Sin duda alguna el patriotismo tiene algo ridículo. Solo pensar que un patriota español que hubiera nacido mil kilómetros más al sur sería con toda razón de bandera un patriota marroquí ya señala lo absurdo de dicha teoría: el azar cuenta demasiado. Así, por una cuestión de azar quien hoy grita defendiendo enfervorizado la españolidad de Ceuta y Melilla bien podría exigir su legítima cesión a Marruecos solo si hubiera nacido un poco más allá. Es lo que tiene el sentimiento patrio.
No obstante, estas reflexiones no son tampoco gran cosa. La realidad no se discute solo con la exposición de lo absurdo. Efectivamente, hay un conflicto con Ceuta y Melilla en cuanto que son pedidas por el gobierno de Marruecos. Y dicho conflicto, como otros, no puede encontrar fácil respuesta en la falacia naturalista que siempre plantea el patriotismo -como son de España deben ser de España- sino en algo distinto. Por eso analizaremos primero el argumento máximo que presenta Marruecos para su anexión, la proximidad geográfica, luego el argumento españolista, la razón de estado como esencia, y por último daremos un argumento a favor de que Ceuta y Melilla pertenezcan, sin duda alguna, a uno de los dos estados en liza -quedó emocionante, ¿eh?-.
Para Marruecos Ceuta y Melilla deben ser suyas por el argumento de la proximidad geográfica. Efectivamente, argumentan, las dos ciudades están en África. Parece un razonamiento de sentido común ajeno a cuestiones no naturales, pero sin embargo no lo es sino que se trata de un argumento ya cargado de intencionalidad política pues geográficamente, naturalmente, África no existe -ni Europa ni Asia-. Efectivamente, si miran ustedes un mapa mudo verán un único continente -de hecho, roto solo por el artificial canal de Suez-. Es más. Para la evolución humana vino muy bien que esto fuera así. Por tanto, las fronteras no pueden ser aducidas bajo criterios –aparentemente- naturales: qué nos separa de Portugal o por qué hay Pirineos franceses y españoles es un tema político y no geográfico. Por ello, el argumento exclusivamente geográfico es irrelevante. Ceuta y Melilla no deben ser marroquíes por ser africanas. Sencillamente, no existen naturalmente dichas diferencias.
¿TIenen entonces razón los patriotas españoles al defender la españolidad de las plazas -por fin lo dije- porque llevan siglos siéndolo y fueron conquistadas antes de la existencia del estado marroquí? Otro argumento falaz. Y lo es porque en realidad responde al argumento doble del derecho histórico y la preeminencia metafísica del estado. La historia, al fin y al cabo el tiempo, no concede derechos. Que una situación se haya dado mantenida en el tiempo no quiere decir que deba mantenerse -solo hay que pensar para ello que ha habido más tiempo de dictaduras que de democracias-. Así que Ceuta y Melilla lleven siglos siendo españolas solo significa que Ceuta y Melilla llevan siglos perteneciendo a la corona o al estado español –que, por cierto, no son lo mismo- y nada más. No dice nada sobre su deber ser que es a lo que debería referirse el futuro.
Además el argumento añadido -cuando se conquistaron Ceuta y Melilla no pertenecían a Marruecos porque entonces no existía tal estado- es igualmente falso ya que repite una falacia e instituye otras dos. La falacia repetida es la de que si fue así debería seguir siendo así: como fue debe seguir siendo. La nueva es distinta pero igual de peligrosa: la esencialidad de la patria que pervive, de ahí su esencialidad, a pesar del tránsito temporal. Efectivamente, Marruecos no existía cuando se conquistó Ceuta y Melilla. Pero tampoco existía España como tal estado. Sin embargo, y de ahí la falacia, se mantiene una continuidad legítima entre el actual estado español y el conquistador que se niega al marroquí: es la mitología paleta. Así, España sigue siendo una unidad de destino en lo universal -ya saben que si opinan distinto son antipatriotas- mientras que para el resto de los países sí se puede aplicar el rigor materialista histórico e incluso el sano escepticismo.
