miércoles, junio 13, 2007

LA SEÑORA MINISTRA DE EDUCACIÓN, LA LEY Y LA EDUCACIÓN PARA LA CIUDADANÍA

Hoy, la Señora Ministra de Educación ha hecho una declaración extraña. Ha dicho que quien no curse Educación para la ciudadanía no conseguirá el título. Bueno, quizás la Señora ministra no haya tenido tiempo de leer las leyes que ella misma firma -tal vez embarcada en otras causas aún mayores como que el bachillerato se apruebe sin cursarlo o en potenciar aún más el reino de taifas en las esperpénticas y basuras universidades españolas-. Incluso, es posible, que lo que diga le sorprenda: aunque estoy casi seguro de que no me lee. Pero si la señora ministra mirara el Real Decreto 1631/2006 de 29 de diciembre, en el que se establecen las enseñanzas mínimas de la Educación Secundaria Obligatoria, y que repito lleva su firma, vería que en el artículo 15.2 se dice lo siguiente:

Quienes superen todas las materias de la etapa obtendrán el título de Graduado en Educación Secundaria Obligatoria. Asimismo podrán obtener dicho título aquellos que hayan finalizado el curso con evaluación negativa en una o dos materias, y excepcionalmente en tres, siempreque el equipo docente considere que la naturaleza y el peso de las mismas en el conjunto de la etapa no les ha impedido alcanzar las competencias básicas y los objetivos de la etapa.

Es decir, tal vez la ministra no entienda lo que firma y por lo que cobra, y aunque no lo entienda cobra. Pero quiere decir que un alumno puede hasta suspender tres, tres, materias y conseguir el título de la ESO. Puede objetar, aún, otras dos.

Pero alguien, quizás un abogado de ese miembro del ejecutivo, podría decir que eso no lo dice el decreto, sino que será el equipo docente, o sea: los profesores, quienes así lo consideren. Que va, que va. Por que en ese mismo decreto y en su anexo III, donde se señala el horario de las enseñanzas mínimas del estado, se ve que en toda la Secundaria el mismo gobierno socialista, o sea: del PSOE, sobre un total de 2665 horas concede a Educación para la ciudadanía, en total, ¡70 horas! (a Religión, por ejemplo, 175). Es decir, que sobre sus competencias el estado da una carga lectiva a esa materia fundamental del 2,6%. Y ello, concluyo, hace imposible defender que un alumno que suspenda, traduzco: evaluación negativa, esa materia, decreto en mano, no pueda, por la naturaleza y el peso de la susodicha materia en el conjunto de la etapa alcanzar las competencias básicas y los objetivos de la etapa.

Se puede destrozar la educación en España.
Pero no es de educación mentir.

5 comentarios:

RicardoRVM dijo...

Vale, don EP: ha demostrado usted que el gobierno socialista ha hecho lo que mejor sabe hacer: amagar y no dar.

Sin embargo, estará usted conmigo que no se puede permitir que un alumno o alumna "objete" a una asignatura. Si objeta, que suspenda. Y punto.

Porque la normativa, por lo que he leído (que es exclusivamente lo que usted cita) habla de suspender (u obtener evaluación negativa) pero es que, para suspender, hay que cursar la asignatura, y objetarla implica no cursarla.

Así que aquellos alumnos que no cursen la asignatura, tendrán problemas para obtener el título. Y por lo que usted dice, con todas las de la Ley.

Anónimo dijo...

Y por lo que usted dice, con todas las de la Ley.

Mandeeeeee????????

Anónimo dijo...

Lo que es y lo que debería ser la política.

Anónimo dijo...

Una vez más, Don Ricardo, Don Epé le gana por la mano. Y por la razón y la sensatez, claro.

Me da mucha pena su deriva infantil y populista de los últimos tiempos.

Un objetor y transgresor como usted, metido a cura de sotana y rosario dando el sermón a los pobres descarriados que osen ir contracorriente.

Y todo por defender la memez de una mema.

Quién le ha visto y quien le ve, Don Ricardo.

Definitivamente está usted perdido para la causa.

Sabiopelotas numbertwo

Anónimo dijo...

He aquí de nuevo esa extraña complacencia que hay entre la progresia y el crimen.

Curioso, no creen?

Como dato curioso les diré que en Reino Unido un prisionero tiene mucha mejor calidad de vida que un soldado.