Señalábamos en el artículo anterior una tesis: solo puede haber explotación de clase cuando existe una minoría social que controla la producción y que vive del trabajo de, al menos, otro grupo. Para ello, además, es necesario una condición del propio sistema económico: que la base productiva esté fijada en la fuerza de trabajo humano, que la clase dirigente no produzca económicamente y que, por tanto, cualquier otra actividad ajena al trabajo físico no tenga desarrollo económico al menos como fundamental. Así, si hay división social del trabajo habrá estratificación social, pero no toda estratificación social implicará necesariamente explotación de clase.
¿Hay clases sociales en el capitalismo? Por supuesto que sí. En el capitalismo pervive la división social del trabajo y con ella la estratificación social. Por este motivo unas clases sociales tienen más poder social, económico y político que otras y no solo lo poseen sino que actúan para preservarlo. La existencia por tanto de una estratificación social donde unos grupos atesoran privilegios frente a otros es un rasgo que también se da en la sociedad capitalista y, por supuesto, estos privilegios se sustentan en la estructura social. Así, la estructura social capitalista no es ajena a la existencia de una estratificación social que implique un desigual reparto de poder, riqueza y prestigio y, por tanto, a una división en grupos sociales no iguales.
Este hecho, de la existencia de distintas clases que atesoran distintos privilegios, además marca un conflicto social pues las clases con más privilegios buscan defender su estatus quo de acuerdo a la negación de extender estos privilegios al resto del colectivo social y al universalizarlos convertirlos en derechos. Por supuesto, esta defensa se puede hacer solo de forma ideológica -con por ejemplo la idea de la buena cocina como arma de las elites- pero lo más común es que se haga de manera económica y social. Así, las oligarquías tenderán a generar políticas y acciones económicas cuya única finalidad será la defensa de sus intereses de clase. Y al hacerlo afectarán, por activa al actuar contra ellos o por pasiva al no situarlos en el debate social, a los intereses de la clase social, o las clases sociales, que cuenta con menos poder. Así, al analizar social o políticamente una sociedad capitalista se puede hacer desde esta perspectiva de lucha de clases referida exclusivamente a este punto y es un análisis no solo certero sino necesario. Pues sin duda resulta cierto que la contraposición de intereses provoca conflicto social y toma de acciones por parte de la oligarquía para defender sus intereses y su privilegiada posición social. Y por ejemplo, aquí hemos hecho un análisis del estatuto catalán, de la reforma laboral , de las cuotas feministas o del conflicto en Palestina en ese sentido.
Pero, y aquí está el tema primordial, el hecho de que exista una oligarquía social que defienda su desigualdad con medidas sociales no quiere decir en absoluto que necesariamente exista una explotación económica de una clase sobre otra porque son dos cosas distintas. Y es aquí donde surge el problema para la izquierda que tan cómodamente se instaló en el discurso de la lucha de clases. Pero ahora bien, ¿por qué no hay explotación de clases en el capitalismo?
Si recapitulamos vemos como para que haya tal debe haber una clase que viva de la producción de la otra. Para ello, hace falta que la producción económica fundamental sea la de esa clase explotada, que con ella se mantenga a la clase ociosa y, por tanto, que la faceta productiva básica sea la producción a través de la fuerza humana. Esto se daba, ya lo señalamos, en la esclavitud y en el feudalismo: la clase ociosa, productivamente hablando, vivía de la productora. El capitalismo sin embargo cambia radicalmente esto al no situar su clave productiva en la fuerza humana y en los productos manufacturados. Efectivamente, la clave de la producción capitalista es la mercancía y en el capitalismo avanzado todo es mercancía y no solo el producto físico del trabajo. Frente a los sistemas económicos anteriores donde la producción estaba limitada a productos empíricamente concretos, fundamentalmente del sector primario además, la mercancía es un producto abstracto: tan mercancía es un coche como un libro de filosofía o la acción bursátil de una empresa. Y esto genera un nuevo concepto de trabajo/producción. Efectivamente, ya no cabe la idea del trabajo/producción como aquello que se hace en un horario concreto y con una realidad física determinada, sino que se extiende a la vida tal y como se da. Producción de mercancía en el capitalismo es todo, desde el tiempo de trabajo hasta el de consumo donde al gastar se produce. Y esto lleva a dos conclusiones: una, que por tanto todo individuo en el capitalismo es productivo, un ejemplo sangrante es Belén Esteban; dos, que no existen clases ociosas pues todas ellas producen mercancías ya desde un trabajo físico, las menos por cierto, ya desde un trabajo intelectual como pueda ser, por poner ejemplo molesto, la administración de las propias empresas, ya desde el universal consumo. Así, los individuos en el capitalismo son todos unidades productivas porque ellos mismos son mercancías propiamente dichas y por ello no hay clase ociosa. O diciéndolo de otra manera: el concepto de trabajo productivo en el capitalismo es absolutamente novedoso pues ya no hace referencia a la producción como siempre ha sido, en la fábrica o sobre el mundo natural, sino a la propia vida en su totalidad. El capitalismo supera con mucho el estrecho margen de la explotación de una clase sobre otra para acercarse a una realidad totalitaria donde todo es explotación.
