Por fin, estreno.
"Ilustración es la salida del hombre de su culpable minoría de edad."
domingo, abril 30, 2017
domingo, abril 23, 2017
APRENDIENDO: VI EXPERIENCIAS DOCENTES EN FILOSOFÍA
Aquí estamos trabajando, bueno yo duermo atrás, viendo cómo damos clase de Filosofía. Se trata de las VI Experiencias Docentes en Filosofía .
Hablo hasta yo.
Hablo hasta yo.
lunes, abril 17, 2017
CURSO VI EXPERIENCIAS DOCENTES EN FILOSOFÍA
Este martes 18 empezamos.
Profesores que de verdad están en un aula cuentan lo que de verdad hacen.
Mire las ponencias y aún está a tiempo de apuntarse (o de venir a alguna suelta si no puedes venir a todas).
Y no lo dude: es gratis porque ninguno cobramos nada.
Y firme y difunda porque seguimos luchando: bit.ly/1kn6WFC
Así #SalvemosLaFilosofía
#NoalaLomce
Profesores que de verdad están en un aula cuentan lo que de verdad hacen.
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Así #SalvemosLaFilosofía
#NoalaLomce
Seguro que tiene usted algo que le interesa...
viernes, abril 14, 2017
RELIGIÓN Y NUEVO CAPITALISMO/1: RELIGIÓN Y SUPERSTICIÓN
En este
texto, y aprovechando que es eso que se llama Semana Santa y que el Pisuerga
pasa por Valladolid, vamos a intentar explicar nuestra posición sobre el hecho
religioso. Para ello vamos a dividir nuestro artículo en tres partes
fundamentales. La primera será distinguir entre religión y superstición. La
segunda será plantear si la religión en el mundo actual ha devenido o no en una
mera superstición perdiendo aquello que la hizo diferente. Y, la tercera, y la
que podríamos llamar de forma pedante más filosófica, será cuestionar el llamado
hecho religioso como tal y si existe o no la necesidad en el ser humano de
creer en un mundo trascendente y en entes espirituales.
La
superstición y la religión tienen elementos comunes y a su vez elementos que
las hacen diferir una de otra, en cuanto a su contenido histórico concreto.
Ambas se remiten a una relación entre el mundo material y la existencia de otra
realidad superior que ejerce cierta influencia o determinismo, mayor o menor,
en nuestro propio mundo. La superstición lo hace a través de unas creencias muy
elementales basadas en mecanismo de causa y efecto en las cuales la realización
de ciertos actos o de ciertos eventos que sucedan implican un resultado
determinado que procede directamente de una relación extraordinaria entre este
mundo y otro mundo superior que es capaz de dirigirlo. Así, por ejemplo, que la
sal se derramó sobre la mesa implicará mala suerte de acuerdo a un criterio
causa y efecto, la causa es que la sal se derrama y el efecto sería la mala
suerte. Y esta conexión se produce porque existe una conexión de este mundo con
otro que es capaz de dirigirlo y por ello llevarlo hasta esos momentos de
escasa fortuna.
La religión
tiene en común con la superstición esta relación entre nuestro mundo y otro
aparentemente superior, incluso en aquellas doctrinas que solo utilizan a Dios
como causa eficiente del universo y luego no interviene. Pero, además incluye
elementos nuevos que sin duda hacen que se diferencie de una mera superstición.
El primer
elemento diferenciador es la creciente tendencia de la religión a desarrollar
una complejidad intelectual cada vez más elevada históricamente. Así, si se
comparan las religiones de sociedades más primitivas con la religión cristiana,
musulmana, judía o budista se observa una complicación teológica creciente en
la que los hechos del mundo yo no se explican por una relación directa entre la
causa y el efecto sino a través de intermediaciones cada vez más complicadas.
Así, la complejidad intelectual, lo que no quiere decir que tenga más verdad,
es una de las primeras diferencias entre religión y superstición.
