Podríamos definir la Razón Instrumental como una modalidad del pensamiento que prioriza la utilidad de las acciones y el uso de objetos de acuerdo a un proceso de medio-fin. Es decir: que hay cosas que se utilizan como medio para conseguir un fin, una meta, y que lo importante es esa meta sobre el medio interpuesto. La cuestión de la razón instrumental es pues un pensamiento pragmático en el cual lo fundamental es el criterio de utilidad: lo importante de algo es para qué sirve. Así, por ejemplo, si yo quiero clavar clavos utilizaré de acuerdo a la razón instrumental un medio, el martillo, para conseguir un fin que es lograr un objetivo. Pero si ahora no quiero clavar clavos el martillo será inútil. Si quiero comer sopa, el fin, utilizaré la cuchara, el medio. Pero no me servirá para comer filetes y la desecharé cuando ocurra esto. Así, la razón instrumental se une a la técnica y podríamos decir es su razón, y por ello, es también razón humana y resultaría ingenuo, y reaccionario, denigrarla como un modo de razonar menor. No lo es en absoluto y en ella hay también progreso y emancipación como lo hay en la propia técnica.
Sin embargo, la razón instrumental, como tal modo de razonar, posee, como todo, peligro. En este caso, el peligro fundamental es doble: por un lado, la razón instrumental objetiviza las realidades con las que trata independientemente de su categoría real: las convierte siempre en objetos, en instrumentos para algo. Por ejemplo, me daría igual, de acuerda a la idea de utilidad, estar en mi oficina bancaria ante un cajero humano o uno automático si lo que busco es sacar dinero: y tendría razón de acuerdo a la finalidad allí buscada. La razón instrumental todo lo objetiviza y esa es su fuerza en la utilidad pero su, primer, peligro en el discurso social pues así el cajero automático y el humano se igualan ya no sólo en su función laboral concreta sino en su realidad social: su medida social y real exclusiva es su rentabilidad económica. En segundo lugar, la razón instrumental es una razón ya caída en la falacia naturalista: en ella se identifica el ser con el deber ser. O diciéndolo de otro modo más comprensible, y tal vez por ello más cierto, la razón instrumental tiene una limitación conceptual grave: la aceptación acrítica de la realidad tal cual es. Efectivamente, la razón instrumental da por sentado el concepto de totalidad actual como algo ya definitivo y sin posibilidad de juicio y por ello lo que es útil o provechoso no viene sólo de la autonomía de los individuos y su proyecto o de la propia racionalidad sino, a su vez, de las condiciones que ha impuesto esa misma realidad a los seres humanos. Es decir: los intereses de los individuos no son sólo de tales individuos, esa tontería del yo hago lo que quiero, sino que están lógicamente mediados y casi siempre dominados por la propia realidad social en la que viven. Sin ir más lejos, si mis alumnos dudan entre estudiar ciencias o humanidades, lo cual, por cierto es una dicotomía falsa pues la ciencia es humanidades, acabarán, si siguen la razón instrumental, estudiando ciencias pues es lo útil. Pero, ¿lo útil para qué? Pues lo útil para el sistema económico que lo ha decidido así al identificar ciencia con tecnología productiva y al identificar esta con rentabilidad económica. Así, en la razón instrumental el sujeto pierde su autonomía y por ello al emplearla debemos limitarla solo a ciertos aspectos de la realidad y supeditada a fines racionales no instrumentales (en el caso de los alumnos, por ejemplo, qué deseo realmente hacer y qué seria lo justo o lo bueno). No se trata de hacer a la razón instrumental, por tanto, una crítica ontológica total y por ello reaccionaria, como la que hace Heidegger, sino una crítica de acuerdo a finalidades de emancipación humana: la razón instrumental no puede generar discursos emancipatorios en política. Su uso debe, pues, ser moderado.
