miércoles, julio 15, 2009

EL LEGADO

El profesor de lengua que da clase en el peor curso de 3º de ESO está preparando unos poemas de Petrarca para dárserlos a sus alumnos. Le miro mientras lo hace y sonrío de forma irónica: eso es valor, confieso. Y él refiere que hay que mantener vivo aquello que nos ha hecho como somos. Y aquello que nos ha hecho desear ser más de lo que somos, añado yo. Y la sonrisa es triste. Y luego me voy a la que era mi aula, ya no, y contemplo allí en su puerta un cartel que yo mismo puse: quien entre aquí que abandone toda esperanza. Lo que según Dante estaba escrito en las puertas del infierno. ¿Dante, quién es Dante?

La caída de la formación en la cultura general, es decir: una serie de conocimientos que todo el mundo debía de saber para poder ser considerado como persona culta, es un hecho evidente en la sociedad actual. No se trata ya solo de que el hecho se dé socialmente, que podría analizarse si ya ocurría antes, sino que es algo buscado explícitamente por el sistema educativo actual, lo que una vez fue la última gran esperanza de la Ilustración, al situar como su finalidad básica no también los contenidos sino exclusivamente las competencias: habilidades adaptativas. Y no es algo solamente español sino de todo el mundo desarrollado, pues esas habilidades, sin duda necesarias pero no exclusivamente, resultan recomendación de la OCDE. Ahora cabe preguntarse por qué pasa esto.

La cultura, en cuanto a formación como conocimientos que se consideraban valiosos para lo humano, no es ajena a la propia dominación social. En efecto, la cultura fue casi siempre un estamento de privilegio y dominio social. Una élite poseía los conocimientos teóricos innecesarios para la vida diaria porque precisamente su vida estaba ya resuelta merced a la propia estructura social de la dominación donde otros trabajaban para ellos: no les hacía falta algo práctico. En la célebre anécdota de la esclava riéndose de Tales de Mileto por caer al pozo al mirar hacia las estrellas y no preocuparse por dónde iba subyace ya que Tales está distraido porque la criada le hace el sustento. Así, es ingenuo pensar que la cultura ejerce por su misma existencia un hecho per se de emancipación: puede ser también puro dominio. Pero también es ingenuo pensar que no hay cierta grandeza universal en mirar a las estrellas preguntándose.

A raíz de la existencia de la clase burguesa, esta como colectivo decidió dar un contenido nuevo al término cultura: se convirtió en un arma ya no de dominio sino de transgresión social. Efectivamente la idea de la necesidad de cultura general surgió en su doble raíz a partir de la burguesía: por un lado, fue su seña de identidad como grupo social que disputaba a la aristocracia el ejemplo de lo humano; y, por otro, fue la representación idealista de la acumulación de capital.

La burguesía se situó por un lado como la depositaria del conocimiento clásico y, segundo, como la generadora de una nueva cultura frente a la trasnochada medieval, la que estaba en medio y de ahí su nombre, representada por la aristocracia. Así, la burguesía dotó a la cultura de una nueva dimensión hasta entonces desconocida: arma de combate. Y además generó un concepto de hombre nuevo: todo hombre tenía que tener conocimientos valiosos, cultura. De esta forma la cultura general pasó de ser un elemento de la división social del trabajo -como lo había sido en la edad media con la figura, más mítica que real, del monje- a constituirse como un elemento universal de lo humano. Y en ello había, sin duda, cierta emancipación.

Pero además la cultura general era la idealización de la acumulación efectiva del capital productivo. Saber cosas era tener un capital en el propio yo. No se trataba de una teoría elitista, aunque también, sino de la subjetivización del propio liberalismo: cada sujeto podía tener un capital que amortizar. De esta forma, la cultura alcanzó prestigio no por sí misma sino como la representación social del triunfo burgués. La clase social triunfante era culta y la cultura debía triunfar. Ser culto era así ser humano. Y en su contexto, seamos justos, era cierto.

