"Ilustración es la salida del hombre de su culpable minoría de edad."
domingo, marzo 31, 2013
sábado, marzo 30, 2013
viernes, marzo 29, 2013
jueves, marzo 28, 2013
miércoles, marzo 27, 2013
CAPITALISMO, RELIGIÓN Y SENTIDO
¿Sigue teniendo sentido la
religión? Cuando uno hace una pregunta puede estar tendiendo una trampa.
Efectivamente, y esto se ve en las encuestas, cualquier pregunta sobre algo
nunca es inocente. Por eso, conviene siempre desarrollar un poco qué queremos
decir con la cuestión planteada sobre la religión y su sentido.
Al preguntarnos por ello
no queremos entablar un debate sobre las causas de la existencia de la
religión, aunque necesariamente responderemos implícitamente a esto, sino qué
planteamos cuál puede ser su futuro como hecho histórico y social. Es decir, intentaremos
jugar a futurólogo, cual profeta iluminado por la deidad pero esperemos que con
más éxito, y predecir si la religión seguirá siendo importante socialmente. Nos
cuestionamos, para que vean que yo también a veces leo, por el porvenir de una ilusión.
Hagamos primero una
distinción entre religión y fe o creencia. Por la primera, religión, entendemos
el corpus teórico y hecho social de creencias religiosas establecidas con influencia
social actual, no histórica que es otro asunto, por esas mismas ideas o las
instituciones que las representan. Por fe entendemos el hecho subjetivo de
creer en seres y actos sobrenaturales. En ambos casos, y esto es importante de
señalar, nos es indiferente si estas creencias se corresponden con una realidad
o no. Cuando aquí hablemos de religión
nos referiremos al primer significado, es decir: el conjunto de creencias
sobrenaturales en cuanto que influyen socialmente.
Los marxistas como nosotros
somos gente sencilla. No creemos en la espiritualidad, los gnomos o los
comandantes, por poner tres ejemplos, y consideramos que todo fenómeno social
debe poder explicarse atendiendo a las circunstancias de la producción
histórica concreta. Con esta declaración de principios, creemos ingenuo
analizar hechos sociales sin contexto. Es erróneo creer que todo lo que haga un
hombre no sea un hecho social. Así, al analizar la religión hay que hacerlo tal
y como se analizaría el desarrollo de cualquier otro hecho social y
relacionarlo con la realidad. Por eso, cuando se quiere estudiar la religión
desde perspectivas subjetivistas y existenciales, como hace la fenomenología,
se podrá intentar explicar, si acaso, la creencia subjetiva pero no la religión
como hecho social y la importancia de esta. Y hay algo evidente: la religión ha
sido un hecho fundamental en la historia. Y nuestra pregunta es si, como tal
hecho social, lo seguirá siendo.
Observemos algo: toda
religión es una forma de consolación. Esto llama la atención poderosamente.
Efectivamente, independientemente de sus creencias concretas y particulares sobre
si existe o no un dios o la inmortalidad, es cierto que en toda religión subyace
un consuelo ante la realidad. Así, tanto en el hinduismo, budismo, judaísmo,
islam, cristianismo o cualquier otra creencia en lo sobrenatural, la religión
no solo da respuesta fácil a preguntas complejas –voluntad de los dioses y ya
está- sino que implica un consuelo frente a un mundo sin él. El creyente se
reconforta en su creencia porque ese es el papel social predominante de la
religión. Así, para el budista que medita para anular su yo –y al que alimenta
el campesinado-, el místico que anhela entrar en contacto con lo absoluto –y al
que alimenta el campesinado- o el propio campesinado que espera una vida mejor
–donde alguien les alimente a ellos-, toda religión es consuelo.
Con ello se infiere que lo que importa para explicar el
éxito religioso es la recompensa que presenta. Y esta recompensa no debe
entenderse solo como inmortalidad en el paraíso, pues ya implica una
determinada mentalidad previa, sino otra cosa. La religión reconforta la
desdicha inmanente con una explicación trascendente. Es decir, la capacidad de
abstracción humana permite que la recompensa a lo actual se fije en un futuro y
no en el presente inmediato, cosa imposible en el resto de los animales: mi
perro no tiene fe. La religión, así, funciona socialmente como mero
conductismo, pero con ínfulas de profundidad. La recompensa, que no es sino la
dotación de sentido del propio sufrimiento y no tanto el futuro paraíso, consuela
la vida humana.
