jueves, agosto 01, 2013

REPRODUCCIÓN, ESTADO Y LIBERTAD

1.-Es una polémica reciente –también es que yo soy un poco lento-: la Seguridad Social solo prestará la reproducción asistida a aquellas mujeres que sean estériles. Con esto se entiende que o son estériles ellas o su pareja. La polémica ha saltado porque esta nueva disposición excluye, a las parejas de lesbianas o a las mujeres solteras –y a las parejas heterosexuales, por cierto- que deseen engendrar un hijo sin ser estériles. Y, entonces, se acusa a la medida de ideológica y de conservadora, cuando no de reaccionaria -pero solo por el tema de lesbianas y solteras, por cierto-. Sin embargo, y por esta vez, lo reaccionario tal vez esté en otro sitio.

2.- Es absurdo usar como crítica política el argumento de que una decisión es ideológica. De hecho, todas las decisiones políticas, y seguramente todas en general, lo son pues tienen como elemento previo una determinada concepción sobre aquello de lo que se trata. En realidad tan ideológico es que la Seguridad Social cubra (en sentido figurado y asistido siempre) la reproducción de lesbianas y solteras como que no lo haga. Así, toda decisión es ideológica pues se toma de acuerdo a unas ideas previas. Resulta por tanto idiota calificar una decisión como ideológica para criticarla. Las decisiones políticas se juzgan de acuerdo a su contenido y no por su formalidad: una decisión política no puede dejar de ser política.

3.- La Seguridad Social como sistema sanitario público es fundamentalmente un sistema sanitario –nota: a veces conviene recordar lo, casi, evidente-. Es decir, los que defendemos la sanidad pública defendemos una cobertura sanitaria universal y gratuita para todos. Pero cuando decimos para todos nos saltamos, dándolo por supuesto, que nos referimos a todos los enfermos. Y visto lo visto puede que cometamos un error al no dejar claro este punto: la seguridad social debe curar a todos los enfermos. Pero la condición necesaria de su intervención no es ser todos sino estar enfermo.

4.- Quien sufre la esterilidad es sin duda un enfermo. Lógicamente si no quiere tener niños no llevará su enfermedad como una carga, al igual que mi dislalia me da lo mismo, pero si quiere tenerlos sí se sentirá mal. Quienes defendemos el sistema público sanitario apoyaremos entonces que se actúe contra su enfermedad. Pero no porque esa persona quiera tener hijos sino, y esto es importante, porque está enferma y eso le impide tenerlos. Por eso, si usted quiere operarse de su nariz porque le parece fea no cuente con mi apoyo para que se lo pague la seguridad social: usted no está enfermo. Es decir, lo prioritario para la actuación no es su deseo sino que usted esté enfermo.

5.-Yo soy heterosexual –a más de uno le he roto el corazón lo sé- y por ello no estoy enfermo. Tampoco, lógicamente, quien sea homosexual lo está. No creo que sean opciones personales, yo no decidí un día que me iban a gustar las mujeres, sino que sospecho algo genético. Pero eso ahora da igual. Lo importante es que ser heterosexual, homosexual, bisexual o asexual  no es una enfermedad. Y por eso, por ejemplo, si ahora la Seguridad Social financiera uno de esos ridículos e inhumanos tratamientos para dejar de ser homosexual pondría el grito en el cielo. Como, recuerde, si usted quisiera arreglarse su nariz gratuitamente porque le parece fea. La Seguridad Social debe servir para curar enfermos.

6.- Yo estoy casado –a más de una le he roto el corazón, lo sé- y no es una enfermedad. Tampoco, lógicamente de nuevo, lo es ser soltero. Y aquí ya no me enrollo: etc, etc…

7.- Un resumen hasta ahora. Apoyamos una sanidad pública y universal. La sanidad pública debe curar todas las enfermedades. Ser lesbiana o ser soltera no es una enfermedad. La causa de que no tengan un hijo no es una enfermedad ¿Por qué entonces debería intervenir la seguridad social para que tengan un hijo?

8.- Pero se ha dado, desde sectores presuntamente progresistas, una respuesta a esto: porque es su proyecto vital. Es decir, mostrando el argumento, la Seguridad Social debe desarrollar los proyectos personales de la gente. Y aquí está lo reaccionario.
Creer que el estado tiene por función desarrollar los proyectos personales es una idea peligrosa. Y lo es por un doble motivo: primero, porque implica una idea de estado que roza el límite, cuando menos, del estado totalitario; segundo, más grave, porque implica una idea de individuo dependiente.

