miércoles, mayo 21, 2014

VOTAR

Como todos ustedes saben, y si no lo saben aquí estoy yo para comentárselo, el próxímo día 25 de mayo –aniversario de mi primera comunión- son las elecciones europeas. De hecho, este artículo pretende pensar sobre ellas en un triple sentido. Primero, sobre su importancia; segundo, sobre la necesidad de intervenir en política; y, tercero, la explicación de mi propio voto. Y usted está pensando: ¡Y a mí qué coño me importa! Pero es que yo tengo poca vida interior y así paso el rato.

¿Son importantes las elecciones europeas? En política existe una idea popular que podríamos denominar como principio de relevancia. Supone este principio que la importancia de una institución sobre la vida de los ciudadanos guarda relación proporcional con la distancia, es decir: cuánto mas alejada, y por tanto aumente su distancia, la institución será menos significativa para las personas. Por ejemplo, el ayuntamiento será así, en el imaginario colectivo, más cercano e importante que el parlamento europeo. Pero, este principio es un error grave. Y lo es por varios motivos.

En primer lugar, este principio no tiene en cuenta el cambio social producido en la nueva sociedad globalizada. Efectivamente el principio de relevancia, como el propio nacionalismo que es su paradigma general,  vive aún en el  mundo antiguo donde la interconexión vital era escasa: lo paleto prevalecía. Hoy en día, sin embargo, cualquier hecho cotidiano demuestra que el planeta es nuestra única realidad: mire a su alrededor y verá algo chino o de las antípodas neozelandesas cuando se tome el postre. Así, y como principio general, usted se beneficia o se perjudica de las propias leyes vigente en esos países y que, sin embargo, no le tienen, ni a usted ni tal vez tampoco a sus propios habitantes como en China pero no en Nueva Zelanda, como sujeto de derecho.

Pero, ademas, resulta que en Europa usted es sujeto de derecho y también de padecimiento. Una parte fundamental de su vida se legisla bajo normativa comunitaria. Y la normativa nacional o regional o municipal está sujeta a esa legislación europea. Así,  queramos o no, Europa es importante. Y ello nos obliga a intervenir en política.

Los niños juegan al escondite tapándose los ojos. Piensan ingenuamente que si ellos no te ven resulta imposible que tú les veas. Los adultos sonreímos con superioridad frente a esto y aclaramos que son cosas de niños: ya crecerán. Las normas legales expedidas en el poder legislativo afectan a los individuos y a nuestro día a día. Así ha sido hasta ahora en los parlamentos nacionales y es ahora, con la economía globalizada,  en el Parlamento Europeo: las condiciones de eso que rimbombantemente se llama vida dependen de esto.

Pero  los adultos  juegan en política al  escondite  tapándose lo ojos. Les gusta creer que su vida es la república independiente de su casa que nada tiene que ver con el resto social sin pararse a pensar que el propio anuncio, tan simpático, tiene como fin vender muebles. Así, imponiendo el egocentrismo infantil creen poder decidir libremente no intervenir en política sin comprender que vivir en sociedad ya es intervenir en política. Como los niños, no comprenden que aquello a los que niegan su mirada sigue existiendo con todo su poder. Y que su vida se mueve en el recinto permitido.

Votar no es un ejercicio de identificación sino un préstamo. Por eso en democracia se vota con periodicidad. Estar de acuerdo con todo lo que propone un partido es imposible: habría que haber escrito uno mismo el programa y dejar de pensar a partir de entonces o ser, también cabe esa posibilidad, una persona que es así desde que nació y a la que nadie le hará cambiar de opinión y que se llama un borrego. Incluso el grado de desacuerdo puede ser tal que se considere no votar a ninguno. A veces nos ha pasado y hemos votado en blanco. Pero, es ingenuo pensar que uno solo vota desde su prístina conciencia. Y es un error político.

Las circunstancias concretas marcan la práctica política. Y el voto es una práctica política. Se vota en unas circunstancias y ante unas circunstancias. La conciencia pura en política es como aquella paloma que creía que volaría mejor en el vacío -bueno, a veces me pongo erudito-.

Estamos en guerra. El nuevo proceso de precarización, del que ya hablamos bastante en este blog,  implica la destrucción del estado social y democrático de derecho de nuestra constitución y que ha sido el modelo europeo desde el final de la II Guerra Mundial. Esta destrucción se ejerce también desde la propia UE y afecta a la vida diaria. Es fácil pedir el todo o nada pero el ángel de la historia, mientras tanto, va sembrando el camino de sufrimiento innecesario. Hay, sin duda, cierta humanidad en evitar el sufrimiento innecesario y, por eso, hay cierta humanidad y cierto deber ser en el estado del bienestar. Hay que defenderlo no como el ideal pero sí, al menos, como el mientras tanto.

