viernes, septiembre 04, 2009

MIL CIEN

El discurso político se divide tradicionalmente entre derechas e izquierdas –aunque casi todos en la cotienda electoral sean de centro-. Nosotros sin embargo, y no solos, hemos defendido que la politica profesional ha generado una oligarquía que ya lo único que busca es perpertuarse al margen de las ideologías: mantenerse en el poder por miserable que sea este. E incluso hemos defendido algo más: que este proceso es independiente a la voluntad de los individuos como elementos aislados que participan de la política profesional. Por supuesto esta hipótesis hay que demostrarla.

En ciencia existe el concepto del experimento crucial: consiste en generar o esperar que ocurra una situación que o bien demuestre que la teoría es falsa o bien, al predecir lo que iba a ocurrir y que esto acontezca, verdadera. Hay un ejemplo famoso con el descubrimiento de Neptuno. Hay otro con la relatividad. En nuestra pequeña hipótesis sociológica sería que un hecho social relevante por su importancia en cuanto a indicador de la situación del país no tuviera la repercusión que se merece.

El hecho de que a algo no se le preste atención puede deberse a dos motivos. Tal vez, no sea importante. Pero, también, tal vez no interese que sea importante. Es decir, no siempre es el objeto el que prescribe su propia importancia sino que hay veces, muchas, que es el propio sujeto que tiene el poder de difundir el tema el que decide qué sí es importante y qué no. La información diaria está llena de casos así, pero este verano ha ocurrido uno que consideramos paradigmático. Efectivamente, se ha publicado un informe, con muchos visos de seriedad, que señala que el 63% de los asalariados españoles ganan menos de 1100 euros al mes brutos -y brutos ni tan siquiera es neto-. Esto quiere decir que el 63 % de los trabajadores españoles ganan una miseria con la que les es imposible vivir en condiciones aceptables de comodidad. De hecho, yo gano el doble netas -y netas no son brutas- y no llego a fin de mes. Incluso a Esperanza Aguirre -que gana mucho más y es de derechas- le cuesta.

Pero esto que es sangrante no es aquí lo fundamental. Lo que más interesa a nivel informativo es que toda esta gente, el 63% de los asalariados, están desaparecidos informativamente. Pero no solo para la prensa, ocupada en Belén Esteban y en caso Gurtell que acaban siendo lo mismo, sino tambien para el discurso político. Y sin embargo tal magnitud de dato debería verse reflejado en la actividad política si fuera cierto que estos partidos tienen, al menos, una misión social. Pero si fuera, al contrario, cierta la hipótesis que presentábamos al principio de este aburrido texto, la noticia debería haber sido recogida efectivamente con absoluta indiferencia pues en ella nada fortalecería el poder que las propias organizaciones políticas persiguen. Es científico pues preguntarnos qué ha pasado.

Repasemos primero a eso que se llama agentes sociales. Lógicamente las organizaciones empresariales no se caracterizan por la defensa de sus trabajadores. de hecho ellas pagan esos miserables 1100 euros, así que el verano lo han dedicado a pedir el despido (aún más) barato y poco más. Pero esto no es grave pues aquí sí cumplen su función corporativa en la defensa de sus mezquinos intereses que consiste en la gente cobre, aun, menos de 1100 euros brutos mensuales. Es más grave, sin embargo, la actitud de los sindicatos ante este hecho y que ha consistido en el silencio. Mientras los sindicatos orquestan desde el privilegio de los trabajadores de la administración pública una campaña contra el gobierno del PP en Madrid, son sin embargo incapaces de realizar acción alguna ante los salarios que desde 1995 pierden poder adquisitivo. Al fin y al cabo, los sindicatos se han convertido, y tras el cambio en CCOO más, en un agente peronista del PSOE y del gobierno Zapatero. Al carecer de relevancia social auténtica, por su baja afiliciación que en gran medida se debe a su escaso trabajo, los sindicatos tienen solo relevancia por su etiquetado institucional como agente social, a priori de cualquier realidad empírica. Así su supervivencia pasa ya por asumir ese papel político a expensas incluso de su auténtico deber en el conflicto laboral. Los sindicatos no son ya organizaciones sociales y se convierten en políticas: su finalidad es mantener su parafernalia organizativa.

¿Y los partidos políticos? Distingamos entre la derecha real y la autoproclamada izquierda.

El PP cree haber vislumbrado un filón con un mito: la clase media como mayoritaria. En aras de este mito todo hecho social desaparece si puede hacerle sombra: es lo que tienen los mitos. En España la clase media o no existe mayoritariamente o hay que asumir que el sueldo de 1100 euros y empleo precario es clase media con todas sus consecuencias. Como el PP no está dispuesto a lo segundo, porque debería enfrentarle a una determinada concepción económica, imagina una idílica clase media en barrio residencial y chalet adosado que se presenta falsamente como la imagen pública y más numerosa de España. Así, para el PP el 63% de la población asalariada está desaparecida.

El PSOE, a su vez, es un títere del que seguramente sea el peor gobierno de toda la democracia española. En seis años han logrado aumentar el paro hasta el récord y el número de personas que cobra esta miseria. No está mal.