Pero, ¿por qué se perdió esta igualdad entre cultura y humanidad? El desarrollo del propio capitalismo como sistema hizo desaparecer aquellas dos cosas que encumbraron a la cultura: la clase social y el capitalismo de acumulación. Este pasó a ser sustituido por un capitalismo abstracto donde el dinero efectivo no necesitaba estar presente para ser usado, siendo la tarjeta de crédito su ejemplo más preclaro a nivel consumo: no hace falta acumular para tener el capital. El capitalismo de ahorro y dinero en efectivo pasó así a ser un capitalismo de fluidez de capital. Y ello conllevó que a nivel de la presencia social, al menos, desapareciera la estricta jerarquía social y su diferenciación: la tarjeta de crédito trajo una, falsa, igualdad. La división social entre clases sociales ya no era por tanto tan presente y los elementos que la llevaron a cabo, entre otros la formación cultural de una clase sobre otra, ya no tenían pues sentido. Ser culto no servía ni tan siquiera para tener prestigio social. Ser culto era inútil como forma social pues la propia sociedad había hecho desaparecer la distinción entre clases en su presencia.

Pero además de esto, que hace referencia al mero criterio subjetivo, había algo más. La estructura capitalista actual resulta incompatible con un yo fuerte que era el buscado por la burguesía al menos como ideal del sujeto. Precisamente, el yo es la permanencia en el tiempo frente a la fugacidad temporal que impone la mercancía. Así, por ejemplo y para ejemplificar frente a la mala explicación, en el capitalismo actual tanto las necesidades productivas -con una adecuación constante a nuevas tecnologías- como las de consumo -con unas modas permanentemente cambiantes- eliminan la posibilidad de un yo fijo so pena de la infelicidad permanente y, con ello, de la indiferencia ante el mercado y la inutilidad productiva. El yo moderno -aquel que prometía mantenerse firme frente al mundo- desapareció y con él la cultura como el fundamento de la tradición, quedó rota.

De esta forma, que la sociedad no privilegie una cultura general guarda relación con el desarrollo capitalista en su necesidad productiva -que ya aúna producción y consumo-. Las personas incultas, esa mayoría sin formación cultural gracias al sistema educativo y a su propio esfuerzo, no esperan nada más allá de la propia moda porque nada conocen. Y al no conocer nada no habitan en un tiempo, pues carecen de pasado, sino en un eterno fluir: consumo y producción. Así, nuestros alumnos aprenden alegremente competencias/habilidades dentro de un discurso presuntamente progresista para encadenarse al modelo productivo como piezas.

Pero por supuesto, aún hay una élite de personas cultas que presumen de tener un yo creado de acuerdo a la tradición cultural. Si embargo, que nadie se llame a engaño, porque incluso aquellos que aún son cultos y con ahínco, y cierto ridículo histórico todo sea dicho, defienden el latín o el griego como elementos indispensables educativos han sido domesticados de tal manera que su cultura se ha convertido en aquello repugnante de su vida interior, de una visión alejada de lo real donde creen, idealmente, que la ópera o la pintura abstracta no es tan mercancía como la música pop aunque el último contrato del divo, el mercado del arte o el intento desesperado de vender su propio libro de texto les desengañe frecuentemente. E incluso, han convertido su cultura en el lugar en que se encuentran espiritualmente, repugnante palabra, a gusto con los clásicos en vez de reconocer realmente sus cadávares listos para la putrefacción por la realidad que ya todo lo puede. Han convertido en definitiva la cultura en adorno en lugar de en trasgresión.

Saber cosas es hermoso. Es hermoso levantarse por la mañana, mirar al cielo y saber cuál es la causa de su color. Saber cosas también es triste. Porque implica conocer todas las esperanzas que la historia, cargada de sufrimiento, puso en ciertos hechos que iban a ocasionar la emancipación de cada individuo y que, sin embargo, al final acabaron en la gran desdicha actual del desarrollo capitalista. Por eso precisamente, porque en la cultura hay la diferencia entre lo que se prometió y lo cumplido, la cultura debe desaparecer de la realidad. Es un elemento demasiado objetivo de desencanto: y por eso ha quedado reducida a un espacio de vida interior. Y uno sabe que en pocos años, no más de dos generaciones, todo aquel legado que se nos dejó para superarlo desaparecerá como tal. Y con él toda esperanza, mientras el profesor de lengua heroicamente reparte las hojas de los poemas de Petrarca a sus alumnos.

