naturaleza puede ser convertido en líquido. Imagine por un momento en esa pared de su casa recién pintada, esa maldita mosca que se posa, ese golpe certeramente dirigido, esa mancha sanguinolienta y líquida que queda como resultado: sin posible remisión. Imagine ahora esa hoja de riquísima lechuga -nota: para cuando un homenaje a la lechuga- que usted hace rotar a alta velocidad entre sus manos llenándolas de humedad. Parece claro, así, que nos encontramos ante seres cuyo compuesto último es líquido. Pero usted ya está diciendo: astuto Tales, pero qué ocurre con los minerales. Se nota que usted no pertenece a la época de nuestro autor. Sin duda, éste había visto fundir el metal: seguramente el bronce, muy probablemente el hierro. Y había observado asombrado que un elemento natural aparentemente de una dureza extrema sin embargo se convertía en un líquido viscoso pero fluido. Así, llevado por un argumento racional perfectamente trabado, Tales concibió que el agua, es decir el líquido, era elemento primigenio de todo ser natural. E incluso podemos añadir algo más: Tales conocía sin duda que sin agua era imposible la vida. Resumiendo, Tales eran un tío muy listo.

El siguiente autor fundamental es Anaximandro. Aquí comenzamos a tener una diferencia con Tales y otros presocráticos. Efectivamente, Anaximandro será el primer autor que introduzca un elemento metafísico como explicación de la realidad. Esta frase que acabamos de escribir resulta sin duda brillante pero, creemos, al tiempo incomprensible así expresada. Cuando hablamos de un principio metafísico nos vamos a referir a partir de ahora, y de acuerdo con su definición, a una doble realidad. Por un lado, a aquello que hace posible la naturaleza tal y como es pero que al tiempo está más allá de esta en cuanto a que no se trata de algo queperenece a ese mismo plano de naturaleza. Pero, ahora puede pensar que se trataría por lo tanto de algo religioso o místico. Sin embargo, se equivocaría. Porque al hablar de un principio metafísico, aunque podamos concluir en un ser coincidente con la religión, estamos hablando de una argumentación racional y lógica que nos lleva hasta él y no un mero hecho de fe o una de esas cosas que se llaman vivencia personal. Efectivamente, lo que hace Anaximandro es un razonamiento que le lleva a la necesidad de defender un principio metafísico como elemento necesario de la naturaleza. Este argumento es el siguiente. Todos los seres de naturaleza tienen que tener algo en común puesto que pertenecen a dicho conjunto de cosas naturales. Sin embargo, a su vez, todas son diferentes porque están determinados de una manera distinta. Es decir, esa determinación que les hace ser unos seres y otros, un perro o un gato, es lo que les da su singularidad y con ella su diferencia. Pero como todos tienen que tener algo en común y lo que les determina es lo que le separa sólo nos queda, por principio de exclusión, la idea de que lo indeterminado será lo que les une. Así, el sustrato último natural será esa indeterminación –si busca usted epatar diga apeiron-. Y si no han entendido, no se preocupen porque realmente me resulta muy difícil explicarlo así que voy a intentar hacerlo con un ejemplo. Cojan ustedes un folio en blanco e imaginen que eso es la realidad. A continuación cojan un lapicero o cualquier otro instrumento de escritura, nosotros somos gente tolerante, y pinten un perro, un gato y un ornitorrinco. Lo que les separa es la determinación de líneas que con el lapicero han realizado sobre el folio en blanco. Pero todas ellas tienen algo que les une y que es que participan de ser folio en blanco que era algo indeterminado, pues no tenía forma en su interior, hasta que ustedes fueron capaces de encerrar una figura, es decir determinarla. Así lo que une a todas sus figuras es que todas han surgido de lo indeterminado y si borran las líneas, es decir sus figuras mueren, volverán de nuevo a ser indeterminadas hasta que otro pintor, tal vez más avezado pero esperemos que no expresionista abstracto, vuelva a determinar sobre la hoja de papel, es decir sobre todo la realidad, ciertas figuras. Así, según Anaximandro, lo que une a todos los seres es esa indeterminación que no es nada en concreto pero, al tiempo, está presente siempre en cada individuo.

Nuestro tercer autor, ya les dije que esto es como la lista de la compra, es Anaxímenes. Lo que hace, y tampoco tenemos testimonio así que lo intuimos,  es continuar el razonamiento de Tales y llevarlo hasta sus últimas consecuencias. Efectivamente, Tales se había quedado en que todo era agua, es decir todo podía ser reducido un líquido. Pero Anaxímenes comprende que ese mismo líquido puede a su vez reducirse a otra cosa: al aire. Efectivamente toda líquido acaba evaporándose y convirtiéndose, por lo tanto, en aire. Así, nuestro autor volver a recuperar el aspecto físico para la filosofía.