¿Pero a qué viene todo este rollo? ¿Recuperando apuntes para el próximo curso? ¿Demostrando otra vez, y cuántas van, lo listo que nos creemos? No, sino a un tema muy interesante: la inmigración. Si ustedes recuerdan los argumentos a favor de la llegada masiva de inmigrantes durante los últimos años se dividieron en dos bloques: la necesidad de la economía española de mano de obra y el superávit de la Seguridad Social con su filiación. Así, la idea clave era que los inmigrantes eran necesarios como útiles de desarrollo económico. Efectivamente, en una economía básicamente planificada de acuerdo a dos sectores productivos sin necesidad de cualificación en sus empleos mayoritarios, los servicios y la construcción, la llegada masiva de mano de obra barata fue una bendición para la productividad. Y fue cierto que resultaron útiles: puras mercancías. E incluso los más progres se volvieron multiculturales y alabaron los grandes desarrollos culturales que la inmigración traía –ya se sabe que es lo bueno de la gente que tiene que emigrar: suelen ser los sectores más cultos de la sociedad-. Y así el pensamiento realizó una auténtica demostración de razón instrumental: era interesante, era útil, que hubiera inmigrantes.
Pero, ¿y ahora? Ahora hay crisis, bueno: desaceleración, y los inmigrantes sobran. Y de acuerdo a la razón instrumental habría que, lógicamente, expulsarles. De hecho, y es coherente, los mismos que nos explicaron sus ventajas ahora les piden que se vayan a su …. país. Es razón instrumental y quienes ahora se escandalizan solo demuestran su incoherencia: si era bueno que estuvieran porque era útil, cuando son inútiles es lógico que se les quite. Es lo que tienen los instrumentos. Aunque siempre hay esperanzas para ellos. Así, la crítica parcial y de gestión al capitalismo demuestra su obsolescencia: no sirve para enfrentarse a su realidad. Y es que ya lo decía Marx: ser radical es atacar los problemas por su raíz (y añado yo: y no ser un folclórico).
Y, ya por último, -¿ha llegado hasta aquí?-, aunque no me puedo preparar todas las clases del año que viene porque todavía no sé lo que voy a dar –de eso hablaremos otro día- seguro daré 1º de bachillerato. Y hay nuevo currículo con la LOE. Y de Filosofía han quitado Metafísica- ¿fundamento último?, a quién le interesará eso- y le han puesto nuevo nombre: Filosofía y Ciudadanía. Pero está claro que esto –seguro, seguro, seguro- no tiene nada que ver con lo anterior. Así que ni sé en realidad para qué lo pongo.
Sin embargo, la razón instrumental, como tal modo de razonar, posee, como todo, peligro. En este caso, el peligro fundamental es doble: por un lado, la razón instrumental objetiviza las realidades con las que trata independientemente de su categoría real: las convierte siempre en objetos, en instrumentos para algo. Por ejemplo, me daría igual, de acuerda a la idea de utilidad, estar en mi oficina bancaria ante un cajero humano o uno automático si lo que busco es sacar dinero: y tendría razón de acuerdo a la finalidad allí buscada. La razón instrumental todo lo objetiviza y esa es su fuerza en la utilidad pero su, primer, peligro en el discurso social pues así el cajero automático y el humano se igualan ya no sólo en su función laboral concreta sino en su realidad social: su medida social y real exclusiva es su rentabilidad económica. En segundo lugar, la razón instrumental es una razón ya caída en la falacia naturalista: en ella se identifica el ser con el deber ser. O diciéndolo de otro modo más comprensible, y tal vez por ello más cierto, la razón instrumental tiene una limitación conceptual grave: la aceptación acrítica de la realidad tal cual es. Efectivamente, la razón instrumental da por sentado el concepto de totalidad actual como algo ya definitivo y sin posibilidad de juicio y por ello lo que es útil o provechoso no viene sólo de la autonomía de los individuos y su proyecto o de la propia racionalidad sino, a su vez, de las condiciones que ha impuesto esa misma realidad a los seres humanos. Es decir: los intereses de los individuos no son sólo de tales individuos, esa tontería del yo hago lo que quiero, sino que están lógicamente mediados y casi siempre dominados por la propia realidad social en la que viven. Sin ir más lejos, si mis alumnos dudan entre estudiar ciencias o humanidades, lo cual, por cierto es una dicotomía falsa pues la ciencia es humanidades, acabarán, si siguen la razón instrumental, estudiando ciencias pues es lo útil. Pero, ¿lo útil para qué? Pues lo útil para el sistema económico que lo ha decidido así al identificar ciencia con tecnología productiva y al identificar esta con rentabilidad económica. Así, en la razón instrumental el sujeto pierde su autonomía y por ello al emplearla debemos limitarla solo a ciertos aspectos de la realidad y supeditada a fines racionales no instrumentales (en el caso de los alumnos, por ejemplo, qué deseo realmente hacer y qué seria lo justo o lo bueno). No se trata de hacer a la razón instrumental, por tanto, una crítica ontológica total y por ello reaccionaria, como la que hace Heidegger, sino una crítica de acuerdo a finalidades de emancipación humana: la razón instrumental no puede generar discursos emancipatorios en política. Su uso debe, pues, ser moderado.