Pero, ¿quiere esto decir que ya no existe el conflicto de intereses entre clases? ¿No debe ya haber organizaciones de trabajadores, por ejemplo, o movimientos sociales? Lejos de eso, quiere decir precisamente lo contrario. Al no haber una relación de necesidad del sistema entre las condiciones sociales de la oligarquía frente al resto de las clases, es posible perfectamente a través de un movimiento reformista, es decir: sin atentar al sistema, la conquista de derechos sociales a costa de esa misma oligarquía pues el margen de acción se amplía. De esta forma, los movimientos sociales no son solo importantes sino imprescindibles porque el entramado social ya no está regido por las limitaciones del sistema sino precisamente por la acción de los grupos sociales integrantes y sus respectivos intereses.
Y esto quiere decir algo más. Estas acciones sociales de lucha por derechos no adquieren en sí mismas un carácter antisistema ni deben pretenderlo: son esencialmente reformistas. El anticapitalismo es algo muy distinto a luchar contra la regresiva reforma laboral, por ejemplo. Pero al tiempo, y por ello, no deben ser hipostasiadas en el futuro. Es decir, no pueden justificarse luchas sociales porque representan a la clase obrera o demás sandeces. Las luchas sociales solo se pueden justificar así por su carácter inmediato, su justicia concreta en el presente. La idea de la historia como proyección de una clase obrera que al avanzar en sus derechos construye el socialismo, lo que perdona cualquier exceso, es tan ridícula que no aguanta el análisis de lo real. El capitalismo es tan complejo que no se puede analizar con consignas.
Se nos suele acusar de vivir en una torre de marfil. Frente a aquellos que se apuntan a cualquier algarada y lucen felices trapos denominados banderas o que sacan los lemas a pasear para solucionar problemas cada vez más complejos -como hacen los primitivos al orar a sus dioses, o a su único dios, para solucionar un conflicto- nosotros pretendemos analizarlo todo. Y se nos dice que eso lleva a la pasividad. Cualquiera, sin embargo, que conozca algo de estrategia militar, o aún sin conocerla, reconocerá que lo importante en la batalla no es disparar sino hacerlo en la dirección correcta. Y solo contra quien hay que hacerlo.
¿Hay clases sociales en el capitalismo? Por supuesto que sí. En el capitalismo pervive la división social del trabajo y con ella la estratificación social. Por este motivo unas clases sociales tienen más poder social, económico y político que otras y no solo lo poseen sino que actúan para preservarlo. La existencia por tanto de una estratificación social donde unos grupos atesoran privilegios frente a otros es un rasgo que también se da en la sociedad capitalista y, por supuesto, estos privilegios se sustentan en la estructura social. Así, la estructura social capitalista no es ajena a la existencia de una estratificación social que implique un desigual reparto de poder, riqueza y prestigio y, por tanto, a una división en grupos sociales no iguales.
Este hecho, de la existencia de distintas clases que atesoran distintos privilegios, además marca un conflicto social pues las clases con más privilegios buscan defender su estatus quo de acuerdo a la negación de extender estos privilegios al resto del colectivo social y al universalizarlos convertirlos en derechos. Por supuesto, esta defensa se puede hacer solo de forma ideológica -con por ejemplo la idea de la buena cocina como arma de las elites- pero lo más común es que se haga de manera económica y social. Así, las oligarquías tenderán a generar políticas y acciones económicas cuya única finalidad será la defensa de sus intereses de clase. Y al hacerlo afectarán, por activa al actuar contra ellos o por pasiva al no situarlos en el debate social, a los intereses de la clase social, o las clases sociales, que cuenta con menos poder. Así, al analizar social o políticamente una sociedad capitalista se puede hacer desde esta perspectiva de lucha de clases referida exclusivamente a este punto y es un análisis no solo certero sino necesario. Pues sin duda resulta cierto que la contraposición de intereses provoca conflicto social y toma de acciones por parte de la oligarquía para defender sus intereses y su privilegiada posición social. Y por ejemplo, aquí hemos hecho un análisis del estatuto catalán, de la reforma laboral , de las cuotas feministas o del conflicto en Palestina en ese sentido.