Tenemos así tres autores presocráticos, no se ilusionen porque quedan bastantes más. Y ya con estos hemos visto algo esencial en la filosofía tanto de su época como en la futura: una realidad que marcará todo el futuro del pensamiento. En Tales hemos visto el deseo de argumentación para buscar el fundamento de la realidad. En Anaximandro hemos visto el surgimiento de la metafísica como algo alejado de la religión por dos motivos: primero por su carácter racional y, por lo tanto, por la necesidad de un razonamiento lógico para llegar a las conclusiones; segundo, porque este elemento metafísico no se presenta a sí mismo como trascendente sino como necesario desde la propia inmanencia que es el mundo físico. Por último, en Anaxímenes, al que injustamente hemos dedicado poco tiempo, vemos algo que será fundamental en todo el desarrollo posterior de la filosofía: la importancia de la tradición filosófica en la búsqueda de la verdad. Efectivamente, Anaxímenes recoge la idea de Tales no para glorificarla o venerarla sino para continuar la con un nuevo razonamiento y por lo tanto cono una novedosa solución: la tradición filosófica critica; la tradición mítica, o religiosa, venera. Y de nuevo a, tenemos aquí la diferencia entre la creencia característica de la religión y el esfuerzo conceptual de la filosofía. En filosofía pueda ver maestros pero no hay mesías.

De esta forma los tres primeros Presocráticos que hemos mostrado, que pertenecen a aquello que hemos llamado monistas pues creen que hay un único principio último, incorporan todos ellos algo fundamental al desarrollo la filosofía: lo que será identificable al desarrollo del pensamiento emancipador en occidente. Pero los monistas no concluyen aquí sino que nos falta hablar de alguien fundamental: Parménides. Pero eso lo haremos otro día, pues incluso yo mismo me aburro a veces de leerme. Aunque, eso sí, enseguida se me pasa.


domingo, octubre 19, 2014

EN TEATRO: LOS JUSTOS, DE CAMUS

Seamos sinceros: la izquierda siempre ha tenido una actitud acomplejada frente a ETA. Al fin y al cabo, pensaba la autoproclamada izquierda, los muchachitos de ETA eran asesinos por el malvado estado español que les obligaba a ejercer la violencia. De hecho, si no hubiera sido así, sin duda los pistoleros de ETA hubieran sido pastores, curas o incluso alguno hubiera llegado a tener algún trabajo de tipo intelectual como por ejemplo escritor nacionalista. Eso sí, todos hubiera seguido siendo muy vascos.

Por ello, resulta indispensable hacer un homenaje a una obra de teatro que se está poniendo actualmente en Madrid. Se trata de la obra de Albert Camus llamada Los justos. Como todos los escritos de Camus resulta, aunque esta menos y sea un gran texto, un poco farragosa -nota: Camus es sin duda admirable personalmente pero como escritor a veces, seamos sinceros, resulta bastante pesado- pero lo interesante es la representación  que la compañía 611Teatro ha hecho. Efectivamente, la versión que fuimos a ver ayer, ha situado la obra de teatro en el contexto de los terroristas de ETA durante la transición española y resulta, sencillamente, excelente.

Muchas veces, ocurre que la versión de una obra de teatro acaba convirtiéndose en una obra de teatro radicalmente distinta a lo que el autor pretendía. Este hecho nos parece, si no se avisa claramente, una clara falta de respeto al espectador sobre todo cuando la obra se presenta bajo un título y un autor atrayente, como es este caso. Sin embargo en la adaptación que vimos ayer en El Matadero de Madrid, no solamente se respeta el espíritu de la obra sino que ella misma sirve para plantear estéticamente todo el problema que el terrorismo en general, y el terrorismo de ETA en particular, presenta en una democracia.

Hemos escrito plantear estéticamente. Y ahora vendría otro problema, que es el intento de convertir las obras de arte en un discurso argumentativo. No es, que nadie se asuste, éste el caso. Lejos de convertir Los justos en un discurso racional sobre el problema de la violencia, la compañía tiene la capacidad escénica de convertirlo en un espectáculo teatral, en aquello que todos vamos y deseamos ver. Esto es importante: cuando voy al teatro no quiero una argumentación racional, pues para eso me lee un libro de Filosofía que seguroesmás profundo racional y argumentativamente, sino que espero un espectáculo teatral: una experiencia estética. Y esto último implica una serie de sentimientos y experiencias que no espero ni deseo encontrar –ñoñerías las justas- en un texto de filosofía. Por supuesto no es que renunciemos a la racionalidad en el arte, pero, también por supuesto, deseamos señalar que el arte no es el lugar del concepto sino de la conmoción estética.