Pero, tan ingenuo como lo anterior sería negar el status quo internacional en aras de una idealización: hoy en día Ceuta y Melilla son españolas. Y surge así la inevitable pregunta: ¿debe seguir siendo así?
La respuesta es sí.
Y ahora, ¿por qué?
En democracia, la nacionalidad es símbolo, o debe serlo, de derecho social. Uno es ciudadano de un país porque posee derechos. Pero eso solo en democracia plena. Los ciudadanos -y aún no soy tan idiota para rellenar con y las ciudadanas- de Ceuta y Melilla son así. Los de Marruecos, no -esperemos que solo aún no-. Precisamente esa es la clave del problema. Un estado democrático debe estar al servicio de sus ciudadanos: existe del, para y por el pueblo -en la mejor definición posible-. Así, los españoles de Ceuta y Melilla disfrutan cualitativamente de un orden moral y social superior al de los habitantes de Marruecos. Por tanto, la entrega a Marruecos, un estado no democrático o, siendo muy generosos, con una democratización mínima con respecto a España de las dos ciudades condenaría a sus habitantes a pasar de un estado social mejor a otro peor. Y no solo, que también, en referencia a su nivel económico, sino fundamentalmente moral: dejarían de ser ciudadanos para ser súbditos. Y un estado que permitiera eso no sería democrático.
Ceuta y Melilla, por tanto, deben ser españolas no por espirituales razones patrias sino por democráticas y concretas razones de derechos civiles. Y esta defensa de los derechos de sus ciudadanos implica la obligación por parte del estado de su defensa por los medios necesarios incluyendo, si fuera imprescindible, la opción militar. Lo que se defiende, por tanto, al defender la españolidad de las plazas africanas es la democracia. Más allá de banderas se defiende, en este caso concreto, la supremacía de la democracia sobre la dictadura.
No obstante, estas reflexiones no son tampoco gran cosa. La realidad no se discute solo con la exposición de lo absurdo. Efectivamente, hay un conflicto con Ceuta y Melilla en cuanto que son pedidas por el gobierno de Marruecos. Y dicho conflicto, como otros, no puede encontrar fácil respuesta en la falacia naturalista que siempre plantea el patriotismo -como son de España deben ser de España- sino en algo distinto. Por eso analizaremos primero el argumento máximo que presenta Marruecos para su anexión, la proximidad geográfica, luego el argumento españolista, la razón de estado como esencia, y por último daremos un argumento a favor de que Ceuta y Melilla pertenezcan, sin duda alguna, a uno de los dos estados en liza -quedó emocionante, ¿eh?-.
Para Marruecos Ceuta y Melilla deben ser suyas por el argumento de la proximidad geográfica. Efectivamente, argumentan, las dos ciudades están en África. Parece un razonamiento de sentido común ajeno a cuestiones no naturales, pero sin embargo no lo es sino que se trata de un argumento ya cargado de intencionalidad política pues geográficamente, naturalmente, África no existe -ni Europa ni Asia-. Efectivamente, si miran ustedes un mapa mudo verán un único continente -de hecho, roto solo por el artificial canal de Suez-. Es más. Para la evolución humana vino muy bien que esto fuera así. Por tanto, las fronteras no pueden ser aducidas bajo criterios –aparentemente- naturales: qué nos separa de Portugal o por qué hay Pirineos franceses y españoles es un tema político y no geográfico. Por ello, el argumento exclusivamente geográfico es irrelevante. Ceuta y Melilla no deben ser marroquíes por ser africanas. Sencillamente, no existen naturalmente dichas diferencias.