Pero, y aquí está el tema primordial, el hecho de que exista una oligarquía social que defienda su desigualdad con medidas sociales no quiere decir en absoluto que necesariamente exista una explotación económica de una clase sobre otra porque son dos cosas distintas. Y es aquí donde surge el problema para la izquierda que tan cómodamente se instaló en el discurso de la lucha de clases. Pero ahora bien, ¿por qué no hay explotación de clases en el capitalismo?
Si recapitulamos vemos como para que haya tal debe haber una clase que viva de la producción de la otra. Para ello, hace falta que la producción económica fundamental sea la de esa clase explotada, que con ella se mantenga a la clase ociosa y, por tanto, que la faceta productiva básica sea la producción a través de la fuerza humana. Esto se daba, ya lo señalamos, en la esclavitud y en el feudalismo: la clase ociosa, productivamente hablando, vivía de la productora. El capitalismo sin embargo cambia radicalmente esto al no situar su clave productiva en la fuerza humana y en los productos manufacturados. Efectivamente, la clave de la producción capitalista es la mercancía y en el capitalismo avanzado todo es mercancía y no solo el producto físico del trabajo. Frente a los sistemas económicos anteriores donde la producción estaba limitada a productos empíricamente concretos, fundamentalmente del sector primario además, la mercancía es un producto abstracto: tan mercancía es un coche como un libro de filosofía o la acción bursátil de una empresa. Y esto genera un nuevo concepto de trabajo/producción. Efectivamente, ya no cabe la idea del trabajo/producción como aquello que se hace en un horario concreto y con una realidad física determinada, sino que se extiende a la vida tal y como se da. Producción de mercancía en el capitalismo es todo, desde el tiempo de trabajo hasta el de consumo donde al gastar se produce. Y esto lleva a dos conclusiones: una, que por tanto todo individuo en el capitalismo es productivo, un ejemplo sangrante es Belén Esteban; dos, que no existen clases ociosas pues todas ellas producen mercancías ya desde un trabajo físico, las menos por cierto, ya desde un trabajo intelectual como pueda ser, por poner ejemplo molesto, la administración de las propias empresas, ya desde el universal consumo. Así, los individuos en el capitalismo son todos unidades productivas porque ellos mismos son mercancías propiamente dichas y por ello no hay clase ociosa. O diciéndolo de otra manera: el concepto de trabajo productivo en el capitalismo es absolutamente novedoso pues ya no hace referencia a la producción como siempre ha sido, en la fábrica o sobre el mundo natural, sino a la propia vida en su totalidad. El capitalismo supera con mucho el estrecho margen de la explotación de una clase sobre otra para acercarse a una realidad totalitaria donde todo es explotación.
Pero, ¿quiere esto decir que ya no existe el conflicto de intereses entre clases? ¿No debe ya haber organizaciones de trabajadores, por ejemplo, o movimientos sociales? Lejos de eso, quiere decir precisamente lo contrario. Al no haber una relación de necesidad del sistema entre las condiciones sociales de la oligarquía frente al resto de las clases, es posible perfectamente a través de un movimiento reformista, es decir: sin atentar al sistema, la conquista de derechos sociales a costa de esa misma oligarquía pues el margen de acción se amplía. De esta forma, los movimientos sociales no son solo importantes sino imprescindibles porque el entramado social ya no está regido por las limitaciones del sistema sino precisamente por la acción de los grupos sociales integrantes y sus respectivos intereses.