Todo ello lo logra sin duda la obra Los justos. Digamos que desde la puesta en escena que con su minimalismo consigue plasmar la angustia moral hasta la interpretación excelente de los actores, nunca sobreactuados como resulta excesivamente frecuente sino siempre en una justa medida,  la obra de teatro nos lleva hasta un proceso de conmoción que exige el inicio el proceso conceptual.

Escribo este artículo tarde, pues creo que la obra se la llevan la semana que viene de Madrid, y no sé si seguirá de gira,  pero también es verdad que estuve ayer en el teatro viéndola –eso sí, después de ver el futbol por supuesto-. Sólo puedo por tanto recomendarla  encarecidamente y ello, resumo, por dos motivos.

El primero: es importante, pero en el caso de una obra de arte no es lo más importante en su juicio, por su valentía política al reflejar un tema ante el que todavía existe un extraordinario complejo en la izquierda. Ayudemos a superarlo: ETA es una banda de asesinos.

El segundo, y el más importante en cuanto a nivel artístico, porque sin duda Los justos es una obra de teatro plena, que se disfruta en cuanto a ser obra de teatro.

Si pueden, no se la pierda.


martes, octubre 14, 2014

UNA TERTULIA DE FÚTBOL EN EL INSTITUTO: @tertuespinillo

1.- El próximo día 16 de octubre comienza en el Instituto El Espinillo una tertulia dedicada al fútbol que se dará jueves alternos durante el recreo. A esta tertulia están invitados todos los alumnos del centro y su pretensión más elemental es que opinen y argumenten sobre los distintos equipos tanto en la liga como en eso que los viejos llamamos Copa de Europa. En fin y resumiendo, que hablen de fútbol.

2.- Pero enseguida alguien preocupado por la cultura podría clamar: ¿una tertulia de fútbol en un instituto? ¿Qué demonios puede pintar algo así en un centro dedicado a la educación y, al menos teóricamente, al desarrollo de la cultura? ¿Eso en un templo ilustrado?
No hay, sin duda, nada más hermoso que la pureza, salvo cuando, precisamente, se pretende algo más que sobrevivir en el mundo. O dicho de otro modo: la pureza es buena si uno solo quiere ser agua. Y nosotros queremos algo más.

3.- La pregunta entonces parece clara: ¿por qué vamos a intentar, pues el éxito de la empresa dependerá del alumnado, hacer una tertulia sobre futbol en un instituto?

4.- Existen, al menos, dos maneras de ser profesor.

La primera es la que podríamos denominar profesor aristócrata: aquel que considera que sus enseñanzas son tan elevadas que lo lógico es que sólo puedan seguirle un pequeño grupo de alumnos. Este profesor, que es como Platón pero en secundaria, tiene una frase típica: a mí con que me sigan unos pocos me vale. Lo que nunca sabremos es si estará dispuesto a cobrar su nómina de acuerdo al número de alumnos que efectivamente le entienden y, con coherencia, proporcionalmente a ellos. Al fin y al cabo, y ésta es la diferencia también con la grandeza de Platón, el aristócrata cada fin de mes se convierte en funcionario del estado democrático y de masas.

La segunda manera de ser profesor es lo que podríamos llamar el profesor democrático. Este no es aquel que cree que la escuela es un lugar de democracia donde alumnos y profesores tienen el mismo derecho a opinar y a gobernar el centro, esto sería el profesor demagogo, sino aquel que intenta que todo alumno sea capaz de llegar al conocimiento. Es aquél, en definitiva, que no selecciona al alumnado previamente con su explicación ni en su trabajo, sino que intenta que este abarque a todos los alumnos: y si no es así, sentirá que algo hace mal.  Tal vez actúe de esta manera, por qué no, porque él no es tan listo  ni tan sabio como el profesor aristócrata y sus clases probablemente tengan menos calidad y, sobre todo, profundidad. Aunque, eso sí, ambos hayan acabado en el mismo sitio: un instituto de secundaria de la periferia de Madrid.