¿TIenen entonces razón los patriotas españoles al defender la españolidad de las plazas -por fin lo dije- porque llevan siglos siéndolo y fueron conquistadas antes de la existencia del estado marroquí? Otro argumento falaz. Y lo es porque en realidad responde al argumento doble del derecho histórico y la preeminencia metafísica del estado. La historia, al fin y al cabo el tiempo, no concede derechos. Que una situación se haya dado mantenida en el tiempo no quiere decir que deba mantenerse -solo hay que pensar para ello que ha habido más tiempo de dictaduras que de democracias-. Así que Ceuta y Melilla lleven siglos siendo españolas solo significa que Ceuta y Melilla llevan siglos perteneciendo a la corona o al estado español –que, por cierto, no son lo mismo- y nada más. No dice nada sobre su deber ser que es a lo que debería referirse el futuro.
Además el argumento añadido -cuando se conquistaron Ceuta y Melilla no pertenecían a Marruecos porque entonces no existía tal estado- es igualmente falso ya que repite una falacia e instituye otras dos. La falacia repetida es la de que si fue así debería seguir siendo así: como fue debe seguir siendo. La nueva es distinta pero igual de peligrosa: la esencialidad de la patria que pervive, de ahí su esencialidad, a pesar del tránsito temporal. Efectivamente, Marruecos no existía cuando se conquistó Ceuta y Melilla. Pero tampoco existía España como tal estado. Sin embargo, y de ahí la falacia, se mantiene una continuidad legítima entre el actual estado español y el conquistador que se niega al marroquí: es la mitología paleta. Así, España sigue siendo una unidad de destino en lo universal -ya saben que si opinan distinto son antipatriotas- mientras que para el resto de los países sí se puede aplicar el rigor materialista histórico e incluso el sano escepticismo.
Pero, tan ingenuo como lo anterior sería negar el status quo internacional en aras de una idealización: hoy en día Ceuta y Melilla son españolas. Y surge así la inevitable pregunta: ¿debe seguir siendo así?
La respuesta es sí.
Y ahora, ¿por qué?
En democracia, la nacionalidad es símbolo, o debe serlo, de derecho social. Uno es ciudadano de un país porque posee derechos. Pero eso solo en democracia plena. Los ciudadanos -y aún no soy tan idiota para rellenar con y las ciudadanas- de Ceuta y Melilla son así. Los de Marruecos, no -esperemos que solo aún no-. Precisamente esa es la clave del problema. Un estado democrático debe estar al servicio de sus ciudadanos: existe del, para y por el pueblo -en la mejor definición posible-. Así, los españoles de Ceuta y Melilla disfrutan cualitativamente de un orden moral y social superior al de los habitantes de Marruecos. Por tanto, la entrega a Marruecos, un estado no democrático o, siendo muy generosos, con una democratización mínima con respecto a España de las dos ciudades condenaría a sus habitantes a pasar de un estado social mejor a otro peor. Y no solo, que también, en referencia a su nivel económico, sino fundamentalmente moral: dejarían de ser ciudadanos para ser súbditos. Y un estado que permitiera eso no sería democrático.
Ceuta y Melilla, por tanto, deben ser españolas no por espirituales razones patrias sino por democráticas y concretas razones de derechos civiles. Y esta defensa de los derechos de sus ciudadanos implica la obligación por parte del estado de su defensa por los medios necesarios incluyendo, si fuera imprescindible, la opción militar. Lo que se defiende, por tanto, al defender la españolidad de las plazas africanas es la democracia. Más allá de banderas se defiende, en este caso concreto, la supremacía de la democracia sobre la dictadura.
9 comentarios:
El argumento está bien y es más, es uno de sus razonamientos clásicos. Pero no es mejor ni peor que otros argumentos que usted critica. ¿Salvar a los moros de Mohamed o no salvarlos? ¿Nos importan tanto esos moros? ¿Qué ganamos manteniendo las plazas africanas? ¿Qué perdemos?
ha vuelto muy americano de américa.
esa chorrada de civilización frente a barbarie y dictadura frente a democracia fue la que usaron para invadir irak y otros lugares. y yo me pregunto si el uso de la fuerza no es en sí mismo dictatorial.
hala, a seguir con las tortillas mentales.
