martes, enero 16, 2007

ALGO DE SOCIOLÓGICA/ 6: DIGNIDAD CON LAS VÍCTIMAS Y ELECTORALISMO

Hasta ahora en nuestra serie hemos buscado explicar los comportamientos de ETA y del PSOE desde la perspectiva de la búsqueda del poder. Pero, al criticar a ambos podría pensarse que nos situamos en la órbita del PP y que deberíamos apoyar a este partido en, al menos, este tema. Y si no lo hiciésemos así sería por un mero prejuicio: el PP es de derechas y nosotros, aunque tal vez cueste deducirlo, no. Sin embargo, no es así. Lo que vamos a presentar del PP es el análisis de su acción política, o sea: electoral. Y dicho análisis debe comenzar con el pasado para analizar el presente y proyectarse al futuro.
Cuando el PP consigue ganar las elecciones y formar gobierno, inmediatamente Aznar habla catalán en la intimidad y sube el cupo vasco para asegurarse, como antes hiciera González, la fidelidad, siempre altruista, de los nacionalistas. Y comienza, al igual que su antecesor, contactos con ETA. ETA declara la tregua y se firma el repugnante pacto de Lizarra. Así, el PP se encuentra con una situación novedosa del panorama nacional: un pacto antisistema firmado por partidos que gobiernan (un absurdo, vaya). ETA rompe la tegua en 1999 y asesina y el PP, dicho sea de paso: sin hacer todavía electoralismo del hecho, gana las elecciones. Surge así, y propuesto por Zapatero, que tampoco todavía hace marketing de esto, el pacto antiterrorista donde se decide por fin algo inteligente: la mejor forma de acabar con ETA es cortar su fuente de ingresos, Batasuna. Y al acabar con ETA se acabaría con el permanente chantaje que ha utilizado el PNV para gobernar el País Vasco durante años, años de represión por la banda terrorista y la dejadez del gobierno vasco, y por lo tanto se reduciría su poder, desproporcionado a sus votos, en los pactos de gobierno de España (la democracia). Es pues una doble jugada: acabar con ETA y acabar con la complicidad de los partidos nacionalistas vascos que han utilizado sin pudor el terrorismo para aferrarse al poder. Y como a ambos partidos, PP PSOE, les interesa, y esto sí es un interés legítimo, el pacto sale adelante (y por cierto, cuenta con nuestro apoyo).
El siguiente precedente es el Prestige y la guerra de Irak. La desastrosa labor del PP en el primero y la complicidad con la criminal, obsérvese de nuevo la palabra, acción en el segundo permiten al PSOE hacer un frente antiPP con un objetivo: puesto que va ser imposible ganar al PP con votos, a ver si es posible ganarle con apoyos parlamentarios diversos. La estrategia es simple: que haya un frente antiPP que impida que si este no gana por mayoría absoluta pueda gobernar (lo que podríamos denominar estrategia de Madrid). Mientras, el PP no tiene reparo en mentir (aquellas armas de destrucción masivas, aquellas conexiones terroristas,…) siguiendo la estrategia de que la guerra se ganará lo suficientemente pronto como para que no afecte a las elecciones: en el campo de la derecha electoral los muertos iraquíes (tal vez el color oscuro de su piel juega en su contra ) no son lo suficientemente importantes para tener con ellos esa dignidad que hoy tanto se cacarea con las víctimas del terrorismo de ETA; y en el campo de la autodenominada izquierda no se movilizará con ellos (ese color oscuro…) a una abstención de contenidos autodenominados progresistas pero que no está dispuesto a depositar su confianza venciendo su descontento. Efectivamente, las tropas invasoras toman Irak y no pasa nada. El PP no parece que pague un rédito electoral pero, y esto es importante, ha pagado un precio parlamentario: sus puentes con otras formaciones han quedado rotos. Además, su estrategia frente a los partidos nacionalistas no ayuda a tenderlos.
El último antecedente es el 11-M. La única discusión que hay en los momentos previos al atentado es si el PP va a sacar, improbable, o no, probable, mayoría absoluta. Y el PP sabe que de no sacarla perderá poder, aunque tal vez no gobierno necesariamente. Estallan los trenes y el PP monta la estrategia: el atentado de ETA permitirá lograr dicha mayoría absoluta. El ministro hace algo inédito: sin comunicado de la banda dice que ha sido ETA (sin sospechas) y anuncia que sólo un miserable podrá dudarlo. El ministerio de exteriores hace algo inédito: maniobra con tesón para que la ONU, algo inédito, condene el atentado y a la organización terrorista. El presidente del gobierno hace algo inédito: llama al director del periódico de mayor tirada de España apara asegurarle que ha sido ETA y convoca, sin consultar a nadie (tal y como luego hará Ibarretxe y será criticado justamente por ello por la derecha), una manifestación con lema y todo. Demasiados inéditos para no ver en ello una estrategia, elaborada rápidamente, electoral: si ETA ha matado a 192 personas tenemos las elecciones ganadas con mayoría absoluta. Y esto es muy importante porque da la talla moral, igual que en los otros artículos lo hemos hecho con el PSOE, de los personajes y permite comenzar a comprender la estrategia posterior.
