Por fin el flamante y nuevo ministro de Educación y Cultura ha señalado su prioridad: apoyar a la industria de la cultura. Ni una palabra de educación, ni una palabra de fomento de la cultura, solo palabras de defensa para la propiedad privada de los medios de producción de la industria de la cultura. Eso era lo urgente.
3 comentarios:
Al paso que vamos, quien ocupe el Ministerio de Educación también acabará declarando explícitamente que su primera misión es la protección de la industria de la educación.
Cordialmente,
Creo D. Enrique, que ¿para que darle vueltas a las cosas?, he ahí un hombre que va al grano.
Parece que será una "continuación obsesiva" del mandato que Sinde traía a su ministerio por parte de "la industria de la cultura".
Lo importante no es lo que se transmita, ni se enseñe, lo más importante es que registre más beneficios.
Ya nos contará, desde que perspectiva marxista se potencia el que alguien no cobre por su trabajo.
Bueno sí, en “El Mundo” ayer venía una entrevista a un poeta nortcoreano que explicaba que en Corea del Noerte no existe la propiedad intelectual, nadie puede firmar su tabajo, el arte es obra colectiva de todo el pueblo.
Y otra cosa es considerar “Fuga de cerebros II”, “Cardio” de Miguel Bosé… cultura.
Mejor considérelos, productos de una industria que protegida debidamente, volvería a dar trabajo y sobre todo volvería a potenciarse el producto local (tan local como se quiera).
Lo que generaría ingresos para el estado, que el PSOE cuando ganara las elecciones, podría volver a dilapidar.
Un Oyente de Federico
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