Por todo ello, la
religión, como
queda históricamente demostrado, ha adquirido éxito y poder en las
sociedades anteriores al nuevo capitalismo. En estas sociedades, y por su tipo
de producción económica determinada, la satisfacción vital no existe socialmente o está muy limitada. Efectivamente, en economías
anteriores al nuevo capitalismo -el desarrollado a partir de la II Guerra Mundial-
la producción económica no se basa en el consumo sino en el trabajo y por ello la
satisfacción de las necesidades, excepto las básicas, no es un elemento
productivo fundamental. Las necesidades no son satisfechas y la
religión cumple esa función de satisfacción.
La religión es la
recompensa abstracta a la vida sin recompensa concreta y determinada. Por supuesto, no es que
la religión surja promovida por
malvados para engañar sino que la propia condición social de ausencia de
recompensa hace que esta se presente como resuelta en la trascendencia. Da
igual que sea cierto o no que Dios exista, el nirvana o el paraíso con huríes serviciales -aunque
queda claro qué preferiríamos y para qué ahorramos-. Lo importante es que la
existencia de la religión como recompensa implica su éxito social. Pero sólo
hasta ahora.
Teoría pobre, pensará
alguien más profundo: no tener en cuenta el anhelo de trascendencia. Bueno,
recordemos dos cosas. La primera, que aquí hablamos de religión como hecho
social -ya hablaremos de ese anhelo de trascendencia en otro momento-; la
segunda, es que una teoría no es pobre o profunda sino verdadera o falsa. Y una
prueba para decidir esto es su conexión con la realidad. Una teoría debe ser
coherente, también las propias. Esto implica que si la religión se explica de
acuerdo a la variable social -la sociedad y en concreto el proceso productivo-,
el cambio de esta variable implicará necesariamente un cambio en la influencia
religiosa en la sociedad. Y resulta que la religión se abandona, hecho
fácilmente constatable, en las sociedades del nuevo capitalismo. ¿Por qué?
La clave productiva del nuevo
capitalismo es la introducción del consumo –en la columna de la derecha de este
blog hay varios artículos donde se explica este nuevo modelo productivo-.
Gracias a este consumo, la vida humana se transforma en absoluta producción ya
no limitada al tiempo de trabajo. Así, los sujetos al consumir producen
beneficio económico: la producción es trabajar y consumir. Por ello, igual que
el trabajo en las sociedades anteriores, la garantía de una producción
incesante de mercancías es el consumo a su vez incesante. Y este aspecto se
consigue convirtiendo a este proceso productivo en recompensa personal. El consumo
recompensa a los individuos no ya en la trascendencia sino en la inmanencia
absoluta del día a día: en la vida. Y lo hace tan bien para sus intereses que
no les recompensa con un objeto concreto sino con la propia actividad de vivir:
la vida convertida en producción. Así, la religión, con su burdo discurso de
recompensa trascendente, nada puede hacer ante la tarjeta de crédito y la venta
a plazos. La clave que hizo a la religión fuerza social, la necesidad de
trasladar la recompensa a lo trascendente, es ahora su verdugo. La recompensa
inmanente es el fundamento individual de todo el proceso productivo actual y la
religión sobra.
El nuevo capitalismo ha
hecho inútil la religión y la religión desaparecerá de la realidad social, ya
lo está haciendo y si no vayan ustedes a una iglesia por estas fechas y luego a
un local de ocio, por su propia inutilidad. No seremos nosotros desde luego
quienes lamentemos que un pensamiento irracional, cuya clave es la levedad de
la propia vida humana y la indiferencia ante su sufrimiento real, desaparezca
en el basurero de la historia. Pero al tiempo tampoco seremos quienes consideremos
esto un triunfo de la racionalidad y el progreso humano. La religión desaparece
por lo mismo por lo que apareció: la ausencia de un mundo humano.
lunes, marzo 25, 2013
SOLIDARIDAD
Ante la nueva campaña de las juventudes del PP para que los alumnos denuncien a los profesores que les adoctrinen, vaya desde aquí todo nuestro apoyo al profesorado de religión.
domingo, marzo 24, 2013
miércoles, marzo 20, 2013
DÍA DEL PADRE (tarde, como el conejo blanco)
Porque hay muchas formas de ser papá.
