lunes, enero 16, 2017

RESPUESTA AL DECANO: SALVEMOS LA FILOSOFÍA

Me levanto y miro que llevamos recogidas cerca de 177.000 en la Plataforma Change.org bajo el lema Salvemos la Filosofía.
Leo El País y veo que D. Jesús Zamora Bonilla, decano de la Facultad de Filosofía de la UNED, ha escrito un artículo señalando los argumentos errados que utilizamos los que defendemos una mayor presencia de la Filosofía en la educación.

En primer lugar, nuestro autor asegura que no tiene claro que haya realmente una disminución de la presencia de la Filosofía y nos ejemplifica su particular visión entre apariencia-realidad con unos versos escogidos de Jorge Manrique. Como yo estoy muy alejado de conocer la poesía renacentista, si es que Jorge Manrique era renacentista, no voy a responder con otros versos por ejemplo de Garcilaso, que este seguro que lo era que me acuerdo del BUP,  sino con algo más trivial. Se llama LOMCE y ha eliminado todas las materias obligatorias de Filosofía en la ESO y ha suprimido la Historia de la Filosofía como materia obligatoria en el Bachillerato. Así pues, el Ubi sunt de la Filosofía -a veces yo también, aunque profesor de secundaria, soy brillante- no hay que buscarlo en pareceres y poesías sino en algo tan palpable como el BOE: no son gigantes, es una Ley Orgánica.

A continuación, D. Jesús Zamora Bonilla comienza a criticar las distintas razones que se utilizan a favor de la Filosofía.

Nos señala que resulta improcedente decir que la Filosofía pueda constituirse como un pilar de la democracia. Para ello recurre al argumento de que la inmensa mayoría de los filósofos han criticado la democracia como sistema político. Y efectivamente en esto tiene bastante razón. El problema es que confunde la Filosofía con la lista de los filósofos. Igual que la Literatura no es el conjunto de escritores, eso es solo la Historia de la Literatura, la Filosofía no es meramente la suma de sus teorías sino también algo más: una forma determinada de pensamiento racional. La Filosofía es una forma racional, no la única, de pensar sobre el mundo. Y esta forma racional de pensar sobre el mundo exige al menos dos principios básicos como son la autonomía, que cada uno piense por sí mismo, y el pensamiento crítico, que una verdad no se dé por satisfecha hasta haberla razonado y argumentado convenientemente pudiendo ponerla siempre en duda. La Filosofía, por tanto, es la forma de pensamiento cuya traducción al lenguaje político y social es la democracia. La autonomía se traduce en el ideal de ciudadano y el pensamiento crítico en la idea de revocación posible y real del gobernante y la libertad de pensamiento. La propia Filosofía, en realidad, es democrática en su saber como bien conoce el sapere aude kantiano.  

El segundo argumento que se critica en el artículo es la idea de que la Filosofía contribuye a nuestra realización como personas. De nuevo, aquí hay un error en la propia base del argumento. Sería ingenuo defender que la Filosofía necesariamente nos hace mejores personas. Sin embargo, también sería ingenuo pensar que ser persona es una función estrictamente biológica. Ser persona es una construcción social, cultural y vital que nos diferencia del resto de los seres vivos y que nos hace tener, precisamente, personalidad: ser propio y único. El conocimiento de la Filosofía no nos hace moralmente mejores, pero sin duda nos hace más conscientes de nuestra propia relación con el mundo, de nosotros mismos y de la realidad. Al hacernos más conscientes, nos posibilita para ser más persona puesto que el calificativo persona implica esa forma de relación con la realidad que es la construcción de una vida propia frente al mundo que nos rodea. Una persona sin Filosofía, hora es de decirlo, será menos persona porque no tendrá un instrumento básico para comprender la realidad. E igual ocurre con todo el contenido cultural: nos hace persona. Es importante la erudición no como un fin sino como un medio de construcción vital. La Filosofía no nos hace mejores necesariamente, pero nos da instrumentos para poder serlo.