Y esto quiere decir algo más. Estas acciones sociales de lucha por derechos no adquieren en sí mismas un carácter antisistema ni deben pretenderlo: son esencialmente reformistas. El anticapitalismo es algo muy distinto a luchar contra la regresiva reforma laboral, por ejemplo. Pero al tiempo, y por ello, no deben ser hipostasiadas en el futuro. Es decir, no pueden justificarse luchas sociales porque representan a la clase obrera o demás sandeces. Las luchas sociales solo se pueden justificar así por su carácter inmediato, su justicia concreta en el presente. La idea de la historia como proyección de una clase obrera que al avanzar en sus derechos construye el socialismo, lo que perdona cualquier exceso, es tan ridícula que no aguanta el análisis de lo real. El capitalismo es tan complejo que no se puede analizar con consignas.
Se nos suele acusar de vivir en una torre de marfil. Frente a aquellos que se apuntan a cualquier algarada y lucen felices trapos denominados banderas o que sacan los lemas a pasear para solucionar problemas cada vez más complejos -como hacen los primitivos al orar a sus dioses, o a su único dios, para solucionar un conflicto- nosotros pretendemos analizarlo todo. Y se nos dice que eso lleva a la pasividad. Cualquiera, sin embargo, que conozca algo de estrategia militar, o aún sin conocerla, reconocerá que lo importante en la batalla no es disparar sino hacerlo en la dirección correcta. Y solo contra quien hay que hacerlo.
13 comentarios:
De su texto infiero que para usted ha llegado El fin de la historia.
Para usted, el sistema capitalista es el sistema perfecto. Por ello, toda utopía, todo sueño alternativo debe ser abandonado. Se puede reformar el sistema, pero no se puede sustituir el sistema, no hay sustitución posible. Para usted las luchas sociales solo se pueden justificar por su inmediatez y por su concreción.
Esta mañana, creo que, Manuel Cuyás en un programa de radio decía algo parecido a lo que pontifica en este artículo. Decía; referiendose a la manifestación multitudinaria, acaecida el pasado sábado en Barcelona, que la política debía hacerse en el Parlamento o en el Palacio del Tinell y no en la calle.
No sé, no estoy de acuerdo en que usted, los intelectuales, deban decirnos a los demás "contra quien disparar". En mi caso concreto, yo decido contra quien apunto y contra quien disparo.
Lo siento Don EPe pero a mi la derecha no me va, y admitiendo que dentro de la derecha hay matices, la extrema derecha es la que me gusta menos.
D. Pcholo, seguramente no me he explicado bien.
a) No creo que se me pueda acusar de defender el capitalismo como el sistema perfecto. De hecho, el calificativo totalitario no describe una perfección sino una crítica -según creo-. El capitalismo es el sistema totalitario perfecto y la negación máxima de la libertad. Pero eso lo vengo diciendo desde hace tiempo.
b) Defiendo textualmente la accion social y política. No entiendo la referencia.
c) que yo sepa nunca he ido por la vida, ni en este blog, con aitres de liderazgo. De hecho, el análisis racional, es decir: huir de las consignas, es lo contrario a decirle a la gente nada. Aquí intento analizar cosas, sería más facil, sin duda, poner lemas.
d) Lo de la extrema derecha no lo entiendo. Creo que esta vez tira la piedra y esconde la mano. Primero debería decir usted qué entiende por extrema derecha y luego señalar, si acierto en eso, qué le lleva a situarme a mí en ella.
e) Uno no le escribe lo que le gustaría decir sino aquello que cree que es verdad. No se puede analizar el capitalismo desde una perspectiva decimonónica que, además, nunca fue así. Usted es una persona reflexiva y si me lo permite le rogaría que se volviera a leer el artículo, porque seguramente hay una cierta torpeza por mi parte en la explicación al entenderlo así, y refieriéndose a él en concreto me dijera que cree que es falso. Como sé que es usted una persona ocupada por supuesto esto, si desea hacerlo, no corre prisa.
Sr Mesa. Por favor ya que parece que interesa tanto el tema ¿por qué no nos escribe un articulo sobre el porque la ultraderecha se nutre de la clase baja principalmente? osease de obreros quemados y parados sin esperanza.
No es que se explique mal, Mesa, es que lo que explica no es la realidad, una vez más.
Limitar la explotación de clase al caso que enumera es caprichoso y falaz y al aceptar que sin embargo existe una minoría social que controla y dirige la producción, se está aceptando la lucha de clases.
Otra cosa es que esa lucha se dé en un entorno distinto del que halló el marxismo de comienzos de la era industrial.
Sí, la clave del nuevo capitalismo postindustrial o postfordista, como quiera llamarlo, es la mercancía, eso es obvio desde hace algunas décadas. Los situacionistas ya hicieron ese análisis en la Francia de los 50-60.