14 comentarios:

Don Güapo dijo...

Interesante reflexión en la, cada vez más, penosa blogosfera.

Sin embargo discrepo en dos aspectos, a saber, en la idealización del pasado reciente y en la pesimista visión de futuro, dos errores muy frecuentes, pues ni entonces la realidad fue tal como imaginamos, ni el futuro, posiblemente, se pueda si quiera prever. Recuerde que JMKeynes predijo en los 40 que la humanidad no inventaría grandes cosas.

El análisis del presente me parece acertado. Se caracteriza por la dualización social en una gran clase-masa y una minoría dominante, quedando en el medio una cada vez más escueta clase pequeño burguesa que se desangra hacia abajo y, alguna vez, hacia arriba.

El análisis del pasado creo que peca de idealismo. La burguesía siempre fue minoritaria, aunque influyente y decisiva y no siempre tan liberal y avanzada como se presenta idealizada en la actualidad.

En el análisis de futuro, sin embargo, discrepo. No creo que se pueda hacer una predicción a partir de una foto fija. Si bien es cierto que un hombre-masa es de capital importancia para el sistema, no menos cierto que un individuo culto es generalmente más interesante al tener más posibilidades y consumir mucho más. Sume los avances y descubrimientos en el campo científico y técnico y creo que si existe espacio para un racional optimismo.

Un Oyente de Federico dijo...

Dice Ud. en su comentario:
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“Así, es ingenuo pensar que la cultura ejerce por su misma existencia un hecho per se de emancipación: puede ser también puro dominio”.
———————————
Los judíos no podían poseer tierras y cuando eran expulsados de cualquier parte, además les eran requisadas todas sus posesiones.
Como cuentan ellos, sólo podían llevarse lo que les cupiera en su cabeza y era ahí —en su cabeza— donde acumulaban sus riquezas.
Quizá esto explique, además de su persistencia en sobrevivir y prosperar, el que sólo representando el 0,25% de la humanidad, les debamos el 27% de todos los Premios Nobel, el 25% de los premios ACM de ciencias informáticas, o el 50% de los títulos mundiales de ajedrez.

mario dijo...

Leí la entrada hace un rato y desde entonces me parece que muchas cosas están relacionadas, unas ilustraciones:
http://fatpita.net/?i=1952
Y también un anuncio para el comentario del Oyente de Federico.
http://www.guerraeterna.com/archives/2009/07/el_muro_y_el_ba.html

Lucas dijo...

"Así, nuestros alumnos aprenden alegremente competencias/habilidades dentro de un discurso presuntamente progresista para encadenarse al modelo productivo como piezas."

Pocas veces una frase tan sencilla tiene tanto contenido. Sostengo desde mi época escolar que, cada día más, el "triunfar" en la vida tiene más que ver con obedecer que con estar capacitado intelectualmente. Como todo, la pena es que cuando una llega a este texto, y viceversa, sólo puede estar de acuerdo de antemano sin poder sorprenderse ni cambiar el rumbo.