La segunda
diferencia fundamental, que guardan relación con la anterior, es el hecho
histórico mismo de cómo la religión se establece como una institución social
superando el mero ámbito individual y concreto y yendo a situarse como un
reglamento de normas sociales y una manera determinada de socialización. Y esto
ocurre siempre y necesariamente en la religión pues no existe religión alguna
que no pretenda ser un hecho social e histórico que determine a la propia
sociedad. Cualquier religión pretende no solo dar una serie de normas al
individuo concreto sino generar una comunidad de fieles mientras que la
superstición pertenece al ámbito estrictamente individual. De hecho, para que
superstición individual pase a ser un tabú social necesitará necesariamente el
apoyo de una religión y así, por ejemplo, los ritos religiosos tiene una base
en la propia superstición, como se puede ver por ejemplo en las famosas procesiones
de Semana Santa, pero implican algo más: un hecho social determinado que señala
quiénes forman parte del colectivo y quiénes no.
La tercera
diferencia, y esto ya lo vio muy bien Fraser en La rama dorada,
es que la relación que mantiene el individuo con la superstición o con la
religión es diferente. Con la superstición, el individuo mantiene una relación
en la que intenta aprovechar los poderes sobrenaturales que se representan, o
que aparentan representarse, para su propio beneficio intentando con ello
lograr una vida material mejor. Sin embargo, en el progresivo desarrollo de abstracción
que ha sufrido las religiones, y en este aspecto resulta muy interesante
comparar las religiones paganas que eran un mero proceso de chantaje y soborno
entre hombres y dioses con la religión cristiana, el espíritu religioso ha ido
más allá de la mera relación comercial con el mundo trascendente y se ha
situado en una relación familiar con él.
Entendemos
como relación familiar aquella en la cual dos sujetos, en este caso uno natural
y otro sobrenatural, no solo se relacionan para buscar mutuamente beneficio
sino en aras de una relación afectiva emocional en la cual existe una preocupación
entre uno y otro. De esta forma, la religión presenta una forma de relación
normalmente basada en la pleitesía que los seres humanos rinden a un dios
poderoso, y en eso está con la superstición en cuanto a un mundo ingobernable
desde lo humano, pero añadiendo la
imagen de que esa realidad sobrenatural tiene una preocupación amorosa hacia el
propio mundo material. Esto, por ejemplo, se ve reflejado perfectamente en la
devoción a la virgen María dentro de la religión católica, que es una devoción
ajena a cualquier realidad intelectual o trascendente, y se convierte en una
pura relación sentimental materno filial.
Así, no se
puede identificar meramente la superstición con la religión pues si bien ambos
tienen elemento en común como la creencia en un mundo inexistente no refieren
dicha creencia ni a las mismas causas ni producen las mismas consecuencias.
Pero esto no quiere decir que en el devenir histórico la propia religión por
alguna causa no pueda haberse convertido nada más que una mera superstición en
el sentido de transformarse en una creencia cuyo desarrollo, tanto histórico
como intelectual, se encuentra ya agotado y conduce necesariamente a su
autodestrucción.
De hecho,
lo que nosotros vamos a pretender en el siguiente artículo de esta serie, va a
ser intentar demostrar como el desarrollo histórico e intelectual de la propia
religión ha devenido a ésta en mera superstición antiilustrada y que por lo
tanto debe ser abandonada no solo por aquel individuo que no tenga fe sino por
todo individuo que crea que la razón debe regir el pensamiento humano y que la emancipación
de los individuos es una necesidad
histórica concreta. Pero que nadie se asuste porque esto lo haremos otro día,
aunque en breve.
jueves, abril 13, 2017
SEMANA SANTA: ENSEGUIDA VUELVO
Si es que estoy salvando la Filosofía.
Aunque, sinceramente, nunca confiaría en alguien como yo.
Aunque, sinceramente, nunca confiaría en alguien como yo.
martes, abril 04, 2017
HOMENAJE A MARIO SALVATIERRA
Aquí estuvimos algunos. Yo hablé al final con mi gracia característica.
Homenaje más que merecido.
Homenaje más que merecido.
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