¿Pero a qué viene todo este rollo? ¿Recuperando apuntes para el próximo curso? ¿Demostrando otra vez, y cuántas van, lo listo que nos creemos? No, sino a un tema muy interesante: la inmigración. Si ustedes recuerdan los argumentos a favor de la llegada masiva de inmigrantes durante los últimos años se dividieron en dos bloques: la necesidad de la economía española de mano de obra y el superávit de la Seguridad Social con su filiación. Así, la idea clave era que los inmigrantes eran necesarios como útiles de desarrollo económico. Efectivamente, en una economía básicamente planificada de acuerdo a dos sectores productivos sin necesidad de cualificación en sus empleos mayoritarios, los servicios y la construcción, la llegada masiva de mano de obra barata fue una bendición para la productividad. Y fue cierto que resultaron útiles: puras mercancías. E incluso los más progres se volvieron multiculturales y alabaron los grandes desarrollos culturales que la inmigración traía –ya se sabe que es lo bueno de la gente que tiene que emigrar: suelen ser los sectores más cultos de la sociedad-. Y así el pensamiento realizó una auténtica demostración de razón instrumental: era interesante, era útil, que hubiera inmigrantes.
Pero, ¿y ahora? Ahora hay crisis, bueno: desaceleración, y los inmigrantes sobran. Y de acuerdo a la razón instrumental habría que, lógicamente, expulsarles. De hecho, y es coherente, los mismos que nos explicaron sus ventajas ahora les piden que se vayan a su …. país. Es razón instrumental y quienes ahora se escandalizan solo demuestran su incoherencia: si era bueno que estuvieran porque era útil, cuando son inútiles es lógico que se les quite. Es lo que tienen los instrumentos. Aunque siempre hay esperanzas para ellos. Así, la crítica parcial y de gestión al capitalismo demuestra su obsolescencia: no sirve para enfrentarse a su realidad. Y es que ya lo decía Marx: ser radical es atacar los problemas por su raíz (y añado yo: y no ser un folclórico).
Y, ya por último, -¿ha llegado hasta aquí?-, aunque no me puedo preparar todas las clases del año que viene porque todavía no sé lo que voy a dar –de eso hablaremos otro día- seguro daré 1º de bachillerato. Y hay nuevo currículo con la LOE. Y de Filosofía han quitado Metafísica- ¿fundamento último?, a quién le interesará eso- y le han puesto nuevo nombre: Filosofía y Ciudadanía. Pero está claro que esto –seguro, seguro, seguro- no tiene nada que ver con lo anterior. Así que ni sé en realidad para qué lo pongo.
19 comentarios:
Si fuera Ud a un restaurante en Filipinas vería como utilizan la cuchara para cortar el filete. Los españoles no les permitían tener cuchillos.