Por último, aparece el argumento educativo. La idea que defiende el autor es que la desaparición de la Filosofía no guarda relación con ningún temor a su, presunto, carácter subversivo. En esto tiene razón. Por supuesto, no creemos que el PP esté en contra de la Filosofía porque tema que su enseñanza va a provocar una revuelta social. Más bien, lo que piensa el Partido Popular es que la Filosofía es inútil del mismo modo que es inútil el arte o la música: distraen, como dijo el ministro Wert. Porque lo que se pretende, y esto va más allá de la propia presencia o ausencia de la Filosofía en la escuela, es generar una educación basada exclusivamente en la capacidad adaptativa del sujeto a las nuevas necesidades de la producción económica: competencias y solo competencias. Por eso, se critica tanto el contenido cultural tachándolo de antiguo.

Quitar la Filosofía de la escuela es la mejor manera de conseguir que agonice. Es ingenuo pensar que la Filosofía cambia la sociedad, pero aún más ingenio es creer que sin Filosofía el cambio social será a mejor. La Filosofía ha sido fundamental en el anhelo de libertad de occidente. Y sólo en el mundo occidental, donde únicamente hubo Filosofía, ha habido ese mismo anhelo de libertad. Si el futuro de la humanidad debe inscribirse en la libertad será con la Filosofía, sin ella solo cabe más esclavitud.


Miro otra vez las firmas en Change.org y veo que ya hemos llegado a 177.000. Estoy seguro de que D. Jesús Zamora Bonilla nos ayudará a cumplir nuestro lema: Salvemos la Filosofía.

11 comentarios:

Jesús P. Zamora Bonilla dijo...

Hola. Muchas gracias por tu interés en mi artículo. Debo indicar que hay un error de base en la mayor parte de lo que me atribuyes: da la impresión de que has leído mi texto como si hablase exclusivamente de la situación de la asignatura de Filosofía, pero el artículo habla sobre las Humanidades en general, no sólo sobre la Filosofía. Por ejemplo, en ningún momento afirmo que las horas de clase de Filosofía no hayan disminuido; digo que no lo han hecho significativamente las de asignaturas de Humanidades (de hecho, lo que ha pasado con la Historia de la Filosofía en 2º de Bachillerato ha sido, principalmente, que han preferido primar la Historia de España, para joder a los nacionalistas, más que nada).

Sobre la relación entre filosofía y democracia, habría mucho que decir. Lo principal es que en el debate sobre la enseñanza no se trata de poner sobre la mesa teorías FILOSÓFICAS sobre cuál es o debe ser esa relación, sino argumentos EMPÍRICOS que puedan llevarnos a aceptar o rechazar la tesis empírica de que mejorar la enseñanza de las humanidades es un factor CAUSAL que tiene como efecto empíricamente observable la mejora del sistema democrático (y no que ambas cosas sucedan a la vez, porque en ese caso también podría ocurrir simplemente que es lo segundo lo que causa lo primero, o que ambas cosas ocurren pero son causadas por un tercer factor, sin tener relación causal entre ellas). Las especulaciones filosóficas sobre lo maravillosa que es la filosofía y lo buenísima que es como elemento constitutivo de la democracia son eso, especulaciones, que unos filósofos pueden admitir y otros filósofos rechazar, como admiten o rechazan la fenomenología de Husserl o la distinción analítico-sintético. No son algo sobre lo que se pueda fundamentar una decisión de política educativa, que idealmente debería basarse en argumentos que nos permitan saber con alguna certeza, y no con mera especulación, si hacer X va a conducirnos a obtener Y, o no. Mi artículo, por tanto, lo que hacía era criticar la tesis de que "más enseñanza de humanidades es imprescindible para tener una buena democracia", no porque crea que es falsa, sino porque no veo razones EMPÍRICAS que demuestren que es verdadera, y las evidencias circunstanciales que se puedan poner a favor pueden ser fácilmente compensadas con evidencias circunstanciales que se puedan poner en contra.

Algo parecido pasa con tu tesis de que "una persona sin filosofía será menos persona". Eso no deja de ser una tesis que alguien puede aceptar o rechazar en función de qué tipo de teoría filosófica le parezca más adecuada. No me parece razonable que antes de tomar una decisión sobre un determinado tema (en este caso, cuántas horas de clase de filosofía debería de haber, qué temario impartir, etc.), EXIJAMOS a las demás personas que tienen que participar en la toma de esa decisión que acepten una ESPECULACIÓN filosófica que a ti, p.e., te pueda parecer razonable.