El doctor Frankenstein. Dir: James Whale (1931)
lunes, marzo 18, 2013
CHÁVEZ Y LA DEMOCRACIA
La reciente muerte de Chávez
tiene que ser seguida de una reflexión sobre su papel en la izquierda -si es
que Chávez puede considerarse de izquierdas,
cosa que hemos de plantearnos- e igualmente sobre la idea de democracia.
Pero, antes de entrar en este punto
debemos señalar algo: Chávez no era un dictador. La derecha ha entronizado un
discurso sobre el ex presidente venezolano que no puede contrastarse con
hechos. Chávez ha ganado su puesto en elecciones libres avaladas por todos los
observadores internacionales. En Venezuela hay partidos de la oposición
legalizados y actuando libremente. Chávez, por tanto, era presidente de una
democracia. Sin embargo, esto tampoco hace de él y su movimiento un proyecto
democrático.
Pero vayamos al núcleo
duro de esta reflexión ¿Podemos considerar a Chávez como un paradigma de
izquierdas? ¿Podemos creer que el chavismo debe ser apoyado desde una
perspectiva de izquierdas? Para responder a esto debemos no solo analizar su
política concreta sino el ideal de su política, entendiendo esto como el modelo
social que Chávez pretendía. Y al hacerlo notaremos, y haremos notar, que en
realidad Chávez es el sueño de la política de derecha.
En primer lugar, destaca
la idea de estado de la política chavista. Para el chavismo hay una
identificación entre estado, gobierno y sociedad que es claramente totalitaria.
Esto se ve, a veces la anécdota es categoría, en el cambio, con la constitución
de 1999, del nombre mismo del país que pasó a denominarse república
bolivariana. Así, la gente debe vivir en el propio movimiento político
dominante y no en un país para todos. Pero esto se ve, también, cada día. Ciertamente,
el chavismo no distingue entre estos tres elementos fundamentales en democracia
-estado, gobierno y sociedad- llevando a una identificación única de los tres
en el movimiento bolivariano que se presenta como aparentemente ideal y es en
el fondo distópica -me puse culto-. Puede parecernos muy progre desde Europa
esa sociedad bolivariana, que hasta tiene chándal propio en la inevitable mercadería
revolucionaria que se iba quedando pasada de moda con el Che, pero al fin y al
cabo no escapa del ideal fascista. El estado
y el gobierno son lo mismo implica que no hay resquicio de defensa ante el
segundo.
Y ahora, y unido a lo
anterior en el ideario bolivariano, el estado, que ya también es el gobierno, y
la sociedad deben buscar la identificación. Y en lo aparentemente hermoso de
esto radica la trampa. Efectivamente no es que la sociedad controle al estado,
sino al contrario: el estado, que ya es el gobierno, controla la sociedad. Así,
la sociedad está atada por un poder estatal que busca limitar cualquier modo social diferente, y que incluye hasta el
control del pasado histórico con la vindicación de Bolívar. El movimiento
bolivariano busca, conseguido estado y gobierno, conquistar la sociedad para
acabar con ella como posible fuerza disidente.
Y en este proceso de estatalización
es importante también destacar el empleo de la propia economía como modo de
dominación. La idea bolivariana de una economía centrada en el petróleo, y que
no busca la diversificación, no es exclusivamente una opción económica sino
fundamentalmente una opción política de dominio. Diversificar la producción
económica generaría necesariamente la aparición de grupos sociales que irían
adquiriendo poder en contrapartida al estado. Por ello, monopolizar la
producción básica en torno a un producto de fácil control estatal refuerza aún
más si cabe el dominio social. El movimiento bolivariano, pues por lo expuesto
anteriormente eso es el estado, no solo regula la producción económica sino que
la controla. Y al hacerlo impide el surgimiento de grupos sociales diferentes y
que pudieran representar una oposición: se controla también la sociedad. Y hay
que entender esto como el fin último de todo el proceso productivo. No es que
se socialice la producción para mejorarla y con ella garantizar el progreso
sino que se estataliza para ejercer el dominio.