Saludos.

odradek dijo...

creo que este comentario es un ejemplo de maximalismo caduco y supersimplificador.
habría que ver a qué burguesía en el tiempo y el lugar se refiere,supongo que no a la española que encumbró el franquismo, por poner un ejemplo, y que interpretaba su cultura o eso como la cultura y así apuntalaba su zafia dominación.
ando releyendo a fromm y su análisis de la pequeña burguesía alemana desde la reforma, por eso me vienen estas cosas a la mente.

sin jugar a las iluminaciones ni los mesianismos laicos, la cultura de la que usted habla es sólo una estantería más en el gran mercadeo de lo que se llama cultura, o espectáculos,que es ya lo mismo. y eso que usted llama modas lo son tanto como el terceto encadenado en época de Dante o la canzone en la de Petrarca, nada más que un determinado gusto de una determinada sociedad en un determinado momento.
lo llama modas por prurito filosófico-hinteleztual -a fin de cuentas usted vende la tradición filosófica occidental como yo vendo la litertaria-, pero también podemos llamarlo movimientos culturales o incluso tradiciones. no es más grande por sí misma una de petrarca que una de bob marley y la del jamaicano es más revolucionaria y emancipadora con toda seguridad. y es cultura, no moda. muchos de mi generación aprendimos a verlo así como los de la suya tuvieron el impulso de meter al cine y al cómic entre las bellas artes.

por todo ello, es uno de los peores artículos que he leído en este blog.
y otra cosa, ¿el oyente ése existe de verdad y es así de tonto o es un personaje que ha inventado usted como helios guevara y liberty valance?

Un Oyente de Federico dijo...

Me alegra mucho leerle el que considere revolucionario y emancipador el mensaje de un lider de la secta judeo-cristiana, los rastafaris, que adoran a Jah (Jhave) y a Jesucristo.
Los rastas son seguidores del mensaje de Haile Selasie, Rey de Reyes, por ser descenciente directo de rey judio, Salamon.
Bob Marley fue el mayor apóstol rasta y siempre estaban presentes en sus portadas, directos… los simbolos de su secta religiosa: la bandera de Etiopía (que todo el mundo la confunde con la Jamaicana) y el Leon de Judea.

Tengo toda su discografía (desde Wailers) en negro analógico vinilo, nada de posavasos digitales plateados.

¿Y que le parece Bonnie M? Su canción de “El Lute” también es muy social.

odradek dijo...

definitivamente el oyente es otro personaje inventado.

odradek dijo...

...pero ya puestos, podría darme la referencia de los primeros discos de marley, cuando hacía ska y rocksteady, antes de que le entrara la tontuna rasta.

Un Oyente de Federico dijo...

Mira que es Ud. Infantil. Pero yo tampoco le ando yo a la zaga y me he puesto como un pringao a rebuscar en las estantería donde tengo la música de “Negros” incluidos los dos que tengo de Bonnie M.
No he perdido el tiempo porque además del disco de THE WAILING WAILERS, he rescatado otros del olvido como el “Silk & Soul” de NINA SIMONE donde esta esa maravilla de canción que es “Cherish” o el de MR. SIMARYP “Skinhead Moonstomp”

El LP “Jamaica's Top-rated Singing Sensations (accompanied by The Soul Brothers)” es el único LP que tengo de esa época de Marley, THE WAILING WAILERS, no conozco ningún otro, previo a firmar como BOB MARLEY.
Está nuevo y tiene toda la pinta de ser primera edición, está tan mal impreso y encuadernado como los clásicos jamaicanos, suena perfecto, en un auténtico sonido Monoaural, pero no creo que lo sea. No pague por el lo que se pagaría por una primera edición tan bien conservada.

No pone por ninguna parte el año. La referencia es: Nº 1 STUDIO - S1001 (hasta ahora no me había dado cuenta de que es la primera referencia del sello).
Pone que está grabado en el estudio STUDIO-13 BRENTFORDRD.
Y en el vinilo, grabado a mano en el cromo del prensage pone: C. S. DoDD - Wailin' Wailers - A (en una cara en la otra “B”) - K. K. Mastering.
Producido por C. Dodd JAMREC MUSIC y distribuio por COXSONE'S MUSIC CITY.

Conocí a MARLEY con el “Exodus” en esa época que Ud. primero define “revolucionaria y emancipadora” y luego como “tontuna”. Me pareció un dios, —siempre me ha gustado ser un fans y me sigue gustando— fui retrocediendo, cronológicamente, en su obra a la vez que avanzaba con sus nuevos trabajos.