En resumen, mi objetivo con el artículo de El País era poner de manifiesto que gran parte de los argumentos que se dan "a favor" de la enseñanza de las Humanidades (y de la Filosofía dentro de ellas, claro) no son argumentos "objetivamente aceptables", sino que sólo lo PARECEN cuando uno los ve desde el PREJUICIO de una determinada concepción filosófica de las humanidades o de la filosofía. Lo que necesitamos para convencer a los demás de que es cojonudo que haya muchas horas de clase de esas asignaturas no es convencerles primero de nuestra visión filosófica (¿y de cuál?: ¿la kantiana, la de Nietzsche, la de Carnap, la de Santo Tomás, la de Mao, la de Balmes...?) para que la discusión se lleve a cabo "en nuestro terreno". No, lo que hace falta es PONERNOS NOSOTROS EN EL TERRENO NO-FILOSÓFICO en el que están la mayoría de los ciudadanos y políticos, y usar argumentos que les puedan convencer DESDE ESE TERRENO.

Mientras sigamos mirándonos el ombligo, no nos comeremos una rosca.

Un saludo

loli loligo dijo...

Ponernos en el terreno no-filosófico

D. Jesús P. Zamora Bonilla entiendo que la exposición de su respuesta no tiene porqué realizarse desde el terreno que propone, pero habría estado bien que lo hiciera.
Y, perdone, pero como parece que sí dispone de argumentos a favor de la Filosofía “(exposición de razones más sensatas, que las hay)” pero que se los guardan para sí mismo he de decirle que eso sí que es mirarse, y mucho, el ombligo.

Su artículo en el periódico es curioso (voy a ser ingenua, de momento), y digo curioso porque si tan clara ve la necesidad de exponer argumentos más “realistas o empíricos” distintos a los defendidos no comprendo porqué no lo ha hecho y, sin embargo, en su lugar ha expuesto qué no es válido.

Antes de seguir puntualizar que no pertenezco a su campo, de modo que en ningún momento nombraré ninguna visión filosófica o terminología específica. Soy solo bióloga y, por tanto, muy simple.

Cuando Ud. considera que su artículo es sobre humanidades, no sobre Filosofía, mezcla (supongo que no con intención, sigo con la ingenuidad) los argumentos.
Si en conjunto las horas de Humanidades no han disminuido significativamente implica que alguna materia sí ha debido ocurrir, queda implícito en el propio argumento. “Curiosamente” es la Filosofía la que ha perdido horas y lo que lleva a la petición.

Esa sugerencia suya de que esta pérdida de horas en Historia de la Filosofía “es para joder a los nacionalistas” no parece explicar porqué solo se aplica esa proposición a los alumnos de Ciencias y no ocurre con los de Humanidades, que sí pueden cursar la asignatura. Al margen de que no logró establecer la relación entre nacionalistas y eliminar la Filosofía en cuarto de la ESO.
Como tengo muy claro que ante cada idea se puede defender y argumentar su contraria no voy a entrar en esa guerra. Solo voy a puntualizar un par de cosas y añadir algún “ejemplo empírico”.

La Historia de la Filosofía/Filosofía aporte a los alumnos una visión de las ideas y su variedad a lo largo de la historia del hombre, quedando argumentadas y desarrolladas a través del pensamiento crítico.
No se trata de asumir como propios ninguno de esos planteamientos históricos, de modo que no se requiere establecer ninguna postura de defensa a partir de una visión filosófica determinada. Por el contrario, permite comprobar cómo se pueden argumentar ideas contrarias, cómo a lo largo de la historia del pensamiento humano se han defendido de manera razonada y crítica distintas posturas, y esa es la idea que debe ser transferida a los alumnos.
Lo importante es el planteamiento crítico autónomo y razonado a la hora de plantear una determinada posición y eso es lo que se extrae de la asignatura.
Y esto es igualmente aplicable al hecho de que se permita crear ciudadanos mejor formados capaces de comprender críticamente los cambios históricos-políticos y establecer, o no (pero ya desde una posición crítica) el planteamiento de la democracia como mejor opción ya que precisamente de los filósofos, de la Filosofía, han extraído y comprendido que pueden existir distintas posturas pero que deben ser argumentadas; así no se trata de asumir ninguna de ellas como propia, al contrario cuestionaras todas.
De este modo, no es que haya que “exigir a las personas que tienen que participar en la toma de decisiones que acepten una determinada especulación filosófica” se trata de adoptar el criterio de que cuanto mayor sea el conocimiento que tenga un alumno, mayor será la capacidad de extracción, comparación y así desarrollo de su propio pensamiento crítico, esa es la idea que se pretende conseguir. Sin comparación no puede desarrollarse criterio, y para poder comparar hace falta tener el qué, en este caso conocimiento.
(Tengo que seguir aparte)