El PSOE gana las elecciones (manipulación del PP vencida por manipulación del aparato socialista). Y el PP se encuentra con el peor panorama posible: sin ningún apoyo parlamentario ni posibilidad de tenerlo. Y con una lección inolvidable: si se moviliza la abstención nunca será para votarle a él sino para votar a la autodenominada izquierda. Es decir, la abstención es una cuestión fundamental pues de no movilizarse se podría entrar, siempre hay tiempo en política, en el mercado persa: ¿qué me ofreces?, pues las fuerzas estarían muy igualadas. Pero la abstención logró eliminar dicho mercado al permitir al PSOE ganar por bastante. Luego, el PP debe hacer que la abstención vuelva a su cauce: que se abstenga. Sin embargo, Zapatero, como ya hemos visto, necesita la abstención.
Se trata pues de intereses electorales contrapuestos: el PSOE precisa que los abstencionistas voten; el PP, que no. Y todos sabemos que el abstencionista, tal y como demostró el 11-M, es voto de la autoproclamada izquierda desengañada y sólo volvería a votar por una causa superior. Como ya vimos esa causa superior era la manipulación, real por cierto, realizada por el PP en el atentado terrorista del 11-M y, ahora, pretendía ser el proceso de paz. ¿Cómo combatirlo? Con otra estrategia moral: la indignación. Y una doble indignación: por un lado, la destrucción de España como estado merced al estatuto catalán y por otro, el recuerdo, emocionado incluso, a las víctimas (de ETA, no de la guerra de Irak que, ya sabemos, son de suyo más morenos). La destrucción de España tiene sin embargo triple problema: fundamental, los barones locales del PP también buscan su reino de taifas (Baleares o Valencia), así que no se puede insistir mucho en ello (fuera de la retórica típica); no es un tema que provoque un cambio electoral (la izquierda hace tiempo que perdió la idea del estado y ya muchos se quedan en la tribu); y, tarde o temprano, se puede tener que pactar con los nacionalistas así que no merece la pena remover demasiado. Sin embargo, las víctimas dan mucho juego. Ya es un tema con experiencia publicitaria (aquel inolvidable 11-M y sus secuelas); es un tema, como todos pero este se califica así, moral, o sea, posible de ser tratado del modo más inmoral, y es un tema sensible, pero que muy sensible. No sirve para ganar votos, esa no es la finalidad, pero funciona bien para reducir votos del adversario y en concreto esos votos de la abstención que se moviliza por cuestiones denominadas morales . Así, el PP se lanza a hegemonizar a la Asociación de Víctimas del Terrorismo (como por otra parte hizo la izquierda con la Asociación 11-M de Pilar Manjón) y se presenta a Alcaraz como personaje moral frente a los inmorales gobernantes que olvidan (Pilar Manjón bis). Este es el discurso de autoafirmación para sus electores. Y para los abstencionistas se presenta el discurso de un gobierno maniatado por los terroristas y dispuesto a todo con tal de conseguir el poder: tan parecido a ellos mismos
Y alguien dirá, pero en el artículo anterior usted ya hizo ver que esa era precisamente su postura: el gobierno utilza una estrategia electoralista. Y es cierto, pero lo que interesa aquí es que el PP no lo critica por amor a la verdad (Aznar mintió, Acebes mintió, el propio partido mintió tanto para la guerra de Irak como el 11-M y nadie ha dicho nada) o por la dignidad moral (¿los muertos iraquíes no valen lo mismo que los españoles?) sino sencillamente para conseguir el poder. Y lo interesante es como ahora la medida de presión desde la dignidad moral se debe incrementar pues ha funcionado bien y mejor funcionará con el atentado de ETA. Así, como Rajoy demostró ayer, el tono de indignación moral irá subiendo paulatinamente buscando restar la estrategia, igual de repugnante, del PSOE: cuando haya elecciones debe votar la menor gente posible. La gaviota es, no lo olvidemos, también ave de carroña.
¿Y el resto? Les toca, si podemos, inmediatamente después.