Lo más importante de todo es que si el PSOE hubiera regalado Ceuta y Melilla a la teocracia narcotraficante vecina (sentencia Tribunal de Estrasburgo —TDH— 1/7/2010 a José Luis Gutierrez, exdirector de Diario-16), los ciudadanos de estas dos comunidades uniprovinciales no hubieran sido campeones del mundo de futbol, como lo somos todos los ciudadanos españoles; incluidas las tribus trogloditas del norte.
Eso es el patriotismo, el orgullo de lo colectivo, el sentir que con el esfuerzo de todos hayamos contribuido a que Belen Esteban, una chica de barrio obrero, hoy se la “Princesa del Pueblo” y vote al PSOE. O que tras decadas de terrible dictadura que perseguía al sindicalismo de clase y ecarcelaba a sus lideres, hoy hayamos conseguido entre todos, que el Chikilicuatre difunda en libertad el mensaje emancipador de los grandes sindicatos de clase.
Pero no confunda Ud., el patritismo es sólo un sentimiento más, susceptible de ser manipulado como cualquier otro.
Es curioso, la izquierda denosta el sentimiento patriotico si es referido a la nación española (que lo es desde que fue la primera en independizarse de Roma en el 475 y Eurico, firma la independencia de España con el penúltimo emperador Julio Nepote), pero lo sublima si es referido a Cuba, Venezuela, Mexico, Palestina, Cataluña, Vascongadas…
Pero lo fundamental es, que no quiero que Zapatero regale Ceuta y Melilla a Marruecos, por lo que Ud. expone en su último párrafo. Razonamiento que justifica el que me de igual que se mantenga la frontera de armisticio con Gibraltar y esté en posesión de los británicos. En este caso sólo son cuestiones legales que tarde o temprano se resolverán, o no, pero da igual.
También argumento y no con menos importancia, que Zapatero no es quien para regalar lo que es de mi propiedad, heredado de mis antepasados en toda ley, para que lo proteja, conserve y mejore.
Si esta izquierda chikilicuátrica se empeña en regalar Ceuta y Melilla, que lo haga, por ejemplo, a Finlandia o Corea que, al menos, harán que progresen sus ciudadanos.
Lo mismo que los Gibraltareños nunca cambiarían el pasaporte Británico por el Español, o los Vasco-franceses no cambiarían nunca su pasaporte Francés por uno Vasco o uno Español. Los Ceutíes y Melillenses no creo que tengan ningún interés en hacerse Saharauis.
Es curioso que los más proclives a cometer de nuevo el error de Franco cuando dio el Sahara a los Marroquíes, sean los giliprogres. Y es que ZParo tal vez sueñe con tener una Guardia Mora.
D. Pocholo: es que usted está utilizando, seguramente con afán polémico, la razón instrumental y solo pensando en la utilidad de la acción. No es ese el caso. Aquí se trata de defensa de derechos y ahí se gana mucho. Son ciudadanos y no pueden dejar de serlo.
D. Anónimo1: no es un "argumento americano" (¿qué es eso?) De hecho, ese mismo usa Marx para defender la dominación inglesa en la India. Y hay más, no fue ese el argumento usado para invadir Irak. La historia no se puede cambiar. El argumento fue las armas de destrucción vacía (todavía pulula por ahí el vídeo de Powell mintiendo en la ONU). Por cierto, no estuve en América, sino en Estados Unidos (sólo es una parte).
D. Oyente: no sé cómo sabe a quién vota Belén Esteban. Los sentimientos son susceptibles de ser inteligentes o idiotas: el patriotismo es idiota.