loli loligo dijo...

(Sigo)
De su artículo en el periódico, no logro comprender cómo si asume que la formación humanística se ha utilizado como instrumento para la diferenciación social pretenda que siga manteniéndose esta distancia. Precisamente si se amplía el espectro social, en este caso de alumnos, se reducirá es diferenciación social, al menos la basada en el ámbito educativo.
Así, lo que se ha generado es de nuevo una discriminación, en este caso hacia los alumnos de Ciencias que no pueden cursar esta asignatura con lo cual no van a formar parte del espectro social beneficiado por la misma. Quedarán al margen, se vuelve a utilizar como instrumento para segregar.

Asumo mi ingenuidad, siempre he pensado que la variedad de pensamiento y conocimiento fomenta la capacidad crítica.
La realización como personas, por insólito que le parezca, sí se ve favorecida gracias a desarrollar un pensamiento crítico y, aquí es donde observó una clara desventaja para los alumnos de Ciencias, que han sido despreciados.
Estos alumnos tendrá una carencia a la hora de comprender “sus materias” al menos es lo que aprecio en Biología.
Como profesora no me interesa que aprendan una serie de datos como si se tratara de memorizar una guía telefónica, me interesa el planteamiento, que comprendan qué ha llevado a esa situación, a plantearse esas dudas, a querer resolverlas, y luego ya explicar el cómo y qué se obtiene. Ese planteamiento quedaba completado desde los aportes de Historia de la Filosofía, ahora la Biología queda coja, y prácticamente se convierte en crear técnicos, seguramente muy hábiles, pero sin una reflexión detrás.
De este modo me encuentro con alumnos que no son capaces de distinguir entre el significado de estas dos frases, ese “ejemplo empírico” que Ud. echaba de menos:

- "Nuestro cerebro está diseñado por la evolución para que... “

(http://cultura.elpais.com/cultura/2017/01/09/babelia/1483975399_078790.html?id_externo_rsoc=TW_CC)

- “La selección natural genera la evolución, haciendo lo que puede con lo que tiene”
“Evolution by natural selection does what it can with what it has”

(http://mappingignorance.org/2016/06/27/ape-learned-run-born-endurance-races/)

Fomentar este pensamiento crítico les hace sentirse realizados al darse cuenta de que son capaces de discriminar la información que les llega.

Sinceramente creo que a Ud. no se le escapa ninguna de estas aportaciones, vamos que no digo nada que no sepa.
Así que, ahora es cuando pierdo la ingenuidad y me planteo cuáles han sido las motivaciones reales que existían detrás de su publicación en la prensa, puesto que no parecen acordes con una defensa de las humanidades y, en concreto, de la Filosofía.

Jesús P. Zamora Bonilla dijo...

