domingo, septiembre 30, 2007

ESTE AÑO, TAMPOCO.

Lo decía Antonio Gasset en Días de Cine (en TVE2): San Sebastián es una ciudad preciosa. Debe de serlo, ni lo dudo. Tanto paseo marítimo, tanta Concha, tanta clase… En fin, debe de ser un sitio de esos que la gente viajada llama precioso. Excepto, tal vez, para hablar de política. Entonces necesitas irte o tener escolta. Pero nunca dejes que semejante nimiedad estropee un festival de cine.

Nuestros actores son gente comprometida. Una barbaridad. A veces, incluso, pienso yo con asombro: ¡caramba, cuánto compromiso! Y lo pienso así, todo entre exclamaciones. Incluso, a veces también, proponen cordones sanitarios o algo parecido frente a aquellos que ellos consideran -en ruedas de prensa anunciadas y hechas, ¿dónde creen?, en Madrid- fuerzas no democráticas. Y es hermoso estar comprometido porque eso siempre llena el corazón de la gente. Sin embargo, hay excepciones para el compromiso. Porque semejante nimiedad nunca debe estropearte un buen festival de cine.

Todavía recuerdo la ceremonia de los Goya cuando la guerra de Irak. Tanto compromiso es inolvidable. Llega, si yo tuviera esa superstición, al alma. Toca, pero tampoco la tengo, la fibra sensible de cualquier persona progresista. Nuestros actores luchando por una causa justa: ¡tan hermoso¡ Así, otra vez con exclamaciones.

Este año ha vuelto el Festival de Cine de San Sebastián. Cada año vuelve. Y cada año, uno detrás de otro, se desarrolla con la normalidad característica de aquellas, deber de ser hermosas, tierras: asesinos, cómplices, cobardes, héroes sin escolta y héroes con escolta. Y luego, ya catalogadas en una de esas especies, gente del cine que opina que semejante nimiedad no debe estropearles un buen festival. Sobre todo en una ciudad que debe de ser muy hermosa para todo excepto para vivir en libertad.

jueves, septiembre 27, 2007

INTERÉS GENERAL Y
PRENSA autodenominada PROGRESISTA

El pasado miércoles, 26 de septiembre, El País, el diario progre de toda la vida para tantos, publicaba un artículo inexplicable dedicado al interés general. No era en cultura, no era en ciencia, no era, tampoco, una nueva limosna electoral: era en deportes. Y se mostraba indignado porque La Sexta no había transmitido el Sevilla-Español a pesar, aseguraban, de ser de interés general.
¿El Sevilla-Español?

La Sexta, que participa en Público –que es el nuevo diario progre para tantos-, hoy no ha podido retransmitir el partido del Madrid-Betis. Y su comentarista principal ha dicho que PRISA impedía el interés general.
¿El Madrid-Betis?

¿Cuál será al final el medio progresista?
¿Y el de izquierdas?
Pero, ¿tan de izquierdas?

lunes, septiembre 24, 2007

Principio de Causalidad: PRISA, La Sexta/MEDIAPRO y Zapatero.

Una de las claves del pensamiento racional es la causalidad: los hechos se generan en causa-efecto. O diciéndolo con Aristóteles: todo lo que ocurre tiene una causa. Sin entrar aquí a juzgar la problemática filosófica de dicho principio, vamos a intentar un juego de causa-efecto.

Soy suscriptor de El País. Hace tiempo, unos ocho meses tal vez, me llamó una empresa para hacerme una encuesta sobre este periódico en mi condición de suscriptor. Entre otras preguntas recuerdo ahora dos: mi adscripción política en una tabla entre extrema derecha y extrema izquierda (me fue muy difícil responder y estuve a punto de decir aquello de qué quiere usted decir cuando habla de extrema izquierda) y si creía o no que el periódico había bajado de calidad en este tiempo. Conteste que sí lo creía, me resulta evidente, y no le di mayor importancia. Este mes de septiembre se acababa mi suscripción a El País. PRISA siempre, durante los tres años anteriores, me había enviado un correo electrónico muy cortés para informarme de ello. Este año no lo ha hecho así, aunque bien es cierto que me ha llamado por teléfono pero yo no estaba. Total, que PRISA me ha renovado, es legal, la suscripción automáticamente por primera vez. Y me resultó raro: no encontraba el motivo.