Por supuesto, no se nos
olvida, Chávez ha realizado una política de distribución de la riqueza que ha
llevado a Venezuela a una mejora social evidente, por ejemplo a ser el país más
igualitario en renta de toda América Latina, y a una reducción general de la
pobreza. Pero eso no es suficiente pues si pusiera como logro Franco. El dictador
español, sería de izquierdas. Lo que importa realmente es qué pretende eso. Y
en política interior la finalidad última del movimiento bolivariano es el
absoluto control social.
Surge así el movimiento bolivariano
como una oligarquía dominante que utiliza a las masas como fuerza de choque. Y
surge así un modelo característico de los regímenes populistas: una sociedad
con una relativa igualdad pero dominada. Lejos de generar un modelo social
democrático donde predomine la libertad, la sociedad venezolana es igualitaria
para evitar desarrollar un tejido que genere una diferencia u oposición al
estado. La idea básica del chavismo es así el secuestro de la sociedad. Y esto
se acrecienta cuando en política exterior no es que se alíe contra EEUU -en lo
que seguramente tenga razón- sino que se alía con la dictadura cubana y la
teocracia iraní -altos ejemplos de libertad, sin duda-.
El chavismo es un sueño en
realidad de la derecha: una sociedad secuestrada y dirigida por una oligarquía
que controla todo sin necesidad de recurrir a una violencia extrema. Y en esto
se une el chavismo al caudillismo populista que, desgraciadamente, ha inundado
la política latinoamericana en su historia. Desde Norteamérica, con el PRI en
México, hasta el cono sur, con el peronismo, y cuando no con dictaduras como la
cubana o las patrocinadas por EEUU a lo largo de todo el continente, parece que
su geografía está condenada al populismo derechista. Sin embargo, hay una
esperanza actual en el auge de la democracia en toda la zona y en concreto,
algo de lo que parece olvidarse la izquierda, en los actuales gobiernos de Brasil
y Uruguay como posibles modelos progresistas.
Y todo esto nos lleva a
una última pregunta ¿cuál es la diferencia fundamental del populismo caudillista
con la izquierda? ¿No sería Chávez, al que hemos reconocido una política social
igualitaria, un izquierdista? Efectivamente, el populismo pretende luchar
contra la pobreza y la miseria, sin duda, pero lo busca hacer para la
heteronomía. El caudillo populista, el movimiento populista, no pretende que la
sociedad, y por tanto sus integrantes,
se constituya como un poder
autónomo e independiente de la oligarquía. Lejos de eso, la clave del populismo
es la heteronomía social: que todos y cada uno de los individuos sientan que su
existencia tal y como se desarrollan se la deben a la existencia del líder y no
a ellos mismos. Así, el populismo, con su política de masas agradecidas, olvida
que esas masas están formadas por sujetos. Y no solo lo olvida sino que niega
su realización. La autonomía queda enterrada en el nosotros y el nosotros en el yo del líder.
De guardia en una clase
porque el profesor ha faltado. Los alumnos comentan cómo les gusta la afición
futbolística inglesa, que va al campo a animar. Como debe ser, añaden. Y yo les
cuento que no animo en el fútbol ni nada de eso ¿Y a qué vas al campo entonces?,
preguntan. Y yo contesto: solo a ver el partido.
Demasiado, sin duda,
individualista.
Demasiado, sin duda, pequeñoburgués.
Este tío, sin duda, no puede ser de izquierdas.
domingo, marzo 17, 2013
(esto no acaba, como el deber) DEFENSA DE LA FILOSOFÍA
Foto tomada de Madridiario
Llevaba yo preparado para leer un texto de Boecio. El rumor se había corrido, la gente expectante. Boecio, Boecio, se repetía. Pues quién no lee a Boecio. Tienes un rato libre en casa y te preguntas: ¿qué hago? Y una vocecilla interior te dice: ¡Hombre! -nota: si es usted muy progresista le dice: Hombr@-, lee a Boecio. Y así, una vez conocido cómo quedó el partido del Madrid, uno lee algún pasaje de La consolación de la Filosofía. Y luego, o entre medias, se queda dormido.
