Liberty Valance, al igual que Helios Guevara Castro, se ha hecho colaborador de nuestras páginas. ¿Pero quién es Liberty Valance? Ante todo un español. Y ustedes estarán pensando que al definirse así será de derechas. Porque si se hubiera descrito como ante todo un catalán, ante todo un vasco, ante todo un gallego o de cualquier otro pueblo o tribu sería de izquierdas, pero siendo ante todo español… Pues sí, Liberty Valance es un liberal en lo económico y en lo político: o sea, de derechas. Y ahora que vuelve la memoria histórica Liberty Valance es un fiel defensor de la misma:¡¡Rojos a Moscú!!.
Nuestro pastor nos ilumina.
Aquí, en medio de centenares, qué digo centenares, miles, qué digo miles, centenares de miles, qué digo centenares de miles, millones de personas, pero de personas buenas y cristianas y no de las otras, disfruto de la jornada por la familia cristiana.
Y transmitido claro por Telemadrid.
¡Ah, la familia cristiana! Un padre, una madre, unos hijos, muchos hijos: una sola idea para todos. Y esa niña ahí, tan escotada. Y esa falda tan corta…
Nuestro pastor nos ilumina.
Venía yo para acá con unos amigos. Viriles todos, de la amistad auténtica y masculina: ni un roce, unos eructos (aprovechando que no había señoritas de las de verdad), unas cervezas. En el camino nos cruzamos con una chica de unos quince años y minifalda.
¡Será guarra!
Provocando, siempre provocando. Y claro, el mástil arriba. Y de pronto que veo que uno que pasa por la calle disimulando y no la mira.
Pues maricón.
Entre todos lo cogimos y le dimos una paliza. Desecho social. Para que aprenda. Por él.
Y ahora eructo otra vez.
¡Joder con la niña esta que se acerca! Me está poniendo…
Nuestro pastor nos ilumina.
Aquí con todas las familias. En unión. ¡Qué ejemplo! Allí arriba los pastores, aquí abajo el rebaño. Escuchar y obedecer. Como debe ser. Si parece un mitin y todo. ¿O son los mítines los que se parecen a una misa? Ya no lo sé. Los designios del Señor son inescrutables pero solo para casi todos: ellos los conocen. Mírales, tan lejos.
Y sin embargo esta niña tan cerca. Y con la gente que hay pues nos tocamos. La avalancha.
Y claro, uno no es de piedra.
Y claro, eso provoca.
¡Guarra! Seguro que lo disfruta. Estoy de buen ver todavía. Y ella lo desea. Seguro. Su fantasía: alguien como yo…
Verás como se despisten sus padres…
Nuestro pastor nos ilumina.
Aquí, en medio de centenares, qué digo centenares, miles, qué digo miles, centenares de miles, qué digo centenares de miles, millones de personas, pero de personas buenas y cristianas y no de las otras, disfruto de la jornada por la familia cristiana.
Y transmitido claro por Telemadrid.
¡Ah, la familia cristiana! Un padre, una madre, unos hijos, muchos hijos: una sola idea para todos. Y esa niña ahí, tan escotada. Y esa falda tan corta…
Nuestro pastor nos ilumina.
Venía yo para acá con unos amigos. Viriles todos, de la amistad auténtica y masculina: ni un roce, unos eructos (aprovechando que no había señoritas de las de verdad), unas cervezas. En el camino nos cruzamos con una chica de unos quince años y minifalda.
¡Será guarra!
Provocando, siempre provocando. Y claro, el mástil arriba. Y de pronto que veo que uno que pasa por la calle disimulando y no la mira.
Pues maricón.
Entre todos lo cogimos y le dimos una paliza. Desecho social. Para que aprenda. Por él.
Y ahora eructo otra vez.
¡Joder con la niña esta que se acerca! Me está poniendo…
Nuestro pastor nos ilumina.
Aquí con todas las familias. En unión. ¡Qué ejemplo! Allí arriba los pastores, aquí abajo el rebaño. Escuchar y obedecer. Como debe ser. Si parece un mitin y todo. ¿O son los mítines los que se parecen a una misa? Ya no lo sé. Los designios del Señor son inescrutables pero solo para casi todos: ellos los conocen. Mírales, tan lejos.
Y sin embargo esta niña tan cerca. Y con la gente que hay pues nos tocamos. La avalancha.
Y claro, uno no es de piedra.
Y claro, eso provoca.
¡Guarra! Seguro que lo disfruta. Estoy de buen ver todavía. Y ella lo desea. Seguro. Su fantasía: alguien como yo…
Verás como se despisten sus padres…