Ante esto, D Juan y D. Ricardo, amparándose en su derecho a réplica, han escrito sendos comentarios (que se pueden ver en el mismo enlace). El motivo de este texto es precisamente contestar a estos comentarios.
Comienza D. Juan afirmando algo sobre nuestros prejuicios. Bien, como todo el mundo tenemos prejuicios y lo admitimos, pero lo interesante aquí es ver si lo expresado en nuestro texto respondía a un prejuicio o a la realidad. Veamos.
En primer lugar se defiende D. Juan de nuestra afirmación de que la máxima preocupación del colectivo era el botellón. Bueno, volvemos a argumentar que si alguien abre un blog y le dedica el 50% a un tema concreto, si en ese tema son artículos de elaboración propia, cosa que no ocurre con otros temas, y si encima el único vídeo que aparece en dicho espacio es sobre ese tema, cuando menos otro, tal vez guiado por el prejuicio, pueda llegar a la conclusión, precipitada sin duda, de que la máxima prioridad para ese alguien u organización es ese tema. ¿Y el tema? El botellón. Y el hecho de que el blog tenga un mes de existencia, argumento que utiliza D. Juan, parece dar más consistencia aún a la conclusión pues en un mes aparece permanentemente el botellón. Luego la afirmación, con nuestros prejuicios incluidos, es rotunda: el tema del botellón es prioritario. Los números, y ahora un prejuicio estadístico, cantan. Pero incluso al argumentar, de nuevo D. Juan, que van a tratar varios temas, uno al mes, la cosa va a más. ¿Por qué el primero de todos el botellón? Lo sé, nuevo prejuicio: tratar algo primero no implica que sea lo fundamental. ¿O sí?
En segundo lugar se habla del tema de la forma del vídeo. Aquí hay dos cosas importantes: por un lado lo de la objetividad, por otro la forma propiamente dicha. Dice D. Juan que nunca hemos pretendido hacer un documental, ni dar una visión supuestamente objetiva sobre el tema; como explicamos en el blog, tratamos de explicar la postura que hemos tomado sobre la cuestión. Y me gustaría que alguien me lo explicara. Veamos, una opinión objetiva es una opinión que pretende decir lo que ocurre realmente, de forma independiente a, por ejemplo, mis gustos o prejuicios. Si la organización de IU no pretende dar visiones objetivas de la realidad, ¿entonces que pretende? Sospecho que D. Juan tal vez confunda visión objetiva con neutral, pero no es lo mismo. Si yo pienso que creer en fantasmas es estúpido, por ejemplo, lo creo desde mi punto de vista y objetivamente, es decir: creo que los fantasmas realmente no existen. Se trata pues de un intento, pues podría no ser verdad lo que defiendo, de objetividad, explicar como es el hecho, y no neutral. Es decir, lo que pretendía IU, y lo veo muy bien además, era explicarnos su postura, cierto, pero, imagino, pensando que su postura es la correcta y su visión del botellón la objetiva. Lo demás, suena a falsa disculpa. Y precisamente, unido a esto, la forma es importante porque se corresponde con la opinión. De hecho, la forma es opinión. Y cuando uno realiza en un vídeo la forma ya criticada, lo que se podría denominar forma publicitaria o de MTV, uno está opinando de un modo ya concreto. No existe, pues, la forma neutra. Y esto es independiente del deseo del autor. Así, la forma de rodar forma parte de la propia ideología.
Pero hay algo más. No se entra en decirnos por qué se filmó así y no de otra manera, cosa que sería interesante saber, sino que se acaba con un comentario muy interesante en el cual se ironiza sobre nuestra capacidad de análisis. Y lo que resulta interesante es cómo la izquierda, siempre tan crítica, critica al crítico por ser crítico buscando ridiculizarle al situarle como una especie de individuo que va de listo. El público fiel, se imagina uno, sería aquel que no se planteara lo que se plantea en el artículo sobre, por ejemplo, la forma del vídeo. Es decir: el público fiel es aquel que felicita sin explicar por qué. Al fin y al cabo esa es la finalidad última de la militancia.
Y entramos en el fondo. Se nos señala que nos vayamos a su resolución y no al vídeo para hacer la reflexión. Sin entender por qué no podemos hacer la reflexión sobre el vídeo, sin embargo, aquí les haremos caso. En primer lugar, resulta curioso que en dicha resolución la única vez que aparece un juicio moral explícito es en su sentido negativo (Moralista y paternalista), pero, en segundo lugar, lo sorprendente es que las propuestas adoptadas están pensadas desde esa misma actitud paternalista cayendo ya en el absurdo al decir que cabría estudiar la posibilidad de una especie de policía de proximidad que cumpliera una función más bien educativa y no punitiva, que controlara el ruido -con audímetros- y recordara la necesidad de recoger la basura propia. ¿El laicismo descubre al angel de la guarda, dulce compañía? ¿Es que no son mayorcitos para saber que no hay que hacer ruido y que no se tiran papeles al suelo?