9.- La idea de un estado que desarrolla los proyectos personales es terrorífica. Cuando se defiende, necesariamente el siguiente paso es un estado que elige los proyectos decentes o progresistas y los que no. De hecho, los contrarios al matrimonio homosexual es lo que defienden al señalar que el estado solo debe permitir casarse a un tipo de parejas concretas pues la función del estado es desarrollar proyectos personales determinados –los decentes- que en este caso es decidir qué es y qué no es una familia: unos sí y otros no.
Nosotros sin embargo creemos que el estado no debe desarrollar los proyectos vitales de los individuos porque eso implicaría la elección moral del estado sobre los propios proyectos. Por supuesto, el estado podrá prohibir ciertos proyectos –por ejemplo, la pederastia- pero nunca podrá ayudar a desarrollar otros sino poner las condiciones para que estos se puedan desarrollar personalmente, que no es lo mismo. El estado debe permitir que los homosexuales se casen o adopten, pero no cabe que les obligue a ello.  Ni que les dé algo que no le da a otras parejas.
Si el estado admite que personas no enfermas, lesbianas o solteras o con la nariz fea,  entren en un proceso del sistema sanitario sin estar enfermos, el problema surge en cuándo lo para. Es decir, la selección entre unos proyecto vitales -qué cursi es esa expresión, como si pudieran existir proyectos y encima vitales…- y otros genera un estado que desarrolla unos sí y otros no. Y eso es un estado que decide la vida individual de los ciudadanos ¿Por qué el estado le debe pagar la reproducción asistida  a una mujer sana y no me debe pagar a mí un implante capilar? –lo sé, les he roto el corazón a todos: cada vez más calvo-.

10.- Pero es más grave lo otro: el individuo dependiente. Hay una tendencia social, y que tiene que ver con la estructura ideológica del nuevo capitalismo, que es la idea de que  el individuo no tiene responsabilidad en sus propias decisiones. Así, el proyecto de vida solo debe reportar ventajas y nunca inconvenientes. La idea así de una suave felicidad, nunca enfrentada a lo real, es la clave de la nueva dominación ideológica.
Todo cumplimiento de un proyecto vital implica unas acciones previas. Si quiero aprobar tengo que estudiar, si quiero X tengo que hacer Y.  Cuando se decide engendrar un niño –nota: pone engendrar y no tener un hijo porque la adopción es posible- hay que actuar de acuerdo a un paso previo que  no explicaré debido a mi proverbial timidez. Da igual  ser heterosexual, homosexual, lesbiana o capricornio. Ese proyecto vital, como todos, implica por lo tanto unas condiciones. Un sistema sanitario debe ayudar cuando esas condiciones no se pueden cumplir -se está enfermo, seas heterosexual, lesbiana, soltera o piscis-. Pero todo proyecto vital implica una responsabilidad personal que el estado no sustituye. La cópula macho-hembra es aquí la condición del proyecto. Y esto no puede interpretarse como una pérdida de derechos sino precisamente como una igualdad en el trato: por ser lesbiana no puedes usar la sanidad pública para tu proyecto personal igual que tampoco puede hacerlo una pareja heterosexual que no sea estéril. Pretender otra cosa sería, curiosamente, defender el privilegio de unos (lesbianas y solteras) sobre otros (parejas heterosexuales). Sería la idea de que el estado debe desarrollar unos proyectos vitales, porque son superguays, frente a otros más, sin duda, vulgares. Y yo, como me siento de izquierdas, defiendo mucho la igualdad de derechos. Y como soy de izquierdas, defiendo que el estado no es mi padre: mi vida espero –cosa que sé es falsa en la actualidad- hacerla yo. Y por eso acepto no solo el final feliz de mis actos sino, también, sus consecuencias necesarias. O su final, seguramente, triste.

y 11.- Ser progresista no es defender a las minorías sino defender la igualdad como ciudadanos. Ser homosexual no es algo positivo por sí mismo como ser heterosexual no es algo positivo por sí mismo. Estar casado no es algo positivo por sí mismo como estar soltero tampoco. Debe ser, a nivel de derechos,  algo neutral. Por eso los homosexuales deben poder casarse y adoptar niños. Y por eso mismo el sistema público sanitario no debe pagarles la reproducción asistida por ser homosexuales o  a las solteras.

11 comentarios:

Anónimo dijo...

ser esteril es una enfermedad????

no lo creo.

Anónimo dijo...

.... muface esta pagando tratamientos (hasta un máximo de tres) de fertilidad a parejas no estériles pero que no pueden engendrar, porqué a una pareja de lesbianas no se le puede pagar?

Anónimo dijo...

En este asunto, como en algún otro, que es de razonamiento tan cartesiano como el que Ud. hace, al leer opiniones en contra da la sensación de que a uno se le escapa algo. Algún factor de la ecuación que no se ha tenido en cuenta.

Como pudiera ser:
— La reproduccíon, o mejor dicho el aumento de población como bien social.
— Deuda histórica como compensación a la pasada criminalización de la homosexualidad.
— Aplicar el mismo razonamiento (si lo hay) que se hace para subvencionar el aborto.
— Aplicar el mismo razonamiento (si lo hay) que se hace para subvencionar cambio de sexo.

Con cuestionamientos como los que hacen los “anónimos” anteriores, no creo que la cosa vaya por ahí.

Pero yo lo que quiero es que el estado me subvencione un curso y el equipo de snowboard y si para ello me tengo que hacer lesbiana, me hago.

Un Oyente de Federico

Pedro dijo...

