Esperanza Aguirre hizo una declaración solemne.
"Si en dos años, después de llegar a la presidencia de la Comunidad de Madrid, algún madrileño tiene que esperar más de 30 días para ser operado, después de que el médico le prescriba la operación, yo dimito de la presidencia de la Comunidad de Madrid” (9-V-2003)
Y Esperanza Aguirre no ha cumplido.
Porque lo único que ha hecho ha sido una maniobra de ingeniosa y repugnante contabilidad en la cual, desdiciéndose sin vergüenza, ya no es cuando se le prescribe la operación sino, curioso, “después de que el último facultativo termine la última prueba” (2-VI-2005)
Es decir: Esperanza Aguirre mintió o antes o después. Y si mintió antes debe dimitir, pues expuso su cargo en una demostración de torpeza que, sin embargo, buscaba votos. Y si mintió después también debe hacerlo por embustera y moralmente repugnante.
Es decir: Esperanza Aguirre mintió o antes o después. Y si mintió antes debe dimitir, pues expuso su cargo en una demostración de torpeza que, sin embargo, buscaba votos. Y si mintió después también debe hacerlo por embustera y moralmente repugnante.
Y puede que alguien esté pensando: ¿y los otros? Pues empecemos a dar razones y a pedir su dimisión. Porque no se trata de un problema partidista sino de algo más: higiene democrática.
Por lo tanto, y de forma simple, sin gritos ni nada de eso, pedimos que esta señora cumpla su palabra y dimita.
Que se vaya.
2 comentarios:
Creo que debieron cesarla en el momento de formular la promesa, por hacer esa promesa. La eligieron presidenta para resolver cuestiones como esa en algo menos de cuatro años, que es el tiempo que durará la legislatura. Es del mismo tipo de tonterías del aprobaré el Estatuto que salga del Parlamento Catalán. Así nos va.
Desde luego.
Así nos va.
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