martes, abril 01, 2008

SALVAR LA ÉTICA DE 4º DE ESO/2: SOBRE LA ACCIÓN



Ustedes me perdonarán. Ya lo contamos educativamente, en lo concreto. Nos falta contarlo en lo más real: lo abstracto (no es una errata, esa es la nueva realidad). Me tengo que poner a ello. Pero eso no quita para que quien quiera, y pueda, se acerque el sábadoa la madrileña Puerta del Sol. Porque, se lo digo yo y sin por ahora demostrarlo, se está jugando mucho. Tal vez, los restos de la Ilustración y, con ellos, de la emancipación humana.

1 comentario:

Anónimo dijo...

María

Recuerdo hace unos años (diría que seis) una clase en el instituto en la que el profesor de ética dijo algo que, por lógico que pueda parecer, o no es siempre tenido en cuenta o no se es a menudo consciente de su alcance. Se trata de una de estas cosas que sabes, pero a la que no le dedicas demasiada reflexión hasta el momento en que la escuchas pronunciada en voz alta por otra persona. Y es que, como bien ha mencionado don Enrique una vez más, no todas las opiniones o juicios entrañan una verdad, sea quien sea quien las exprese. ¿Dónde_ y hoy en día en especial_ reside la objetividad? De pequeños, y no tan pequeños, tendemos a considerar verdadero todo lo que dicen los adultos, más aún si se trata de nuestros padres y profesores. Pues bien, yo recuerdo haberme planteado ese día, a raíz de las palabras del profesor motivadas por nuestra inocencia, cómo le hubiera sido posible aprender al alumno si se hubiera planteado la veracidad de los conocimientos del profesor. Y era posible aprender, aún lo es, porque nos fiamos. Pero, ¿deberíamos hacerlo? no siempre. Qué importante es aprender a hacer juicios propios, a no tomar enseguida como verdad a priori y absoluta lo que se nos da como tal, a desarrollar nuestra lógica y opinión para no ser manipulados, a elaborar e interpretar por nosotros mismos la información y conocimiento. En conclusión, qué importante es aprender a pensar, pues nos hace libres; y aunque creo que hay otras asignaturas que también podrían y deberían estar destinadas a este fin, la Filosofía (en la forma en que la dimos) definitivamente constituyó una ayuda.