Este escrito tiene una pretensión, seguramente no cumplida, de aclarar algunos puntos que creo interesantes sobre el movimiento del 15M. En realidad las preguntas básicas sobre el mismo son si tiene razón en su protesta, si es una manipulación o está siendo manipulado, si su estrategia es correcta y cuál es su futuro.
¿Es correcto el movimiento del 15 de mayo? El movimiento del 15M cuestiona fundamentalmente, al menos en principio así lo hacía, a la oligarquía financiera y política defendiendo la idea de que buscan aprovecharse del poder para legislar a su favor. De hecho, la crítica fundamental fue a la partitocracia en la que se ha acabado convirtiendo la democracia española en su sentido de representatividad. Y realmente en estas dos críticas el movimiento tiene toda la razón. Efectivamente, hay oligarquías –otra cosa distinta es explotación de clase- y la democracia española ha acabado, como por otra parte todas las democracias, en una partitocracia oligárquica cuya finalidad última es mantenerse.
Sin embargo, la cuestión viene ahora marcada por la estrategia: ¿lo está haciendo bien el movimiento del 15M? Esto es otra cosa. Y lo es no solo como un problema estratégico, que también, sino moral. Empecemos por el primero.
El problema moral es la imposición de la presencia en un lugar público. La gente de la acampada está imponiendo su presencia en la protesta en un lugar público. Así, el problema moral es el del empleo de la imposición física por una idea: ¿si los acampados fueran a favor de la dictadura militar veríamos bien la ocupación permanente de la vía pública? Sin embargo, el problema moral se ha solucionado precisamente por el comportamiento ejemplar de los integrantes de la protesta. Cualquiera que haya ido a dichas acampadas –personalmente hablo de Madrid pero me imagino que ha sido así en cualquier otro punto- habrá podido ver una limpieza, convivencia y tolerancia ejemplares. Es decir, sin duda han impuesto su presencia pero sin duda tienen la cortesía del mejor de los invitados. Es más, la invasión de la plaza pública no ha sido excluyente y se puede transitar por ella perfectamente no resultando perjudicados aquellos viandantes que la utilizan como lugar de paso. Moralmente por tanto solo cabe la felicitación al movimiento por su urbanidad. Y para nosotros la urbanidad tiene un contenido moral importante.
¿Es correcto el movimiento del 15 de mayo? El movimiento del 15M cuestiona fundamentalmente, al menos en principio así lo hacía, a la oligarquía financiera y política defendiendo la idea de que buscan aprovecharse del poder para legislar a su favor. De hecho, la crítica fundamental fue a la partitocracia en la que se ha acabado convirtiendo la democracia española en su sentido de representatividad. Y realmente en estas dos críticas el movimiento tiene toda la razón. Efectivamente, hay oligarquías –otra cosa distinta es explotación de clase- y la democracia española ha acabado, como por otra parte todas las democracias, en una partitocracia oligárquica cuya finalidad última es mantenerse.
Sin embargo, la cuestión viene ahora marcada por la estrategia: ¿lo está haciendo bien el movimiento del 15M? Esto es otra cosa. Y lo es no solo como un problema estratégico, que también, sino moral. Empecemos por el primero.
El problema moral es la imposición de la presencia en un lugar público. La gente de la acampada está imponiendo su presencia en la protesta en un lugar público. Así, el problema moral es el del empleo de la imposición física por una idea: ¿si los acampados fueran a favor de la dictadura militar veríamos bien la ocupación permanente de la vía pública? Sin embargo, el problema moral se ha solucionado precisamente por el comportamiento ejemplar de los integrantes de la protesta. Cualquiera que haya ido a dichas acampadas –personalmente hablo de Madrid pero me imagino que ha sido así en cualquier otro punto- habrá podido ver una limpieza, convivencia y tolerancia ejemplares. Es decir, sin duda han impuesto su presencia pero sin duda tienen la cortesía del mejor de los invitados. Es más, la invasión de la plaza pública no ha sido excluyente y se puede transitar por ella perfectamente no resultando perjudicados aquellos viandantes que la utilizan como lugar de paso. Moralmente por tanto solo cabe la felicitación al movimiento por su urbanidad. Y para nosotros la urbanidad tiene un contenido moral importante.
