martes, octubre 14, 2014

UNA TERTULIA DE FÚTBOL EN EL INSTITUTO: @tertuespinillo

1.- El próximo día 16 de octubre comienza en el Instituto El Espinillo una tertulia dedicada al fútbol que se dará jueves alternos durante el recreo. A esta tertulia están invitados todos los alumnos del centro y su pretensión más elemental es que opinen y argumenten sobre los distintos equipos tanto en la liga como en eso que los viejos llamamos Copa de Europa. En fin y resumiendo, que hablen de fútbol.

2.- Pero enseguida alguien preocupado por la cultura podría clamar: ¿una tertulia de fútbol en un instituto? ¿Qué demonios puede pintar algo así en un centro dedicado a la educación y, al menos teóricamente, al desarrollo de la cultura? ¿Eso en un templo ilustrado?
No hay, sin duda, nada más hermoso que la pureza, salvo cuando, precisamente, se pretende algo más que sobrevivir en el mundo. O dicho de otro modo: la pureza es buena si uno solo quiere ser agua. Y nosotros queremos algo más.

3.- La pregunta entonces parece clara: ¿por qué vamos a intentar, pues el éxito de la empresa dependerá del alumnado, hacer una tertulia sobre futbol en un instituto?

4.- Existen, al menos, dos maneras de ser profesor.

La primera es la que podríamos denominar profesor aristócrata: aquel que considera que sus enseñanzas son tan elevadas que lo lógico es que sólo puedan seguirle un pequeño grupo de alumnos. Este profesor, que es como Platón pero en secundaria, tiene una frase típica: a mí con que me sigan unos pocos me vale. Lo que nunca sabremos es si estará dispuesto a cobrar su nómina de acuerdo al número de alumnos que efectivamente le entienden y, con coherencia, proporcionalmente a ellos. Al fin y al cabo, y ésta es la diferencia también con la grandeza de Platón, el aristócrata cada fin de mes se convierte en funcionario del estado democrático y de masas.

La segunda manera de ser profesor es lo que podríamos llamar el profesor democrático. Este no es aquel que cree que la escuela es un lugar de democracia donde alumnos y profesores tienen el mismo derecho a opinar y a gobernar el centro, esto sería el profesor demagogo, sino aquel que intenta que todo alumno sea capaz de llegar al conocimiento. Es aquél, en definitiva, que no selecciona al alumnado previamente con su explicación ni en su trabajo, sino que intenta que este abarque a todos los alumnos: y si no es así, sentirá que algo hace mal.  Tal vez actúe de esta manera, por qué no, porque él no es tan listo  ni tan sabio como el profesor aristócrata y sus clases probablemente tengan menos calidad y, sobre todo, profundidad. Aunque, eso sí, ambos hayan acabado en el mismo sitio: un instituto de secundaria de la periferia de Madrid.

5.- La tertulia futbolística en el recreo responde sin duda al segundo modelo: queremos que sea masiva. Pero también este modelo podría tener una trampa terrible. Efectivamente, la trampa podría ser que al final la tertulia sobre futbol sólo fuera una tertulia sobre futbol. Y aquí la cosa se complica porque de lo que estamos hablando no es sólo de la apariencia sino, sí yo también pedanteo, de la realidad. O diciéndolo en palabras normales y sin pretender demostrar que nosotros también en el fondo somos platónicos: la tertulia futbolística busca algo más que ser una tertulia futbolística.

¿Qué es ese algo más?

Lo que en realidad se pretende con la tertulia futbolística no es sólo que los alumnos y yo mismo hablemos de fútbol, cosa que por otro lado es uno de los objetivos básicos pues a mí que soy un simple me gusta el fútbol, sino que también aprendamos varias cosas.

