viernes, julio 04, 2008

MALA PERSONA

Yo, personalmente, no soy buena persona. No recuerdo, ahora que lo pienso, haberlo sido nunca. Por lo tanto la solidaridad humana siempre me ha sido un poco ajena. Mi carácter empático, así sin más, está bajo mínimos.

Ayer, el ejército colombiano liberó, esa es la palabra, a la Sra. Betancourt de manos de unos delincuentes, esa es también la palabra. Estos delincuentes, sin embargo, prefieren definirse como guerrilla como si el hecho de ser guerrilla ya les diera la razón. Pero uno, que no tiene esa capacidad de empatizar y al que doscientas imágenes de los profundos ojos del Che le traen al fresco, le da igual. Son delincuentes. Y por lo tanto, entre un gobierno con el que uno no está de acuerdo, y al que considera también culpable de las pésimas condiciones sociales de la población colombiana, y una gentuza sin paliativos uno debe escoger en este caso al primero. Así que se alegra por la Sra. Betancourt y el resto de secuestrados que han sido liberados por la acción policial.

Sin embargo, la –autoproclamada- izquierda radical y antisistema española -por cierto: ¿se han fijado que en la página de la chachiguayymuydeizquierdas la haine todos los países tiene nombre menos España?-, ya ha mostrado su perspicacia habitual. Y uno se los imagina, pero no a todos pues hay que ser justos, entre cañas de cerveza discutiendo lo expuesto en sus artículos. Y confesándose luego a sí mismos que mientras siga la injusticia nunca podrán dormir tranquilos para, después, irse a descansar. Y tal vez con la risa floja de algún porro. Porque son muy, pero que muy radicales.

Este mismo año, tras suspender a un alumno, de forma totalmente justa, en un curso de bachillerato una profesora reconocía el día siguiente, a todo aquel que la quisiera escuchar, que ante el drama no había podido pegar ojo en toda la noche. Buena persona.

Pero al enterarme de dichas palabras yo añadí que como se enterara de que había niños que morían cada día de hambre no iba a poder dormir el resto de su vida. Así que mejor ocultárselo. Y propuse un pacto de silencio.
No ver, no oir y, sobre todo, no pensar.

6 comentarios:

Anónimo dijo...

Estimado señor Mesa: Acabo de ver al enorme Fernando Saváter hablando en la tele sobre el manifiesto aquel para defender al castellano (perdón, al español!) de la discriminación sistemática a la que es sometido por las lenguas (y sus respectivos dialectos) separatistas y antiespañolas etc etc... y decía el hombre que el manifiesto lo han firmado gente tan importante e influyente como Vargas Llosa, Iker Casillas, Ángel Nieto y él mismo (entre otros, claro, que un manifiesto firmado sólo por cuatro personas no sería tan impactante)

Así que he querido ser el primero en agradecerle (a pesar de que Saváter le haya dejado inexplicablemente a usted fuera de esa terna de pensadores que encabezan el manifiesto) que nos ilustre en este blog con las nuevas tendencias ideológicas de la élite intelectual de nuestro país: España.

Un saludo y mucho ánimo para continuar con esta insigne labor.

Un Oyente de Federico dijo...

Estimado Don Matías Prat.
El manifiesto, no pretende defender el castellano/español. Este idioma no necesita defensa es el 3º más hablado del mundo y lo seguiría siendo, aunque en España se hablara únicamente el wolof.

El manifiesto que hemos firmado, defiende a las personas.
Defiende el derecho y la libertad de las personas que son perseguidas y represaliadas por ejercer su derecho a hablar español en España.

Fernando Fuentes dijo...

Querida Mala Persona, debo darle las gracias por haberme descubierto "la haine". Que aunque se acerca más a mi ideario que los muchachos de "hazte oir" me parece igual de geniales que estos últimos. Estoy seguro que me daran sobrados motivos de chanzas y jolgorio con su perspectiva tan "De Verdad" de la actualidad.

P.D.: Aunque normalmente no suelo estar de acuerdo con lo que usted escribe por lo menos sus reflexiones y sus ideas me hacen pensar. No así otros elementos, tanto de izquierdas como de derechas que se encuentran por la red.

odradek dijo...

qué tontuna con los bienintencionados chavalitos altermndistas. la haine es lo que es y no todo en ello es tan chungo, despreciable ni risible.
no sé qué hay en esta izquierda muy ilustrada del señorito mesa que no puede parar de reírse de estos chicos.
ellos piensan, tienen sus cosas pero es evidente que piensan.
no sé que les hace más risibles que a los hooligans del pseudoliberalismo pseudocatólico y postfascista que tanto han aumentado en el último lustro y que arrastran dogmas tan ridículos -en tanto dogmas- y un gregarismo aún mayor que el de los de la haine y otros altermundistas.

en fin, señor reserva espiritual de europa, cumbre del marxismo ultraortodoxo y paladín de la única cultura que es cultura melancólica y postkantianamente: que pase usted un buen verano.

p.s.. y para el próximo curso, qu´tal un poco de spinoza y postestructuralismo? también estaría bien entrarle al buenismo, el raciovitalismo y cosas así.

Anónimo dijo...

Don EP, muy bien, muy bonito su texto, muy del oeste, muy ilustrativo de lo duro que es usted. Ya me lo imagino con el sombrero de vaquero, con el cigarrillo colgando de la comisura de los labios y esa media sonrisa que tanto le gusta.

Pero el de Colombia no es un gobierno cualquiera. Me siento insultado de hecho, si usted se atreve a comparar el gobierno de Colombia, ilegítimo a todas luces, con el de España. Quizás los de la guerrilla sean delincuentes, pero lo son de un país sin ley, y donde no hay ley, salvo la del más fuerte, no hay delito.

Los asesinatos de sindicalistas -por los escuadrones de la muerte, claro, claro- son constantes y regulares, la gente no vota (54 por ciento de abstención en las presidenciales), los derechos humanos son ciencia ficción...

Haga el favor de no comparar y de no poner en igualdad de condiciones a un gobierno del que lo mejor que se puede decir es que no gobierna -salvo contra algunos- con gobiernos democráticos.

Anónimo dijo...

Oiga y entre un grupo terrorista y un tipejo como Uribe que ha masacrado a 10.000 indígenas usted con quien se queda?

Aníbal