Hola, Loli

Te agradezco que estés interesada en mi opinión sobre la filosofía y su enseñanza, pero en cada momento uno habla no sólo de lo que quiere, sino también de lo que puede. Si yo hubiese mandado de primeras un artículo a "El País" con mis opiniones sobre el tema del que tú quieres que hable, te aseguro que, siendo yo una persona bastante poco conocida, y ofreciendo opiniones que no se diferencian gran cosa de lo que se suele decir sobre el tema, la probabilidad de que hubiesen decidido publicar ese artículo sería prácticamente nula. En cambio, mis opiniones sobre el tema del que trataba el artículo que sí me publicaron son bastante más contrarias a las que se vierten sobre ese OTRO tema, y sí que era más probable que aceptaran su publicación, como de hecho ocurrió... Lo cual tiene como ventaja el que ahora sí que es un poco más probable que me publiquen el artículo que ya les he enviado y en el que expongo las razones que sí que pienso que son válidas para defender la enseñanza de las humanidades. Espero que esto te sirva para comprender al menos una de las razones por las que he empezado ofreciendo una crítica a ALGUNOS argumentos en defensa de las humanidades, en vez de haber empezado exponiendo los argumentos a favor.
.
Pero otra de las razones, y no menos importante, es que sigo estando convencido del mensaje principal de mi artículo: que las razones que allí critico son argumentos pésimos, falaces, extraordinariamente fáciles de desmontar, y que por lo tanto, si los profesionales de las humanidades nos atrincheramos detrás de esos argumentos estaremos sólo justificándonos unos a otros lo buenísimos y maravillosos que somos, pero no estaremos consiguiendo lo que realmente intentamos conseguir: que los que NO tienen el más mínimo interés en defender la enseñanza de las humanidades pasen a tenerlo, convencidos por nuestros argumentos. Es decir, no son argumentos que puedan convencer a quien TIENEN que convencer, sino que sólo sirven para que quien YA está convencido de que las humanidades sean importantísimas esté más convencido todavía. Es decir, no son argumentos racionales, objetivos, sino que son sólo una forma de auto-justificación, y que, y esto es lo más peligroso, desde fuera se ven sencillamente como una expresión de corporativismo. El objetivo principal de mi artículo (que no sé si podrá contribuir a alcanzar en alguna medida) es intentar que muchos "defensores de las humanidades" se den cuenta de una puñetera vez de la impresión tan NEGATIVA que algunos de sus argumentos más habituales causan en mucha gente que los ve "desde fuera".

(sigo)

Jesús P. Zamora Bonilla dijo...

(sigo)

Lo de que la Historia de la Filosofía ha dejado su puesto a la Historia de España como asignatura común en 2º de Bachillerato es obvio: antes Filosofía era común e Historia optativa de especialidad, y ahora es justo al revés. Y la motivación, explícitamente reconocida por Wert, era la de contribuir a "españolizar a los catalanes":
http://sociedad.elpais.com/sociedad/2012/10/10/actualidad/1349859896_604912.html

El caso de la "Educación para la Ciudadanía" de la ESO es distinto: en ese caso, Wert la ha suprimido como asignatura obligatoria para satisfacer las presiones de la Iglesia Católica, que había tomado aquella asignatura como un veneno zapateril, y lo que querían era maximizar la enseñanza de la religión.

Como ves, en ambos casos lo que se ha hecho ha sido sustituir unas "humanidades" (la filosofía) por otras (historia de España y religión, que, al fin y al cabo, también es una asignatura de "humanidades"). Como mi artículo era sobre la enseñanza de las humanidades, y no específicamente sobre la filosofía, no he entrado allí en mayores detalles sobre esta cuestión.

Jesús P. Zamora Bonilla dijo...

(sigo)


Ahora, si quieres que hablemos en concreto sobre la enseñanza de la filosofía, pues qué quieres que te diga: ¿"cómo no la voy a querer" (que dicen los del Real Madrid), si es justo a lo que llevo dedicándome desde hace tres décadas? Lo que pasa es que da la casualidad de que soy un filósofo al que le gustan los argumentos racionales y lo más objetivos posibles, y al que le causan alergia los argumentos que puedan generar la sospecha de ser interesados o sesgados. Qué le voy a hacer, soy un socrático empedernido, y me gusta buscar en todas partes los puntos débiles de las argumentaciones, y también, como buen socrático, "examinarme a mí mismo", es decir, a lo que yo hago y defiendo profesionalmente, e intentar criticarlo con toda la potencia dialéctica de la que sea capaz. Fíjate, creo que sólo por eso los verdaderos amantes de la filosofía deberían aplaudir con las orejas a mi artículo, pues se dan, por desgracia, pocos casos en nuestro país de filósofos que se tomen TAN en serio la conminación socrática a examinarse uno a sí mismo.

