sábado, julio 06, 2013

VIDA INTERIOR/121: EXCELENTÍSIMOS (o lucha de excelencias)

¿Quién de nosotros no tiene una vida interior muy grande? ¿Y qué poeta no nos la cuenta una y otra vez? En esta sección mi alma se desnudará. Incluso he comprado una nueva para tenerla más grande. Porque, en el fondo, yo también quiero ser  feliz.

SUMMA IN PRIMIS
reza el lema del instituto de excelencia de la comunidad de Madrid. 

Yo al principio pensaba que es que todos eran familiares, yo qué sé, 
o que era el patrocinio de un nuevo yogourtht –no sé si me he dejado alguna t o h de esas- de esos con bífidus activos y leocumitones bacterianos 
o que era algo sobre los números primos -un chiste de excelencia o algo así-. 
Pero no, al final me he enterado que significa 

LO MEJOR ANTE TODO.

Y yo he pensado: Jooooder, qué nivelón.
Y yo he pensado: pobres alumnos lo que aguantarán…

Bueno, pues estaba yo viendo la página web de la excelencia

ni unos peces persiguiendo el ratón por aquí,
ni un juego por allá,
ni un solo vídeo guarro,
en fin, algo sosa

y su bachillerato excelente cuando me he fijado en las notas medias de selectividad.
No están mal, no están mal.
Pero resulta que en Filosofía mis alumnos han sacado mejor nota.

Por supuesto, la educación no es lugar para competir
OE, OE, OE, OE, OEEEEEE, OOOOEEEEEEEEEEEE.

Y no seré yo quien niegue valor al bachillerato de excelencia
HEMOS GANAOO HEMOS GANAOO

Ni que haya una educación excelente para los mejores
GUIIIIII AAAARRRRRR DE CHAMPIOOOOOONNNSSSS MAI FREND (así, en plan bilingüe)

Pero vamos, que mis alumnos sacan mejor nota en selectividad.
Y por tanto son, por lógica aplicada, excelentísimos.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Cuando lees en “El País”, insisto, en “El País”, que el 93% de los profesores de primaria aspirantes a una plaza de maestro, no supo cuantos gramos tiene un kilogramo, se explican muchas cosas. Y no sólo las relacionadas con la educación.

La precarización holística de los españoles, que según Ud. es intencionada y que yo no creo en tal intencionalidad —pues eso presupone un intelecto detrás de ello que aquí no tenemos, a no ser que se lo encasquete a los judíos y americanos de siempre— tiene su punto de arranque en la educación.

Creo que no soy el único que cree que por muchos millones que se eche al sistema educativo, sin buenos profesores, seguiremos siendo lo que somos. En el mejor de los casos, porque lo lógico es que vayamos cada vez peor.

Su caso, el que nos comenta con orgullo de huligan —y con todo el derecho—, es la constatación:
Buen profesor = Buenas notas

Un Oyente de Federico

Anónimo dijo...

Si ha hecho ud alguna oposición sabrá que el tiempo en ella escasea, muchos de esos fallos vendrían de la tipica forma de actuar a modo "quiniela" al enterarte de que te queda un minuto y 50 preguntas por responder. Al menos eso quiero pensar yo.