Y así, ya preparado para leer (se lee lo negro y te saltas lo blanco, se lee lo negro y te saltas lo blanco..., me repetía), justo antes del instante crucial se agota la batería del micrófono. Así que ya no pude leer.
Y por ello, y vista la expectación creada, que incluso ha hecho que hoy en el Bernabéu los ultras hayan cantado ¡que lea, que lea! -les ha costado aprenderse el estribillo pero yo agradezco igual su esfuerzo- copio aquí el texto citado para deleite de los filósofos, del público en general y ejercicio de lectura -hay palabras de más de tres sílabas, cuidado- de los ultras.
Boecio, La consolación de la Filosofía, libro primero, prosa 1ª y 2ª.
En tanto que en silencio me agitaban estos sombríos
pensamientos y con aguzado estilo escribía en blandas tablillas mi lamento
quejumbroso, parecióme que sobre mi cabeza se erguía la figura de una mujer de
sereno y majestuoso rostro, de ojos de fuego, penetrantes como jamás los viera
en ser humano, de color sonrosado, llena de vida, de inagotadas energías, a
pesar de que sus muchos años podían hacer creer que no pertenecía a nuestra
generación (…)
No es ahora tiempo de lamentos —dijo la mujer
aparecida—, sino de poner el remedio.
Y fijando en mí sus fúlgidos ojos me dijo: ―¿No eres
tú el que, alimentado un tiempo con mi propia leche y educado bajo mis
solícitos cuidados, te habías desarrollado hasta adquirir la energía de un
hombre? Yo te proporcioné armas que, de haberlas conservado, te hubieran
permitido defenderte con invicta firmeza. ¿No me conoces? ¿Por qué ese
silencio? ¿Es la vergüenza o es el estupor lo que te hace callar? ¡Ojalá fuese
la vergüenza! Pero no, ya veo que te anonada el estupor-.
Y viéndome no sólo callado, sino en verdad mudo y
aturdido, acercó dulcemente su mano a mi pecho y dijo: ―No hay peligro; es sólo un letargo lo que sufre, la
enfermedad de todos los desengañados. Ha perdido momentáneamente la conciencia;
no le será difícil recobrarla, si llega a reconocerme. Para que pueda
conseguirlo voy enseguida a limpiar sus ojos, oscurecidos por la nube de cosas
terrenales. (…)
Así, pues, volví mis ojos para fijarme en ella, y vi
que no era otra sino mi antigua nodriza, la que desde mi juventud me había
recibido en su casa, la misma Filosofía.
―¿Y cómo tú —le dije—, maestra de todas las
virtudes, has abandonado las alturas donde moras en el cielo, para venir a esta
soledad de mi destierro? ¿Acaso para ser también, como yo, perseguida por
acusaciones sin fundamento?
―¿Podría yo —me respondió— dejarte solo a ti que
eres mi hijo, sin participar en tus dolores, sin ayudarte a llevar la carga que
la envidia por odio de mi nombre ha acumulado sobre tus débiles hombros? No, la
Filosofía no podía consentir quedara solo en su camino el inocente; ¿iba yo a
temer ser acusada?; ¿iba yo a temblar de espanto, como si hubiera de suceder lo
nunca visto? ¿Crees que sea ésta la primera vez que una sociedad depravada pone
a prueba la sabiduría?
Si acaso desconoces el exilio de Anaxágoras, el
envenenamiento de Sócrates, las torturas de Zenón, porque ninguna de estas
cosas acaeció en vuestro pueblo, al menos no has podido olvidar a los Canio,
los Séneca, los Sorano (…)
Y lo que a éstos condujo a la ruina fue el
haber sido formados en nuestra doctrina, razón por la cual jamás se mostraron
conformes con el gusto e inclinaciones de los malvados. Por ello no tienes que
admirarte al ver que en el océano de la vida sintamos las sacudidas de furiosas
tempestades, ya que nuestro gran destino es no agradar
a los peores.