Incluso, al principio del texto se nos presenta esa rigurosa frase en la que se nos dice que A pesar de los numerosos estudios que aluden a causas sociales (inestabilidad, falta de perspectivas) para explicar estas conductas, no se suele actuar sobre las mismas. ¿Me cita un par de los numerosos estudios? Porque con lo fácil que es citar en internet resulta curioso esa manía que le entra a la gente de apoyar su decisión en numerosos estudios y no vincular nunca ni uno. Aunque esto, seamos sinceros, no es sólo un error de las juventudes de IU sino algo generalizado: se llama argumento de autoridad.
Pero lo más importante, y triste, no es esto. Resulta que en la resolución tampoco hay una sola crítica al botellón como ideología sino que, de nuevo, se especifican las medidas a adoptar: más urinarios y menos ruido.
No nos extendemos más. Al fin y al cabo, como muy bien señala D. Ricardo, nosotros nos guiamos por prejuicios universales (¿qué es eso?) y vivimos aislados de la realidad. Ellos en cambio viven gestionándola. Lo malo, en definitiva, de todo esto es que la autodenominada izquierda ha decidido efectivamente gestionar la realidad dada sin dudar de ella. Sin preguntarse qué es la realidad, sin ni tan siquiera criticarla. En vez de decirle a la juventud que más valieran que leyeran, pensaran y estudiaran y pensaran menos en el ocio (imaginamos que éstas son medidas paternalistas) o incluso dudar del propio ocio y señalarlo como forma ideológica para el dominio y control social se le consagra como algo dado. Así, se hace política. Y todo sigue igual, pero en realidad peor. Aunque eso sí, reconquistando el espacio público a través del urinario.
Comienza D. Juan afirmando algo sobre nuestros prejuicios. Bien, como todo el mundo tenemos prejuicios y lo admitimos, pero lo interesante aquí es ver si lo expresado en nuestro texto respondía a un prejuicio o a la realidad. Veamos.
En primer lugar se defiende D. Juan de nuestra afirmación de que la máxima preocupación del colectivo era el botellón. Bueno, volvemos a argumentar que si alguien abre un blog y le dedica el 50% a un tema concreto, si en ese tema son artículos de elaboración propia, cosa que no ocurre con otros temas, y si encima el único vídeo que aparece en dicho espacio es sobre ese tema, cuando menos otro, tal vez guiado por el prejuicio, pueda llegar a la conclusión, precipitada sin duda, de que la máxima prioridad para ese alguien u organización es ese tema. ¿Y el tema? El botellón. Y el hecho de que el blog tenga un mes de existencia, argumento que utiliza D. Juan, parece dar más consistencia aún a la conclusión pues en un mes aparece permanentemente el botellón. Luego la afirmación, con nuestros prejuicios incluidos, es rotunda: el tema del botellón es prioritario. Los números, y ahora un prejuicio estadístico, cantan. Pero incluso al argumentar, de nuevo D. Juan, que van a tratar varios temas, uno al mes, la cosa va a más. ¿Por qué el primero de todos el botellón? Lo sé, nuevo prejuicio: tratar algo primero no implica que sea lo fundamental. ¿O sí?
En segundo lugar se habla del tema de la forma del vídeo. Aquí hay dos cosas importantes: por un lado lo de la objetividad, por otro la forma propiamente dicha. Dice D. Juan que nunca hemos pretendido hacer un documental, ni dar una visión supuestamente objetiva sobre el tema; como explicamos en el blog, tratamos de explicar la postura que hemos tomado sobre la cuestión. Y me gustaría que alguien me lo explicara. Veamos, una opinión objetiva es una opinión que pretende decir lo que ocurre realmente, de forma independiente a, por ejemplo, mis gustos o prejuicios. Si la organización de IU no pretende dar visiones objetivas de la realidad, ¿entonces que pretende? Sospecho que D. Juan tal vez confunda visión objetiva con neutral, pero no es lo mismo. Si yo pienso que creer en fantasmas es estúpido, por ejemplo, lo creo desde mi punto de vista y objetivamente, es decir: creo que los fantasmas realmente no existen. Se trata pues de un intento, pues podría no ser verdad lo que defiendo, de objetividad, explicar como es el hecho, y no neutral. Es decir, lo que pretendía IU, y lo veo muy bien además, era explicarnos su postura, cierto, pero, imagino, pensando que su postura es la correcta y su visión del botellón la objetiva. Lo demás, suena a falsa disculpa. Y precisamente, unido a esto, la forma es importante porque se corresponde con la opinión. De hecho, la forma es opinión. Y cuando uno realiza en un vídeo la forma ya criticada, lo que se podría denominar forma publicitaria o de MTV, uno está opinando de un modo ya concreto. No existe, pues, la forma neutra. Y esto es independiente del deseo del autor. Así, la forma de rodar forma parte de la propia ideología.
