martes, mayo 13, 2008

PIENSA EL CHIKI-CHIKI

La broma es ruptura del orden. En ella debe haber algo que fracture la expectativa cotidiana y la diaria realidad para que pueda considerarse como tal broma: que surja lo inesperado. Efectivamente, desde la broma más elemental, la flor en el ojal de la cual sale un chorro de agua cuando uno se acerca a percibir su aroma, hasta la más elaborada, y pedante, como La Gioconda con bigotes, la burla tiene ese sentido de subversión, ya inocente ya crítico. Por eso mismo el humor, ya lo hemos dicho aquí en otra ocasión, puede ser alegre, cuando resulta una apología de lo existente a través de la simpatía, o bien triste, cuando en su germen está la amargura ante el mundo. O diciéndolo de otro modo: los nazis bromeaban sin duda en los campos de exterminios ante la ducha de los judíos. Y seguramente con gracia.

Uno, el breikindance.
La presunta broma, e incluso crítica feroz a algo como se ha querido presentar, de la presencia del Sr. Chikilicuatre en Eurovisión es rápidamente desmontada por los hechos.
Primer hecho, Chikilicuatre es un producto de factoría, en concreto de una gran empresa de comunicación –cercana además a los actuales círculos de poder- que busca realizar con él una campaña de publicidad.
Segundo hecho, Chikilicuatre es un actor que por contrato, retengan esta palabra, solo puede hacer, retengan esta frase, de Chikilicuatre: friki profesional y a sueldo o el friki unidimensional.
Tercero, toda Europa manda ya a sus payasos a este festival: sus propios frikis profesionales.
Cuarto hecho, un programa de noche, el de Buenafuente, engrosa sus arcas publicitarias con la, ya lo saben y sin duda, feroz crítica: no sólo en el politono, feroz crítica de nuevo, sino en el anuncio de colonia o de coches para el intermedio.
Y quinto: ¿se quería ser crítico por parte de Buenafuente –ese feroz, y accionista, crítico del sistema-? Que hubieran enviado a la orquesta sinfónica nacional a interpretar el último movimiento de la novena de Beethoven y su oda a la alegría. Creo recordar es el himno de la Unión Europea y hubiera sido, ahora, más crítico y gracioso.

Dos, el crusaito
Friki procede de la palabra inglesa freak que se traduce por fenómeno. Pero este fenómeno no es algo positivo en su término sino que a su vez se refiere a lo monstruoso, a lo que escapa al orden racional: la mujer, y aquí no podemos poner y el hombre lo que demuestra nuestro machismo sin duda, barbuda, los siameses, el sorprendente tronco humano... Toda la Modernidad, y con más énfasis a partir del Romanticismo, tuvo fascinación por el monstruo y le presentó como lo humano que no podía desarrollarse. Los personajes literarios, y luego cinematográficos, surgidos incitaban a la compasión en su deseo de humanidad: el monstruo no quería serlo. Y en ese querer ser humano se descubría, al tiempo, la ausencia de una humanidad general en quienes reían, sin esa compasión, ante el fenómeno y le perseguían hasta la muerte. El monstruo éramos todos buscando nuestra humanidad aún no encontrada.

Tres, el maiquelyason
La conversión del monstruo en friki es la conversión de lo humano en una forma de ser. Efectivamente, la admisión simpática del friki y su éxito social guardan relación con la desaparición del discurso ilustrado sobre lo que es humano. No se trata ya de que el comportamiento del friki sea ridículo, que sin duda lo es, sino de la desaparición de ese discurso de ideal humano que mantuvo la Ilustración. Incluso la reflexión que ahora muchos lectores se están haciendo -¿y quién es este idiota para decir cómo debemos llevar nuestra vida?- es, paradójicamente, el triunfo definitivo de la apoteosis de la sociedad totalitaria pues parte del supuesto previo de que esto que tenemos es vida individual: un yo digno de vivirse. Efectivamente, la apoteosis de la forma de vida implica la creencia en una realidad donde el individuo se vive ya como tan pleno que encuentra su realización en la vida privada, en ese repugnante principio de la vida interior. Pero lo que no comprende es que esa misma vida prístina no es sino pura mercancía y que como tal lo único irremplazable en ella no es el contenido sino la propia estructura como mercancía no importando su nombre sino su producción y consumo. Así, el friki es un monstruo que se encuentra a gusto en su deformidad que le niega lo humano. Y así, a su vez, toda vida -la suya señor lector y la mía también- es friki.

