jueves, noviembre 25, 2010

CATALUNYA TRIOMFANT/1

Hay un dicho: la anécdota no debe llevarse a categoría. Es verdad. Por eso lo que vamos a presentar aquí ya es categoría y no una anécdota. Y es una categoría sobre la oligarquía catalana, política y económica, que la define con toda seriedad: entre ridícula y patética. Pero como tiene poder es peligrosa.

Ya hemos hablado aquí de que todo nacionalismo es en el fondo un sentimiento paleto ideológicamente sofisticado. Es, también, una forma que tiene la oligarquía de manetener su poder. Este domingo día 28 de noviembre hay elecciones en Cataluña –si no escribo London por Londres, ¿por qué escribir Catalunya?-. Y lo más importante de las mismas no es si saldrá un partido xenófobo o no, ahora que por fin el PP también ha demostrado que lo es con respecto a los que no sean castellanos viejos y el resto de partidos lo demostró hace tiempo con el Estatuto, sino que la oligarquía catalana ha llegado a un punto de ridículo seguramente sin precedentes en España – y la lucha es dura- y es posible que en toda Europa –y eso ya es la champion-. La misma oligarquía que se cree por encima del resto del país.

Dos cosas: una, resulta que a la policía regional se la presenta incapaz de atender a la vez a un partido de fútbol y a las elecciones, es duro no ser multitarea, y por tanto el partido entre el Barcelona y el Real Madrid, es curioso que sea este partido, se debe trasladar al lunes cuando en toda España se puede jugar la liga en elecciones; dos, la oligarquía decide ya incluso qué debe presentarse en el desayuno a la gente que visita lo que sin duda dicha oligarquía considera como su finca.

Mañana analizamos lo del partido, sin duda lo más surrealista y paleto que ha ocurrido en España en los últimos tiempos, pero hoy nos quedamos con la primera comida del día. Si usted va a Cataluña tendrá en su desayuno, obligatorio para el hotel que quiera tener cuatro estrellas, pan con tomate. Se trata de productos de proximidad (sic), aunque tal vez la fábrica de los cereales esté más cerca que la empresa del tomate triturado.

Y no es anécdota, es categoría. Ellos lo llaman ser catalanistas. Nosotros, más apegados a la realidad y sin duda sin patria ni raíces –lo que nos distingue a su vez de la espantosa vida vegetativa- lo llamamos ser paletos.

1 comentario:

Víctor Díaz Ruiz dijo...

Mi opinión sobre cataluña es que intentan ridiculizar al resto de españa aplicando leyes estúpidas como ésta o de por ejemplo yo irme a vivir allí y comprarme una tienda y no poder poner el cartel en castellano aún siendo la lengua oficial y con ésto solo consiguen ridiculizarse a si mismos quedando como auténticos ineptos. ¿Sr. Mesa usted que piensa que cambiaría en cataluña si esta consiguiera independizarse? quiero decir ¿piensas que mejorarían económicamente como muchos ``catalanistas´´ piensan o eso no es más que una falsa ilusión de éstos?