Pero hay algo más. No se entra en decirnos por qué se filmó así y no de otra manera, cosa que sería interesante saber, sino que se acaba con un comentario muy interesante en el cual se ironiza sobre nuestra capacidad de análisis. Y lo que resulta interesante es cómo la izquierda, siempre tan crítica, critica al crítico por ser crítico buscando ridiculizarle al situarle como una especie de individuo que va de listo. El público fiel, se imagina uno, sería aquel que no se planteara lo que se plantea en el artículo sobre, por ejemplo, la forma del vídeo. Es decir: el público fiel es aquel que felicita sin explicar por qué. Al fin y al cabo esa es la finalidad última de la militancia.
Y entramos en el fondo. Se nos señala que nos vayamos a su resolución y no al vídeo para hacer la reflexión. Sin entender por qué no podemos hacer la reflexión sobre el vídeo, sin embargo, aquí les haremos caso. En primer lugar, resulta curioso que en dicha resolución la única vez que aparece un juicio moral explícito es en su sentido negativo (Moralista y paternalista), pero, en segundo lugar, lo sorprendente es que las propuestas adoptadas están pensadas desde esa misma actitud paternalista cayendo ya en el absurdo al decir que cabría estudiar la posibilidad de una especie de policía de proximidad que cumpliera una función más bien educativa y no punitiva, que controlara el ruido -con audímetros- y recordara la necesidad de recoger la basura propia. ¿El laicismo descubre al angel de la guarda, dulce compañía? ¿Es que no son mayorcitos para saber que no hay que hacer ruido y que no se tiran papeles al suelo?
Incluso, al principio del texto se nos presenta esa rigurosa frase en la que se nos dice que A pesar de los numerosos estudios que aluden a causas sociales (inestabilidad, falta de perspectivas) para explicar estas conductas, no se suele actuar sobre las mismas. ¿Me cita un par de los numerosos estudios? Porque con lo fácil que es citar en internet resulta curioso esa manía que le entra a la gente de apoyar su decisión en numerosos estudios y no vincular nunca ni uno. Aunque esto, seamos sinceros, no es sólo un error de las juventudes de IU sino algo generalizado: se llama argumento de autoridad.
Pero lo más importante, y triste, no es esto. Resulta que en la resolución tampoco hay una sola crítica al botellón como ideología sino que, de nuevo, se especifican las medidas a adoptar: más urinarios y menos ruido.
No nos extendemos más. Al fin y al cabo, como muy bien señala D. Ricardo, nosotros nos guiamos por prejuicios universales (¿qué es eso?) y vivimos aislados de la realidad. Ellos en cambio viven gestionándola. Lo malo, en definitiva, de todo esto es que la autodenominada izquierda ha decidido efectivamente gestionar la realidad dada sin dudar de ella. Sin preguntarse qué es la realidad, sin ni tan siquiera criticarla. En vez de decirle a la juventud que más valieran que leyeran, pensaran y estudiaran y pensaran menos en el ocio (imaginamos que éstas son medidas paternalistas) o incluso dudar del propio ocio y señalarlo como forma ideológica para el dominio y control social se le consagra como algo dado. Así, se hace política. Y todo sigue igual, pero en realidad peor. Aunque eso sí, reconquistando el espacio público a través del urinario.
3 comentarios:
Uno empieza a cansarse de cargar con sambenitos ajenos y de escuchar a excelsos tertulianos hablando de una juventud ociosa y desmovilizada, tertulianos que por cierto, hace ya muchos años que dejaron de ser jóvenes. Esa generación que nos apunta con el dedo por hedonistas e irresponsables, habla con la boca pequeña cuando se trata de reconocer que el mundo que nos han dejado tiene más aspecto de estercolero que de lugar habitable.