Pero nada comparado con la bomba del pasado día cuando El País se rió, literalmente, del gobierno con su nuevo plan de vivienda. Era la primera vez, consulten hemerotecas, que este periódico se mostraba tan crítico con Zapatero, del cual había defendido hasta lo indefendible -lo cual en este caso concreto es casi todo-. Mi sorpresa fue mayúscula y como soy persona desconfiada no pensé en la libertad de prensa, en la racionalidad, en que no estarían de acuerdo, ni nada de eso. Busqué una causa distinta. Porque tenía que haber, un pequeño homenaje a Aristóteles, una causa.

Hará poco más de un año el gobierno de Zapatero decidió regalar una nueva televisión a un grupo amigo: La Sexta. Al principio me resultó extraño porque ya tenían el grupo PRISA y parecía como que la cosa era negativa para esté (aunque a ellos les regalaran Cuatro). No sabía qué pensar. Desconocía y buscaba, ansía de saber, la causa.

El grupo PRISA, y en concreto la Cadena SER, hizo un esfuerzo ingente para desenmascarar las mentiras del gobierno del PP el 11-M. Para ello no dudó a su vez en mentir buscando generar un estado de opinión que pudiera aprovechar el PSOE para, en una carrera contrarreloj, lograr el triunfo. Luego vinieron las manifestaciones tan espontáneamente dirigidas y la lucha entre poderes, inefable Telemadrid contraprogramando una película sobre ETA, para ver quién manipulaba más. Ganó PRISA: Zapatero supo que le debía el cargo. Esta vez el principal causante del triunfo estaba claro.

La denominada guerra del fútbol resulta el acontecimiento político por excelencia (aunque el nuevo director de Público ya nos ha dicho que no nos interesa y a callar todo el mundo). En él se la juega el grupo PRISA que observa cómo el gran negocio se le puede hundir por culpa de Mediapro y La Sexta (que curiosamente publicará Publico, que curiosamente fue una cadena regalo de Zapatero y qué curiosamente desconozco de dónde va a sacar tanto dinero para los contratos que está firmando). Pero además el grupo PRISA nota algo más: el gobierno aún no ha comentado nada al respecto. Lo único dicho ha sido por la vicepresidenta que se ha limitado a señalar que a ver si se ponen de acuerdo. Ni un apoyo ni una promesa de mediación. PRISA se queda solo en el mercado. Sólo Felipe González, el viejo PSOE, ha salido en su auxilio. Y piensan, y pienso, que tiene que ser por algo.

Y ahora aparece Público, el nuevo diario para la nueva gente (o algo así). El diario ya se autoconsidera de izquierdas y progresista (en otro momento hablaremos del diario este y su campaña). Los nuevos diarios han durado poco en España y Público aparece seis meses antes de las elecciones, sin tiempo a desaparecer hasta, al menos, marzo. Curiosamente, un problema del PSOE será la abstención y Publico -qué nombre, qué falsedad- se vuelca en el grupo social que presumiblemente se abstendría: jóvenes y con (autoproclamadas) ideas izquierdistas. Y lo financia el grupo al cual Zapatero le regaló, ya saben, una televisión. Y consigue vender, curioso, a la mitad de precio que los otros periódicos. ¿Dónde está la causa?