No tienes que convencerme a mí de las virtudes del pensamiento crítico, y de que la filosofía PUEDE ser una disciplina muy eficaz desde la que se fomente dicho pensamiento (es más, a mí me gustaría que hubiese clases de filosofía obligatorias desde primaria hasta todas las carreras universitarias). Pero lo que NO es verdad es que la filosofía sea la ÚNICA disciplina desde la que se pueda fomentar el pensamiento crítico (en realidad, puede hacerse desde todas, porque es una cuestión que tiene más que ver con los procedimientos didácticos y el diseño del currículo, que con la "materia" o el "contenido" que se transmita), ni tampoco es verdad que tal como están concebidas, impartidas y recibidas las actuales asignaturas de filosofía tengan una contribución SIGNIFICATIVA al desarrollo del pensamiento crítico entre la población española.

En realidad, los principales determinantes de la "cantidad y calidad" de pensamiento crítico que tiene una persona son, por este orden, su propia capacidad intelectual y su nivel cultural general. En realidad, "pensamiento crítico" es sólo una forma un poco pedante de llamar a la capacidad de buscar y exponer las razones a favor y en contra de cada posición en una discusión, y esto se puede desarrollar bastante bien en casi cualquier actividad que requiera tomar decisiones y tener en cuenta opiniones contradictorias, desde entrenador de fútbol a ingeniero de caminos, desde director comercial a abogado. Haber estudiado de memorieta las cinco vías de Santo Tomás, el mito de la caverna de Platón, o la estética trascendental de Kant, tienen, para la inmensa mayoría de los estudiantes de bachillerato, una contribución próxima a cero en cuanto al incremento de su "capacidad de pensamiento crítico" (no quizá para otras cosas, pero no para esa, salvo en una pequeña minoría que seguro que iba a desarrollar esa capacidad de todas maneras, aunque no hubieran tenido la inmensísima suerte de hacer el último curso de bachillerato en un país donde la Historia de la Filosofía es una asignatura obligatoria).

Pero todo esto tiene más que ver con la cuestión de qué habría que enseñar realmente en las clases de filosofía, y cómo debería estar organizada la actividad en esas clases (y quizá en el resto de las clases), que sobre la cuestión de si "filosofía sí" o "filosofía no".

Un saludo

loli loligo dijo...

Ante todo muchas gracias D. Jesús P. Zamora Bonilla, no esperaba respuesta (yo si que no soy nadie) y estoy gratamente sorprendida.

Creo que se están mezclando varios debates diferentes, por un lado si la Filosofía debe estar en el currículo, por otro lado qué debe incluir éste, cómo se debe impartir, qué argumentos sí la defienden, si los expuesto hasta ahora son verdad/mentira o si pueden ser completados…

Primero quería aclarar ciertos puntos en los que Ud. está confundido:
…“Lo de que la Historia de la Filosofía ha dejado su puesto a la Historia de España como asignatura común en 2º de Bachillerato es obvio: antes Filosofía era común e Historia optativa de especialidad, y ahora es justo al revés.” …

Esto no es así, en la LOE ambas asignaturas eran comunes y obligatorias para todos los alumnos. Con la LOMCE es cuando se ha eliminado la Historia de la Filosofía para los alumnos de Ciencias. Quedan segregados, alejados de la que fue base de la Ciencia…

Le dejo unos enlaces para que pueda comparar, el primero es LOE, el segundo LOMCE
http://www.madrid.org/cs/Satellite?c=CM_ContenComplem_FA&cc=1142408942823&cid=1354486807871&language=es&pageid=1142344693213&pagename=PortalEducacion%2FCM_Actuaciones_FA%2FEDUC_Actuaciones


http://www.madrid.org/cs/Satellite?c=CM_ContenComplem_FA&cc=1142408942823&cid=1142309967558&language=es&pageid=1142344693213&pagename=PortalEducacion%2FCM_Actuaciones_FA%2FEDUC_Actuaciones