Y obviamente todas las pugnas dentro del sistema capitalista son reformistas porque si estuvieran fuera -por la izquierda o la derecha- serían revolucionarias.
Filosóficamente nada nuevo.
La realidad económica nos dice sin embargo que esas clases siguen existiendo y se siguen dando luchas de intereses, que la explotación absoluta del capitalismo no ha variado mucho con esos cambios de estructura económica y que se siguen dando entornos de producción donde las condiciones son prácticamente las mismas que hace un siglo. De hecho la actual crisis ha sido provocada por una clase, el sector financiero, y ha afectado más a la clase baja de los asalariados precarizados. Las medidas de recorte van en la misma dirección.
Etc...
Lo malo de su artículo es que no dice nada, nada de nada, nada nuevo en el análisis, que lleva 50 años hecho y nada de nada en las conclusiones, porque esa estrategia militar de la que sospechosamente habla pasó a la historia en las trincheras de la primera guerra mundial y por otro lado los problemas concretos siguen siendo los mismos, exactamente los mismos para los mismos, sólo que hay que pensarlos a escala global.
D. Anónimo1:
Es que no podría asegurar, aunque yo también tengo esa impresión, que fuera así. ¿Me podría facilitar usted algún estudio o dato fiable sobre el tema?
D. Anónimo2:
es posible sin duda que yo me haya explicado mal, pero siempre cabe otra posibilidad que es que usted no haya entendido nada. Veamos su texto.
1.- Usted dice: "al aceptar que sin embargo existe una minoría social que controla y dirige la producción, se está aceptando la lucha de clases". Pues que va. Primero, yo no acepto que la minoría controle y dirija la producción capialista (de hecho, no sé de donde lo saca en mi articulo). Eso es la idea vieja del capitalismo dirigido por la junta de accionista de los malvados especuladores. Segundo, aceptar que hay conflicto social, cosa que acepto, no implica que haya lucha de clases en su sentido marxista. Porque para que haya lucha de clases en dicho sentido tiene que haber, necesariamente, explotación de una clase sobre otra. Lo que yo niego no es, por tanto, el conflicto de intereses, que lo hay, sino que la esencia del capitalismo sea la eplotación de una clase sobre otra.
2.- Lo de los situacionistas suena a pedanteria. A ver, ya Marx fijó eso. Si usted quiere citar a los situacionistas, que ni por asomo decían lo que yo digo, pues me parece bien. Pero si se cita a alguien hay que explicar para qué y no decir el nombre.
3.- La idea de la crisis provocada por el sector financiero como clase es la idea que Zapatero ha estado vendiendo permanentemente y es falsa también. La crisis no la provoca la clase financiera, por cierto: ¿que características tiene dicha clase para poder hablar con tanta objetividad de ella?, pues sería absurdo que una clase provocara su propia crisis. Sí es cierto que en las medidas para paliarla los sectores sociales intervienen y unos ganan más que otros y se toman medidas para garantizar elstatus quo.
4.- "La realidad económica nos dice sin embargo que esas clases siguen existiendo y se siguen dando luchas de intereses, que la explotación absoluta del capitalismo no ha variado mucho con esos cambios de estructura económica y que se siguen dando entornos de producción donde las condiciones son prácticamente las mismas que hace un siglo." Y hace trampas. Obsérvese cómo al principio se habla en universal ("que la explotación absoluta del capitalismo no ha variado mucho con esos cambios de estructura económica") pero luego, cuando hay que ejemplificar, se usa la expresión "se siguen dando entornos" pasando así al particular esporádico.O sea, el discurso del domund pero en version laica. Si fuera esa la razón de ser del capitalismo y cierta la afirmación que usted hace sobre él, no se darían entornos en que se cumpliera sino se cumpliría en general y habría entornos en que NO se cumpliera.
5.- La novedad es un principio muy del gusto de la pequeñaburguesía (¿ve cómo hay clases?). Aquí no se trata de decir algo novedoso sino de analizar la realidad. La novedad se queda para los desfiles de moda no para la filosofía. De todas formas, no creo que mi discurso, y ese es un problema al no poder reducirlo a consignas, se de mucho.
y 6.- Lo de la I guerra mundial no lo entiendo. Me lo explica si puede, por favor.