Y por cierto, y sin ironía alguna -ah, ¿lo anterior era ironía? ¿Y por qué no había un emoticón? Ah, ¿lo del emoticón era ironía? ¿Y por qué no había un emoticón?- Boecio puede que no sea un gigante pero también nos subimos a sus indispensables hombros.
miércoles, marzo 13, 2013
VIDA INTERIOR/113: CANDIDATURA (quiero ser papa -sin acento-)/y 3
¿Quién de nosotros no tiene una vida interior muy grande? ¿Y qué poeta no nos la cuenta una y otra vez? En esta sección mi alma se desnudará. Incluso he comprado una nueva para tenerla más grande. Porque, en el fondo, yo también quiero ser feliz.
Yo me había ofrecido humildemente para el puesto.
Yo había esperado ansioso.
Yo no he sido elegido.
¡¡Tooonnnngo!!
¡¡Toooooonnngo!!
¡¡¡¡¡¡Tooooooooooooooonnnnnnnnnngooooooo!!!!!
Pero sigo esperando un cargo.
martes, marzo 12, 2013
VIDA INTERIOR/112: CANDIDATURA (quiero ser papa -sin acento-)/2
¿Quién de nosotros no tiene una vida interior muy grande? ¿Y qué poeta no nos la cuenta una y otra vez? En esta sección mi alma se desnudará. Incluso he comprado una nueva para tenerla más grande. Porque, en el fondo, yo también quiero ser feliz.
Como
ustedes saben, me postulo como papa (sin acento).
Como también
ustedes saben, la oposición -¿o es concurso-oposición? ¿o es selección de
personal?- empieza pronto.
El
espíritu deportivo –y el espíritu santo, si es menester- me puede. Deseo mucha
suerte a todos mis rivales.
Y que
gane el mejor.
domingo, marzo 10, 2013
(más) EN DEFENSA DE LA FILOSOFÍA
Como ustedes saben el proyecto de ley de la LOMCE quita la Ética de la ESO y la Historia de la Filosofía de 2º de Bachillerato. Ya lo hemos comentado y hemos argumentado en su contra (aquí y, especialmente, aquí).
Pero también hay que hacer pública nuestra protesta.
Como los de filosofía somos así, la forma escogida es una lectura de textos reivindicando nuestra disciplina. Yo mismo acudiré allí a leer un fragmento de La Consolación de la Filosofía de Boecio (ya me conocen ustedes, siempre a la última). Pero que me pase yo no es suficiente.
Por eso, les invito a asistir y a leer si creen que la Filosofía debe estar en la educación.
Y para ello, les informo:
IMPORTANTE:La Red Española de Filosofía (REF) convoca un acto en DEFENSA DE LA FILOSOFÍA.MADRIDLECTURA DE FILOSOFÍASábado, 16 de marzo - 11h./15h.Puerta del SolOs pedimos que enviéis un mail diciendo quién quiere leer y qué texto a lecturapublicafilosofia@gmail.com
Y, otra vez yo, les doy las gracias.
miércoles, marzo 06, 2013
CHÁVEZ
Sigo sin tiempo. Solo dos cosas.
La primera, Chávez no era un dictador.
La segunda, Chávez no es en absoluto ningún ejemplo para la izquierda.
Y, en cuanto pueda, lo explico -aunque no les interese, que lo sé-.
La primera, Chávez no era un dictador.
La segunda, Chávez no es en absoluto ningún ejemplo para la izquierda.
Y, en cuanto pueda, lo explico -aunque no les interese, que lo sé-.
lunes, marzo 04, 2013
EL MINISTRO Y LA CONTESTACIÓN
En un gobierno como el del PP, uno presume la excelencia. La misma Ana Mato, brillante currículo, es prueba de ello. Allí también es ministro Jorge Fernández Díaz, quien se ha descolgado con unas declaraciones donde diferencia el matrimonio natural -sic- de matrimonio homosexual.
Estoy de exámenes, pero corrigiéndolos, y no tengo tiempo para escribir. Pero como el ministro solo dice argumentos que ha oído, o quizás incluso ha pensado, ya le contestamos hace tiempo. Por si interesa -y para rellenar, por qué no decirlo- lo vinculamos otra vez: La familia natural (como el yogur).
Y perdón por autocitarme. Aunque es un placer.
domingo, marzo 03, 2013
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