Hola profesor,

Estoy de acuerdo con la mitad del texto, me explico.
Cuando escuchaba a la ministra de sanidad decir que la prestación de reproducción asistida en la sanidad pública está pensada para parejas que tienen un problema de esterilidad y que, por tanto, la falta de varón no era un problema de esterilidad tenía razón. Esto está pensado como un servicio sanitario y está pensado para gente que intenta tener hijos y no puede. Las críticas desde todo el sector progresista a la medida como "reaccionaria" son absurdas y muestran bastante a las claras que estamos equivocándonos en la identificación de lo que es una discriminación y que estamos anclados en una revolución cultural un tanto grotesca.
Hasta aquí, en todo de acuerdo con usted y, aunque me cueste decirlo, con la ministra.

Pero luego hay un segundo debate, que es si el estado puede "proveer" de posibilidades de fecundación a quien lo demande. Usted dice que no pero yo no estoy de acuerdo.
Estamos en un país y en unas condiciones donde la natalidad es muy baja y todos los gobernantes querrían aumentarla. Hay ayudas a familias numerosas, había un cheque bebé hasta hace poco, deducciones de IRPF, etc.
Si queremos facilitar la natalidad ¿cómo podemos impedir que una mujer que quiere ser madre lo haga? Me parece absurdo. Decir que es por coste del sistema sanitario es una tontería porque el coste de esto debe ser mínimo comparado a los beneficios que recibe la sociedad con un miembro más (y a todas las ayudas creadas por esta razón).

Una cosa es la prestación sanitaria por temas de infertilidad, ahí nada que objetar con la ministra y con usted. Pero ¿debería haber un servicio público para la fecundación más allá de los problemas de infertilidad? Yo creo que sí.

Saludos,

Enrique P. Mesa García dijo...

D.Anónimo1: la esterilidad es una enfermedad según la OMS.
D. Anónimo2: no entiendo lo de parejas no estériles pero que no pueden engendrar.Me imagino que sería por alguna causa médica ese no poder engendrar, luego el argumento me defiende.
D. Oyente:
a) El tema del cambio de sexo no es lo mismo. Yo estoy a favor de que lo pague la Seguridad Social porque ahí hay un trastorno médico cuya cura es la operación.
b) No le veo de lesbiana.
D.Pedro: yo no hablo de nada económico. Pero es que no entiendo cuando dice "(para antender) a la fecundación más allá de los problemas de infertilidad" ¿A qué se refiere?

Rastignac dijo...

Ciertamente me ha hecho cambiar mi opinión sobre el asunto. Merece la pena leer textos de gente como usted, que profundiza más allá del típico "es una medida conservadora".
El Estado nunca debería pagar los caprichos de los ciudadanos.
Igualmente, pienso que este tema no puede ser equiparado a una operación para arreglarse las narices o un aumento de pecho, ya que hablamos de engendrar un hijo, la ilusión de tantas mujeres. De cualquier manera, si me inclino más hacia su opinión de que al no ser personas enfermas, el Estado no tiene por qué costear ese tipo de exigencias.

Un saludo, ¡y no deje de escribir!

Anónimo dijo...

Y yo si se me permite, llevaría esto un poco más adelante. El Estado no tiene por qué ser el papá del ciudadano, y esto es evidente:
Personalmente, no comprendo como algo que no resulta vital para una persona (en este caso, la fecundación asistida, poder engendrar un niño) deba de ser atentido por la Seguridad Social.
Mi cabeza cavernosa en este caso, me obliga a decir que el sistema sanitario estatal estaría obligado a atender asuntos de cierta importancia. No digo que porque no sea vital curar una fractura en el fémur, por ejemplo, no debamos acudir a ello, sino que habría que establecer un punto de partida a partir del cual la Seguridad Social actuara.
Así se evitarían asuntos de relativa poca importancia y más personales como la infertilidad o, como dice el anterior comentario, un aumento de pecho, que deben de ser ignorados por el Estado de manera completa.
Un colaborador del blog Artículos Picaditos.

Enrique P. Mesa García dijo...

D. Colaborador: la infertilidad no es un asunto de poca importancia y sí debe ser atendido porla Seguridad Social (tal y como dice el artículo, por otra parte).

Anónimo dijo...

No es así desde mi punto de vista. La adopción es más que suficiente para poder cubrir el vacío que deja la infertilidad. De cualquier manera, todo son opiniones respetables.
Saludos

Pedro dijo...

Profesor,

Me refiero que debería haber un servicio de fertilización gratuito para las madres que quieran serlo y no dispongan de pareja masculina, y lo he justificado por la necesidad de potenciar la natalidad en un país como el nuestro (no estamos para desperdiciar madres potenciales).
E, insisto, nada tendría que ver con cuestiones de infertilidad, en las cuales entiendo que no disponer de varón fertilizador obviamente no sería un problema de salud y no debería de ser una prestación por esa vía.

Saludos,

Anónimo dijo...

No imaginaba que la transexualidad estuviera considerada enfermedad en España, con lo modernos y progres que somos. En este caso, fíjese Ud. que hacemos realidad los chistes feministas, pues vea que para curar de una enfermedad mental a un hombre, le operamos de los cojones.

Un Oyente de Federico