El tema de Educación para la Ciudadanía está claro y coincido con Ud. en que generaba alergia, pero no porque entrara en competencia con la religión.
La religión siempre ha estado, desde la LOGSE, pero siempre con polémica. Impuesta de manera obligada en el currículo para satisfacer las presiones de la Iglesia Católica, pero que no contenta con que estuviera exigió una compensación de horas, es decir, que el resto de alumnos que no la cursaban tuvieran el equivalente de horas haciendo lo que fuera. Aquello dio lugar a la famosa “hora de estudio” con polémica, cómo no, ya que no se podía hacer nada curricular que llevara a suponer una desventaja para los alumnos de religión…vamos que era una hora para retener a los alumnos no-religión sencillamente porque tenían compañeros-religión con una hora más de clase (yo en BUP tuve una asignatura “extra” elegida libremente y nunca supuso exigir al resto de compañeros una hora más haciendo nada…). Y todo esto, evidentemente, para poder tener “clientela”, si a un alumno se le da a elegir entre tener una hora más de clase o no tenerla opta por la segunda, de modo que religión terminaría desapareciendo por sí sola.
Con la LOE llegó la Educación para la Ciudadanía, la MAE (medidas de atención educativa, la hora de estudio) y se mantuvo la religión (con puntuación, pero no válida a efectos académicos, así que claramente no se hacían exámenes…¿qué alumno elegiría una asignatura con exámenes frente a otra donde ni siquiera se sabía que hacer?)
Con la LOMCE y la presión de la Iglesia se completaron sus ansias, no solo eliminar la Educación para la Ciudadanía…llegar a su mayor deseo, la religión debería tener una asignatura antagónica, nada de una hora donde no hacer nada, una asignatura con contenido curricular y evaluable (Valores Éticos), de modo que actuara como disuasoria y llevara a los alumnos a querer matricularse en religión…y así ha sido, eso o han aumentado de un curso a otro las vocaciones una barbaridad.

Más allá de este desarrollo de la “evolución” de la religión a través de las distintas leyes (he pasado por todas como docente), creo sinceramente que esta materia no debe ser considerada dentro de las Humanidades, no con el enfoque puramente dogmático con el que se imparte.
(Sigo)

loli loligo dijo...

Por otra parte nunca he considerado que la Filosofía sea la única materia desde la que se pueda fomentar el pensamiento crítico (sigo usando este término para evitar confusiones).
Como expuse en mi anterior respuesta, al menos en mi caso con la Biología lo que lograba era complementar.
¡Claro que desde la Biología impulso el mismo proceso!, pero uno de los grandes problemas de los alumnos es que tienen la sensación de que no hay conexión entre las distintas materias, la Filosofía en este sentido favorece, casi crea un nexo de unión entre todas ellas. La Filosofía casi abarca todos los temas (bueno todos) de modo que ayuda a que los alumnos asimilen la relación, y que lo que se les cuenta tiene una validez mucho más amplia de lo que creen percibir de asignaturas excesivamente matizadas.

Ud. indica que ese pensamiento crítico se desarrollará antes o después en casi todos los individuos, y que fundamentalmente dependerá de su propia capacidad intelectual (sobre este punto podemos influir menos) y de acuerdo a su nivel cultural general. Y es en este último donde sí podemos impulsar a los alumnos, a fin de cuentas eso es lo que intentamos, ¿no?
Al margen del poso de conocimientos que intentamos que quede en ellos, queremos sobretodo desarrollar su curiosidad para que luego prosigan por su cuenta. Así, en este punto, también la Filosofía tiene su puesto.


Y con respecto a la motivación de su artículo en El País, bueno, yo es que sigo en aquello de “el fin no justifica los medios”.
Entiendo que ha sido una llamada de atención, pero negativa. Entiendo que a los que hay que convencer es a aquellos reticentes, pero la estrategia empleada me resulta “arriesgada”. Deja a la “suerte” que le publiquen el segundo artículo (con los argumentos favorables), y queda a la “suerte” que lo lean aquellos que leyeron el primero.
Todos los que pueden ver con buenos ojos esta eliminación de la Filosofía quedan satisfechos con su primer artículo, con el que de un modo u otro ratifican su postura. Y, sinceramente, es poco probable que quieran leer algo que ya muestra otro enfoque, una vez que han quedado complacidos con otros argumentos.
Así, sigo pensando que empezar de lleno (en positivo), aunque hubiera sido bajo un título llamativo habría sido más eficaz, o incluso, en el mismo artículo, contraponer las ideas que Ud. considera no del todo convincentes frente a las que lo son más.
Deseo poder ver ese otro artículo publicado, y contrastar sus argumentos con los ya expuestos. Considero que más que nada serán complementarios, lo que será muy valioso para conseguir restituir la Filosofía al nivel que merece.