Y si viera Ud. lo que una máquina cualquiera puede dar de sí, mediando el ingenio cubano ¿se acuerda de las quitanieves que les envío la URSS?. No cambiaría su razonamiento, pero podría añadir algún “excepto…”
Recuerdo la murga que nos daba la progresía con lo de la “planificación familiar”. La liberación y la realización como individuo de la mujer, pasaba por no tener hijos.
Y si se tenían, lo progesista, lo tope de progresista, era que el macho se quedara en casa y lo criara. Pero si esto no se podía, lo siguiente más guai, era pagar a otra mujer para que lo cuidara, mientras la madre iba a realizarse como individuo, remallando ojales durante 8 horas (o más) en los talleres de Induico. Y asi poder pagar a la mujer que se quedaba diariamente en su casa para cuidar a su hijo.
Pero llegaron los inmigrantes y nadie les habló a ellos de “Planificación familiar”.
Y los mismos progres que nos apostolaron entonces, ahora nos regañaban y nos culpaban de libertinos por no habernos dado cuenta de que con nuestra irresponsabilidad habíamos invertido la pir;amide demográfica.
Debíamos de agradecer a los inmigrantes, que ellos tuvieran los hijos que nosotros —por estar más dedicados al vicio de emanciparnos— no quisimos tener.
Ellos eran los auténticos proletarios, los que generarían la prole que el capital necesitaba para obtener plusvalías, el rey para rellenar su ejército y los sindicatos para cobrar subvenciones.
Por tanto, ellos eran los merecedores de las prestaciones sociales.
El izquierdaunidista descubrió que el también podía tener chacha, una compañera ecuatoroiana para que le lavara, planchara y le limpiara el adosado de Rivas, sin declarar y sin pagar seguridad social sobre todo por su bien, para que así la compañera ecuatoriana pudiera cobrar también el salario de integración que da la Comunidad de Madrid.
También el izquierdaunidista quiso legalizar la prostitución, porque se percató de que ya no era su mujer, su hermana o su hija la que se tenía que prostituir. Eran las mujeres, las hermanas y las hijas de otros. El podía ser ahora el señorito.
¿Que va a pasar con nuestras proles, nuestros soldados, nuestras chachas y nuestras putas, si tienen que irse los inmigrantes?
A lo mejor, bastaría para ganar tiempo, que de momento el Dr. Montes atendiera en urgencias a unos pocos.
Y mientras vamos viendo como va de acelerada la desaceleración.
hola camarada solo quisiera saber si el texto de sobre La razon instrumental usted lo elaboro gracias!
Sí, D. Pedro, es mío. Todos los artículos que aperecen en este blog, salvo indicación expresa al contrario, son de mi autoría.
Atendiendo a tu artículo que se me hace interesante y a la vez muy sencillo, claro está, que un buen filósofo se destaca por la riqueza de sus categorías utilizadas e inventadas, que muchas de las veces no es otra cosa más que una repetición de conceptos de filósofos antiguos, eso como un comentario personal.
hay que tener encuenta que la razón instrumental no cuestiona los fines, por ello es, es ciega o mutilada. Ahora, cuando ocupa el lugar que le corresponde, se integra con otras formas de razón, pero cuando se transforma en mito, pretende trasnformarse en "Razón única" al servicio de aquellos que detentan el poder, para ejercer despótica y autoritariamente, es decir, todo lo somete. Quien en el ejercicio de la razón busca el procedimiento eficaz, la máxima rentabilidad y utilidad, por encima del placer del puro conocimiento revela su afán de dominio. Y que mejor ejemplo que el positivismo y el pragmatismo, puesto que utilizan a la Razón como mero instrumento de dominio. con estos movimientos todo se derrumba.
te recomiendo que leas a Jürgen Habermas "El Discurso filosófico de la modernidad".
y a Max Horkheimer y T. Adorno "En el camino hacia la ciencia los hombres renuncian al sentido", Dialéctica de la Ilustración.
Tu artículo es bueno, como lo mencioné anteriormente, pero hace falta que profundices más.
gracias por la información, muy buen texto.