Es el problema estratégico el más grave. Estratégicamente el movimiento se ha equivocado en tres cosas. Primero, en elegir estas fechas; segundo, en la forma de protesta; y, tercero, en su deriva política. Al elegir las fechas cercanas de las elecciones autonómicas, el movimiento ha dado la imagen, que también tiene algo de realidad, de ser más antiPP que otra cosa. Cabe, por tanto, una pregunta pertinente por más que se quiera ocultar: ¿por qué protestar ahora y no hace un mes o dos? Sin duda hay una sospecha –por cierto, la izquierda auténtica debe ser filosofía de la sospecha no solo de los otros sino de ella misma- pertinente. Pero también es cierto que no es un tema capital. Y no lo es porque se da una curiosa paradoja. La derecha de este país ha estado pidiendo a gritos la movilización ciudadana ante la catastrófica situación a la que, entre otros pero él de una forma sin duda principal, nos ha llevado el gobierno de Zapatero. Y al estallar esta movilización se ha puesto nerviosa: la chusma en la calle. Su deseo, como en los cuentos de terror, se ha cumplido para su mal. La derecha exigía la movilización democrática pero solo se refería a la gente congregada en génova y bailando con un pinchadiscos –el español es lo que tiene- contratado por el partido.
Otro error de la estrategia ha sido la forma de acción: la concentración permanente. Efectivamente el problema de una concentración sin fecha de finalización es que se hace insostenible porque la gente acabará yéndose. Y el problema de acabarla ahora sería el de fomentar el hecho de las fechas electorales pues si se levantara, por ejemplo, hoy lunes parecería que su finalidad era ir contra el presumible triunfo del PP. Al parecer la asamblea, al menos la de Madrid, ha puesto fecha el próximo domingo 29 lo cual ha sido un acierto en este sentido. Pero otro error, y grave, sería la idea que al parecer también ha surgido de volver a levantar campamentos en plazas de los distintos barrios. La acción sorpresa ya ha pasado y con ella la ilusión. Y lo peor que puede pasarle al movimiento es que languidezca en acampadas de cuatro gatos. Por ello, nos atrevemos a sugerir, que sería tal vez pertinente convocar una manifestación el domingo 29 que desembocará, en cada ciudad española –o incluso del estado español-, en la plaza en cuestión como levantamiento simbólico del campamento y cada cierto tiempo convocar concentraciones en las mismas plazas como presencia del movimiento.
Pero el error más grave de estrategia, y que acabará con el movimiento, es sin duda su deriva política. Cuando el movimiento empezó la idea principal emitida era producto de una indignación moral contra la oligarquía financiera y política: un rechazo. Curiosamente este hecho era, esta vez, lo más positivo porque aglutinaba un sentimiento generalizado socialmente en todo el espectro ideológico. Cualquier persona que meditara sobre la situación actual sentiría dicho rechazo independientemente de su adscripción política. Sin embargo, luego empezó desde el propio movimiento a comenzar a darse importancia ya no al rechazo sino a las propuestas. Y ese fue su error. Porque el movimiento de rechazo a la partitocracia, y no solo a la oligarquía financiera, parecía una sucursal de IU. Y si no votamos a IU porque nos sobran motivos, no pusieron fácil el chiste, no íbamos a defender esto.
Pero el problema viene de la propia forma organizativa. Las plataformas asamblearias son muy útiles sin duda para posiciones de rechazo, como lo fue esta, pero son fácilmente manipulables al tener que presentar alternativas, como aquí también ha ocurrido. Efectivamente los grupos sin una organización formal determinada paradójicamente son presa fácil de los grupos organizados. No estamos diciendo que IU haya intentado manipular el movimiento, Dios nos libre de pensar eso de por ejemplo un partido comunista, sino que al ser un movimiento asambleario los mejor organizados políticamente han ocupado la ideología. Y hubo algún hecho relevante en esto que fue muy interesante. No solo el apoyo del holding empresarial de Público, el periódico más progre del empresario más izquierdista, sino el hecho de que un movimiento que había hecho bandera de un “No nos representan” no acabara pidiendo el voto nulo, en blanco o la abstención en las elecciones sino que se callara sobre el asunto. De pronto, se podía pedir el cierre de las industrias de armamento pero no el rechazo ya no a la democracia sino al voto a los partidos: la radicalidad se quedaba en la utopía.