Decía Aristóteles, y luego y antes lo hemos dicho todos, que no hay efecto sin causa. Zapatero siente que PRISA, que lo ha tratado como su testaferro, es ya un estorbo para su dominio y, de acuerdo a una vieja consigna, ha ayudado a generar un nuevo grupo de poder que compita. Este grupo, La Sexta/Mediapro -y Público-, ha entrado con la finalidad de erigirse en el nuevo referente mediático no del PSOE sino exclusivamente del sector Zapatero, quien así busca a su vez independizarse del partido como aparato todavía gobernado por la vieja guardia (y por eso el otro día Felipe González saltó a la yugular). A su vez, La Sexta/Mediapro, cuyo auténtico interés es la televisión y en concreto el negocio del fútbol, hace un favor a Zapatero sacando un periódico cuya única finalidad, observen el atrevido vaticinio, será movilizar la abstención para que ZP gane las próximas elecciones y MediaPro se quede con el fútbol televisado –y pueda, seguramente, en un par de años ponerlo en PPV (pago por visión)-. PRISA conoce esto y comienza, a su vez y buscando un nuevo espacio, a desmarcarse del gobierno esperando ocupar un espectro crítico y de (autoproclamada) izquierda centrada. Y mientras tanto, para asegurarse un dinero, me renueva, que es legal, automáticamente. Y yo me gastó el dinero.

Pero, esto último no me importa tanto ahora que lo pienso porque confío en que el gobierno de aquí a las elecciones saque una ayuda para suscriptores de periódicos. O al menos, una desgravación fiscal.

viernes, septiembre 21, 2007

ZAPATERO, ¡DAAAAME ARGOOOOOOO!

En la compra de votos en la que se ha embarcado Zapatero veo que se ha olvidado de mí, lo cual me molesta en cierta medida. Teniendo en cuenta que yo también soy un ciudadano de la nación de naciones y él el presidente del gobierno de España propongo que tome en consideración las siguientes medidas financieras para comprar, y sin duda así lo conseguirá, mi voto:

- Ayuda para cerveza. Que me dé 300 euros al año para cerveza, independiente a la renta. Si lo quiere hacer por población puede hacer una desgravación fiscal por número de latas bebidas teniendo que presentar, por ejemplo, la chapita de apertura de todas las latas junto a la declaración de IRPF.
- Ayuda para licores de alta graduación. En concreto y en mi caso pacharán y ginebra Bombay Saphire. El sistema puede ser el mismo que antes: a lo Cataluña (cuanto más cara es la bebida que bebo y más dinero por tanto tengo, y la Saphire es carísima, más te doy) o bien a lo Andalucía (por número de botellas independiente de su precio).
- Ayuda para el abono y la cuota de socio del Real Madrid. El fútbol es caro.
- Que me paguen los taxis. Si bien yo soy una persona de metro fundamentalmente, de vez en cuando cojo un taxi y me da cosa pagarlo si lo puede pagar el estado.
- Ayuda para trajes. Voy siempre con traje a trabajar así que considero que ZP debería pagármelo. Soy, no obstante, una persona sencilla, no gasto más que trajes Emidio Tucci pero siempre se agradece un esfuerzo financiero solidario para costearlos entre todos.
- Y las corbatas. Aquí sí que no transijo. Ya que voy con traje tendré que llevar corbata –unas veces incluso de lazo-. Siempre seda natural.

Zapatero, yo también quiero vender mi voto.
Zapatero, mi voto cuenta.
Zapatero, ¡daaaaaaaaaaaaaaaame argooooooooooooooooooooooo!

jueves, septiembre 20, 2007

DESVERGUENZA Y CARGO

Rajoy es uno más para mantener el cargo. Por eso admitió a Acebes, el ministro mentiroso y miserable, y a Zaplana, el portavoz de la falsedad, como mediadores. Los políticos dicen que es una obligación para lograr sus objetivos, se hacen los mártires, los sacrificados personales. Pero mantienen el poder y el puesto: la fábrica de salchichas.

Acebes supera récords de inmundicia. El otro día acusó al gobierno de no hacer cumplir la ley porque la bandera de España no ondea en varios ayuntamientos de España. Y tendría razón. Claro que sí.