6 comentarios:

Anónimo dijo...

Ve Ud. Se lo decía.

Si el PP quisiera buscar el voto fácil, siempre tendría la posibilidad de alejar de sí algunos "principios" aunque sea de pego, al estilo Gallardon (que entrará en el guiness), y buscar el voto fácil del autodenominado centro (esa gente que no se mete en política). La abstención.

La estrategia seguida por el PP podrá haber tenido algunas de las características que enumera. Fue lógico apoyarse en CiU. Al País le vino bien. Con el PNV más dudoso, pero los prejuicios y la presión para aparentar quizá lo llevaron a eso.

La guerra de Irak, le recuerdo, tuvo oposición interna (Rato y Rajoy) pero el empecinamiento de Aznar por acercarse a los USA como forma de elevar la importancia del Pais supuso un error por no explicar precisamente eso. Aznar, a diferencia de ZP tomaba decisiones que no le reportaban votos. El PHN, la congelación a los funcionarios al inicio, el apoyo a los USA. Pero, a cambio, tenemos el euro (imagina unos tipos al 10%? no verdad), se consiguió gran cantidad de fondos y de prerrogativas en la EU, y con Aznar ETA dejó de matar por agotamiento. Y no cedió al chantaje (Ortega Lara o M.A. Blanco). No lo olvide.

Pero el PP no ganará las elecciones(salvo error grave del PSOE) por una cuestión económico-sociológica y cuya causa debe buscarse en la tradición de una mentalidad pseudo-religiosa y de prejuicios de historia personal (familiar) que impide a gran parte de los individuos observar la realidad tal cual es.

Lo verá todos los días en los blogs, en la calle, en las familias, en las amistades. Contra eso, no se puede luchar. Es imposible encontrar persona, de apoderado de banco hacia arriba, que no te diga que ZP es tonto. Sin embargo, su electorado (el que describo) le adora.

El voto socialista es ese voto. Falsamente igualitario, escapista, culpabilizador de otros, miedoso y, sobre todo, antiguo y antimoderno. Crédulo, en una palabra. Responde a prejuicios muy arraigados.

Observe que desde el punto de vista electoral, los socialistas ganan siempre en aquellos lugares más atrasados. Sin ese voto rural, debidamente subvencionado (para asegurarlo más si cabe), el psoe no gana ni de coña. El estatut no prosperó sólo por eso. En ese ámbito social, la visión clásica sobre la derecha (señoritismo, agresiva, mentirosa, engreída, clasista, etc...) se mantiene intacta.

Cuando desde los pastores socialistas se utiliza, por ejemplo y entre otros muchos, el asunto de la carestía de la vivienda vistiéndola con el traje de la especulación, lo que se está es alimentando esos prejuicios en los que desconocen los porqués de las cosas con la finalidad doble de culpar a unos e identificar a otros como los "solucionadores".

La diferencia, EPMesa, entre el PP y el PSOE está ahí, en su electorado, y eso modifica las estrategias electorales.

Un votante del PP de cualquier lugar de España piensa de manera muy similar, entre ellos y entre ellos y sus dirigentes.

la diferencia entre Maragall y un jubilata del Carmel es galáctica, y la manipulación ahí sí es posible.