D. Anónimo2: so sé quiénes son los giliprogres. Especialmente por lo de progres, que es lo que me despista.
—“El argumento fue las armas de destrucción vacía…”
Don. EP, la historia es tozuda. El que Ud no quiera verlo, no quiere decir que no exista.
El Argumento para invadir Irak fue que Irak habìa invadido Kwait.
Y sobre todo, que las fotos satèlites mostraban una columna de tanques irakíes dirigiéndose a Arabìa Saudì.
Las ADM, fueron el argumento utilizado, después de la invasión, para mantener a Irak 13 años bloqueado y para que Kofi Annan (Secretario General de la ONU entonces) y un inspector sueco ingresaran muchos millones de dólares manchados de sangre, en sus cuentas particulares.
Si Ud lee “El País” de la época, encontrará sesudos artículos, justificando ese bloqueo con argumentos como que es imposible hacer desaparecer algunos componentes de estas pues se necesitaría todo un mar para disolverlos y cosas asi…, por lo que Sadam tenía que confesar donde las escondía.
Hay que ser muy lerdo para afirmar que Sadam Hussein no tenía ADM.
40.000 kurdos no murieron de risa, murieros gaseados.
¿Las gastó todas de golpe sin guardar nada para un apurillo? Venga ya…
Lo que hicieron las potencias de “Las Azores” fue inventarse las pruebas (estoy convencido de que Aznar también sabía que eran falsas, había que ser, igualmente, muy lerdo para creérselas de lo burdas que eran) para acabar con ese bloqueo criminal y con la gallina de los huevos de oro para mas de 2.500 empresas francesas y 250 españolas (mayoria relacionadas con PRISA) que colocaban dentro del programa “petroleo por medicamentes” cosas tan imprescindibles como implantes estéticos mamarios.
—“El patriotismo es idiota”
Es probable que tenga Ud. razón, pues algo así le decía Bakunín a Marx, burlándose de su patriotismo alemán. Le debería de tener hasta el moño con tanto que si los alemanes por aquí o los alemanes por allá…
—“…no sé cómo sabe a quién vota Belén Esteban.”
Realmente no se a quien vota, se a quien dice que vota.
Este verano en la TV (no se en que canal o canales) repetian muchas veces un “zapping” donde ella le decía a una señora rubia, alta, delgada y muy operada –según sus propias palabras—, que ella votaba al PSOE porque era hija de obreros (o algo así).
es cierto, para la barbarie de irak se emplearon muchos argumentos, pero el central era tan colonialista y decimonónico como el que usted emplea: la dicotomía civilización/barbarie. sucede que después de eso hubo dos guerras mundiales y aprendimos a desconfiar (Adorno, Benjamin y otros nos echaron una mano, la gran mano) y por tanto oponer esta mierda nuestra a esa mierda suya alegando papelajos y principios abstractos no deja de ser arcaico, maniqueo y poco realista.
habría que matizar por ejemplo la desigualdad real y extrema entre los ciudadanos árabes de esas ciudades y los españoles, que en su mayoría eran militares colonialistas -se decía africanistas- que entregaron su vida para defender dictaduras y ascender socialmente gracias a su vida de milicia.
a veces creo que ve demasiadas pelis gringas y lee demasiada quincalla decimonónica y eso le empaña la visión histórica.
"Gibraltar es mejor que permanezca bajo el dominio britànico que es un paìs democràtico y no como España que apenas tiene 30 años de democracia y es impredecible. Nosotros los ingleses tenemos 800 años de democracia" Amigo, su argumento es una falacia mas
si esos dos estados están bajo el control de marruecos, estos estarán obligados a volverse musulmanes o morir, no solo los católicos de ascendencia española, si no también hindúes y judíos.
soy un puto sudaca sucio, no vivo en España, ya que lo dije van a ignorarme o insultarme ¿no?, tanto se creen superiores a los "moros", creo que lo mas fácil seria que los españoles que están hay vayan a españa, los hindues tambien, y los judios se van a España a pasar su vida en discriminacion.
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