Uno no va ser tan cursi de decir que su patria es la libertad o que se siente ciudadano del mundo. En realidad uno tampoco se siente ciudadano del mundo. Y uno, tampoco, es un cursi. Ni quiere ser un pequeñoburgués.
Pero sí que uno no se siente muy identificado, de hecho nada, con el conjunto de barbarie (próximas las fallas, acercándose la feria de abril) que se denomina folclore o fiestas populares (ya sean en Madrid, ya sean en Valencia, ya sean en Sevilla, ya en Estocolmo). Y uno siempre ha pensado que el terruño solo sirve para los tiestos.
Todo esto viene porque la Comunidad de Madrid, gobernada por cierto por el PP, ha sacado las oposiciones para enseñanzas medias y, poco después, la orden para ordenar la lista de interinos del curso siguiente (y el otro, el otro, el otro,…). Y resulta que, si bien no en las oposiciones (porque aún esto no es un reducto tan paleto como Cataluña, Baleares, Valencia o País Vasco que tienen lengua propia) pero sí para la lista de interinos (es decir, para poder trabajar si no se saca plaza), dan un punto adicional por
Conocimiento acreditado de la realidad del sistema público educativo de la Comunidad de Madrid.
¿Y cómo se justifica este conocimiento tan esencial?
Pues por haber prestado servicios docentes en centros de titularidad pública de la Comunidad de Madrid durante al menos cinco meses y medio durante un curso escolar, contabilizados desde el último procedimiento selectivo del cuerpo y especialidad.
Es decir: que uno por haber trabajado en Madrid mas allá de 5 meses y medio, cual San Pablo, sufre una revelación y conoce la realidad del sistema público educativo de la comunidad de Madrid. Con un día menos, no.
Y esto lo firman los sindicatos de clase (claro, ¿de qué clase?).
Según Marx los proletarios no tienen patria. Ahora, boina y refajo cada vez más.
Pero sí que uno no se siente muy identificado, de hecho nada, con el conjunto de barbarie (próximas las fallas, acercándose la feria de abril) que se denomina folclore o fiestas populares (ya sean en Madrid, ya sean en Valencia, ya sean en Sevilla, ya en Estocolmo). Y uno siempre ha pensado que el terruño solo sirve para los tiestos.
Todo esto viene porque la Comunidad de Madrid, gobernada por cierto por el PP, ha sacado las oposiciones para enseñanzas medias y, poco después, la orden para ordenar la lista de interinos del curso siguiente (y el otro, el otro, el otro,…). Y resulta que, si bien no en las oposiciones (porque aún esto no es un reducto tan paleto como Cataluña, Baleares, Valencia o País Vasco que tienen lengua propia) pero sí para la lista de interinos (es decir, para poder trabajar si no se saca plaza), dan un punto adicional por
Conocimiento acreditado de la realidad del sistema público educativo de la Comunidad de Madrid.
¿Y cómo se justifica este conocimiento tan esencial?
Pues por haber prestado servicios docentes en centros de titularidad pública de la Comunidad de Madrid durante al menos cinco meses y medio durante un curso escolar, contabilizados desde el último procedimiento selectivo del cuerpo y especialidad.
Es decir: que uno por haber trabajado en Madrid mas allá de 5 meses y medio, cual San Pablo, sufre una revelación y conoce la realidad del sistema público educativo de la comunidad de Madrid. Con un día menos, no.
Y esto lo firman los sindicatos de clase (claro, ¿de qué clase?).
Según Marx los proletarios no tienen patria. Ahora, boina y refajo cada vez más.
Nación de naciones, boina de boinas.
2 comentarios:
""aún esto no es un reducto tan paleto como Cataluña, Baleares, Valencia o País Vasco que tienen lengua propia""
Hay que ser muy paleto para hacer afirmaciones como esta.
Tener varias lenguas es tener más cultura.
Dios libre a mis hijos de tener un profesor del nivel intelectual y moral de EP.
Yo, don EP, me haría mirar esas fijaciones que tiene usted.
¿Cree usted que es negativo que España tenga varias lenguas propias?
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