Un saludo

Jesús P. Zamora Bonilla dijo...

Hola de nuevo, Loli

Sobre lo de 2º de bachillerato, gracias por la corrección. De todas formas, lo he mirado con detalle y veo que no es ni pa ti ni pa mi: con la LOE había 3 horas de Historia de la Filosofía, 3 de Historia de España y 2 de Lengua y Literatura Castellanas, todas ellas comunes y obligatorias; con la LOMCE estas 8 horas se han repartido en 4 de Historia de España y 4 de Literatura Castellana. Conclusión: la filosofía no era lo suficientemente españolizante.

Sobre el tema de qué y cómo enseñar (o hacer) de filosofía y de "pensamiento crítico", creo que ya han quedado claras nuestras posiciones.

Por último, sobre el tema personal de la pertinencia o inconveniencia de mi artículo, entiendo que haya gente molesta con él, porque ataca la línea de flotación de ciertas ideas muy atrincheradas en la mente de algunos, y sobre todo muy adheridas emocionalmente a la visión que bastantes profesores tienen del valor moral de su actividad. Y reconozco que existe alguna posibilidad, aunque remota, de que mi artículo pueda ser utilizado por los posibles "enemigos de las humanidades" para atacarlas con más saña (aunque creo que pensar que existen tales enemigos y que son determinantes en la cantidad de horas que se les dediquen en la enseñanza es un pelín conspiranoico), pero no puedo dejar de pensar que los argumentos que yo criticaba en mi artículo son falaces, y no estoy dispuesto a cargar sobre mi conciencia con lo que considero una hipocresía: beneficiarme de lo que me parece un argumento falaz. Es algo análogo a la situación de un miembro de un partido político que denuncia un caso de corrupción en su propio partido; será todo lo verdad que quieras que esa denuncia puede ser utilizada por los otros partidos para quitarle votos al nuestro, pero moralmente creo que quien conoce un caso de corrupción debe denunciarlo y no aprovecharse de que entre todos lo tengan tapadito. En este caso se trata de "corrupción intelectual", no económica, por supuesto, y su gravedad moral no es la misma, pero, como digo, no puedo dejar que caiga sobre mi conciencia la complicidad con ese tipo de argumentos. Yo mi hice filósofo para intentar entender las cosas, no para quedarme callado cuando lo que entendía no me gustaba.

Un saludo, y gracias por la conversación.

loli loligo dijo...

Gracias igualmente por la conversación, siempre es enriquecedora.

Yo quedo lejos de ideas conspiranoicas créame, y al igual que Ud. no me sirve cualquier criterio aparente, aun cuando pueda beneficiarme, ya le dije, para mi el fin no justifica los medios...
A quienes realmente hay que convencer es a los que han eliminado la Filosofía (en el ni la ti ni la mi, no suficientemente españolizante, le recuerdo que en segundo de bachillerato sí tienen la asignatura los que van por la vía de Humanidades, a los únicos a los que se les niega la opción de cursar la asignatura es a los de Ciencias...) y esos precisamente son los determinantes a la hora de establecer el currículo, vamos los políticos...la descendencia wertiana no se si habrá mutado lo suficiente.
Todo lo demás ha sido y es querer llegar a la población general, a los padres de estos alumnos que sufren esa "españolización" Hacerles comprender, de la forma más sencilla y directa, la importancia de una asignatura que han querido "vender" no ya como innecesaria, peor, como contraproducente ya que distrae...palabras wertianas...

Un placer haber conversado con Ud. Espero con ganas el siguiente artículo.
Un saludo.

loli loligo dijo...

Ufff...y por qué no me sorprende esto, biología y estrategias de supervivencia, aplicables a todo, incluyendo las ideas
...y bien que lo siento...al final queda lo que queda...



La nada nada
@jzamorabonilla
Me dice El País que tienen demasiados artículos y no van a poder publicar la 2ª parte del mío sobre las humanidades
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