Durante años he
estado absolutamente equivocado en mi machista concepción marxista -si hasta
suena casi igual-. No son las condiciones económicas las que han dirigido la historia
de la humanidad sino la explotación del patriarcado. Los hombres frente a las mujeres
en un ataque machista permanente que destruyó el igualitario matriarcado donde
las mujeres con poder dominaban sobre el resto -según los más avezados estudios
prehistóricos-. Así, las clases altas -aún mejor… los hombres altos- y los
esclavos, se impusieron a las mujeres. Volvió a suceder en la Edad Media con la
nobleza, ¿noblezo?, y los malditos machistas de los siervos de la gleba,
¿glebo? Por fin, el Capitalismo, por algo acaba con o demostró la alianza entre los burgueses –esto se pone difícil- y
los proletarios –aquí es más fácil- para
explotar a las burguesas. No cabe duda, la explotación económica no es sino la forma
machista de la explotación, claro que sí. El Capitalismo tiene pene.
Estaba yo
escuchando el otro día aquella canción de Te
recuerdo Amanda y, al hilo de mi renuncia al pensamiento falocéntrico que
me ha llevado a más de una infección de orina en mi compromiso, me di cuenta de su sutil mensaje machista. Ella le iba a buscar, ella se iluminaba, él se iba a la sierra y ella
se quedaba. Incluso, ¡incluso!, el nombre de ella era de mujer, pero no solo eso,
acaba en a: Amanda –y no Recuerdo,
como pensé en un principio por tratarse de una canción con fama de rebelde-.
¡Ah la a!, la letra de la dominAción,
Entonces, por fin,
pensé: ¿cuál es la clave de la liberación? La clave es el lenguaje sexista.
Por ello, les
presento Te recuerdo Amand@.
Te recuerdo
Amand@
la calle mojada
corriendo a la fábrica
donde trabajaba Manuel y Manuela.
La sonrisa ancha y ancho
la lluvia en el pelo
no importaba nada
ibas a encontrarte con él y ella
con él y ella, con él y ella, con él y ella
son cinco minutos
la vida es eterna
en cinco minutos
suena la sirena
de vuelta al trabajo
y tú caminando
lo iluminas todo
los cinco minutos
te hacen florecer.
la calle mojada
corriendo a la fábrica
donde trabajaba Manuel y Manuela.
La sonrisa ancha y ancho
la lluvia en el pelo
no importaba nada
ibas a encontrarte con él y ella
con él y ella, con él y ella, con él y ella
son cinco minutos
la vida es eterna
en cinco minutos
suena la sirena
de vuelta al trabajo
y tú caminando
lo iluminas todo
los cinco minutos
te hacen florecer.
Te recuerdo Amand@
la calle mojada
corriendo a la fábrica
donde trabajaba Manuel y Manuela.
La sonrisa ancha
la lluvia en el pelo
no importaba nada
ibas a encontrarte con él y ella
con él y ella, con él y ella, con él y ella
que partió a la sierra
que nunca hizo daño
que partió a la sierra
y en cinco minutos
quedó destrozado y destrozada
suena la sirena
de vuelta al trabajo
muchos no volvieron
tampoco Manuel y Manuela.
Te recuerdo Amand@
la calle mojada y mojado
corriendo a la fábrica y a lo fábrico
donde trabajaba Manuel y Manuela.
Así, más progresista.
Y si no lo creen,comparen con la machista versión anterior.
1 comentario:
Tenga cuidado, que como le pillen ciertos colectivos acaba usted exiliado junto a los de la RAE. Y no creo que quiera aguantar las pataletas de Pérez Reverte.
Me he reído muchísimo con la nueva letra, por cierto.
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