¿A quién votar? Hay veces, y la guerra es una de ellas, en que la selección de los aliados no se hace por la máxima afinidad, que no se encuentra en ninguna parte, sino por el mínimo común. Hay veces, en que hay que votar jugando como al  billar y buscando la carambola: esperando que la bola jugada no viajará sola sino que al golpear en otras producirá un movimiento general. A estas elecciones se presentan muchos partidos de la autoproclamada izquierda. En realidad, todos defienden el mismo programa básico y lo único que cambia son sus, en todos ellos bastante flojitos, actores principales. Se podían haber presentado juntos, ya les digo que estamos en guerra, pero parece que nadie quiere el oscar -bueno, el Goya que son todos de la Europa de los pueblos riau riau -  al mejor actor de reparto y todos buscan el de actor principal. En fin, la triste realidad es que no lo han hecho. Y así hay que elegir.

Cada vez que un dirigente de IU abre su boca parece que busca que no se le vote. No sé si será una astuta estrategia de psicología negativa: también se usa con los niños, pero nosotros no somos niños. Y como no lo somos comprendemos que aunque nos tapemos los ojos pueden vernos. Y también sabemos que nuestra conciencia no es tan pura. Votar a IU no es un acto de identificación. Es un préstamo para el juego de billar y buscar recuperar lo mínimo.

6 comentarios:

Pedro dijo...

Hola Don EP,

Yo le voy a completar, si me lo permite, su entrada con la mia sobre la misma cuestión.
Como verá yo también he tratado el tema de a quién votar, pero como intuirá mi conclusión sin ser demasiado divergente de la suya sí que acaba en un "cesto" distinto...

http://larepublicaheterodoxa.blogspot.com.es/2014/05/perspectivas-para-el-25-s-ii-quien.html

Saludos,

Anónimo dijo...

Tengo la sensación de que los países europeos, sobretodo los países del sur de Europa estamos muy necesitados de partidos tipo UKIP.

Yo creo que es urgente el salir de la Comunidad Europea y aun mas urgente salir del Euro.

Talita dijo...

Sobre votar a IU (independientemente de ideología, que no está el patio para eso. ¡Qué vida tan triste!)
-Ejercicio de ensayo sobre lo que puede pasar en españa sin la circunscripción provincial: dado que en estas elecciones la circunscripción es nacional el argumento del voto util no es relevante aquí. Argumento a favor
-Lo que se juega en europa es quien es el nuevo presidente, y los partidos mayoritarios son conservador y socialdemócrata. (http://elpais.com/elpais/2014/05/02/opinion/1399039278_205734.html) Votar a PSOE es apoyar al socialdemócrata y votar a IU es apoyar a Szyriza. Si Szyriza luego va a apoyar las decisiones de izquierda que tome el presidente, si es socialdemócrata, entonces da un poco igual a quien se vote en caso de que el objetivo sea mantener la socialdemocracia en Europa. Si no lo va a apoyar y va a hacer cosas raras, entonces el argumento del voto útil puede tener sentido aquí.
-Szyriza tiene un discurso en europa que consiste básicamente en promover medidas antiausteridad. Ciertamente esto es un problema, pero también lo es, y muy gordo, el problema de corrupción que existe, yo diría que incluso mayor que este, y luchar contra la corrupción es quizá más adaptativo que luchar por salir del yugo de la troika. Analogía con la situación de los países pobres y quienes quieren que se perdone su deuda externa. Qué ocurriría se si hiciera eso? que sus gobernantes corruptos montarían una fiesta. Bárcenas lo celebraría desde la cárcel. Si fuésemos un país que es ejemeplo de ausencia de corrupción, quizá la idea de las medidas antiausteridad fuese interesante, pero el problema fundamental de españa, más allá de las medidas de la troika, es que nuestros gobernantes son muy corruptos, y más allá de eso, que pasa en todas partes si se deja a la gente, nuestro problema es que no hay medidas legales anticorrupción serias. Vamos, que ser corrupto es gratis total.
-Quizá a nivel europeo ocurre un poco lo mismo que a nivel nacional: al final está el argumento del voto útil.
-Efectivamente, escuchar a los de IU es, muchas veces, como para salir corriendo.
-¡Qué difícil!

Talita dijo...

@Anónimo
Dejo aquí algunas ideas expuestas por Luis Garicano sobre la salida del Euro: http://www.fedeablogs.net/economia/?p=2754 y una pregunta aquí: http://www.huffingtonpost.es/2014/01/24/luis-garicano-entrevista_n_4658354.html

Anónimo dijo...

EU es un mal teatro de charlatanes:

En Estrasburgo van a sacarse fotos y cobrar.

En Bruselas es donde se toman las decisiones ejecutivas y legislativas, y esas decisiones las toman burócratas, tecnócratas a quien nadie nunca ha votado, que incluso tienen la osadía como Monti en Italia de presidir un país que no les ha votado con la excusa de resolver esos problemas que ellos mismos han creado, sin ninguna intención de resolver nada, obviamente.

Enrique P. Mesa García dijo...

D. Pedro, es un honor.
D. Anónimo1: el euroescepticismo es un suicidio. Si GB no tieneeuro es por la City y sus chanchullos no por el interés de sus habitantes.
Dña. Talita: de acuerdo, qué dificil. Pero sospecho que España no es especialmente corrupta. Lo que habría que hacer sería acabar con el fraude fiscal que es la auténtica corrupción que va contra la economía (http://www.gestha.es/index.php?seccion=actualidad&num=343)
D. Anónimo2: no es así. Yo revisaría sus nociones actuales sobre el tema.