El español es un idioma complejo -si fuera nacionalista diría que extraordinariamente complejo, pero como soy una persona sensata y no conozco todos los idiomas del mundo, ni tan siquiera los principales, diré que me imagino que es tan complejo como cualquiera- así que hay ese tiempo verbal: tendría. Es curioso: no es tiene sino tendría. ¿Por qué tendría razón? Porque resulta que Acebes fue ministro con el PP, que por cierto gobernó España, y las banderas tampoco se ponían. Y el estado tampoco hacía nada: silencio. Se subía el cupo vasco -ahora el PP grita contra los estatutos insolidarios- y se hablaba catalán en la intimidad.

¿Debe ondear la bandera de España en todos los ayuntamientos? Sí.
¿Tiene derecho Acebes a decir algo? Tal vez lo tendría, pero ya no lo tiene, al menos con razón si no se arrepiente antes.

En los grandes almacenes hay varias plantas y cada uno está en la suya. Unos prometen pisos, otros dignidad: se acerca la semana fantástica.

Y, por cierto, no todos los políticos son iguales. Por eso unos nunca llegan a nada y otros, enseguida.

lunes, septiembre 17, 2007

CORTINA DE HUMO: EDUCACIÓN PARA LA CIUDADANÍA

Se cuenta la historia de Alcibíades. Este, un político ateniense del siglo V a. C., tuvo al parecer ciertos problemas con las cuentas del estado. También tuvo, siendo un hecho así volveremos a decir al parecer, un perro famoso por su hermosura. Y ante los rumores del desfalco tomó una decisión política: le cortó el rabo a su perro y en Atenas ya no se habló de otra cosa.

En España hay en torno a un 30% de fracaso escolar gobernando quien gobierne. La educación es de bajísima calidad gobernando quien gobierne. Ese es el principal problema al que habría que encontrar causa y solución. Al que habría que dedicar análisis y sesudos artículos. Sin embargo, y hasta hace dos años, la mayoría de la opinión publicada sobre educación trataba un tema: la clase de religión. Hoy en día el gran problema educativo es la Educación para la Ciudadanía (EpC). ¿Por qué?

Cuando un problema acuciante y básico no se puede resolver la política convertida en marketing, que es ya esta, considera que debe ocultarlo. Y el mejor método para ello es desarrollar un conflicto nuevo que atraiga la atención: cortarle el rabo al perro y que hablen de eso. Y si además ese conflicto puede subvertirse en algo ideológico, y aquí la palabra está utilizada con marxista precisión, y con ello en provisión de votos resultará aún mejor: una división tonta entre la autoproclamada izquierda y la real derecha (aunque no única). Así, la cortina de humo se transformará en arco iris de progresismo.

¿Es Educación para la Ciudadanía (EpC) una cortina de humo? Ya hemos hablado de esta materia una y dos veces. El artículo de hoy es más concreto pues buscamos ver la importancia que el propio MEC, es decir: el gobierno que ha introducido la materia, le da a su propia creación. Analicemos datos numéricos y centrémonos en Secundaria. Los alumnos de la ESO – que cubre cuatro cursos- cursan un total, sin repetir, de unas 1050 horas por curso (a 30 horas semanales por 35 semanas de clase), lo cual hace un total de 4.200 horas aproximadamente para toda la etapa de secundaria. De ellas, el Ministerio de Educación (MEC) impone el 65% (más o menos unas 2730 sobre el horario total) si la comunidad no cuenta con lengua propia y un 55% si la tiene (al considerarse que debe haber horas para enseñar dicha lengua y de ahí que se deje ese 10%). Son, como vemos, muchas horas. El peso e importancia de una asignatura en el currículo para el legislador viene dada por su presencia horaria. Y de hecho la misma LOE, en el RD 1631/2006, art. 15.2, así lo reconoce al establecer que los alumnos podrán titular con dos suspensas o incluso tres, ¿por qué no cuatro o cinco?, si el peso de la materia (sic) lo permite (o sea, su importancia; o sea, su número de horas). Es decir, la propia ley reconoce que hay materias y materias, unas más importantes que otras. ¿Cuánto ocupa, cuál es el peso para el MEC de Educación para la Ciudadanía? El 2,56 % del currículo total de la Secundaria: de todas las materias del currículo –el conjunto de materias que lo comporta- la que menos horas tiene (Anexo III del mismo Real Decreto).

