Como ustedes saben, y si no lo saben pues yo les cuento, estoy en Facebook. Y claro, mi fama traspasa las artificiosas fronteras instauradas por la mezquina humanidad yendo más allá de profundos valles, desiertos, cordilleras, ríos caudalosos y océanos que la madre naturaleza puso sin duda para unirnos en fraternal abrazo. En fin que mi entrada en Facebook ha sido, como ya contaba en otra ocasión, celebrada con multitud de amigos.
Y también multitud de peticiones. Y como uno es célebre no solo por su capacidad intelectual -tan importante como para que la prestigiosa universidad española le haya colmado de laureles- sino también por su magnetismo sexual, las peticiones son también femeninas. Y entre ellas, me azoro mientras escribo, algunas que me señalan entre sus aficiones los contactos profesionales.
¡¡Incluso me pagarían!!
1 comentario:
¿Cómo se analizaría eso desde el punto de vista marxista?
Me refiero a lo de Ud. con precio como mercancía.
No me he inscrito en Facebokk porque estoy echando barriga y no me he cortado el pelo; y a mi perra no le gusta que salga con pintas de Wild Angel en la foto.
Además me producen algo de paranoia esta exposicion.
Todavía no tengo un criterio claro sobre ello, según recibo información de mi hija, mi señora y amigos e incluso mi suegra que estan inscritos en Facebook, voy cambiando de opinión.
Pero el que Ud. y los que como Ud. pueden ser un referente importante para los demas, lo hagan, creo que es bueno.
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