Sólo por la afición que adquirí por Marley al Reggae y al Ska, se justifica el que tenga en mis estanterías los discos de los nazionalsocialistas KORTATU o la discografía completa, incluidos los vinilos de los descerebrados stalinistas LA BANDA BASSOTTI, incluso a estos si hubieran tocado finalmente en Rivas los hubiera ido a ver y me hubiera hecho algún pogo con los calimocheros de las primeras fila.

Y para terminar un anuncio: Cambio a mi mujer y a mi hija (a mi perra no) por el disco —o los MP3— que grabó en España RITA MARLEY con el genial GREGORIO PANIAGUA (también tengo su discografía, menos ese) “Spectacles for tribuffalos”.

odradek dijo...

no se puede hacer una broma. lo llamo tontuna ahora porque lo escuché tanto que ahora prefiero las primeras grabaciones de ska primitivo, nada que ver con los kortatu, que son unos plagiarios manifiestos del recorrido de los clash.
el caso es que me pasaron una recopilación italiana en cuatro discos donde venían temas antiguos (entre ellos el thanks you lord, esa gran plegaria de acción de gracias) y aunque he tratado de hacerme con algo más vía e-mule y derivados, nada, apenas el de los walkin' wailers y nada más.
en fin.

Enrique P. Mesa García dijo...

Yo entraría en este interesante debate sobre música popera, pero me quedo con doña Concha Piquer.

odradek dijo...

mesa, el reggae y el ska no son música popera.

Un Oyente de Federico dijo...

No es por contradecirle, porque ciertamente Ska y Reggae, no se corresponden con la etiqueta que se acuño en los 80's como “POP”.
Pero si es el POP al que se refiere el Don. Enrique. Lo que siempre se llamó pop en España era al de las canciones de las listas de exitos que no fuera, “musica clásica/canción lírica” o “canción española”.
El Ska se ajusta totalmente a este criterio, LOS DE LA TORRE nos lo cuentan en “Operación Sol” el primer tema ska que se hizo en España.

La historía del Ska, me parece extraordinariamente interesante, salvando las distancias no sólo geográficas, similar a la aparición del “rock-urbano” en España.
Son fenómenos locales y únicos, no se han dado en ninguna otra parte del mundo, imprescindiblemente ligados en su nacimiento a un determinado contexto sociopolítico.

odradek dijo...

bueno, esto da pie a aclarar las categorías -que no etiquetas- sobre los diferentes estratos o cauces de la cultura.
conceptos como kitsch, camp, pop, mainstream etc que usan germanos y anglosajones, la diferencia entre folklore y folklorismo o por qué amamos a joaquin díaz y despreciamos infinitamente a los del río.

la piquer a la que se refiere el mesa es pop? folk? cultura urbana popular?

petrarca -...io vo piaggendo i miei pasati tempi...- a día de hoy es alta cultura aúlica o un kitsch prestigioso?

no soy especialista en ska. lo que más me conmueve es la polifonía religiosa. tallis, byrd, palestrina, rachmaninnof no justifican las tropelías del cristianismo pero sí suponen epifanías de la belleza. a veces se lo digo a mis alumnos con voluntarismo de papa germano. pasad del reguetón y esas mierdas, escuchad ska, rocanrol del bueno, coros rusos, misas renacentistas inglesas, tallad vuestros sentidos como un diamante por el camino de ítaca. unos se descojonan, otros nada y otros tienen hermanos o tíos mayores que les prestan discos. ay. pero hay que seguir en ello.

acepto referencias skatológicas más profundas que los skatellites. el sonido que más me gusta es el que los jamaicanos desarrollaron a partir de las big bands de nueva orleans, hasta los años 60, para entendernos, pero tengo poca cultura de ésa.
de lo que sí tengo algo más es del klezmer, que es el folk de los judíos ashkenazis, una gozada algo desesperada por momentos.

salud a todos desde un pueblito indio en el centro de colombia.