Freud defendía que en los lapsus del lenguaje, cuando se decían ciertas cosas que no se querían decir, emergía el inconsciente. Siempre creí que era un error pues alguna vez, no todas, el lenguaje no traiciona sino que desvela aquellas ideas que conscientemente se defienden. O sea, estoy más cerca de la ideología marxista, en cuanto a ideas que buscan esconder el dominio social, que de oscuros recovecos psicoanalíticos nunca demostrados.
Ellas están en el Círculo de Bellas Artes. Y Pajín y González-Sinde tienen además -porqué no decirlo: encima- que hablar. Y la ministra de cultura habla defendiendo los intereses de la élite social que la apoya a ella misma como élite social. Y es como si la ideología del viejo Marx fuera actual: pero es que aún lo es a veces. Y señala nustra ministra, por ello, que es antipatriótico -¿ha habido algún gobierno, exceptuando los de la dictadura, que haya utilizado más este argumento?- meterse con la industria de la cultura española.
Antipatriótico: ¡¡¡Arriba España!!!
Y añade: insultar a los creadores puede bastar para que un librero venda menos libros esta tarde o para que un teatro, una sala de conciertos o un cine vea disminuida su taquilla esta semana.
Y demuestra así, no por lapsus sino por ignorancia para callar, cuál es su idea de cultura: beneficio económico. Y al servicio de que industria está.
Ellas están en el Círculo de Bellas Artes. Y Pajín y González-Sinde tienen además -porqué no decirlo: encima- que hablar. Y la ministra de cultura habla defendiendo los intereses de la élite social que la apoya a ella misma como élite social. Y es como si la ideología del viejo Marx fuera actual: pero es que aún lo es a veces. Y señala nustra ministra, por ello, que es antipatriótico -¿ha habido algún gobierno, exceptuando los de la dictadura, que haya utilizado más este argumento?- meterse con la industria de la cultura española.
Antipatriótico: ¡¡¡Arriba España!!!
Y añade: insultar a los creadores puede bastar para que un librero venda menos libros esta tarde o para que un teatro, una sala de conciertos o un cine vea disminuida su taquilla esta semana.
Y demuestra así, no por lapsus sino por ignorancia para callar, cuál es su idea de cultura: beneficio económico. Y al servicio de que industria está.
2 comentarios:
no es ni pensamiento ni fundamentación ni otra cosa que puro argumentario: a los del pp hay que atizarles con lo del antipatriotismo y al resto soltarles el argumento populista del empleo. a estas alturas ya nadie discute que la cultura sea otra cosa que una de las ramas de la industria del entretenimiento. bueno, salvo algunos profesores chiflados -generalmente marxistas y altermundistas- que convendría insultar y psiquiatrizar.
¡¡¡Arriba!!! Don EP, ¡¡¡Siempre Arriba!!!
No encuentro contradicción en las palabras de la Ministro en la checa de Bellas Artes, a las que Ud. se refiere. Dependería a que “cultura” se refiere si es al “cultivo agrícola” o al “cultivo del espíritu”.
Más que contradictorias, me parecen insensatas y denotan o ignorancia o maldad, impropias de una ministro de todas las Españas.
Si a la cultura que se refiere la Ministro, es a la suma de expresiones, husos y costumbres que una sociedad se da para su progreso (Folclore); ahí no hay contradicción al hablar de “industria de la cultura”, el mercado, el comercio y el beneficio económico siempre ha formado parte de esta.
La ignorancia o la maldad de la ministra es cuando habla de “creadores” queriendo hacernos pasar —colacarnos—, artesanos por artistas y vendiendo la mas pura morralla vollkish, la misma que mete en las escuelas, como ilustración y así justifica las subvenciones a los artesanos industriales pero que no tienen que devolver ni rentabilizar porque los disfraza de artistas, y ya se sabe que los “artistas” no tienen que ser rentables económicamente (pero si electoralmente).
A los 160.000.000 de euros dados a los sindicatos, le podemos sumar los 83.000.000 regalados a los artesanos del cine. Estas cantidades, sumadas al costo del desmantelamiento publicitario de TVE para trasvasarlo a “La Secta TV” van dándonos el coste real de la campaña electoral del PSOE.
El llamar “antipatriota” al PP es como llamar “ignorante” a un profesor. Como en cualquier técnica de defensa personal, es saber dar donde más duele, para neutralizar más rápido y mejor al enemigo.
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