jueves, enero 19, 2006

KAFKA REVIVIDO O VUELVA USTED MAÑANA


Bueno.
Pues resulta que han salido las oposiciones para inspector en educación en la comunidad de Madrid,

que ya adelanto no es una nación,

y yo, que quise ser policía y soy profesor, pues he pensado presentarme. Y para eso hace falta una hoja de servicio, es decir, que la administración me firme que efectivamente trabajo para ella y me firme, además, dónde he trabajado y cuándo. O dicho de otro modo: le presento a mi jefe que me tiene en su plantilla, pero por escrito.

Por si no lo sabe, debe ser.

Pues resulta que entonces tengo que pedirla. Pero me avisa alguien que debo hacerlo con tiempo porque tardarán en dármela. Es difícil buscar en el ordenador, pienso, a través de mi DNI donde he estado. Resultará, sin duda, imposible imprimirlo el mismo día.

Demasiado.

Pues resulta que llamo yo a la Dirección Territorial Madrid-Este de educación, con la finalidad esa de hacerle saber a quien me paga que es que yo trabajo ahí. Y eso, voy y llamo porque ahora estoy en un “hueco”, o sea en una hora que me pagan pero que si no estuviera en mitad de mi horario pues podría irme a casa y nada pasaría. Y aprovecho que es la hora del desayuno para la secretaría de mi centro docente y todos los administrativos más los conserjes pueden desayunar a la misma hora dejando sin personal el centro:

vieja reivindicación del movimiento obrero, vieja lucha con muertos para ganar en dignidad.

Pues resulta que por fin lo cogen. Y me dice un señor que me pasa a quien se encarga de eso pues, lógicamente, no todos se pueden encargar de todo y apuntar, pongamos por caso, un nombre, un DNI y, la cosa se complica, que quiero una

h-o-j-a d-e s-e-r-v-i-c-i-o-s

y así, efectivamente, merece, cuando menos, un puesto de trabajo específico. Y me advierte que no sabe si podrá pasarme porque esa persona, el especialista, está hablando con teléfono. Pero,
tengo suerte, y consigo conectar.

Pues resulta que me pongo a hablar. Y voy y le cuento que

me quiero presentar a oposiciones de inspector

que necesito una hoja de servicios

y que me han dicho que como no me la dan al instante la pido.

Y ella me cuenta que no me la puede hacer. Y me explica que tiene órdenes de la Jefe de Servicio- que a pesar de su nombre imagino debe ser alguien importante- de no dar ninguna hoja de servicio (que también debe ser importante). O sea: que la Jefe de Servicio –ya saben que no se refiere a lo que quizás se podría pensar- ha dado la orden, según la interlocutora, de no hacerlas aunque sean obligatorias para la oposición.

¿Y cómo me presento a las oposiciones?

Pues resulta que vaya a Alcalá de Henares, horario de mi trabajo, y haga una petición por escrito. Y que como no me van a dar nada presente en la oposición esa petición para demostrar que la culpa de lo ocurrido es de la Administración, que es quien convoca las oposiciones.
Y que, ya de paso, entregue una hoja donde ponga mis servicios. Porque, me dice, ella tiene mucho trabajo y porque, me asegura, así ella lo tiene más fácil a la hora de hacerlo.

O sea, que haga yo la hoja de servicio.

Pues resulta que llego a casa tras dar clase (o lo que ya sea) y pongo el telediario. Son, más o menos, las tres y media y yo, que quiero ver los goles de la copa del rey de ayer, me encuentro con un publirreportaje informativo sobre SARA, el nuevo cerebro electrónico de la Administración.

Y me echo la siesta con cierto temor,

esperando que quizás al despertarme

no pueda darme a vuelta

y me vea seis patas largas

y esté convertido en un insecto.

Pero enseguida me quedo dormido y llega una nueva tarde. Y la pierdo como la anterior mientras pienso que estamos en el mejor de los mundos posibles.

Y que la metamorfosis se produjo hace tiempo.

3 comentarios:

RicardoRVM dijo...

Paso informe de todo esto al Comité Central, que supongo que tomará las medidas correspondientes.

Enrique P. Mesa García dijo...

Piense usted que tengo suerte de n vivir en Cataluña y que el CAC no me haga un informe.

RicardoRVM dijo...

Perdone, per aquí, en la zona española de España, está Zapatero vigilante frente a cualquier desafección.

Así que no se relama, malandrín.

Por cierto, felicidades.