6.- En primer lugar, queremos aprender a racionalizar los elementos del mundo. Efectivamente, el mundo exterior se puede recibir a través de la mediación de una reflexión sobre el mismo o bien a través de la identificación pura de la emoción. Sí conseguimos que los alumnos hablen sobre un tema que para ellos emotivamente es muy importante como el fútbol -pues su prioridad es ser de tal equipo- y tengan que argumentar su posición al respecto, lo que estamos intentando es que acojan un nuevo hábito: plantearse la reflexión sobre aquello que, hasta ese momento, no  era más que un vínculo emocional. O dicho de otro modo, lo que pretendemos es que los alumnos adquieran como natural que todo aquello que existe en la realidad sea reflexionado. Yo no solo soy del Madrid, o del Atleti o del Barça,  sino que explico y me explico.

7.- En segundo lugar, pretendemos que los alumnos ya no solamente adquieran el hábito de que hay que pensar sobre los objetos de fuera sino que vayan acostumbrándose a presentar estas reflexiones de forma pública. Una democracia sólo es posible con ciudadanos que no piensan ensimismados sino que meditan públicamente. De ahí, por ejemplo, que criticar las redes sociales porque permiten presentar la opinión de cualquiera nos parezca profundamente reaccionario. Una democracia lo es también porque sus ciudadanos opinan públicamente y no porque sean muy profundos solo en la intimidad.

8.- En tercer lugar, pretendemos que los alumnos no sólo aprendan a argumentar su opinión o a que conviertan en un hábito la mediación reflexiva con respecto al mundo sino que sean capaces no sólo de tolerar sino de reflexionar sobre las opiniones de los demás. Creemos que nuestro máximo éxito se daría cuando un alumno entre opinando una cosa y salga opinando otra distinta porque reconozca que hay buenas razones para haber cambiado de idea. Cuando, en definitiva, se distinga  el yo de las ideas defendidas.

9.- Y en cuarto lugar, y que no es sin duda la menos importante, viene la idea de que los alumnos sean capaces de distinguir entre un diálogo real, en el cual el intercambio de ideas es para conseguir tener ellos mismos una teoría mejor y más sofisticada o provocarla en sus compañeros con sus argumentos, frente a  la típica tertulia televisiva formada por periodistas cuyo máximo  mérito es el de ser forofos de un equipo o de un partido político. Así, frente a estas tertulias basura que pueblan la televisión y las radios, la tertulia que proponemos en nuestro instituto pretende ser un diálogo para el intercambio de ideas y no para las consignas ultras. Aquí reflexionamos, no animamos.

10.- El próximo día 16 de octubre la tertulia de fútbol de El Espinillo comienza su andadura. También sería injusto decir que la hacemos solos. Nos ayudan por supuesto los educadores de medio abierto, el departamento de orientación y especialmente nos ayuda la Asociación de Estudiantes del centro.
¿Se conseguirá lo que se pretende? No lo podremos empezar a saber hasta final de curso. Si yo fuera un profesor cursi diría que se trata de una aventura fascinante, pero intentó ser un profesor normal así que si la tertulia no funciona y no cumple sus objetivos diré que ha sido sólo otro fracaso.

y 11.- Terminaba Marx la undécima tesis sobre Feuerbach señalando que había llegado el momento en que los filósofos transformaran el mundo. Resultaría excesivamente pretencioso, aunque daría cuenta de nuestro impresionante conocimiento, terminar así este escrito. Sin embargo, no cabe duda de que detrás de esta idea late el hecho de intentar hacer algo más por la educación de nuestros alumnos. No es tanto como transformar el mundo pero, también es verdad, es más que explicar mal en clase algo que al cabo de media hora se olvida. Aunque un grupito nos siga o eso nos consuele creer.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Espero que en el instituto aprovechen la suerte de tenerle a Ud. de profesor.

Un Oyente de Federico

Talita dijo...

Buenas
Supongo que conoces la filosofía del deporte. Es una cosa que está de moda ahora y que quizá te puede dar ideas para tratar temas en dicha tertulia. Trata sobre cosas como la ética del dopaje (y el mejoramiento humano), las virtudes del hincha deportivo, y cosas así.

Saludos

Talita dijo...

Y por cierto, buena iniciativa. A juzgar por lo fans que son tus alumnos, seguro que van atropellados :D