1,. "la estructura social capitalista no es ajena a la existencia de una estratificación social que implique un desigual reparto de poder, riqueza y prestigio..." hasta donde llego, eso implica que una clase controla y dirige la producción, concretamente la que acumula poder y riqueza para hacerlo.
2,. lea a los situacionistas y busque el análisis de la mercancía que hacen desde un marxismo heterodoxo para que vea por qué los traigo a colación. básicamente es porque su idea sobre la mercancía como concepto básico para entender el capitalismo ya está en ellos. si ha cogido de ahí la idea, cítelos, si por el contrario lo que ha hecho ha sido descubrir el Mediterráneo, me limito a recordárselo.
3,. salvo que se invente una definición para uso propio de lo que es la clase financiera, dicha clase es la que se encarga de gestionar los movimientos de capitales, como sanidad se encarga de regular los movimientos de jamones. de los sectores de la economía, uno de ellos es el financiero y quien lo controla es sobre todo la banca. una inadecuada regulación de ese sector -estafas tipo madoff, hipotecas basura, especulación inmobiliaria y los juegos con el precio del dinero- ha provocado una crisis. si esto tampoco es cierto mejor no seguimos hablando. obviamente no han provocado su propia crisis porque contaban con el respaldo de las finanzas públicas para sacar a flote algunas empresas y porque tienen instrumentos financieros y claúsulas contractuales para que sus dineros no se toquen. esto lo cuentan los periódicos y el resto ya se lo sabe... sicavs, centros financieros off shore, etc.
4,. se pasa del universal al particular para dar una idea de lo complejo que es el capitalismo en la época de su implantación global.
(no sé qué es para usted lo universal, aunque supongo que es eso que salía en los libros de la asignatura de filosofía. para mí lo universal, hablando de cuestiones concretas, es el conjunto de los particulares).
en los lugares donde predominan el sector primario y secundario, las cosas están como hace un siglo.
nada que ver con el discurso del domund sino con la realidad empírica particular de millones de personas. las condiciones de trabajo son muy variadas a lo largo del mundo y en muchos lugares, de hecho en la mayor parte no se ha pasado de los sistemas fordistas. eso también sucede aquí mismo, en el capitalismo material y no en esa especie de capitalismo angélico que usted se inventa. la ventaja, en todo caso, del discurso del domund frente al suyo es que al menos parte de algo relacionado con la realidad que pretende analizar y no distorsionado por la filosofía escolástica como ejercicio mañanero.
5,. la novedad es interesante siempre por absurda que sea y el gusto por ella no es privativo de la pequeña burguesía.
por otro lado, si la filosofía tiene como tarea analizar la realidad, estaría bien que se dedicase a ello y no a analizar su propio análisis de sus propias ideas sobre la realidad, como hace siempre. eso incluye soltar consignas a torche y moche, claro que como son sus consignas, usted no se da cuenta de que lo son.
6,. su frase-traca final en plan estupendo sobre que lo importante en la batalla es disparar en la dirección correcta y sólo contra quien hay que hacerlo se acabó en la historia militar con los experimentos de la primera guerra mundial. luego los fascistas empezaron a bombardear a la retaguardia y a matar civiles en la guerra de España, práctica que se extendió en la II guerra mundial.
en las guerras actuales, se inventan las causas y se masacra civiles (Israel destruyó Líbano indiscriminadamente para dar un toque a cuatro terroristas de la frontera sur) sin atenerse a ninguna regla, total, ya está la ONU para permitirlo.
D. Anónimo 2, antes de nada deseo decirle que he recibido 4 comentarios suyos que me parecen iguales. Como imagino que ha habido un problema con la página, he puesto aquel que me parecía que tenía todo el texto. En el caso de no fuera así, le ruego me lo haga saber para publicar los otros comentarios.
Y ahora, paso a contestarle.
1.- Pues no. Una cosa es que una clase atesore riqueza y otra que dirija la producción de dicha riqueza en cuanto producto económico. De hecho, la burguesía revolucionaria atesoraba riqueza y como no dirigía la producción pues hizo las convenientes revoluciones. No sé si me explico. Una cosa es tener poder social, por ejemplo la clase política, y otra dirigir la producción capitalista. El capitalismo se dirige solo.
