miércoles, julio 27, 2016

CAPITALISMO Y VERANEO

En el siguiente artículo pretendemos explicar algo que puede resultar peligroso a la postre en cuanto a la metodología empleada. Efectivamente, lo que queremos hacer es a través de una realidad concreta, como es en este caso el veraneo, explicar cómo el desarrollo del Capitalismo va generando determinado tipo de personalidad y cómo influye directamente en la vida de los individuos. O diciéndolo de otro modo, queremos establecer la preeminencia del ser social sobre la conciencia individual –nota: obsérvese mi cultura extraordinaria citando así, como quién no quiere la cosa, a Marx-

Todo esto quiere decir que vamos a intentar defender que  existe una relación concreta entre la forma de vida que la gente se aplica libremente durante el verano, y este libremente no es una ironía, y el desarrollo del moderno Capitalismo. Lo que pretendemos explicar es por qué se da un caso tan singular cómo es el siguiente: durante el verano la gente reniega de cualquier tipo de concentración intelectual y busca aquello que se presupone como relajado porque, y esta palabra es la importante, está de vacaciones. Es decir, las vacaciones laborales incluyen algo más que no realizar trabajo asalariado.  

Efectivamente, resulta curioso que durante el año la misma gente que ahora no lo hace, consume sin cesar noticias de contenido intelectual, de artículos de contenido político social o filosófico e incluso mantiene conversaciones sobre estos temas. Sin embargo, al llegar el verano se produce una extraordinaria metamorfosis que les lleva a renegar de esto y convertir su vida en una transformación acorde a las vacaciones laborales.

Lo interesante aquí, es que del mismo modo que el proceso productivo individual, el trabajo para quién lo tiene definitivo eso sí, cesa durante el veraneo, en las vacaciones el fin de la jornada laboral implica también el fin de una relación social “seria” con el mundo y el inicio de una más “relajada”: la vida debe ser ahora divertimento. El verano no es una época para ser serio sino que debe ser una época para la holganza y también para el puro gozo sin ninguna pretensión que vaya más allá de ello. Es así como que la vida se toma un respiro en verano, del mismo modo que la producción laboral se lo toma. Si es que a esto se le puede llamar vida.

Y esto es lo que nos parece básicamente interesante. Efectivamente del mismo modo en que se corta la producción laboral, al menos para quien tenga trabajo, en el verano también se produce la situación en la cual el sujeto se encierra sobre sí mismo y se sitúa en una realidad que considera como realmente propia, como su propia vida donde toda producción social, e incluso influencia de la realidad exterior, no fuera con él. Es así que el verano resulta el triunfo definitivo de ese proceso ideológico que nosotros hemos denominado como alienación negativa en el cual el sujeto siente que su vida real es puramente individual, que no tiene nada que ver con la realización social y que, por lo tanto, solo la puede vivir una vez que se aleja definitivamente de esta sociedad y, con ello, cuando ha dejado la producción laboral donde el sujeto no se identifica consigo mismo sino que se ve dominado por el malvado sistema de producción capitalista.

De esta forma, aparentemente con el verano nos encontraríamos ante un extraordinario proceso de liberación de los individuos en el cual se mostrarían tal y como son realmente, desarrollando así su yo interior. Incluso, se observa en la propia vida de los estudiantes, fundamentalmente los universitarios, que lejos de encontrar su realidad personal en el proceso de aprendizaje lo encuentran en el proceso de ocio veraniego: por fin somos libres, exclaman en las redes sociales.

Pero al lado contrario de la apariencia, como casi siempre ocurre en la Filosofía, está la verdad. Todo esto no es sino el triunfo definitivo del Capitalismo. Y de lo que se trata aquí es de explicar, primero, qué tiene esto que ver con el desarrollo del Capitalismo y, segundo, qué tiene esto de verdadero o de falso en cuanto a la formación de la personalidad.