Cuatro, el robocop
Kant apenas levantaba metro y medio del suelo. Cuentan que era cabezón, de pecho hundido. A su vez se dice que su mirada era fascinante. Nunca se casó y murió célibe. Era rutinario y metódico, especialmente en su vejez. En 1784, con sesenta años, publicó un artículo: Respuesta a la pregunta: ¿Qué es la Ilustración?. En él señalaba el lema de ese movimiento que pasó a convertirse en la esperanza de lo humano:
Sapere Aude! ¡Ten valor de servirte de tu propio entendimiento!

Han pasado algo más de doscientos años. Cada vez que en la pizarra de clase inició una numeración
uno,
dos,
tres,
cuatro,
comienza la risa callada. Y aparece en la conciencia el nuevo lema:
perrea, perrea.

7 comentarios:

odradek dijo...

en mis clases pasa exactamente lo mismo: no puedes enumerar sin escuchar el estribillo. Ahora bien, entre la parodia freak y el referente parodiado, me quedo con la parodia: los mismos chicos se lo toman como lo que es, una broma y una burla. Es mucho peor cuando sacan los móviles y escuchan con devoción ñoñas baladas con demasiados verbos acabados en infinitivo o declaraciones detestables de sexo edulcorado en la peor y más meliflua tópica del género. La broma, la parodia, la ironía abren una grieta a la duda, al menos.
o lo que es lo mismo: alguna esperanza es necesaria, sí.

En cuanto a las bromas de los nazis, bueno, no hay que ir muy lejos: aquí tenemos el "ya hemos pasao / decimos los facciosos..." o las chanzas de toda la tropa antes nacionalcatólica y ahora liberalcatólica asediando con todos los medios al alcance de su potente accionariado -que no son pocos- con su cabestrero sentido del humor cada vez más abiertamente naci.

Una de las bromas más negras de los campos de concentración dio nombre a uno de los grupos más nihilistas y efímeros -por suicidio- del postpunk de los '80: al barracón donde retenían a las mujeres destinadas a ser violadas por la alegre tropa se le llamaba ni más ni menos "la división de la alegría" -joy division-.


p.s.: nada has dicho de la huelga de la educación o simplemente del estado de nuestra educación y servicios sociales, para cuándo?

Enrique P. Mesa García dijo...

Lo de la huelga, ya va, ya va... Y perdone la tardanza.

Anónimo dijo...

Uno. Un reproche. Que largo lo fía usted para explicarse, Sr. Mesa. Ando agotado del trajinar diario (quien vea en el verbo trajinar alguna alusión propicia, amenazo con amargarle con mi día... no es para tanto, hay mucho de impostura...)y cuesta continuar la lectura de su, por otro lado, interesantísimo por demás texto argumentativo. Y sí, la culpa es mía por hacerlo a estas horas y no a otras, que anda que no podré escoger cuando hacerlo... Pero que me ponía a mí hacerle un reproche, oiga usted.
Dos. Estoy totalmete de acuerdo con usted. Aunque más bien el fenómeno Chikilicuatre me lo tomo no más que (¿o "de que" Sr. Garavís?)como un absurdo y una broma más de las que inundan nuestra realidad. ¿Desagradable? Sí. ¿Irritante? Sí. Pero por lo que tiene de ocupación de espacio del humor verdaderamente crítico y fértil para humanizar nuestro día a día (propongo como un posible paradigma de esto El Intermedio, también de la maléfica y detestable La Sexta, adlatere de los aledaños del pérfido y maligno poder), y no tanto por ser un mero negocio más de la productora de El Terrat y de su figura más visible Buenafuente (que sí, que cuando estos cachondos rojeras se ponen a ser empresarios son, eso, empresarios y explotan a los curritos de la productora; pero en fin, el ser de las cosas quizá es una reflexión para otro día o para cuando me inicie yo en esto de los blogs; mientras tanto ocupo espacios ajenos).
Tres. ¿Y el tiempo y energía que usted Sr. Mesa y yo hemos empleado en escribir nuestros textos no están dando la razón (dando razón, sin duda alguna)o afirmando el ser del fenomeno Chikilicuatre? Quizá a nuestro pesar, atrapados en esta aporía.
Y cuatro. Por todos los dioses, por Orticón y Plumbicón, un artículo sobre la huelga de la enseñanza... y seguro que extensísimo y sesudo por demás, como no puede ser de otra forma... Perrea perrea (y para qué más?)...