Pero como hemos dicho antes cada comunidad debe ahora hacer su currículo agregando el restante tanto por ciento y cabría la posibilidad de que aumentará dicha cantidad. Y así los alumnos cursarían una materia fuerte, que hiciera esperanzador el futuro de la ciudadanía y la democracia en España gracias al gobierno de España (que ahora se llama así).

Las comunidades gobernadas por el PP (Castilla y León, La Rioja, Madrid, Murcia y Navarra), como cabría esperar, se han limitado a cumplir el RD y han puesto las horas obligadas por ley y ni una más. Así, en ellas la media, pues añaden el 35 % restante, de EpC baja al 1,6 %. Pero, pensará el lector progresista, son la derecha.

Bueno, pues vayamos a las Comunidades gobernadas por, ¿cómo es?, ah sí: fuerzas de progreso.En las gobernadas por el PSOE, ya solo ya con sus socios -Andalucía, Aragón, Asturias, Cantabria, Extremadura, Galicia y contamos Cataluña que eliminó la Ética de 4º, ¿por qué?, pero ahora suma una hora de EPC e incluimos Canarias y Valencia que aunque esté el PP mantienen las dos horas de Ética de 4º- habrá tres horas en total divididas en dos cursos (1+2): un 2,5 % sobre el total de Secundaria, es decir: seis centésimas menos que en el MEC pues también ha aumentado el número de horas.

Sólo Ceuta y Melilla (territorio MEC) y Castilla-La Mancha suman dos horas más, hasta un total de cuatro, con lo que la cifra se dispara hasta el sorprendente 3,3 %.

Una materia básica y fundamental del currículo.
Una materia que introduce la ciudadanía en la escuela.
Y con mucho peso.

Pero aún hay más. De ese total de ciudadanía, la horquilla va de un 1,6% a un 3,3%, realmente sólo es nuevo contenido la materia del curso inferior pues en 4º ya existía la materia de Ética con un currículo idéntico al presentado para EpC ahora en ese mismo curso. Es decir, en realidad Educación para la Ciudadanía (EpC) sólo se aplica como materia nueva en un curso de la ESO, el inferior a 4º que será en 2º o en 3º. Y ahí ya la cosa adquiere máximo ridículo. Pues sólo en Ceuta-Melilla y en Castilla-La Mancha la materia tiene en el curso inferior dos horas mientras que el resto (PP, PSOE o nacionalistas) tiene una hora a la semana. Es decir, los contenidos nuevos suman un 1,6% del currículo (70 horas de EpC sobre un total de 4200 horas en Secundaria). Añadiendo a esto que cualquier profesor sabe que resulta imposible didácticamente dar de forma coherente una materia que tiene una sola hora semanal.

¿Por qué entonces, para este parto de los montes, no se añadió una hora a Ética de 4º y se solucionó el problema si tanto interés había en ese campo? Pues porque el gobierno necesitaba propaganda y como que se mantuviera la religión (que ocupa como mínimo un 4,16%, es decir: siempre más que cualquier currículo de EpC) ya era un problema suyo y por lo tanto ese tema ya no valía pues ningún perro tiene dos rabos que cortar tuvo que inventar otro distinto que ocultara el auténtico desastre educativo que no sabe solucionar o no se atreve a hacerlo. Surgió así Educación para la Ciudadanía como la cortina de humo perfecta: ocultaba los problemas de la educación y generaba un ridículo debate (entre unos de derechas y otros aún más de derechas). Pero además tenía una nueva virtud: esta vez la cortina de humo era, efectivamente, solo humo.