El desprecio y utilización del electorado socialista por parte de los manipuladores que los dominan es para estudio universitario. La creencia de que un votante del PSOE o de IU es como los que escriben en un blogs, es un error, pues esa minoría es como el hojaldre que sostiene un pastel ruso. El electorado es la masa de ese pastel.

Por eso, sus primeros post aciertan. Porque el Psoe puede manipular a los suyos para mantener el poder.

El PP, por contra, debe mantener sus principios. Principios que no lo llevarán al poder pero que, al final, siempre triunfan, desde Adán, pues la realidad, como nos relata Marx, y como hemos visto en esta legislatura, es como es.

Anónimo dijo...

Una corrección sobre su descripción de las jornadas post 11-M. No me parece verosímil que el PP se lanzara a manipular acusando a ETA para mejorar unas expectativas que ya eran buenas.

Creo más bien que lo hizo por pánico, para no perder, como control de daños. Típica profecía autocumplida: como sean los moros perdemos, se dijeron, y en efecto fueron los moros y perdieron, pero no porque eso fuera así de suyo sino por las torpes e inmorales medidas que tomaron para evitarlo.

¿Afecta eso al juicio moral? pues no mucho, la verdad. Pero las cosas bien contadas convencen más.

Anónimo dijo...

Hola profe soy Ana de 1º Bach B,la verdad es que el comentario que le estoy escribiendo no tiene nada que ver con este asunto pero ya que no me dejaba publicarlo en el blog de mis alumnos pues lo pongo aqui.La cuestión esq un amigo y yo llevamos varios días "discutiendo" si un niño de 5-6 años puede tener amigos o son solo compañeros de juego y ya que he visto que usted puede ser una de las personas que "conozco" que mejor puede resolvernos esta duda ,pues se la pregunto ,para ver si nos puede sacar de este tema.Gracias.

Anónimo dijo...

Roger Jenkins es Tony Blair sin la peluca?

Es un progre sin el disfraz?

Roger Jenkins es quien mas gana en Barclays Bank, por si no lo sabian

Anónimo dijo...

Acebes metio la pata hasta el fondo, pero estaba cada dos horas dando informaciones en los medios, puede que haya sido tonto, pero mucho mas honesto y sincero que los sociatas.

Aznar cometio el error de ir a Irak, no se si a proposito o no, porque era un suicidio politico evidente para cualquiera, incluso lo era para los votantes del prisoe de bajo coeficiente.

Tal vez un pacto oculto del bipartidismo para relevarse en el poder al cabo de unos anos?

Tal vez.

Anónimo dijo...

De algunos comentarios se desprende que los votantes del PSOE son poco menos que tontos manipulables. A mi me parece, sin embargo, que es precisamente al contrario. El tonto es aquel que, intoxicado, por la machacona propaganda de la "teoría de la conspiración", se la ha tragado enterita y piensa que las bombas las pusieron etarras al servicio del psoe. Que los tontos, son aquellos que defendían convencidos, la "teoría de las armas de destrucción masiva" y las ganancias que España, mejor dicho, que la "República de España" tendría en el concierto internacional y en la reconstrucción de Irán de la mano de los "Bus". Que los tontos, son aquellos, que un día y otro, se tragaban, y siguen tragándose, la propaganda artera de los medios de comunicación públicos al descarado servicio de sus amos del Pp. Los tontos son aquellos que pensaban, que los demás eran tontos, y por tanto sus torpezas los apartarían del poder en poco tiempo. Que mayor tonto que aquél que premia con la Secretaria general de su partido a quien, por su culpa y sus mentiras, ha perdido unas elecciones. Y para tonto, aquellos, que le dan un lugar destacado en Congreso a un personaje moreno de cara y seguramente de culo, que ha protagonizado las mayor tanda de tonterías que se han oído en ese lugar. Y tonto de toda tontez, aquella derecha liberal y europea, que también existe, invisible pero existe en España, que viaja amarrada a la vieja derechona apoyada en la sacrosanta tradición del nacionalcatolicismo.