5.- La tertulia futbolística en el recreo responde sin duda al segundo modelo: queremos que sea masiva. Pero también este modelo podría tener una trampa terrible. Efectivamente, la trampa podría ser que al final la tertulia sobre futbol sólo fuera una tertulia sobre futbol. Y aquí la cosa se complica porque de lo que estamos hablando no es sólo de la apariencia sino, sí yo también pedanteo, de la realidad. O diciéndolo en palabras normales y sin pretender demostrar que nosotros también en el fondo somos platónicos: la tertulia futbolística busca algo más que ser una tertulia futbolística.

¿Qué es ese algo más?

Lo que en realidad se pretende con la tertulia futbolística no es sólo que los alumnos y yo mismo hablemos de fútbol, cosa que por otro lado es uno de los objetivos básicos pues a mí que soy un simple me gusta el fútbol, sino que también aprendamos varias cosas.

6.- En primer lugar, queremos aprender a racionalizar los elementos del mundo. Efectivamente, el mundo exterior se puede recibir a través de la mediación de una reflexión sobre el mismo o bien a través de la identificación pura de la emoción. Sí conseguimos que los alumnos hablen sobre un tema que para ellos emotivamente es muy importante como el fútbol -pues su prioridad es ser de tal equipo- y tengan que argumentar su posición al respecto, lo que estamos intentando es que acojan un nuevo hábito: plantearse la reflexión sobre aquello que, hasta ese momento, no  era más que un vínculo emocional. O dicho de otro modo, lo que pretendemos es que los alumnos adquieran como natural que todo aquello que existe en la realidad sea reflexionado. Yo no solo soy del Madrid, o del Atleti o del Barça,  sino que explico y me explico.

7.- En segundo lugar, pretendemos que los alumnos ya no solamente adquieran el hábito de que hay que pensar sobre los objetos de fuera sino que vayan acostumbrándose a presentar estas reflexiones de forma pública. Una democracia sólo es posible con ciudadanos que no piensan ensimismados sino que meditan públicamente. De ahí, por ejemplo, que criticar las redes sociales porque permiten presentar la opinión de cualquiera nos parezca profundamente reaccionario. Una democracia lo es también porque sus ciudadanos opinan públicamente y no porque sean muy profundos solo en la intimidad.

8.- En tercer lugar, pretendemos que los alumnos no sólo aprendan a argumentar su opinión o a que conviertan en un hábito la mediación reflexiva con respecto al mundo sino que sean capaces no sólo de tolerar sino de reflexionar sobre las opiniones de los demás. Creemos que nuestro máximo éxito se daría cuando un alumno entre opinando una cosa y salga opinando otra distinta porque reconozca que hay buenas razones para haber cambiado de idea. Cuando, en definitiva, se distinga  el yo de las ideas defendidas.

9.- Y en cuarto lugar, y que no es sin duda la menos importante, viene la idea de que los alumnos sean capaces de distinguir entre un diálogo real, en el cual el intercambio de ideas es para conseguir tener ellos mismos una teoría mejor y más sofisticada o provocarla en sus compañeros con sus argumentos, frente a  la típica tertulia televisiva formada por periodistas cuyo máximo  mérito es el de ser forofos de un equipo o de un partido político. Así, frente a estas tertulias basura que pueblan la televisión y las radios, la tertulia que proponemos en nuestro instituto pretende ser un diálogo para el intercambio de ideas y no para las consignas ultras. Aquí reflexionamos, no animamos.

10.- El próximo día 16 de octubre la tertulia de fútbol de El Espinillo comienza su andadura. También sería injusto decir que la hacemos solos. Nos ayudan por supuesto los educadores de medio abierto, el departamento de orientación y especialmente nos ayuda la Asociación de Estudiantes del centro.
¿Se conseguirá lo que se pretende? No lo podremos empezar a saber hasta final de curso. Si yo fuera un profesor cursi diría que se trata de una aventura fascinante, pero intentó ser un profesor normal así que si la tertulia no funciona y no cumple sus objetivos diré que ha sido sólo otro fracaso.

y 11.- Terminaba Marx la undécima tesis sobre Feuerbach señalando que había llegado el momento en que los filósofos transformaran el mundo. Resultaría excesivamente pretencioso, aunque daría cuenta de nuestro impresionante conocimiento, terminar así este escrito. Sin embargo, no cabe duda de que detrás de esta idea late el hecho de intentar hacer algo más por la educación de nuestros alumnos. No es tanto como transformar el mundo pero, también es verdad, es más que explicar mal en clase algo que al cabo de media hora se olvida. Aunque un grupito nos siga o eso nos consuele creer.