El movimiento del 15M por supuesto pasará. De hecho, su propia condición de indignación moral marca su fecha de caducidad. Sus posteriores propuestas reúnen, en su mayoría, toda la simpleza de una izquierda que hace tiempo perdió –y estamos hablando solo de su carácter reformista porque en lo revolucionario aún no se ha enterado de nada- el contacto con la realidad. Sin embargo, hay algo que permanecerá. Y es algo que se dice sin ironía y con admiración. Cuando uno paseaba por Sol, en Madrid, se notaba una educación exquisita, una amabilidad perdida hace tiempo, una convivencia que no existe en ningún otro lugar. Llegué a un puesto y vi un cartel donde había una falta de ortografía, como puede haberla en este artículo aunque pasaré el corrector ortográfico. Avisé a dos jóvenes allí presentes, para que algún imbécil no hiciera la foto y lo mostrara en los medios de comunicación como ejemplo de incultura, y no me contestaron la tontería que hubiera sido posible –algo así como “escribimos como queremos”- sino que se sonrojaron, me dieron las gracias y lo corrigieron. Y yo me excuse diciendo que era profe y aquello era deformación profesional. Solo ese momento que demuestra que aún hay algo que consideramos especialmente humano y superior en la cultura merece, en un mundo como este, la acampada del 15M. Y también porque demuestra que detrás de esta protesta aún hay ilustración.
9 comentarios:
Prof. , si no es una indiscreción puedo plantearte unas preguntas
¿por qué apartas el tema que plantea el movimiento si realmente es una democracia o no? defiendes la idea de partitocracia como algo inevitable, crees realmente en que los partidos politicos son los protagonistas o el pueblo, si no es el pueblo el que elige porque nos acosan con propanganda electoral es una forma de creer que decidimos y sentirnos parte del sistema?
"partitocracia oligárquica" no es algo así como una dictadura envuelta de democracia por el cual los politicos son titeres y los que realmente mandan son los que tienen el capital
Y la mas importante podemos hablar de democracia cuando reside el poder en todos sus miembros pero si no hay democracia deberíamos luchar por conseguirla fuera cual fuera nuestra inclinación o es que la democracia no favoreceria ha una gran parte de la poblacion, ¿hay intereses en que todo siga igual por una sociedad supuestamente superior LO QUE NOS PUEDE LLEVAR A PENSAR¿ QUE SI EXISTE AUNQUE SEA LA MAS MINIMA EXPLOTACIÓN ? CUANDO QUIEREN QUE SIGAMOS TRABAJANDO CON ESE ESFUERZO ELLOS OBTENER SUS MAXIMOS BENEFICIOS
¿ACASO NO DEJO HACE TIEMPO DE SER LAS PERSONAS DE A PIE EL CENTRO DE ECONOMIA Y SE CONVIRTIERON LOS EMPRESARIOS?
Un saludo.
Véase la web oficial del evento:
http://www.democraciarealya.es/?page_id=234
léase las propuestas y respóndanos después si corresponden a un izquierdismo radical manipulable desde una esquina partitocrática en la sombra o el intento de sustentar la actividad económica y política desde una cierta moralidad cívica compatible con distintas ideologías y creencias, aportando actitudes solidarias y en ningún caso destructivas que sólo excluían los extremismos.
A mí me parece que se trata de hacer que el sistema funcione o mandar a los verdaderos antisistema al margen.
Saludos y gracias.
Don EP, muy bueno y extrañamente medido su artículo, aunque yo realizaría algunas matizaciones.
La principal es que creo que mezcla usted y confunde al movimiento Democracia Real Ya con las acampadas en sí, que son, quizás las que han enloquecido al entrar en la propuesta política concreta. El movimiento apoya las acampadas, pero ni las ha convocado ni las organiza. Así lo aclararon en uno de los primeros comunicados.
Lo cual quiere decir que es posible que las acampadas languidezcan y se ahoguen en un mar de propuestas absurdas y otras no absurdas, pero probablemente no aceptadas por todo el mundo -algunas de las cuales coincidentes con propuestas de IU y otras no, aunque su "anyiiuismo" le pierda y le nuble la vista-, pero el movimiento Democracia Real Ya seguirá planteando un núcleo de reivindicaciones que son las comunes a todos los que de una manera u otra nos sentimos identificados con todo esto: la democratización de la democracia, y perdonen por la redundancia, en el sentido más amplio que no es sólo una reforma del sistema electoral, sino algo mucho más importante como es la adaptación del funcionamiento de los partidos políticos al siglo XXI, porque recordemos que están estancados en el XIX, que es cuando se crearon.
Si puedo, escribo un post.
La información directa que tengo —no sólo Zapatero o Cayo Lara, tienen allí a sus hijas— es tal cual Ud. lo relata.
En mi opinión, es un gesto más de lo que Garcia Oliver llamaba “gimnasia revolucionaria”, organizado por los de siempre —que no sabría decirle quienes son—. Pero que tiene como objetivo captar carne de cañon, para la que se avecina.
De momento son grupitos de buenrollistas entretenidos jugando a la “Democracia de la Señorita Pepis”. Divertidos e ingeniosos.