Interesante y bien formulada su definición profesor, necesitamos más textos así... no creo que no hayas leído a Horkheimer ni a Habermass.... me cansan los leídos que a los otros les recetan su saber.
Hola. Excelente articulo, sin embargo ha ud. omitido una bibliografia basica de referencia para quienes quieran profundizar en el tema.
Att. S. Lerin.
me podria esplicar si los filosofos grecoromanos utilizaron este pensamiento en para llevar acabo su forma de vida
D. Anónimo: la respuesta es no la usaron. la filosofía griega es de una clase ociosa que no necesitaba plantearse la utilidad -que eran los esclavos-. Es to se ve muy bien en como la ciencia griega carece prácticamente de relación con la tecnología.
Le felicito, sus artículos son muy buenos y muy ilustrativos.
En verdad le agradezco, me ayuda mucho y en especial me hace razonar más.
Estoy adorando mas la filosofía cada día. ♪♫ Jasón
Posdata:Saludos desde Colombia.
"Lo que sabemos es una gota de agua;lo que ignoramos es el océano"
[Isaac Newton]
Pues muchas gracias por su consideración. Y ya sabe, esta es su casa.
Hola soy un estudiante de 2 de bachillerato y me ha parecido muy interesante (muy kantiano) su artículo, pero me viene a la cabeza una duda. Eso de tratar a los individuos como fines en si mismos y no mediante al razón instrumental es muy bonito desde el punto de vista moral, pero a nivel político me parece que debe hacerse uso de la razón instrumental, pues si uno hace lo correcto en vez de lo conveniente puede ser contraprodlucente. Por ejemplo la ley del hijo único en China es muy reprobable desde el punto de vista moral, pero si no se hubiera hecho probablemente (según indican los estudios) el atraso económico y social chino sería muchísimo mayor.
A nivel individual me parece bien pero cuando no atender a las consecuencias sino solo a la moralidad de la acción cuando se decide por otros me parece terrible.
Ohhh!!!....y me había perdido algo tan interesante.
La utilidad no ha de ser el motor, la razón, el origen que lleve a desarrollar un proceso.
La mente humana es bastante limitada (a mi me lo parece), de modo que intentar dar valor solo a partir de la utilidad es restringir mucho. Nunca vamos a ser capaces de imaginar todas las posibles "utilidades", de modo que estaríamos siempre perdiendo opciones...tampoco me preocupa demasiado, no me interesa concebir el mundo solo como "tornillos"...
De este modo, recurrir a esa razón instrumental solo pretende justificar una versión actualizada de la "esclavitud"...solo somos mano de obra, más allá de eso nuestra vida no es útil...seamos sinceros, si se pudiera prescindir del "humano" una vez que sobrepasa su edad útil de trabajo se haría...los jubilados solo son una carga para el sistema...Y lo curioso es que si actuamos de este modo estamos replicando el modelo natural, sobrevive si puedes mientras eres útil...después solo te aguarda la muerte...Poco habríamos progresado entonces...
Pero más allá de este ámbito de aplicación, también lo hago extensible al de la Ciencia, y mi concepción de la necesidad de un Ciencia Básica, una investigación que no se base en la búsqueda por motivos de esa Razón Instrumental...cuánta información se perdería si solo se lleva a la práctica una investigación basada en la utilidad directa e inmediata...nunca se sabe el valor final, la información, la vida, son útiles e importantes por si mismas, sin necesidad de encontrarles una aplicación...
:)
Interesante articulo,sin embargo,me gustaría q haga un articulo 'los docentes como intelectuales transformadores'.
Interesante articulo,sin embargo,me gustaría q haga un articulo sobre 'los docentes como intelectuales transformadores'.
se puede tomar a la razon instrumental como caracter instrumental?
Hola profesor podría por favor publicar la bibliografía del artículo, me interesa profundizar en ella. Muchas gracias de antemano!
Hola me podrías dar un ejemplo de racionalidad instrumental en la vida cotidiana
Publicar un comentario