lunes, marzo 31, 2008

NIÑATOS, CRETINOS Y, SOBRE TODO, UNIVERSITARIOS


Pues eso.

Pero se me olvidaba algo. Los estudios de estos niñatos, cretinos y, sobre todo, universitarios los pagamos entre todos. Así que son niñatos, cretinos y, sobre todo, subvencionados. Y seguramente, casi no lo duden, lo sean para esto. Lo cual, por cierto, no quita que sean unos cretinos bien alimentados.

7 comentarios:

Sombra azul dijo...

Le llaman futuro. Ya no hay celebración sin botellón. Estupidez humana.

Anónimo dijo...

A mi no me parece del todo mal, esta claro k el botellon en sitios donde jodes a mas personas es una putada pero si no jodes a los demas k mas da?? ese macroboteyon es la forma de clebrar algo nada mas.

María dijo...

Es triste, de eso no hay duda, pero es al final y al cabo el producto inevitable, supongo, de la sociedad en general y el entorno familiar en particular. ¿Qué resultados podemos esperar de una sociedad en la que la cultura y la integridad personales son los últimos valores a inculcar y valorar (valga la redundancia)? Hay una increíble cantidad de jóvenes sin aspiraciones (a no ser que se cuente la de ganar mucho dinero de forma lo más rápida y cómoda posible), sin inquietudes intelectuales de casi ningún tipo, y movidos por una serie de valores que parten de una cultura social que premia la belleza y el éxito (entendido popularmente como el salir en la televisión y ganar dinero con el mínimo esfuerzo) sobre todas las cosas. Me parece un problema más grave de lo que se quiere pensar, pues no es ya lo que el botellón es, sino lo que significa. Y a los que defienden que salir a beber con los amigos de esta manera no tiene nada de malo que recuerden las borracheras propias y las ajenas, el estado tan patético al que algunos son capaces de llegar. Y es que el tener que beber y fomentar un estado cercano a la inconsciencia para divertirse me parece, cuanto menos, sumamente triste, sobre todo porque el botellón no es tomarse unas copas, sino que parece que implica la ingesta de grandes cantidades de alcohol y de forma frecuente. Será que los jóvenes de hoy en día no saben divertirse de otra forma. Será que algo falla en la educación en casa. Será que algo falla en los valores que la sociedad, se diga lo que se diga, establece como los importantes. Será... que nos estamos centrando sólo en una parte de la población juvenil. Don Enrique lleva bastante tiempo siendo profesor y sabe lo que se dice en este asunto, pero supongo que sus alumnos también tendrán algo que comentar. Afortunadamente, y desde mi postura actual de universitaria, puedo decir que no todos somos así. Ni mucho menos.

Amanda dijo...

¿Entonces la causa de que miles de jóvenes disfruten con esta práctica es que no tienen inquietudes intelectuales? Porque en mi clase hay un buen grupo, los más jovencitos, que hace botellones los fines de semana y puedo asegurar que tienen muchas inquietudes y aspiraciones (de hecho, si no las tienes, no sueles estudiar Filosofía). No pretendo en absoluto defender la práctica del botellón, pero me preguntaba por qué tanta gente joven lo practica,y el argumento de la falta de interés por la cultura no me parecía suficiente. Ya intuyo que, según Don EP Mesa, tendrá algo que ver con el sistema capitalista.

Un Oyente de Federico dijo...

Es imposible que un determinado diseño social sea impuesto por los adolescentes.
Por eso me niego a culpar a los crios/jovenes de tan “estúpida” actividad. A estos les llega ya diseñada y contextualizada en el relativismo, la miseria moral y mediocridad que caracteriza nuestra actual sociedad.

Todavía recuerdo a Ramon Tamames en el programa de Luis del Olmo diciendo que el botellón se acabaría dando clase de enología a los escolares.
O a Angel Pérez de IU, en un debate en TeleMadrid, afirmando que para evitar las molestias a los vecinos el ayuntamiento tenía que construir un “botellódromo”.

Teniendo en cuenta esto, si un catedrático y un lider político largan tales parvadas, ¿de que vamos a culpar a los jóvenes? Son indiscutíblemente e irreparablemente víctimas.

En el programa que vi a Angel Pérez, también debatían jóvenes y su argumenrto, para justificar las molestias (ruidos durante toda la noche y miles de meadas en calles y portales) a los vecinos de la Plaza 2 de Mayo de Madrid, era que el alcohol estaba caro en los pub y que ellos “tenian derecho” a poder beber barato.

Yo he bebido cerveza, sentado en un banco del parque de mi exbarrio, mientras escuchaba un casette de Led Zeppelin junto a mis amigos, en noches de veranos. Nos juntábamos de 10 a 30 chavales, a lo sumo.
Bebíamos botellines que le pillabamos a Clemente y cuando nos marchábamos los cascos se los dejábamos en la caja que el dejaba preparada para nosotros.
Procurábamos que a nuestros padres jamás les llegara queja alguna, por nuestras conductas.

No recuerdo borracheras. Y jamás hubiéramos ido a juntarnos con otros miles que no conociamos de nada, a hacer lo mismo que hacíamos tranquilamente en nuestro parque.

Anónimo dijo...

No se trata del hecho de la ingesta masiva de alcohol en sí (que es estúpido de por sí). El problema al que creo que se refiere don EPMesa es lo que el botellón tiene de puerilidad y gregarismo. Una juventud que vive en pos del fin de semana y no del furuto es una juventud desactivada, mansa y anómica.
Un gran hito del sistema es hacer creer a esots jóvenes que lo que hacen está revestido de rebeldía cuando en realidad se trata de sometimiento. Estudien lo que estudien.

Anónimo dijo...

Eso: Imbéciles!
Que hagan como los demás, que dejen el botellón y se vayan a los centros comerciales - o mejor aun: que se queden en casa y que no salgan