miércoles, febrero 10, 2021

EN DEFENSA DE UNA REPRESENTACION REAL DEL PROFESORADO EN LA FEDERACIÓN DE ENSEÑANZA DE CCOO DE MADRID

Carta abierta de afiliados de CCOO Educación ante el próximo Congreso en la Federación de Madrid. 

Los profesores nos sentimos abandonados. De un lado, por nuestra Administración, cuyo modelo es la privatización y la subordinación de la enseñanza pública a la privada concertada. De otro lado, también por los sindicatos. Y dentro de este abandono, debemos señalar concretamente a nuestro sindicato, Comisiones Obreras, que ha desaparecido de la lucha cotidiana en los centros.

Se aproxima el Congreso de la Federación de Enseñanza de Madrid, que en nuestra opinión constituye una excelente oportunidad para intentar cambiar esta dinámica. Consideramos que el problema de nuestro sindicato, lo que le impide desarrollar efectivamente su labor de defensa de los trabajadores, es un problema estructural. Hablamos de “problema estructural” porque no se trata únicamente de la presencia de determinadas personas en los cargos ejecutivos, sino que la situación objetiva va mucho más allá. No son solo ni prioritariamente nuevas caras lo que necesita nuestro sindicato, sino una nueva forma de organización que le permita afrontar la situación laboral y social que estamos sufriendo. Por eso queremos acentuar que no se trata solamente de cambiar a la Secretaria General por otra persona, aunque pueda resultar necesario, sino que se trata de transformar la propia estructura, de abajo a arriba: desde el modelo de liberación hasta la continuidad de los cargos ejecutivos; y con ellos la forma de actuación, que ha resultado fracasada ante la embestida neoliberal.

En primer lugar, consideramos que el sindicato, como tal organización, está absolutamente alejado de esa realidad laboral a la que con voz hueca dice representar. Y lo está porque sus cuadros, desde los delegados liberados hasta la Comisión Ejecutiva, se constituyen como una realidad aislada de ese mismo ambiente laboral. El contacto del propio sindicato con los profesores que están realmente en activo, es decir, quienes estamos dando clase, se reduce a visitas esporádicas a los centros para hacer asambleas semidesiertas en los recreos. Por ello, consideramos que la primera acción que debe tomar el sindicato, si aspira a ser , en efecto, un sindicato de trabajadores, a recuperar su fundamento laboral y de clase, pasa necesariamente por la organización tanto de las liberaciones como de los puestos ejecutivos.

En cuanto a las liberaciones, se debería proceder a la eliminación generalizada de aquellas otorgadas a tiempo completo, excepto en aquellos cargos muy concretos donde resulte absolutamente imprescindible, de modo que se favorezcan y estructuren en base a liberaciones parciales en los propios centros, para que el liberado se sitúe como figura de referencia (ahora sí) “permanente” y conozca los problemas laborales de primera mano, y no por referencias bibliográficas o por mensajes de whatsapp. Se trata, por tanto, de acabar con la figura de los liberados totales que llevan años alejados de la práctica docente y que por lo tanto desconocen realmente la situación laboral por la que se está pasando en la actualidad.

En segundo lugar, hay que evitar por todos los medios que el sindicato se convierta en una carrera profesional cuyo éxito radique en entrar lo antes posible y salir ya jubilado y habiendo pisado, por tanto, el menor tiempo posible el centro de trabajo. Tiene que existir, en consecuencia, una limitación de mandatos estricta para los cargos ejecutivos que les haga regresar al centro escolar para o bien disfrutar de todo lo ganado durante su ejercicio o bien, sufrirlo. La única puerta giratoria digna y legítima es la que nos hace regresar al aula.


Por otra parte, estamos convencidos de que el sindicato debe concebirse como tal sindicato y no como un seguro de defensa jurídica que se base únicamente en la Ley para su actuación. Por supuesto, el sindicato deberá tener un fuerte elemento jurídico y los mejores abogados posibles, pero la finalidad última del sindicato no puede reducirse a su transformación en un seguro jurídico o en un sindicato de servicios (cuya federación ya existe, por otra parte). El sindicato ha de responder a un proyecto de futuro y de mejora permanente de las relaciones laborales y no a la mera defensa del estatuto jurídico actual.

En este sentido, es decir, en el de la esencia de nuestra federación desde un punto de vista no vicario, debemos destacar un tema de especial importancia. El sindicato nunca debe ser la sucursal de algún partido político. Por supuesto, Comisiones Obreras debe considerarse a sí mismo como un sindicato defensor y promotor de las ideas políticas de la izquierda, pero no como un sindicato subsidiario de un determinado partido o vinculado a su proyecto ideológico concreto. La independencia del sindicato en este caso resulta primordial para, en primer lugar, poder actuar como tal sindicato, de modo que mantenga también sus reivindicaciones cuando esos partidos que se proclaman de izquierdas tengan poder. Además, debe ser también independiente para poder presionar desde fuera a esos mismos partidos para que elaboren, con su presencia en el poder legislativo, resoluciones y legislaciones favorables a los intereses de los trabajadores.

Por último, siendo nosotros del sector de la enseñanza pública, queremos añadir algo más. El sindicato debe reconocer y apoyar a nuestros compañeros de la enseñanza privada, que forman con nosotros clase trabajadora. Los profesores de la enseñanza concertada y privada son nuestros compañeros y apoyaremos sus reivindicaciones para mejorar sus condiciones laborales. Pero ello nunca debe confundirse con defender o callar ante el modelo de la enseñanza concertada, que como tal sindicato de izquierdas y de clase trabajadora, debemos rechazar claramente. Como sindicato defendemos y apoyamos a los trabajadores, no a su patronal.

Por todo lo expuesto y argumentado en este escrito, consideramos primordial no tanto un cambio de personas concretas en los cargos ejecutivos -que pudiera ser también imprescindible para realizar el proyecto que proponemos- como fundamental y radicalmente un cambio en la estructura del propio sindicato. El problema de nuestra federación no reside exclusivamente en las personas concretas, sino en que su estructura y organización está actualmente pensada casi de forma exclusiva para la defensa de la propia institución como tal y de los intereses privados de sus miembros, y no para la defensa de la clase trabajadora. Por lo tanto, no podemos sentirnos representados en ninguna de las candidaturas, ya caducas antes de nacer, que pretenden gobernar nuestro sindicato.

Así pues, desde nuestra militancia y desde nuestro compromiso con las Comisiones Obreras publicamos este texto con la intención de advertir sobre los problemas que hemos señalado y que queremos solucionar para bien de nuestro sindicato y para mantener de esta manera la lucha de la clase trabajadora.

En Madrid, a 9 de febrero de 2021


José María Morales Vázquez Profesor de E. Secundaria y afiliado a CCOO
Israel Prados Benítez: Profesor de E. Secundaria y afiliado a CCOO
Enrique P. Mesa García: Profesor de E. Secundaria y afiliado a CCOO