Es una escena, una más, de Casablanca. En ella unos militares nazis se ponen a cantar una canción de exaltación en el bar de Rick. Y de pronto aparece Victor Lazlo, checo, y pide a la pequeña orquesta -una orquesta de variedades, una orquesta de café- que toque la Marsellesa. Podía haber sido una parodia, podía haber ido una escena cínica: es sólo una escena que representa la libertad. Suena y todos la cantan. Y al hacerlo no entonan el himno francés, sino algo más. Porque en ese momento la Marsellesa es una canción de libertad.
La bandera de España es la bandera de la libertad en el País Vasco. Y el otro día, por fin, doña Regina Otaola, y aquí el don no es gratuito, la izó en el ayuntamiento de Lizartza. Todo ello le ha conllevado una amenaza de muerte por parte de un miembro de ANV –aquellos que debían de ser también hombres de paz, sin duda- y el silencio de la Fiscalía, que tan rápido corrió contra El Jueves y aquí lleva esperando ya, si es que todavía hace algo aunque seguro que sí porque ahora hay elecciones, cinco días para actuar.
No me siento español. Pero tampoco madrileño, nacionalista o, eso tan cursi, ciudadano del mundo. Sólo me siento extraño.
La bandera de España es la bandera de la libertad en el País Vasco. Y el otro día, por fin, doña Regina Otaola, y aquí el don no es gratuito, la izó en el ayuntamiento de Lizartza. Todo ello le ha conllevado una amenaza de muerte por parte de un miembro de ANV –aquellos que debían de ser también hombres de paz, sin duda- y el silencio de la Fiscalía, que tan rápido corrió contra El Jueves y aquí lleva esperando ya, si es que todavía hace algo aunque seguro que sí porque ahora hay elecciones, cinco días para actuar.
No me siento español. Pero tampoco madrileño, nacionalista o, eso tan cursi, ciudadano del mundo. Sólo me siento extraño.
Sin embargo, hoy izo la bandera de España en mi espacio junto a doña Regina Otaola como si estuviera en el café de Rick mientras Victor Lazlo, y yo mismo, cantamos la Marsellesa.
7 comentarios:
No me creo que nadie del PP utilice la bandera de España como símbolo de libertad y democracia. La bandera de esta alcaldesa es la misma que tantas veces he visto paseada y apropiada en las múltiples manifestaciones vindicativas y partidistas del PP,la Iglesia y sus asociaciones satélites (AVT, Foro de Ermua,...).
No descartemos tan pronto que una oportunista alcaldesa utilice la bandera con fines menos elevados, como por ejemplo, aumentar la crispación.
Banderas, héroes y heroínas, tribus, cruzadas,...
¡La derecha de siempre en tiempos de las TICs!
La verdadera bandera de la libertad es ella, Doña Regina.
Son mujeres quienes están demostrando tener más “cojones” que nadie en España.
Regina Otaola, Gotzone Mora, Maite Pagazartundua, Rosa Díez…
Y ninguna sale del cupo obligatorio del “Ista, ista, ista… Zapatero”.
Su post suena a esas cosas que se escriben para sentirse cómodamente en comunion con los bienpensantes de la comunidad (sea ésta la que sea y sean aquéllosn quienes sean). ¿A que después de escribirla se siente usted más relajado, más seguro de su futuro? Pues nada, hombre, continúe usted con esa terapia, que ciertamente le reportará muchos beneficios.
Otra cosa es lo que le quite de su cartera ética. Igual, de seguir así, descubre usted que se la han dejado vacía.
AF creo que usted ha acertado, y mucho con el calificativo de Bienpensantes lo que le alabo.
Don EP, Enhorabuena por su articulo.
Antonio, EP no es del PP, Despierte.
Oyente: Muchos aplausos.
Siento no entender su concepto de libertad.
¿Izar la bandera española en euskadi es un acto de libertad?
Para que la bandera española recupere parte de su credibilidad, y honor, primero debe reconocer, desde la igualdad, al resto de banderas. Si no es así, AL FUEGO CON TODAS!!!
Al anónimo, disléxico, por lo que parece:
No sé si EP es o nó del PP. Ni me importa.
Creo que había quedado claro que me refiero a la alcaldesa.
Despierte.
Comparto su articulo en la parte de solidarizarse con cualquiera al que, por izar una bandera, le amenacen de muerte.
Otra cosa es que vivimos en un país donde - precisamente enarbolando la bandera que puso la alcaldesa - durante larguísimos años, a otros que izaban otras banderas o defendían otras ideas, se les amenazo igualmente de muerte o se les mató directamente usando además para ello la fuerza del Estado. Que es mucha fuerza.
Tantos años de exceso depararán sin duda un largo periodo para encontrar un equilibrio.
Por otro lado el checo de Casablanca - siempre pensé que era húngaro - usa un recurso de alcance para galvanizar a su auditorio contra la brutal opresión nazi: nada menos que la Marsellesa. Pruebe Vd. a emocionar a las masas o a identificar emocional o politicamente a alguien con el inextricable chunda-chunda monárquico, capaz de adormecer hasta a nuestras selecciones deportivas. La verdad es que resulta dificil.
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