2.- La importancia de la mercancía ya la señala Marx nada más empezar El Capital. De hecho, así empezaba el primer artículo de esta serie. Por eso, no entiendo lo de los situacionistas (por cierto, está muy feo y es muy poco educado decirle a laguien que lea algo dando por supuesto que no lo ha leído). Ahora bien, si usted quiere nos releemos (¿ve cómo no cuesta nada ser educado?) a Debord (" La sociedad del espectáculo" si le parece)este verano y lo comentamos en septiembre. De hecho, no me parece mal como nueva sección esta idea de leer un libro y comentarla.
3.1- Recojo su definición de clase financiera: "dicha clase es la que se encarga de gestionar los movimientos de capitales". O sea, los trabajadores de los bancos son clase financiera. ¿Ve?, no es tan fácil definir.
3.2.- Lo único que digo es que usted tiene una visión simplista y cristiana de la crisis. Simplista, porque hay un solo elemento. Cristiana, porque dicho elemento es la ambición de los malvados. Yo ya escribí cuál era mi vision de ella.
4.- No sé qué sale en los libros de la asignatura de filosofía, no los uso. Lo universal es, así para entendernos, aquello relativo a algo que tienen en común todos los casos. Al señalar usted una caracter´sitica universal del capitalismo y luego llevarla solo a una zona específica tiene u problema. Perodone que me repita, pero es porque me parece feo poner aquí todo el rollo. Ese tema que creo usted trata, si no es así me lo señala, ya lo traté en otro artículo titulado "11 hipótesis sobre el capitalismo". Está en la parte derecha del blog (esa que D. Oyente quiere que publique: ¿ve? eso sí es un lector agradecido.)
5.- El rpoblema de la realidad es muy serio. Yo creo que aquí la pregunta, y ahí tiene usted razón, es qué es la realidad en el capitalismo. Me pongo a ello.
y 6.- No voy a entrar en temas de historia militar. Creo que no ganaría nada el debate y nos haría perdernos. Solo diré que no estoy de acuerdo con usted.
Para el avatar “anónimo” de Don. Odradek en la sección “Churras & Merinas Mix”.
En la Guerra Civil Española, el referente para los mandos militares de un bando u otro, es la guerra Franco-Prusiana. Por eso se da la última carga de la caballería contra los novísimos tanques T-26B sovieticos y los derrotan en Seseña (la del Pozero & Bono).
También se prueba lo que después se llamaría “Guerra relámpágo”
El primer bombardeo de retaguardias durante la Guerra Civil Española, se da el mismo 18 de julio que la aviación republicana bombardea la mezquita y el barrio moro de Tetuan y repetiría estas atrocidades, Madrid, Sevilla… o Cabra que lejos del frente, con la guerra casi acabada, un día de mercado, 3 "Katiuskas" de la aviación republicana bombardean el colegio y el mercado, sin más objetivo que asesinar civiles. 100 muertos.
Y ya que se refiere Ud. a Hamas y Hezbola, podrá Ud. encontrar un antecedente en su estrategia de utilizar escudos humanos, en Indalecio Prieto, que en el Madrid del 36, situó las instalaciones militares entre las viviendas civiles en barrios populares, por lo que Cruz Roja y la Sociedad de Naciones, enviaron quejas al gobierno de Largo Caballero. Evidentemente los republicanos no hicieron ningún caso.
Lo intentare Sr. Mesa. Ahora en mi primera búsqueda no he tenido éxito, pero seguiré intentándolo.
Yo he leído más de una vez como la extrema derecha francesa y británica tienen más posibilidad de robarle votos a la progresia que a los conservadores. De hecho había un articulo de prensa hace un año o dos en el que el portavoz del sindicato de policía británico para negros y asiáticos pedía a los empresarios que diesen trabajo a las clases humildes de raza blanca para evitar que la extrema derecha se llevase esos votos y militantes. Hay más lectura interesante por ahí, pero ahora no he encontrado nada. Le colgare los enlaces cuando lo consiga.
1.- "El capitalismo se dirige solo." Entonces me gustaría saber para qué están el FMI, los bancos nacionales, las agencias de calificación, las auditoras y otras entidades económicas de cuya existencia he leído a menudo en los periódicos.
Yo creo que la filosofía no se enseña sola, los huertos no se crían solos y la pasta no nace ni se mueve por generación espontánea.Pero claro, yo sólo trato de comprender un trocito del mundo y usted está haciendo metafísica -es decir, teología, del capitalismo.