El Sanfe.

P.S.: y si cuando esto de la informática internetera me da la opción de elegir elijo la opción anónimo... ¿por qué firmo como El Sanfe? He de hacérmelo mirar.

Anónimo dijo...

Ahora que me fijo en el título de su artículo, "Piensa el Chiki-Chiki"... eh, vaya juego de doble sentido... usted es bueno sr. Mesa, pero que muy bueno. Si en el fondo, un poeta. De esa que usted dice que está muerta. Otra aporía. Madre mía, me siento atrapado... ¿Usted no?

El Sanfe.

P.S.: puñetera manía esta mía de reafirmar mi identidad. Ya saben, la eterna adolescencia.

Anónimo dijo...

Por cierto, disculpen que me estoy poniendo pesado, sí, pero olvidaba una curiosa aporía. Cómo quién se pone como paradigma del pensar de lo humano o al menos uno de los paradigmas, ¿me equivoco Sr. Mesa?, Kant, era incapaz él de "ser" humano. Sí, rutinario y metódico. Célibe. Pero era incapaz de llevar a cabo sus pulsiones de "ser humano" (que tenerlas las tenía, como no podía ser de otro modo) según lo natural humano. Hacía a alguna sirviente descubrirse los pechos delante de él en su estudio de trabajao y se masturbaba. ¿Menos aberrante que haberla simplemente tomado, cual posesión, y haber usado de ella?¿Dónde, cuál "es" la naturaleza de lo humano?

El Sanfe.

Enrique P. Mesa García dijo...

D. El Sanfe: sólo una pregunta. ¿Qué pruebas puede usted sacar sobre la supuesta historia que cuenta sobre Kant? Igual es usted Lidia Lozano y se inventa cotilleos. Y si no, por favor, le rogaría que me dijera sus fuentes y pruebas pues está usted hablando de una persona fallecida que no puede defenderse.

Anónimo dijo...

D. Enrique, le pido disculpas pues es cierto lo que usted me apunta acerca de las pruebas científicas o documentales sobre la historia del comportamiento que narro de Inmanuel Kant. No las tengo. No cuento con ellas. Pero puede usted imaginar que no me la he inventado. A tanto no llego, ya sabe, simpleza... ¿o simplicidad? ¿cuál me otorgaría usted?
La escuché de viva voz de mi profesora de Filosofía de 3º de carrera. No se alarme. Aquella brillante, aunque inquietante y terrible profesora por otros motivos, no se dedicaba a ser Lidia Lozano en el tiempo de clase. Sus clases eran puro aparecer del pensar, pura manifestación de pensamiento. Ilustración. Aunque, que curioso, ella se declara anti-ilustrada. No de esta forma tan esquemática como lo expreso yo. Pero por ahí va la idea. Fui regalado con su amistad más allá del aula. Y en una de las múltiples conversaciones de café, no recuerdo el contexto (me refiero que no recuerdo dentro de que argumentación o dentro de qué ovillo de pensamiento) se refiririó a dicha historia. No le pregunté la fuente documental de la que ella la tomó. Hay veces que a las personas les(os) concedo el crédito, la confianza y la credibilidad.
Desde entonces siempre la recuerdo cuando pienso en "lo humano". En sus límites y su alcance. En su ser. En su ser "Ser humano". No como dato, claro, sino como quizá indicio. A lo mejor para usted la perversión resulta ser el no usar exclusivamente datos dentro del pensar. A lo mejor para usted los límites del conocer y del pensar no corresponden con los míos. Lo que usted llama Ilustración. Intuyo por ahí van los tiros.
y me da a mi esa impresión porque cómo es el lenguaje que a veces nos juega malas pasadas o nos la juega involuntariamente, ¿eh?. Léase Sr. Mesa "pues está usted hablando de una persona fallecida que no puede defenderse." DEFENDERSE. Luego mis palabras son un ataque. Un insulto. Un menosprecio. Un hacer de menos. ¿A Kant? ¿A la Ilustración?... ¿Sí?

El Sanfe.