sábado, septiembre 15, 2007

ESTAR QUEMADO: OTRA VEZ POR LA LIBERTAD DE EXPRESIÓN

Que un grupo de gente se reúna en Gerona para quemar el retrato del Rey -no se sabe si esperando con ello en su ignorancia que se cumpla alguna conexión causa/efecto de contenido mágico, tal vez extendida creencia en una región donde la Seguridad Social estudia cubrir la homeopatía y la acupuntura- forma parte de una protesta política legítima. Al fin y al cabo si protestan contra lo que ellos consideran una potencia invasora resulta lógico que la figura del monarca, como jefe de estado, sea repudiada. O dicho de otro modo, la gente tiene derecho a manifestarse contra el estado y, por ello, contra el Rey: les ampara la libertad de expresión que es precisamente la libertad de hablar del que no está de acuerdo con nosotros. No entendemos el revuelo armado y desde aquí apoyamos el derecho que tienen los independentistas catalanes tanto a manifestarse como a quemar, con cuidado eso sí y tomando precauciones indispensables no vaya a armarse un incendio, retratos del monarca, banderas de España o escudos del Real Madrid.

Pero no es este el motivo de este artículo, ya hemos dejado clara nuestra opinión sobre la libertad de expresión otras veces, sino señalar dos cosas muy interesantes.

Una, que la misma Fiscalía que ha corrido por segunda vez a defender la imagen real, sin embargo actúa por omisión permanente en el País Vasco como se ha visto en el caso de la alcaldesa de Lizartza y en tantos otros –aunque ahora se moviliza más pues quedan 6 meses para la elecciones y el proceso de la autodenominada paz ya no da votos-.

Dos, y aún más sorprendente, que el hecho de que los manifestantes cortaran calles luego o lanzaran huevos contra la policía, tal y como informa la prensa, no lleva a la Fiscalía a adoptar posición alguna, cuando a uno le parece más grave cortar el libre tránsito de los ciudadanos o agredir a la policía que quemar esfinges y retratos. Porque ahí no se está en terreno de libertad de expresión sino de violencia callejera que sí debe resultar perseguible por la Fiscalía. O dicho de otro modo: que la Fiscalía mima al Rey y desprecia el orden público que afecta a los ciudadanos. Aunque eso, seamos justos, también ocurre con una derecha indignada con la quema y poco atenta a nada más.

Pero, ¿por qué estas actuaciones de la Fiscalía? Pues porque las encuestas deben ir peor de lo que estamos creyendo y el gobierno, de pronto españolísimo en redundancia, ha decidido irse girando hacia posiciones patrioteras. Así, entre las medidas demagógicas de “hondo calado social” (donde ya casi salimos a dos por semana para que Solbes no pueda criticarlas) y las defensas patrias del gobierno de España -¿y de dónde habría de ser si no?- se pretende arrancar el puñado de votos necesarios para ganar en marzo. Que al fin y al cabo es la finalidad de la empresa y sus directivos.

jueves, septiembre 13, 2007

BANDERA DE LIBERTAD

Es una escena, una más, de Casablanca. En ella unos militares nazis se ponen a cantar una canción de exaltación en el bar de Rick. Y de pronto aparece Victor Lazlo, checo, y pide a la pequeña orquesta -una orquesta de variedades, una orquesta de café- que toque la Marsellesa. Podía haber sido una parodia, podía haber ido una escena cínica: es sólo una escena que representa la libertad. Suena y todos la cantan. Y al hacerlo no entonan el himno francés, sino algo más. Porque en ese momento la Marsellesa es una canción de libertad.
La bandera de España es la bandera de la libertad en el País Vasco. Y el otro día, por fin, doña Regina Otaola, y aquí el don no es gratuito, la izó en el ayuntamiento de Lizartza. Todo ello le ha conllevado una amenaza de muerte por parte de un miembro de ANV –aquellos que debían de ser también hombres de paz, sin duda- y el silencio de la Fiscalía, que tan rápido corrió contra El Jueves y aquí lleva esperando ya, si es que todavía hace algo aunque seguro que sí porque ahora hay elecciones, cinco días para actuar.
No me siento español. Pero tampoco madrileño, nacionalista o, eso tan cursi, ciudadano del mundo. Sólo me siento extraño.
Sin embargo, hoy izo la bandera de España en mi espacio junto a doña Regina Otaola como si estuviera en el café de Rick mientras Victor Lazlo, y yo mismo, cantamos la Marsellesa.

