domingo, abril 04, 2010

VIDA INTERIOR/48: DOMINGO DE RESURRECCIÓN.

¿Quién de nosotros no tiene una vida interior muy grande? ¿Y qué poeta no nos la cuenta una y otra vez? En esta sección mi alma se desnudará. Incluso he comprado una nueva para tenerla más grande. Porque, en el fondo, yo también quiero ser feliz.

Todavía esperando.

1 comentario:

Un Oyente de Federico dijo...

Caifas era como nuestro, mejor dicho, vuestro Garzón, era el encargado de invertarse los delitos del personal, —como Garzón en el caso Liaño, los policías científicos del ácido bórico…— para que los romanos juzgaran y condenaran.
El era un sacerdote de la casta judía de los saduceos, que como Garzón, eran los que más pasta tenían.
Por ello, por ser los más ricos, no creían en la vida espiritual después de la muerte, convencidos de que Dios premiaba y castigaba en este mundo.
Por eso ellos vivian como Dios, porque se lo merecían.
Garzón, como Caifás, no cree en la imortalidad del alma y reza a su dios “Querido Miguel” para que le premie en esta vida.

Los demás tenemos que esperar el premio en la otra vida.

Por cierto ¿sabe Ud. que es filósofo, si Alá convalida los méritos de los cristianos, y podemos optar a las 70 huries? Yo con media docena ya me apaño.