¿Quién de nosotros no tiene una vida interior muy grande? ¿Y qué poeta no nos la cuenta una y otra vez? En esta sección mi alma se desnudará. Incluso he comprado una nueva para tenerla más grande. Porque, en el fondo, yo también quiero ser feliz
Volviendo a casa (calle de Georgetown, Washington)
Tía Ema acababa de salir de la casa para regar las coles, cuando levantó la vista y vio a Dorita corriendo hacia ella.
- ¡Mi niña preciosa! -gritó, estrechando a la muchachita entre sus brazos y llenando su cara de besos- ¿De qué parte del mundo vienes?
- De la Tierra de Oz.
L. Frank Baum, El mago de Oz
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