martes, septiembre 11, 2007

PAYASO TONTO, PAYASO LISTO

La pregunta:
Señor presidente del Gobierno, ¿qué reflexiones personales le han llevado a concluir que el Gobierno de España debe ser llamado "Gobierno de España"?

La respuesta, mañana en el Senado.

Y decidiremos quien cumple esta vez cada papel en ese inmenso y triste circo.

domingo, septiembre 09, 2007

IDEA DE ESTADO/1: ZAPATERO

La idea de estado de la socialdemocracia es el estado garante en un doble sentido. Por un lado, y eso lo comparte con el estado liberal, es la garantía de los derechos políticos de los ciudadanos y del cumplimiento de la ley emanada del parlamento. Pero, y ahí se diferencia del ideal liberal, hay una segunda garantía que se ofrece en la socialdemocracia: los derechos sociales. En la socialdemocracia, al contrario que en el liberalismo, la economía no es un libre mercado sino un mercado vigilado donde deben prevalecer los derechos sociales de la ciudadanía. Así, sin venir ahora al caso ni el origen de esto ni analizar su realidad social, queremos subrayar como en una teoría socialdemócrata el estado es garante de derechos políticos y sociales que pertenecen al ciudadano en sí y, por ello, el estado socialdemócrata los garantiza pero no los concede: se consideran propios del individuo. Efectivamente, se considera que el estado es garante porque dichos derechos no son concedidos por él, no son una gracia, sino que, en su filosofía política, pertenecen y surgen de la persona y la sociedad. Así el estado es árbitro entre el Capitalismo como economía y la sociedad como clave de progreso -de hecho una crítica a la socialdemocracia sería esa idea de capitalismo como mero sistema económico- y en su arbitraje tenderá a defender esos derechos. Y por eso la socialdemocracia tiene una política económica determinada y propia que no sólo afecta a la creación de una estructura estatal concreta, el estado del bienestar, sino también al modelo industrial, financiero, laboral y fiscal que busca ese estado.

Hasta aquí la teoría política, vayamos a la práctica. ¿Es esta la idea de estado del presidente del gobierno?

Primero analicemos la política económica. ¿Tiene el actual gobierno una política económica socialdemócrata? No, no existe diferencia fundamental en este aspecto entre PP y PSOE, y tal vez porque ya no puede haberla. Efectivamente, los cuatro pilares clásicos del modelo económico (modelo industrial, fiscal, laboral y financiero) son similares entre uno y otro partido. Primacía de un modelo industrial basado en la construcción y en los servicios –y no en la gran industria con su desarrollo tecnológico como en la socialdemocracia-; política financiera y fiscal de aire liberal –bajada de impuestos y grandes corporaciones bancarias pero no industriales-; y, por último y consecuentemente, un perfil laboral eventual y poco cualificado debido a los modelos anteriores. Así, el modelo socialdemócrata no se da en la política económica del gobierno Zapatero.