3.1- Los trabajadores de los bancos no son clase financiera, no al menos los de nómina media, pero sí los que componen los cuadros, los que toman las decisiones relevantes en las instituciones dedicadas a ello.
3.2.- "Lo único que digo es que usted tiene una visión simplista y cristiana de la crisis. Simplista, porque hay un solo elemento. Cristiana, porque dicho elemento es la ambición de los malvados." Se ve que cada vez me explico peor o que usted cree en la superchería ésa de que se pueden leer mentes, porque yo no he hablado de la ambición de los malvados sino más bien de las irregularidades e hipertrofias de un sistema que, al no estar controlado ni sometido a un verdadero control -rasgo propio del capitalismo actual ultraliberal en su fase triunfante- produce tremendas irregularidades en el propio sistema y efectos de todos conocidos en el ecosistema natural y las sociedades humanas.
Mientras no me digan lo contrario la economía es una ciencia social, no natural, y todas las ciencias humanas estudian objetos producidos por el ser humano. El sistema económico también es un producto humano y, yendo al grano, si el capitalismo se dirige solo, por qué cada escuela genera un sistema distinto y dentro de cada sistema se generan tendencias distintas?
4.- No hace falta usar los libros de filosofía para leerse uno de vez en cuando a ver qué contiene, digo yo. Aunque sea por curiosidad. El último que me leí era de Onfray, un francés muy salao, y estaba muy bien.
Yo no pretendía señalar características universales del capitalismo porque yo sólo creo en los universales de las ciencias naturales, no en las sociales, y me parece un error de bulto que usted intente hacer una operación tan absurda, sino analizar sus diversas realidades particulares. Sobre el problema de los universales no me interesa nada escrito después de Ockham. Pretender hacer un análsis del capitalismo en esos términos es un esfuerzo estéril. Para mí analizar es estudiar todos los casos concretos. El sistema es el conjunto de todas y cada una de las relaciones de asignación de recursos y transacción de bienes. Cuando usted dice que no hay explotación de clase, o se está mintiendo o está flipando. Que eso sea o no esencial al capitalismo es un problema posterior y secundario que a mí me parece un simple juego conceptual que se desentiende de la realidad y por tanto es vano y estéril.
Falta de miras, ilustración y educación, seguramente, pero es que si doy el siguiente paso se me va la olla y para eso uso el arte, no la mistificación de abordar una ciencia social de índole política como si fuera una ciencia natural en la que los fenómenos no están determinados por la acción humana sino por las leyes del cosmos.
5.- El problema de la realidad es muy serio. Antes de ponerse a ello relea a Bourdieu, Baudrillard, Lyotard y algunos otros para que no presente como originales, propias y contemporáneas ideas de hace unas décadas. Soy un lector muy desagradecido y a medida que pasan los años lo soy más y más amargado. No por mala baba, sino por optimismo contrariado.
y 6.- No voy a entrar en temas de historia militar. La historia universal del crimen organizado me interesa cada vez menos. Para explicarnos la última cruzada y contarnos cómo los judíos -o los palestinos?- asesinaron a millones de inocentes nazis, fascitas y nacionalcatólicos por todo el mundo en el siglo XX ya está el beato a la par que aguerrido Oyente.
La verdad es que es inevitable escribir. Por favor, Sr. Mesa, dígame cuál es la esencia del capitalismo; ¿no lo es la concentración de CAPITAL en unas manos y no en otras?. Ya está bien. ¿No lo es que unos te dan trabajo y otros lo necesitan (aunque tengan formación)? Vale ya!Es que es alucinante. lo 1º para analizar la realidad social es intertar serle fiel, minimamente, -a todos nos traicina el subconsciente y la experiencia vivida-. En en caso de España no todo se reduce a Aguirre, ¿qué hay de la sociedad? ¿qué hay de la gente que "se cree de clase media" que "se cree burgués" y por ello se afilian a SANITAS y llevan a sus hijos a los concertados, sólo porque "se creeen burgueses", sólo porque viven decentemente y nunca lo soñaron. Señoritos, en una palabra: "paletos". ¿qué hay de todo eso? la sociedad tiene responsabilidad de lo que ocurre y hacia donde vamos. "hasta los gatos quieren gastar zapatos y cuando llevan alpagartas se averguezan de cuando iban decalzos"
Esto suena totalmente a ``Un mundo feliz´´ xD
Un estudiante de 2º de Bachillerato.
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