La relación que guarda esto con el desarrollo del Capitalismo no es difícil de descubrir. Como ya hemos señalado repetidas veces en nuestro análisis del sistema económico, el Nuevo Capitalismo ya no explota el trabajo humano sino que explota la vida humana como tal al convertirse esta, en la producción laboral y el consumo, en producción incesante de beneficio capitalista. De esta forma, desengáñense, las vacaciones son también proceso productivo capitalista exactamente igual que el proceso laboral. Lo único que cambia es la forma concreta de producción individual de mercancías que se da en este proceso pero no el hecho de la mercantilización del tiempo gastado en el mismo. De forma similar a como el trabajador vende su tiempo para producir mercancías en el mercado laboral, el consumidor, usted y yo de veraneo –aunque yo soy un tío rebelde y antisistema- compramos tiempo de ocio para conseguir llevar adelante lo que creemos nuestro proyecto vital y con ello se produce necesariamente también beneficio capitalista. Así las vacaciones realmente no son sino un proceso de producción capitalista tan real como el propio proceso productivo. O dicho de otra forma: usted no se va de vacaciones, usted produce de otra manera. Ah, y yo también.

En segundo lugar, está el tema de eso que se llama desarrollo personal. Efectivamente, hay gente que se encuentra a sí misma en vacaciones y hay gente que encuentra conchas. La vida es, dicen, una caja de sorpresas. Pero, fuera de la falsa apreciación de la subjetividad, las vacaciones son el momento absoluto del triunfo de la alineación negativa ya comentada. Recordemos brevemente que esta consiste en la idea que se hace creer a los sujetos de que su identidad como yo es independiente y se sitúa por encima de todo el modelo social, que a su vez se considera como falso y malvado.  La idea clave de todo el proceso de alienación negativa es la idea de que el individuo se sienta por encima del modelo social. Y ya puede ser a través de vanagloriarse en sí mismo por el mero hecho de tener mucho músculo, foto en la playa en paños menores, por ser una persona sensible y culta, selfie delante de una obra de arte, o por el hecho de considerarse por encima de toda esa gente que vota, por ejemplo, al Partido Popular. Incluso, por escribir este artículo en verano. Así, en verano el individuo refuerza su “encuentro consigo mismo” dentro de la apariencia de una vida realizada como sujeto cuando en realidad solo es una mercancía en el mercado. La vida en verano es tan falsa como en invierno. O en otoño y primavera.

Cada instante de la vida ha devenido en producción capitalista. Por eso la vida humana ya es mercancía absoluta. Y por eso, el capitalismo ha llegado a ser un sistema totalitario. También, en la playa.

2 comentarios:

loli loligo dijo...

Conclusión, todo es capitalismo…incluso la búsqueda de uno mismo en el interior de las espiras de las conchas, sinistrorsas o dextrorsas (hay para todos los gustos) y no es nada fácil…
Dejando de lado mis tonterías… el caso es que tengo muchas dudas… todo es ya capitalismo, vale, y en alguno de los capítulo de por aquí he leído que el capitalismo no tiene porque ser malo. Pero este capitalismo es totalitario, y eso ya no es tan bueno, vale…

Por otra parte, la naturaleza es un sistema totalitario, y “nuestro éxito” ha sido la emancipación de ese sistema…….pero para caer en otro sistema totalitario?!?!....

A la cabeza me vienen las películas en las que por mucho que te desplaces en el tiempo para que una muerte no ocurra no puedes evitarlo, cambia la forma pero al final muere. Pues es mi misma sensación, hemos pasado de un totalitarismo a otro…pero, ¿se puede evitar? Sé que son ámbitos completamente diferentes, pero parece no podemos eludir ser esclavos de una manera o de otra, solo con la ilusión de la libertad.
Mi desconocimiento impide mi propia intención para conseguirla libertad, tampoco podría llegar a una alienación negativa.

Me voy a la playa con Newton, “…yo me veo a mí mismo como un niño que, jugando en la playa, se alegró al hallar una concha más bonita que las demás, mientras el océano de la verdad yacía ante sin que pudiese comprenderlo”.

Anónimo dijo...

Quizá sea apreciación mía, pero algo ha cambiado desde aquella explotación capitalista decimonónica que cuando se le estropeaba un obrero lo tiraba y ponía otro, a la actual del siglo XXI que te explota mientras estas en la playa rebozado en crema protectora solar echado en tu tumbona mientras confirmas a simple vista la estadistica que dan mayoría a los trabajadores con sobrepeso.

Como mi señora y yo, también, como Ud., nos hemos hecho unos rebeldes nos quedaremos en Madrid para que no nos exploten. Si acaso un poquito, atendiendo a su comentario sobre “Capitalismo y Desarrollo Sostenible, porque somos pedriceros e iremos algunos días al parque natural para jugarnos el tipo y meter, clandestinamente, los pies recalentados por la caminata, en el agua.

Un Oyente de Federico