Pero, ¿y la política social? Se podría aducir que Zapatero sí mantiene una política social de derechos y por tanto es, al menos en parte, un socialdemócrata. Es esto lo más interesante de todo y que merece una detallada, y tal vez aburrida, reflexión. Efectivamente, el interés social parece una característica de ZP y a su vez de la socialdemocracia. Parecería ahí, por tanto, que hay un punto de unión. Sin embargo, es importante recordar lo bicho anteriormente: en la socialdemocracia la asistencia social se entiende como un derecho ciudadano. ¿Cómo lo entiende Zapatero? Cada nuevo curso político ZP da un mitin en el que anuncia una nueva medida social. Generalmente, además, estas medidas guardan relación con sectores sociales determinados y repetidos anualmente: los pensionistas de renta baja y los trabajadores con empleo poco cualificado y que cobran el salario mínimo (aunque la subida del SIM luego pueda afectar a otras por convenio, esto no se presenta nunca en la propaganda). Interesa aquí esto por dos motivos: primero, es el mismo presidente en un mitin quien lo presenta, no el gobierno o el Parlamento; segundo, es con los sectores más débiles socialmente, lo que conlleva la sombra del voto cautivo. Uniendo estos dos hechos comenzamos a barruntar que ZP no considera estas medidas como derechos sino como concesiones que él, personalmente, hace. Incluso, como ha ocurrido recientemente con la demagógica propuesta de la Junta de Andalucía –por cierto, lean el titular de los periódicos y el artículo de la ley porque no dicen ni por asomo lo mismo- se entra en colisión entre la política económica y la concesión efectuada con lo que parece que ésta última no es sino un esfuerzo del presidente y ciertos políticos y no un hecho del estado. Así, ZP es, diciéndolo de forma elemental, el bueno que se esfuerza en conceder cosas a pesar de la propia política económica de su propio gobierno. ¿Contradicción? No, populismo. El ideal de ZP no es la socialdemocracia, que precisa de una estructura estatal y una planificación económica para existir, sino los movimientos populistas sudamericanos tipo peronismo y, sobre todo, este norteamericano, el PRI.

¿Exageramos? Veamos más. Hablamos de un estado socialdemócrata. Un estado socialdemócrata se sustenta precisamente en esa idea de estado del bienestar, es decir: la estructura del estado tiene una finalidad nacional clara que subyuga las administraciones inferiores. Así, la mutua interdependencia en el estado, ya federal o no, se sustenta en la consecución del objetivo a nivel nacional (y no federal): las partes están al servicio del todo que es el estado del bienestar. Sin embargo, en los movimientos populistas, el PRI por ejemplo, la clave es la comunión de intereses de un determinado grupo social y con ella el clientelismo. Las distintas partes no se relacionan en un fin común sino de acuerdo a sus intereses como tales partes. La relación del gobierno con los nacionalistas es así en este caso: Zapatero sabe que los necesita para gobernar y por ello no duda en la concesión permanente ante ellos, como se ve en las sucesivas reformas estatutarias. A su vez, la clase política nacionalista sabe que su límite es precisamente su región, lo que ellos llaman rimbombantemente nación y esas cosas, y entran en el juego guiados por ese interés caciquil de adquirir poder. La telaraña establecida sólo responde a los intereses propios y genera el clientelismo de los nuevos reinos de taifa (como ocurre en México con los gobernadores). Pero aún hay algo más que se asemeja. Del mismo modo que el PRI vivió durante años impidiendo la existencia de un partido con posibilidades de poder, está la campaña del PSOE de cercar al PP de cualquier posible coalición –campaña, por cierto, hábilmente refrendada por el propio PP- impidiéndole su acceso a la Moncloa por falta de apoyos: si este me da más, ¿para qué irme con el otro?

¿Quiere esto decir que Zapatero no es demócrata? Por supuesto que no. Zapatero es un demócrata pero su idea de estado es el caudillismo americano del PRI. El estado es una máquina que no se diferencia del gobierno y éste, a su vez, es quien dicta en el partido. Esta legislatura no es sino el inicio de este modelo que se desarrollará en la próxima si gana. Lejos, muy lejos, de la socialdemocracia.

¿Votar entonces al PP? Pues en un próximo artículo analizaremos la idea de estado de Esperanza Aguirre, olviden ya a Rajoy, y verán que el miedo es el mismo. ¿Estado liberal? Y un cuerno. Pero, eso en otro momento que ya nos hemos aburrido bastante.