Echo de menos en esas tertulias algún comentario sobre la puta mierda de realidad social que nos han dejado, desmovilizada, sin cultura asociativa, sin valentía política ni sindical. Nos habla la misma generación que garantizó la hegemonia de los poderes fácticos de la derecha con una transición raquítica, una monarquía que apesta a naftalina y una constitución miserable y repetidas veces vulnerada por sus más orgullosos defensores.
A lo mejor esa generación que tanto nos acusa, no ha sabido transmitirnos valores de lucha. A lo mejor.
Pero fuera de estas observaciones, negarle al botellón un componente ideológico es situarse fuera de la realidad o al menos desconocerla. El derecho a beber en la calle es el mismo derecho constitucional de la libertad de reunión, pero además, es una nítida reivindicación de los espacios públicos frente a un neoliberalismo intransigente que ha desplazado las ofertas de ocio hacia centros comerciales y locales privados. Han privatizado el ocio y han pretendido convertirlo en otro chiringuito capitalista.
Mi derecho a beber en la calle con mi gente supera con mil creces la mera ingesta de alcohol o el legítimo derecho a la embriaguez que han ejercido todas las culturas desde que el mundo es mundo. Mi botellón es también un acto de militancia y de conciencia frente a unas autoridades que pretenden relegarnos a la incomunicación de los pubs o a la aceptación atolondrada de consignas televisivas. Por eso hay que tomar la calle.
También apuntabas que el vídeo de los jóvenes de IU no alimenta la reflexión. Dices que el lenguaje publicitario no deja lugar al pensamiento porque es rápido y recurre constantemente a la elipsis. O sea, que Quevedo es un puto paquete al lado de Góngora.
Al parecer, es necesario recurrir a planos largos y lentos para que el espectador, al que tomas por tonto, tenga tiempo de pensar. Si tuvieras un mínimo conocimiento sobre el lenguaje audiovisual, sabrías que los montajes con planos cortos son muy anteriores a la publicidad en los medios audiovisuales, y que en todo caso, es la publicidad quien adopta los recursos estilísticos del mejor cine mudo. Pensemos en Einsestein, por ejemplo.
En cualquier caso, reconoce al menos tu contradicción: un vídeo que a priori niega al espectador la oportunidad de reflexionar te ha llevado a escribir dos extensos posts y a mí a replicarlos. Objetivo cumplido.
Salud y República.
Realmente profundo, camarada.
Marx no podría estar más de acuerdo de haber tenido ocasión de conocer el botellón.
A Lenin en cambio lo mismo le daba por mandarle a usted y a sus amigos a Siberia en camiseta, pero es que ese hombre no tenía ni pizca de sentido del humor.
Le aventuro a usted una larga y próspera actividad política en lo más florido de la intelektualidad plurinacional sostenible.
Por mi parte le deseo igualmente mucha salud. Y unos cuantos canutos, que casi se me olvidaba.
SABIOPELOTAS numbertwo
Hablando de donde nos llevan las leyes y los jueces Progres: he aquí un ejemplo del tipo de sociedad al que nos quieren llevar estos comprensivos con las debilidades humanas que son los Progres::
A young prisoner who tried to commit suicide has won £575,000 in public money as compensation – after warders saved his life.
The inmate at a young offenders' institution was dragged down and resuscitated after trying to hang himself.
But he sued the Home Office for damages and was given the cash in an out-of-court settlement, it has been revealed.
His payout, which follows a £2.8million award last year to another inmate who survived a suicide attempt, has led to renewed demands for an inquiry into prisoners' compensation.
Details of the claim are sketchy and the Prison Service has refused to confirm whether the inmate was claiming his human rights were breached by his rescuers.
The incident happened at a young offenders' institution in Northallerton, North Yorkshire, where 15 to 21-yearolds are held.
Liberal Democrat MP Phil Willis said the payout could either be down to gross negligence or 'political correctness'.
Calling for an inquiry, he added: 'If there has been a serious offence involved here, then we need to know.'
The Prison Officers' Association said the legal fight should not have been conceded so soon, while the Howard League For Penal Reform added: 'Something must be very wrong. The public should not have to pay out like this.'
More than 1,000 claims a year are brought against the Prison Service and payouts hit a record £9million last year.
A spokesman for the Prison Service said: 'Continuing to fight a claim that is indefensible only increases legal costs and the burden to the taxpayer.'
Y esto no es nada comparado con el año pasado ¿O fue hace dos años? que ocurrio lo mismo y fue compensado con 2,7 milones de esterlinas el aspirante a suicida presidiario.
¡En fin! Creo que no me leido bien la noticia y esta dice que fueron 2,8 millones que en mi opinion es porque redondean la cifra.
Publicar un comentario