Es una vida dura. Uno entró en la lista electoral del partido por callarse y asentir lo que decía el jefe, por no tener una sola idea propia. Uno empezó desde abajo, tal vez desde algún ayuntamiento, y fue subiendo poco a poco sin que se oyera nunca su voz. Uno consiguió, por fin, escalar puestos: tal vez el primer año fuera de la oportunidad; luego, más cerca; al final, entró en el congreso.
Y uno se levanta cada mañana sabiendo que no va a decir nada. Y que en cinco años, o tal vez en uno, en el Parlamento nadie ha oído su voz y ni tan siquiera una sola idea suya. Porque además, cada cierto tiempo recibe un dossier con aquello que debe decir ante sus amistades o sus familias. Y vota siempre lo que le dicen. Y piensa siempre como el resto. Y cuando va a un mitin a uno le dicen cuándo aplaudir
una,
dos
y tres
plas, plas, plas
Y lo hace tan bien que le sientan de cara al público. Y agita su bandera. Y grita: ¡presidente!, ¡presidente!. Con otras voces.
Y ya han pasado cinco años. O solo lleva uno. Tal vez, nueve. O más. Y hoy, debate sobre el estado de la nación. Y ya le han dicho lo importante:
a uno,
a dos,
y a tres
plas, plas, plas.
Cuándo a uno le toca aplaudir cuando le digan y abuchear cuando se lo indiquen.
Y no como esos, sí tú intelectual de mierda, que viven en su torre de marfil.
Y todo, todo, por el compromiso político.
Y uno se levanta cada mañana sabiendo que no va a decir nada. Y que en cinco años, o tal vez en uno, en el Parlamento nadie ha oído su voz y ni tan siquiera una sola idea suya. Porque además, cada cierto tiempo recibe un dossier con aquello que debe decir ante sus amistades o sus familias. Y vota siempre lo que le dicen. Y piensa siempre como el resto. Y cuando va a un mitin a uno le dicen cuándo aplaudir
una,
dos
y tres
plas, plas, plas
Y lo hace tan bien que le sientan de cara al público. Y agita su bandera. Y grita: ¡presidente!, ¡presidente!. Con otras voces.
Y ya han pasado cinco años. O solo lleva uno. Tal vez, nueve. O más. Y hoy, debate sobre el estado de la nación. Y ya le han dicho lo importante:
a uno,
a dos,
y a tres
plas, plas, plas.
Cuándo a uno le toca aplaudir cuando le digan y abuchear cuando se lo indiquen.
Y no como esos, sí tú intelectual de mierda, que viven en su torre de marfil.
Y todo, todo, por el compromiso político.
3 comentarios:
Parece una profesión rentable.
Podrían crear un módulo de Formación Profesional.
Asi los chavales pudiendo hacer el módulo de vago oficialmente, no abandonarían los estudios.
Esta medida reduciría muchísimo el indice de fracaso escolar.
En vez de darles un ordenador portatil, se les daría una Wi.
Co esto en el próximo Informe PISA, triunfamos, les vamos a dar la pasada a finlandeses y coreanos.
Que lastima.
No pensaba, don EP, que tuviera que decir esto en su blog nunca, pero esta entrada es muestra de la más una profunda ignorancia, de la más profunda injusticia, y de la más profunda maldad, de la más profunda soberbia, y además, está atravesada por todos y cada uno de los prejuicios que circulan sobre la política. Se ha lucido usted.
Ya están ustedes al tanto de los últimos escándalos de los Member of parliament Británicos?
Para quedarse con la boca abierta.
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