Los administradores de la ira, los tienen al relentí. Sólo se les esta emparanoyando con que los medios están manipulando la información sobre ellos.
El síntoma principal de que se avecina una gorda, es el que todavía los medios de comunicación no ha dado relevancia a un lider carismático que marque el rumbo.
Pero con seguridad lo tienen ya preparado y aparecerá en breve.
Sin mesías no hay revolución que se precie.
Mas tarde vendrá la escisión y tendremos a los “demócratasreales”, llamados revisionistas y vendidos por los “democratasautenticos”.
Y los cargos y despachos con que el PSOE compensará el sacrificios de tener que comer tanto falafel y dormir en el saco sobre cartones, a los chavales que destaquen.
Un Oyente de Federico
Mientras no encuadre la protesta en el marco de la globalización económica mundial, que produce pérdida de actividad a favor de otros países, mermando los ingresos necesarios para mantener el status pasado, generando una insatisfacción política, que es la que reflejan las protestas, creo que no acertará.
D. Tathagata: no creo que aprte el tema. De hecho, el artículo anterior y el siguiente hacen mella en esa cuestión de la democracia. En cuanto al tema de la explotaciópn de la explotación de clase hay dos artículos explicando mi postura (uno vincualdo y el otro en el lado derecho del blog).
D. Anónimo1: cuando la cosa llegue a puerto y las propuestas cristalicen más me pondré a la tarea. Mientras tamnto, no me negará que son muy parecidas a las de IU.
D. Ricardo: espero su post con impaciencia. De todas formas, si me lo permite echo en falta entre tanta propuesta la idea, ya presentada aquí, de que los programas electorales tengan categoría de contrato. Creo que mejoraría mucho la democracia. De acuerdo en la reforma de la ley electoral y la democratización de los partidos.
D. Oyente: pues me parece que no. Sospecho que al PSOE esto no le hace ni pizca de gracia. Igual cuando gobierne el PP sí, pero ahora nada de eso.
D. Güapo: es que no tiene que ver. El problema español es un problema específico y no tiene que ver con lo que usted comenta. Aquí el paro tiene más que ver con la falta de crédito y la escasa formación. pero me parece u tema muy interesante.
¡Cuánto tiempo, profesor!
Sólo quiero felicitarte, el artículo es muy bueno y apoyo cada uno de los puntos principales. Especialmente el que habla de la deriva política, y el del ejemplo de civismo que se ha visto en Sol. Uno casi piensa (digo casi) que las sociedades al fin y al cabo sí que evolucionan, que la civilización sí que nos transforma.
En cuanto a la deriva política, hay muchos que nos damos cuenta y estamos intentando corregirlo. Pero necesitamos ayuda. Desde aquí animo, a todos los que estén de acuerdo con este punto, a participar en los foros de Internet y en las asambleas de la calle. Porque tengo el presentimiento de que somos más pero hablamos menos. Esta es una oportunidad única y, si dejamos que el movimiento se ahogue en un caos de detalles ideológicos, la culpa será de todos.
Ahora bien, creo que el error no ha sido tanto dar énfasis a las propuestas (algunas están claras, como la necesidad de una circunscripción única) como el haber ampliado el espectro de debate a temas mucho más polémicos que los que nos aglutinaban. He llegado a leer la exigencia de carril bici en Madrid, en un comunicado. Estoy comletamente de acuerdo en que el problema viene de la forma de organización asamblearia: con tanta horizontalidad al final no nos levantamos. Pero una vez pasada esta etapa, si conseguimos un manifiesto razonable (¡con vuestra ayuda!), el camino a seguir está marcado: no volver a tocar el manifiesto, y luchar contra viento y marea para ganar adeptos.
Y eso de que "el movimiento pasará, porque su condición de indignación marca su fecha de caducidad", está por ver. Porque los motivos de indignación ahí siguen.
Así que eso, mi más sincera enhorabuena, tus textos son todo un estímulo.
Creo que el artículo de hoy de Felipe González en el País, coincide con lo que dije, con cierta exactitud.
No es la falta de crédito ni la formación. El crédito escasea en toda Europa, y países menos formados que nosotros tienen índices de paro más bajos.
Los síntomas que alertan de la pérdida de competitividad están por doquier. El caso de Nokia en Finlandia, o el último ERE de Telefónica, son un ejemplo entre mil.
Despertar de la peseta y comprobar que ya no hay fronteras, es un ejercicio necesario para compreder lo que sucede.
En Moscú lo tiene usted, don EP.
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