¿Pero y la autoproclamada izquierda? Tal vez un ejemplo paradigmático nos sirva. En Cataluña gobierna una alianza que se autotitula catalanista y de izquierdas. Su espíritu paleto no vamos a discutirlo aquí. Pero sí su presunto espíritu izquierdista. Paradójicamente en esa misma Cataluña los asalariados que ganan 1100 euros han subido un 5% en los últimos dos años, bueno quizás antes ganaban aún menos, y el paro sigue aumentado. Sin embargo, ¿cuál ha sido la máxima preocupación de dicho gobierno regional? El estatuto. Mejorando las condiciones sociales, sin duda. Y por si alguien cree que nos dejamos llevar por un espíritu antinacionalista, que como personas que leemos libros anida sin duda en nosotros, valga una anécdota sobre ese gran referente de la izquierda nacional que es IU. Recientemente su coordinador general Cayo Lara asistió, con su uniforme y todo, a un encuentro con el rey -no el mago sino el de España-. ¿Y de qué le habló? Pues según él mismo contó luego de sus planes para instaurar la III República: un estadista sin duda, un hombre de proyección histórica. Alguien que salva su puesto.

Así, a nadie le ha importado el dato porque a nadie le importa la realidad social sino la interpretación oligarca de dicha realidad que les mantiene en el poder: cada uno el suyo. Y así, esos partidos políticos que están hoy en espacio público no son sino máquinas de perpetuación institucional. El experimento crucial está cumplido.

Pero incluso aún queda un fleco ¿Y ese 63% de asalariados, dónde estan socialmente? ¿Dónde protestan? Si políticamente están en el limbo de los justos, donde ni pinchan ni cortan para los partidos, socialmente son inexistentes como lobby por ellos mismos. Ese 63% está callado. Una vez estaba con mi hermana en el fútbol y 70.000 personas se pusieron a gritar al árbitro. Ella comentó: si todos estos hicieran lo mismo ante su situación laboral, esto sería otra cosa. Revisen ustedes en los últimos 10 años cuáles han sido las grandes manifestaciones populares donde la gente ha acudido en masa. Y echénse a temblar cuando descubran qué es el limbo.


4 comentarios:

chure dijo...

Excelente entrada. Lástima que los índices de abstención electoral no alcancen esa misma cifra.
Tenemos lo que nos merecemos.

odradek dijo...

propondría un item a discutir: no será que esos dos partidos mayoritarios están, simple y llanamente, al servicio de la oligarquía económica? desde ese punto de vista no son ineficaces sino muy al contrario. crean y difunden esa ideología como falsa conciencia de la que habló marx y garantizan la gobernanza, es decir la pasividad social.

y otra cosa: he preguntado a toda clase de argentinos por el peronismo porue no lo entiendo. aseguran que ellos tampoco. puedes explicarme qué es o cómo funciona en esencia?

ElSrM dijo...

Relacionado, recomiendo la lectura de p.ej.: http://www.vnavarro.org/?p=4656

Tiene el prof. Navarro varios artículos en esa línea, trufados de datos económicos objetivos siempre, que resultan muy interesantes y a veces aclaradores.

Los medios de comunicación masivos han ido por un lado y la acción de la mayoría parlamentaria autonómica de izquierdas por otro.

Los salarios (y los impuestos a las grandes riquezas, junto con el Gasto Público Social, cómo no) en España son muy bajos, mientras que los precios van convergiendo a niveles europeos.

Debería pues subirse fuertemente el salario mínimo a niveles promedio de la UE-15. Tal potestad está en manos de las instituciones estatales, no de las autonómicas.

Un Gobierno autonómico y su mayoría parlamentaria afín pueden gestionar y en cierto modo dirigir la pata del gasto del Estado del Bienestar que tienen transferido, pueden aumentar ingresos fiscales gestionando la parte de los tributos cedida a las autonomías, pero... donde se les acaban las competencias hay que mirar a quien las detenta y no a ellos.

(...)

ElSrM dijo...

(...)

Los Servicios Públicos de Estado del Bienestar han aumentado con el pasado gobierno catalán y su mayoría parlamentaria PSC(PSOE)+ERC+ICV+EUiA(IU), como nos describe el prof. Navarro.

También aumentó el tramo autonómico del IRPF, p.ej. El salario mínimo y otras cuestiones de Política Económica, sin embargo, no podían fijarlo ellos.

A nivel estatal, si el P.S.O.E. hubiese tenido la voluntad de hacer leyes sumando parlamentariamente con IU+ICV+ERC+BNG+NABAI (mayoría parlamentaria) en lugar de hacerlo con PNV+CC+CiU(+PP), veríamos cosas distintas en la Política Económica.

Tal voluntad ya han dejado claro desde hace tiempo que no la tienen. Votan leyes económicas de derechas con partidos de derechas. Como dice el Sr. Odradek, quizá sea pura lógica que prefieran hacer eso aunque prediquen lo contrario.

Cordialmente,